-18.

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CHRISTMAS AT THE
BLACK ROSIER HOUSE

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Draco y Mérope llegaron de la estación 9¾ a la gran Mansión Malfoy. Esta vez fue su madre con Dobby quien salió a buscarlos, no les extrañó porque seguramente su padre se encontraba muy ocupado con el trabajo.

Este año irían a casa de sus abuelos maternos, los mellizos estaban felices ellos amaban las atenciones de sus abuelos con ellos, finalmente por donde lo vieras los Malfoy Black eran unos consentidos.

—¡Madre!—exclamó Draco cuando noto a su madre en la estación—Ven Cissa, ahí está mamá.

—Padre no vino, estará en el trabajo—dijo algo decepcionada—Vamos.

—Mis niños preciosos—habló Narcissa, abrazándolos—Vamos a casa, tienen que recoger sus cosas, mañana iremos a casa de sus abuelos.

—Ya me estoy devorando los chocolates de la abuela—dijo Draco.

—Bien por los chocolates, ¿pero recuerdas su pastel?—dijo Mérope mientras la boca se le hacía agua-Ya quiero que sea navidad.

—Ustedes son un caso...menos mal tienen el físico Malfoy-Black—rió Narcissa levemente.

Los mellizos asintieron con la cabeza y se dirigieron en un bucle de aparición en las afueras de su casa.

Esa tarde Draco y Mérope adelantaron sus deberes, ansiosos por ir a la casa de sus abuelos y pasar las vacaciones de navidad con sus primos. Esta vez ambos se habían quedado en la habitación de Draco, un cuarto de cuatro paredes, tres de ellas eran blancas y una era color verde oscuro, en esa se encontraba una gran cama de madera negra y sábanas blancas, ahí descansaba un peluche de un escarbato que lucía un corbatín.

—Tienes muy buenas notas, Draco—dijo su hermana viendo algunas tareas de su mellizo—Padre estará orgulloso de ti.

—Y de ti, solo mira estas tareas de transformaciones—respondió ahora tomando los deberes de su hermana—Yo jamás tendré un Extraordinario con McGonagall, las únicas que reciben esa calificacion ella son tu y...Granger.

—Sobre eso Draco...no debemos decirle a padre que ella es la que a veces nos supera en notas—dijo al ver la expresión de preocupación que su hermano hizo cuando mencionó a la mejor de su clase, que era una impura—¿Te parece? Diremos que somos los mejores y si dice saber que hay otra persona no mencionaremos su nombre.

—Pero padre está en el consejo, el sabrá quien es ella—dijo desesperanzado—Y...¿si mejor no hablamos de la escuela?

—Pues Act, Drella tu y yo no hemos hecho nada distinto que entrar a Hogwarts—respondió la rubia torciendo levemente su labio—Podemos hablarles de lo genial que es estar en Slytherin y lo bien que se nos dan las clases de Snape.

—Suena mejor...espero que no pregunten demasiado, apenas estamos en primer año.

—La más preguntada ser Venus, ella tomó optativas, incluso fue a Hogsmeade. Esperemos que ella sea el centro de atención, y no nosotros.

—¿Escuche bien? ¿Merope Malfoy no quiere ser el centro de atención?—se burló Draco mirando a su hermana con una ceja alzada.

—Ja. Ja, ja. A veces no quiero, ademas tu eres el rey de la arrogancia, no tienes derecho a decirme nada—dijo entrecerrando los ojos y señalando a Draco con su dedo índice.

—Bueno...tal vez, pero sabes que eso es de familia—alzó las cejas de manera arrogante—Ser un Malfoy no viene solo.

—Un Malfoy-Black querrás decir, lo acepto somos tal vez lo mejor de nuestra generación, pero en casa prefiero evitar los interrogatorios.

—Yo igual, solo quiero que este siga siendo un buen año...

—Si, yo igual...—dijo e hizo una pausa—Oye Draco, aun te parece linda Olivia?

—Si...bueno, no. Agh, ella siempre me parecerá linda ¿ok?—se rindió—Pero ya la veo como la amiga que es, ya no me sonrojo cada vez que se acerca. ¿Por qué?

—Curiosidad...si eso.

—¿Y a ti aún te parece lindo Nott?

—Que padre no te escuche, y la verd...—iba a responder pero se calló apenas abrieron la puerta.

—Mis preciosos, están muy parlanchines esta noche—entró Narcissa a la habitación—Mérope es hora de dormir, así que a tu habitación. Dormirán juntos las próximas dos semanas así que andando,

—Esta bien madre—dijo y se acercó a su hermano dándole un beso en la frente—Buenas noches, Drac.

—Buenas noches Mérope.

La pequeña rubia se fue a su habitación, estaba feliz por las vacaciones de navidad. Pero, había extrañado a su padre todo este tiempo y aun no lo veía, esperaba que estuviera para navidad.

Al día siguiente bien temprano, los mellizos se encontraban frente a una de las tantas chimeneas de su mansión. La que específicamente usaban para la red flu, el resto estaban selladas y solo podían cumplir su función normal.

—Ya saben como es, solo tienen que tomar los polvos y decir «Casa Black-Rosier»—les indicó su madre—Que sea fuerte y claro, no quiero tener que irlos a buscar a no se donde.

—Si, madre—respondió Draco, siendo el primero en entrar a la chimenea—¡Casa Black-Rosier!

Las llamas se tragaron al pequeño Malfoy y Merope vio como ya no quedaba rastro de él. Narcissa contó 25 segundos en su reloj de bolsillo y le indico a Mérope que era su turno.

—Ahora tu, hija.

—¿Padre irá a la cena de Navidad?—preguntó antes de entrar.

—Claro que si, ahora entra.

Hizo caso, entró a la chimenea y tomó un puñado de polvos Flu.

—¡Casa Black-Rosier!—exclamó. Enseguida se vio cubierta por las llamas verdes y la sensación de tirón hacia arriba se hizo presente.

A los segundos sintió como caía de pie sobre otra superficie. Abrió los ojos encontrándose con Draco, Pólux y Venus, los tres miraban que había llegado completa. Mientras su abuelo Cygnus Black recitaba un hechizo para quitar el hollín.

—Mi preciosa Mérope—la abrazó su abuelo.

—Hola abuelo, ¿como estas?—correspondió el abrazo y se alejó.

—Bien mi niña, complacido de verlos.

—¿Y para tu primo mas lindo no hay abrazo?—habló un arrogante Polux.

—Eres un idiota, Act—dijo rodando los ojos divertidamente y acercándose a el—Pero ven aqui idiota.

Se abrazaron fuertemente, tenían un día sin verse pero Polux Acturus enserio apreciaba a Merope, después de su hermana Venus ella era lo más importante para el ojigris.

—Suficiente, niño—dijo ahora Venus—Aquí yo soy la hermana mayor así que con permiso.

—Necesitamos una plática de niñas—dijo abrazando a su prima.

—Definitivamente sí, pero la dejaremos para después ¿ok?

De repente se escuchó como Narcissa salía por la chimenea, a los segundos Dobby también apareció con todo el equipaje.

—Bien Dobby, deja las cosas en nuestras habitaciones y puedes ir con Rani—dijo Narcissa refiriéndose al elfo doméstico de sus padres, el mismo que la vio crecer.

—¿Dónde están mis rubios nietos?—se escuchó una voz, que aunque era seria en ella se notaba un atisbo de alegría, era Druella Rosier, ahora Black llegando a saludar.

—Abuela...me alegro de verte—dijo Mérope acercándose a su abuelas siendo seguida por su mellizo.

—Te extrañamos mucho, a ti y al abuelo—añadió Draco.

—Nosotros a ustedes, desde que los cuatro van a la escuela ninguna casa es lo mismo—respondió su abuela.

—En eso tienes razón, madre—dijo Narcissa—Bueno, tenemos que arreglarnos, hoy cenaremos y mañana tendremos nuestro banquete de navidad.

Los cuatro niños se encaminaron escaleras arriba. Narcissa respiró con nostalgia, prácticamente había perdido todo lo que ese lugar y Grimmauld Place le habían dado, era imposible no recordar a ambos lugares cuando te encuentras en uno. Eran prácticamente iguales, mismo concepto, misma cantidad de escaleras y un montón de cuartos repartidos por la casa.

Mérope también miraba todo con curiosidad, como siempre, antes de llegar al cuarto piso que era su destino, como siempre que la rubia iba a casa de sus abuelos quedó mirando con curiosidad el segundo piso.

No se les tenía permitido andar en esa planta de la casa, ni siquiera a sus primos que vivian ahi, solo su madre entraba y salía de la planta porque ahí estaba la que era su habitación desde que nació, pero los cuatro menores tenían prohibido acercarse a cualquiera de las puerta incluso a la de Narcissa.

Mérope solo podia reconocer la habitacion de su madre, una pulcra puerta de color blanco mate de la que colgaba una N de plata, tambien podia distinguir la que algun dia fue la habitacion de su tia Bellatrix, madre de Venus y Pólux, la puerta negra con una B de plata tambien era inconfundible.

Pero lo que inquietaba a Mérope era una tercera puerta, esta era de color morado muy oscuro, y de lejos parecia que la letra que colgaba de ahi habia sido arrancada con brusquedad, varias veces la rubia a intentado acercarse a ver la segura silueta que tuvo que haber dejado la letra en la puerta, pero el miedo le ganaba. Se notaba que no había sido tocada en años, ni la de su tía Bellatrix que estaba presa se veía tan abandonada, pues sus abuelos siempre han tenido la esperanza de que será liberada en cualquier momento.

De nuevo esa puerta parece llamarme, ¿de quién habrá sido? ¿acaso ahí dormía mi tío Regulus? o ¿Tuve otra tía? No lo creo, si hubiera muerto madre me hablaría de él como ha hecho con el tío, ¿qué estás pensando? Madre solo tiene una hermana y un primo; pensaba la niña mientras veía el pasillo.

—Camina Cissa, sabes que no tenemos permitido estar acá—le dijo Venus cuando la vio hipnotizada en el segundo piso.

—Lo sé, lo siento...—le respondió—¿Nunca has querido saber qué hay detrás de la puerta morada?

—Desde que vivo aquí he querido saberlo, pero fue prácticamente una de las primeras órdenes que me dieron cuando era pequeña—suspiró—Rani me dijo que una vez cuando estaba pequeña entre pero la verdad no recuerdo nada. Solo se que la puerta negra era el cuarto de mi madre.

—Y la blanca es la de mi madre, es extraño que no nos dejen pasar. ¿Crees que tuvimos otro familiar?

—La única forma de averiguarlo sería viendo el tapiz de los Black, pero eso está en la que fue la casa de los tíos Orion y Wallburga.

—¿Hablas de Grimmauld Place?—preguntó a su prima y Venus asintió—Pero, ¿qué tapiz? ¿Hay un tapiz de nuestra familia materna?

—Si asi es, la abuela me habló de él alguna vez. Intentó recuperarlo pero al parecer tiene un montón de hechizo para que nadie lo pueda quitar.

—La tía Wallburga pensaba en todo.

—Cierto. En ese tapiz está toda nuestra familia materna, todos los Black que han existido pero si deshonraste la sangre-pura eras borrado de ahí.

—Espero nunca ser borrada, debe ser horrible.

—El abuelo me dijo que la tía Wallburga quemaba el rostro del traidor en el tapiz, pero ella esta muerta asi que no hay nadie que te borre si llegas a traicionarnos, además en esa casa no vive ni vivirá nadie—dijo Venus alzándose de hombros.

—¿Crees que nos llevarían algún día a ver el tapiz?

—Ni en tus peores sueños, el abuelo dice que actualmente es inhabitable y que esa herencia jamás fue entregada, nuestros tíos jamás aceptaron que el tío Regulus murió y al parecer la fortuna espera porque él la reclame algún día—le respondió Venus—Ven, mejor subamos y organizamos tus cosas.

Así fue, las dos Black subieron a la habitación que Merope compartía con Draco, la paredes de la habitación eran antiguas y en ella habían dos camas individuales. Una era blanca con detalles en rojo sangre y sobre la cabecera colgaba una M de plata, mientras que en la otra que era negra con detalles verde oscuro colgaba una D de plata, dejando así una cama para cada mellizo.

También había un tocador, un vestidor y un baño. Los mellizos en la casa Black-Rosier compartían habitación porque cuando sus abuelos construyeron ese piso para sus nietos no se esperaban que el parto de Narcissa viniera por partido doble. Igual los mellizos no tuvieron ningún problema en compartir por lo que no construyeron otra habitación.

Draco se había ido con Pólux a su habitación. Mérope y Venus aprovecharon para alistarse juntas, como era costumbre si pasaban la víspera de navidad en casa de sus abuelos debían vestir de blanco en la cena.

Los cuatro menores se encontraron en el pasillo y bajaron a cenar.

Su padre había llegado, mantenía la expresión seria de siempre pero se alegraba de ver a sus hijos. Incluso los abrazó cuando los vio, fue un abrazo frío pero para los dos niños había sido más que suficiente.

Al principio para alivio de Mérope y Draco en la cena no se había hablado de ellos, solo de Venus y su tercer año, hasta que su madre preguntó.

Nada puede ser tan perfecto, pensaron ambos mellizos.

—Y a ustedes ¿les ha ido bien en la escuela?—preguntó Narcissa a los tres menores.

—Bien—respondieron los tres al unísono.

—¿Solo bien?—cuestionó Lucius.

—Excelente, padre—habló Merope, sabía que si Draco o Pólux hablaban podía arruinarlo—Los tres nos portamos bien y tenemos buenas notas, podemos mostrarlas si quieres.

—Tranquilos, a final de año yo mismo le diré al consejo que me las haga llegar—dijo Lucius—Escuche que estudian con uno de los hijos de Arthur Weasley y Harry Potter.

Druella dejó caer su tenedor. Un frío recorrió su espalda, prácticamente por indirecta culpa de ese niño su hija mayor había sido encarcelada.

—Una disculpa—se excusó la mujer—¿Son compañeros de Harry Potter?

—Así es, abuela—habló Draco y Merope cerró los ojos, sabía que su hermano empezara a hablar de más—Pero no es más que un engreído, además le ofrecimos nuestra amistad y prefirió a un Weasley.

—Ese Weasley, el que estudia con nosotros—habló Polux con resentimiento en su voz—Cree que algún día será mejor que nosotros, es otro engreído, se cree mucho porque Potter lo eligio a el, no lo soporto.

—Tengo muchos años sin escuchar de los Weasley, ¿Como se llama?—dijo Cygnus—Recuerdo cuando se declararon pro-muggles, que vergüenza.

—Creo que se llama algo así como....¿Tron? ¿Tronald? ¿Donald?—respondió Polux, pero se rindió y alzó los hombros quitándole importancia y llevándose un pedazo de pollo a la boca.

Mérope si recordaba que se llama Ronald Weasley, pero no lo admitiría en voz alta.

—Y tu hija, ¿qué piensas de ellos?—le preguntó su madre.

La rubia menor quedó congelada por un momento. ¿Acaso le diría a su padres que ellos no le parecían tan desagradables? Bueno, al menos Potter, él era ¿diferente?...Oh Potter, no podía decirle a sus padres que lo ha pillado mirándola o que llamó su atención en el partido de Quidditch.

Así que preparo una respuesta que a todos los de la mesa les gustara escuchar.

—No me cae del todo bien, cuando conoció a Draco lo dejó con la mano estirada y eso me pareció maleducado de su parte, y Weasley es solo un traidor más, algo torpe y escandaloso.

—Al parecer crecer en el mundo muggle le pego esas malas mañas—añadió Druella Black.

—Seguramente, suegra—habló Lucius—Aún así me parece bien que no dejen que les pasen por encima y les demuestren quienes son verdaderamente mejores.

La cena siguió con normalidad. Los cuatro menores fueron llevados a sus habitaciones y se dispusieron a dormir.

Mérope dio algunas vueltas en la cama, hasta que cayó en un sueño profundo. Se consideraba descansando hasta que sus sueños le jugaron una mala jugada.

SUEÑO DE MÉROPE P.O.V

Abrí los ojos pesadamente. Estaba en un lugar extraño pero conocido, era un pasillo de Hogwarts, aun asi no recuerdo haber pasado alguna vez por aquí.

El pasillo era largo y oscuro, lo único que se podía ver era una puerta entreabierta, de una habitación que parecía tener las luces encendidas. Tengo puesto mi uniforme de Hogwarts pero no tengo túnica, que extraño pues siempre la uso.

Creo que lo mejor será caminar a esa puerta, parece la única salida.

Me voy acercando poco a poco, cuando la abrí quede completamente extrañada con lo que vi.

¿Qué hacía Potter frente a un extraño espejo? No lo sé, pero le preguntaré.

—¿Potter?—le dije pero pareció no escucharme así que me acerqué un poco—¿Potter? ¿Estas bien?

Él sólo asintió con la cabeza en respuesta, pero ni siquiera volteo a mirarme. La curiosidad me ganó y me puse detrás de él para ver qué tanto veía en ese espejo.

Ahora podía verme a mí en el espejo pero yo no tenía la ropa que traía puesta mi reflejo. Estoy completamente segura de que yo no tengo esa ropa en mi armario, pero es una bonita túnica azul.

Intenté hacer muecas pero nada pasaba. Mi reflejo no me seguía, ahí supuse que simplemente no era mi reflejo, simplemente esa yo estaba dentro del espejo.

Puse más atención cuando mi otra yo se acercó cada vez más al reflejo de Potter, él parecía sonreír.

Y mi otra yo le plantó un beso en la mejilla. Mi corazón late fuertemente, ¿por que mi yo del espejo hacia eso?

—¿Por qué sonríes? ¿Por qué hice eso?—le pregunté pero es como si me ignorara—¡Potter di algo!

Potter solo se tocó la mejilla y sonrió. Pestañeé varias veces y él había desaparecido, ahora era yo quien estaba frente al espejo, me moví varias veces y confirme que si era mi reflejo, llevaba mi uniforme y seguía mis movimientos.

Luego de nuevo apareció él, ahora Potter está reflejado en el espejo. Esperen...mire atrás y no estaba, ahora él estaba ahí adentro.

El Potter del espejo me miraba embelesado.—¿Qué haces ahí Potter?—le pregunté.

No me respondió, cuanto lo odio.

Al ver mi cara de enojo solo me guiño el ojo, por alguna razón eso relajo mi gesto. ¿Qué me pasa? Debo verme molesta.

El Potter del espejo se acerco, yo trate de alejarme pero mi cuerpo no respondía. Luego le plantó un beso en la mejilla a mi reflejo.

—¿Qué te sucede? ¿Por qué lo hiciste?—dije limpiándome la mejilla aunque físicamente no me dió el beso, no quiero perder besos de Potter.

Asqueroso.

FIN SUEÑO DE MEROPE P.O.V

La Malfoy menor se levantó de golpe. Miro el reloj que colgaba en la pared. Eran las 2:30 am.

Mérope no entendía nada de lo que había soñado, ¿Por qué con eso? ¿Por qué con Potter? Creyo que la razón fue la conversación de la cena y se recostó de nuevo.

¿Pero por qué me dio un beso en la mejilla?, se preguntó antes de volver a dormir.

Es cierto que eso siguió rondando en su cabeza, pero decidió ignorarlo y más bien tomó la decisión de alejarse lo más posible de Potter, era lo mejor.

A la mañana siguiente los cuatro menores se levantaron a abrir sus regalos. Muchas cajas de distintos colores descansaban bajo el árbol de navidad. Vinotinto para Mérope, Verde para Draco, Azul Oscuro para Pólux y Morado oscuro para Venus.

Todos abrieron sus regalos. Desde ropa, golosinas, libros, accesorios, les habían dado regalos de todo tipo. Incluso habían recibido regalos de Zabini, Nott y Olivia. Mérope recibió una horrible y empalagosa tarjeta de navidad por parte de Goyle que decidió ignorar.

Venus se alejó con la excusa de que leería algo en privado, mientras los otros tres pasaron el día disfrutando de sus obsequios.

La familia tuvo un gran banquete y la navidad acabó felizmente. Los Black-Rosier-Malfoy-Lestrange habían pasado una buena navidad.

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Amé este capitulin, mientras Harry se veía en el espejo Mérope soñó con eso jaja.

De verdad intento hacer capítulos cortos pero no se me da :p

Espero les guste. Voten y comenten.

Xoxo, Ela.
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