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WELCOME TO
HOGWARTS
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PARA TODOS LA llegada a Hogwarts había sido tranquila.
Harry y Ron ahora eran amigos, Violet definitivamente era la más feliz, sus dos mejores amigos por fin se habían conocido y se habían llevado bien.
Draco y Pólux iban todo el tiempo acompañados de Vicent Crabbe y Gregory Goyle, que si a Mérope le pidieran una descripción de ese par sólo podría responder "gorilas lamebotas".
Parecían tener cierta admiración por ella, su hermano y su primo, aunque a los cuatro les encantaba la atención, a Mérope le parecían un par de idiotas, además de la extraña fascinación que sentía que Goyle tenía hacia ella.
En un momento, Mérope se aburrió de ellos y fue en busca de su mejor amiga, Olivia Avery.
Ya la extrañaba y suponía que ella debía estar con Theodore Nott, pues eran muy cercanos.
No los encontraba, hasta pensó por un momento en ubicar a Rolf pero se arrepintió al instante cuando pudo reconocer el hermoso cabello rizado y castaño de su mejor amiga.
Además, no sentía tener la suficiente confianza con el chico. ¡Sólo le devolvió su cintillo!
—¡Olivia! ¡Ahí estás!—diijo corriendo a donde su amiga—Te he buscado desde que subí al tren.
—¡Mer!—habló abrazándola—Te extrañé, también te busqué pero no vi tu cabellera ni la de Draco.
—Estuve aguantándome a Goyle yo sola, no lo soporto.
—Enserio creo que los Malfoy tienen algo con conseguir gente que se obsesione con ellos—habló otra voz que ella pudo reconocer—Tu hermano tiene a Párkinson y tú a Goyle, no los envidio.
—¡Theo! Eres un idiota, lo sabias—le dijo en un corto abrazo—El día que logre que ya no me mire, seré feliz.
—Te extrañé, Mer—dijo el castaño—Ven, te presentaré a alguien, es mi mejor amigo, Blaise Zabini, nos conocemos hace años, le hablé a los chicos de él.
—Un gusto conocerla, señorita—dijo un muchacho moreno tomando su mano dándole un beso—Blaise Zabini a sus órdenes.
—Un placer, Blaise—respondió riendo por la acción del moreno—¿Siempre eres así de formal?
—Para nada, esa es solo mi carta de presentación—dijo riendo—Que gran actor soy, ¿no lo creen?
—Si, claro que si Zabini—habló Olivia con sarcasmo—Ahora los dejo, mi rubia y yo tenemos que ponernos al día.
—¿En qué hay que ponernos al día?—preguntó Mérope—Oliv, nos vimos hace nada.
—Lo sé, pero hay rumores—añadió la castaña—Además no me has contado de tu viaje, ¿Goyle estuvo muy intenso?
—Pude controlarlo, igual estaba con Draco y Acturus, él no se atrevería a hacer nada—respondió—Ellos les dijeron que somos las reinas del grupo y se hace lo que digamos, mi primer decreto real será que no se me puede acercar.
—Grandioso decreto—dijo Olivia riendo—Pues yo conocí a alguien en el tren, más bien en la estación, se llama Anthony Goldstein.
—¿Goldstein? ¿Cómo Tina Goldstein?—dijo y su amiga asintió—Que curioso, yo conocí al que supongo es su primo, o algo vendría siendo ¿no? No lo sé, pero el chico era apellido Scamander, Rolf Scamander.
—¿Y era lindo? Porque Anthony si era lindo, no sé si como un príncipe pero lo era—añadió la castaña—Aún así padre dijo que soy muy pequeña para chicos, que en tercer año tal vez.
—Sí era lindo, fue amable conmigo, recogió mi cintillo y me lo devolvió—respondió y su amiga le dio una sonrisa pícara—Además, no necesito que mi padre me diga que soy muy pequeña para chicos, con Draco y Act encima es suficiente.
—¡A ellos también los extraño!—exclamó la castaña—Deberíamos buscarlos, así conocen a Blaise.
—Si es cierto, vamos—cruzó el brazo con el de su amiga y empezó a caminar a donde había dejado a los 4 chicos con la sorpresa de que no estaban ahí—Se supone que aquí estaban.
—Sigamos caminando, nos quedaremos atrás—dijo Olivia jalando a su amiga—¿Escuchaste los rumores? Dicen que Harry Potter vino este año a Hogwarts.
—Wow, ¿enserio? Bueno, nuestros padres no le tiene mucho aprecio que digamos—respondió la rubia—Ojalá tenga unos años de escuela tranquilo, ¿sabes? ser famoso y no saber ni porqué debe ser irritante.
—Debe ser extraño, ser famoso por algo que pasó cuando no tenías uso de razón—añadió Olivia—Pero bueno, tal vez si queda en Slytherin sea nuestro amigo.
—Si, quien sabe, o tal vez se le suba la fama a la cabeza y sea un presumido—dijo Mérope—Sigamos buscando a los chicos.
—¿Crees que Harry Potter sea lindo?—preguntó y su amiga la miró con las cejas juntas—Lo digo para ti, a mi no me gustan tanto los héroes, creo que soy más de villanos.
—No seas mentirosa, bien que soñabas con esos libros que nos leía mamá, de hechiceros que salvan brujas en peligro custodiadas por dragones y les dan una varita para que pueda usar sus poderes de nuevo—se burló Mérope—A una parte de ti le gustan los héroes, y con razón, necesitas a alguien que te siga el paso comiendo.
—Oye una buena alimentación y un buen sueño son la base de mi belleza—reclamó la castaña—Solo un atlético héroe podría comer tanto como yo y seguir igual de hermoso.
—Sí claro—respondió la rubia—¡Mira! Creo que esos son Draco y Pólux.
Dejaron de caminar cuando el semigigante se detuvo frente a una gran puerta pero no dijo nada, solo estaba de pie ahí, al parecer esperando por alguien.
Mientras el niño que vivió caminaba junto a su nuevo amigo, Ron Weasley y su prima Violet Lupin, hablando de lo que los hermanos de este le han contado de la escuela y demás.
Los tres amigos dejaron de hablar cuando un niño rubio y dos chicos de apariencia regordeta se pararon frente a ellos.
A los segundos un niño pelinegro y de la misma estatura del rubio llegó a la escena, los dos regordetes parecían también rendirle pleitesía porque le abrieron camino para que se pusiera al lado del rubio.
—¿Dónde está Cissa?—preguntó el rubio al castaño e inmediatamente uno de los regordetes alzó su mirada como buscando a la que se refería el platinado.
—No la vi cuando fui por Drella, pensé que estaba contigo—dijo el castaño alzándose de hombros—También la busqué antes de venir, pero te vi antes.
Harry y Ron se miraron con confusión, el niño se había parado frente a ellos y había preguntado por alguien que ellos no sabían ni que existía.
Violet al contrario tenía una idea de quién podía ser el niño frente a ella, por lo he rodó los ojos y se fue en busca de otro conocido.
Sin darse cuenta que un rubio la seguía con la mirada hasta que su acompañante castaño le pegó con el codo, el niño sacudió su cabeza y tomó su frecuente posición de arrogancia.
—Así que es cierto lo que decían en el tren. Harry Potter ha venido a Hogwarts—volvió a hablar el rubio con aire de superioridad—¿Eres tú, no?
Harry solo asintió con la cabeza, no le gustó el tono con el que le hablaba el niño el cual aún no sabía su nombre.
—Él es Crabble y él es Goyle—siguió el rubio, señalandolos a cada uno y luego a sí mismo—Él es mi primo Pólux Lestrange y yo soy Malfoy, Draco Malfoy.
Ron soltó una risita y Draco se giró para mirarlo molesto, luego puso una mueca de asco cuando detallo al pelirrojo.
—¿Se te hacen graciosos nuestros nombres, no? Dejame adivinar...túnicas de segunda mano y ese pelo rojo, debes ser un Weasley—dijo con un tono de asco y desagrado, se volteo a Harry de nuevo.
—¿Quien te has creído, Weasley? No quiero ni pensar cómo te llamas, seguro los pobres ni siquiera saben poner nombres a sus hijos—añadió el pelinegro, Pólux.
—Te darás cuenta que algunas familias son mayores que otras, Potter, yo te puedo ayudar—dijo en últimas Draco.
Draco le extendió la mano y Harry se la quedó mirando, a metros se podía notar que se molesto por la forma en la que Malfoy habló de su amigo Ron.
—Ya sé quienes son los equivocados, gracias—dijo Harry con frialdad y dejándole la mano estirada.
Draco se puso colorado de la cólera. Se dio la vuelta y empezó a caminar a una buena distancia de los dos amigos, seguido de Crabble, Goyle y su primo.
A parte de Malfoy, Pólux fue el más ofendido, toda la vida les habían enseñado cómo comportarse y dejar la mano extendida era un acto de mala educación.
«Seguramente esos asquerosos muggles con los que ha vivido ni siquiera saben modales.» pensó el Pólux.
«¿Quién se cree Potter para rechazarme por un Weasley? Juro desde hoy odiarlo y hacerle su vida imposible, nadie rechaza a un Malfoy y por parte de Weasley nadie se mete conmigo.» pensó Draco.
Era tanta la indignación de ambos en ese momento que ya habían olvidado por completo a Mérope. Harry y Ron decidieron ignorarlos y seguir en lo suyo.
Olivia y Mérope habían ubicado a los cuatros niños que buscaban, por lo que la castaña se fue en busca de los otros dos chicos para reunirse todos por fin.
Mérope que había quedado sola, subía mirando al piso para llegar a los escalones donde al parecer estaba su mellizo, cuando se chocó con alguien.
—Ay ¡Lo siento!—dijo la niña tambaleándose—¿Estas bi..
—¡Te tengo! Son escaleras, debes tener cuidado—dijo con el que se había chocado tomándola del brazo y evitandole caer por las escaleras—¿Tú estás bien?
—Eh...si, solo iba distraída y no vi que ya se habían acabado los escalones—dijo ahora sí mirando a la persona que había impactado—Perdón.
Mérope podía jurar que eran los ojos más verdes que había visto, le parecía que hacían un lindo contraste con su cabello tan negro como la noche. A los ojos de la niña Malfoy, después de su hermano era el niño mas tierno que había conocido en su vida.
—Tranquila, no pidas perdón que a cualquiera le puede pasar—dijo el pelinegro detallando a la niña que tenía enfrente—Em...yo, yo soy Harry Potter, el Ron y tu?
Harry había sacado todo el impulso Potter para hablarle, hasta se atrevió a preguntarle su nombre, pero aún así sus mejillas estaban tan rojas como el cabello de Ron.
La rubia frente a él era por mucho lo más parecido a una princesa de cuentos muggle que había conocido en su vida, era la mezcla perfecta entre la bella durmiente y la cenicienta solo que platinada, el pelinegro estaba encantado, podría mirarla un rato más.
—Un gusto, Harry—dijo la niña intentando ocultar su emoción de tener al niño que vivió frente a ella—Mi nombre es Me...
—Los de primer año, profesora Mcgonagall—dijo el semigigante que había sido su guía interrumpiendo a la rubia.
—Gracias, Hagrid—respondió la profesora de traje verde y sombrero puntiagudo—Cuando estas puertas se abran serán seleccionados según sus cualidades en una de las 4 casas. Esas son Gryffindor, Huffelpuff, Ravenclaw y Slytherin.
Harry notó como la rubia frente a él esbozó una media sonrisa cuando la profesora nombró la última casa, por lo que supuso que era hija de magos y estaría informada de todo el tema de Hogwarts.
Pero cuando el azabache iba a preguntarle su nombre de nuevo ya la rubia se había ido a la parte de atrás, las puertas se habían abierto y la profesora los había organizado en fila por lo que la perdió de su campo de visión.
Mientras, Mérope por fin se reencontró con su hermano.
—¿Dónde estabas, Cissa?—dijo su hermano tomándola del brazo—Hasta Olivia se ha reunido con nosotros.
—Si, ¿ya conociste a Zabini?—dijo ahora su primo y ella asintió—Es genial, obviamente está dentro.
—Lo siento, me he irritado de Crabble y Goyle, así que tome otro rumbo pero ya estoy aquí de nuevo, no los iba a dejar solos para la selección—respondió.
—Gracias, Cissa sabes que me pone nervioso esto—dijo cruzando sus dedos con lo de su melliza—Imagínate, he conocido a Potter.
—¿Ah, sí?-dijo y su hermano asintió con la cabeza, ella también lo hizo pero lo contaría después, igual no sabía si contarlo, ella misma se fue sin decirle su nombre—¿Y qué tal?
—Es todo un tonto, ha sido grosero, su amigo se burló de nuestros nombres y ha dejado a Draco con la mano extendida—dijo Pólux con molestia.
—¡Ha preferido un Weasley por encima de nosotros!—añadió el rubio irritado—Ambos son patéticos, ahora que lo conozco no entiendo porqué tanta fama.
—Eso ha sido maleducado de su parte, no se deja a nadie con la mano extendida—dijo Mérope frunciendo un poco la entre ceja, ella pensaba que Harry era más educado—Así que el pelirrojo es un Weasley...
—¿Lo viste? Claro que es un Weasley, es igual a cómo padre los describe—respondió Draco—No te acerques a ellos, a nuestro padre no le agradan.
—Lo he notado...-dijo recordando a su padre y sus múltiples quejas sobre el trabajo del señor Weasley en el ministerio—Ya es hora Draco, ya empezaron a llamar.
Empezaron a caminar por el gran comedor, Mérope vió atrás y se dio cuenta que su prima, Venus, y dos más se veían mayores que el resto, supuso que también vendrían de intercambio.
—¡Buenvenidos! Primero le daremos paso a nuestros estudiantes de intercambio, ellos serán los primeros en pasar con el sombrero seleccionador—dijo el director Dumbledore.
—Todo estará bien, Drella—dijo Mérope en un susurro a su prima cuando esta pasó a su lado. A parte junto con Draco y Pólux alzaron sus pulgares y le sonrieron en señal de apoyo.
Pasaron dos alumnos primero que Venus, por lo que ella había hablado con ellos uno era de Castelobruxo y el otro de Ilvermorny.
—¡Venus Lestrange!—exclamó la profesora mirando a la última de los mayores que quedaba en la fila.
La pelinegra se empezó a acercar al banco, ignorando los susurros y cuchicheos de los que sabían a lo que los magos asociaban su apellido.
—¡SLYTHERIN!—dijo el sombrero luego de un rato en su cabeza.
Sus primos y hermano fueron los primeros en aplaudir con efusividad, había quedado en la casa de las serpientes, sólo faltaban tres más.
—Bienvenidos, esperamos que puedan aplicar lo aprendido en sus anteriores santuarios y aprendan mucho más ahora que están aquí. Esperamos que se sientan como en casa—dijo el director cuando los tres chicos de intercambio ya tenían su casa—Ahora sí profesora, podemos comenzar con la selección de primer año.
La profesora empezó a llamar uno a uno.
—¡Hermione Granger!—exclamó de nuevo.
—¡GRYFFINDOR!—por fin habló el sombrero luego de unos 4 minutos.
Mérope notó la mueca que hicieron todos los que estaban a su lado, claramente era una hija de muggles por su cara de nervios y pues que nunca en su vida había escuchado ese apellido.
—¡Rolf Scamander!—exclamó y el salvador del cintillo subió regalando una sonrisa, Mérope sintió que era para ella. Los cuchicheos no faltaron, todos sabían de quién se trataba su apellido.
—¡HUFFLEPUFF!—fue esta vez la respuesta del sombrero. Los de la mesa de tejones vitorearon porque era bien sabido que esa algún día fue la casa de su abuelo.
Crabble y Goyle... Slytherin. Anthony Goldstein...Ravenclaw. Seamus Finnigan...Gryffindor. Astoria Greengrass...Slyterin. Roger Davis...Ravenclaw.
Para el alivio de Mérope, Olivia, Theo y Blaise fueron seleccionados para Slytherin, solo faltaban los tres primos Black.
—¡Draco Malfoy!—exclamó el nombre de uno de los mellizos.
—¡SLYTHERIN!—gritó el sombrero cuando apenas y rozó la cabeza del rubio mayor.
Mérope sintió como una parte de su alma le volvía al cuerpo, su hermano había quedado en Slytherin y su padre estaría orgulloso. Iban dos, faltaban dos.
—Dicen que a Slytherin van todos los magos tenebrosos, no me sorprende—dijo Ron a Harry en un susurro que solo escucharon ambos.
O eso creía él, Pólux que seguía al lado de su prima y había avanzado hasta el frente también había escuchado, lo que aumentó su disgusto con el par.
—¡Pólux Lestrange!—exclamó la profesora.
—¡SLYTHERIN!—gritó el sombrero también cuando apenas y rozó su negro cabello.
—¿Ves? Era obvio que irían ahí—volvió a susurrarle Ron a Harry, este asintió con la cabeza.
Harry a pesar de que siempre tenía una opinión para todo prefirió estar callado durante la selección, la posibilidad de no quedar en la misma casa de su padre le ponía los pelos de punta, no quería decepcionarlo.
Mérope pensó que el hecho de que su hermano, dos primos y sus amigos estén en la casa de las serpientes la relajaría, pero la posibilidad de quedarse completamente sola en otra casa la tensó.
Harry se giró para ver a la niña rubia, a él le había caído bien, notó su nerviosismo, quiso ir y decirle que todo estaría bien pero no sentía que tenían la suficiente confianza, ni siquiera sabía su nombre.
—¡Violet Lupin!—exclamó la profesora y la prima de Harry apareció entre la gente para tomar asiento.
—Ese sombrero debe estar dándose a sí mismo sobre si la colocará en Slytherin o Hufflepuff—dijo Harry a Ron con una leve risita.
—Seguramente—dijo riendo un poco igual y volteando a la mesa Gryffindor—Mira a los tres tantos, se están mordiendo las uñas a ver quién de los tres ganará la apuesta.
—¡HUFFLEPUFF!—gritó el sombrero luego de un buen rato y de la mesa de los leones se escuchó un «¡Páguenme! ¡Se los dije! Esa es mi hermanita» de parte de Romeo Lupin que hizo reír a todos.
—¡Mérope Malfoy!—exclamó la profesora sorprendida porque ya era el segundo par de mellizos que mencionaba.
La rubia quedó en blanco por un momento, pero reaccionó, agitó su cabeza y empezó a caminar al banquito.
Harry y Ron quedaron boquiabiertos cuando vieron a la rubia sentarse, nunca pensaron que aquella niña tan amable compartía apellido con alguien que había sido tan grosero.
«¿En realidad sería igual a él? ¿Acaso son primos? ¿Se parecen mucho, no? ¿También pensará igual de los Weasley? ¿Quedará en Slytherin?». Todas esas preguntas pasaban con la mente de Harry mientras la veía sentada teniendo una discusión con el sombrero.
A diferencia de todos los que acompañaban al rubio que al parecer eran su familia el sombrero no reaccionó tan rápido con ella. Mientras aunque nadie lo escuchaba, Mérope mantenía en su mente una discusión con el sombrero.
—Otra Malfoy mmm...Se supone que ya debería saber que hacer contigo—dijo el sombrero dentro de la cabeza de Mérope.
—¿Ponerme en Slytherin?—le respondió la niña con obviedad.
—Si...si...si, eso se supone. Pero eres diferente a tu mellizo, eres valiente y leal, darías la vida por los que amas sin pensar en tu propio beneficio...mmm—decía el sombrero.
—¿Y eso por qué te detiene de ponerme en Slytherin?—pensó la niña fastidiada.
—¿No lo ves? Gryffindor sería el lugar ideal para ti, no te parece?—le respondió el sombrero y Mérope está segura que toda su sangre le bajó hasta los pies.
—¡¿Te has enloquecido?! ¡¿Acaso Dumbledore te ha dado algo?!—pensó la rubia con desesperación—¡Solo ponme en Slytherin y déjame mantener mi apellido!
—¿No te gustaría marcar la diferencia? Serías una leyenda, también encajarías en Ravenclaw, creo...—respondió el sombrero.
—No me interesa ser una leyenda, quiero ser una Malfoy común y corriente—decía la rubia al sombrero—¿Acaso te cuesta tanto ponerme en Slytherin y ya, patético sombrero?
—Está bien, me has convencido niña, al fin y al cabo si eres una Malfoy y consigues lo que quieres—dijo por última vez antes de gritar—¡SLYTHERIN!
Mérope sintió que podía respirar de nuevo. Sonrió y se extrañó cuando su mirada se chocó con la de Harry y él la miraba sorprendido, ella decidió ignorarlo y mirar hacía su hermano y primos que también parecían respirar de nuevo.
Los cuatro habían entrado a Slytherin, sus padres estarían orgullosos.
—¡Por Salazar! Ese sombrero duró una media hora en colocarte en Slytherin—dijo Pólux cuando su prima llegó.
—¿Cierto? Pensó en ponerse en Ravenclaw un buen rato pero lo convencí—medio mintió a su hermano y primo.
—Lo importante es que estamos aquí, padre estará orgulloso—añadió Draco con una sonrisa.
—¡Ay! ¡Estamos juntas!—dijo Olivia abrazando a su amiga—¡Todos estamos juntos! Pólux, Draco, Theo, Blaise, tú y yo, incluyendo obviamente a Venus.
—!Ronald Weasley!—exclamó la profesora Mcgonagall. Un niño pelirrojo empezó a subir a la banca lleno de nervios y mirando a otros pelirrojos en la mesa.
—Oliv, Nott, ese es el pelirrojo—dijo Pólux a su hermana que estaba unos asientos cerca—Se ha reído de mí y de Draco, ¿quién se cree? es solo comadreja pobretona.
—No llevan ni un día aquí y ya consiguieron enemigos, por Merlin—habló Adhara mirando a su primo y hermano.
—No tiene cara de grosero—le susurró Olivia a Mérope.
—Lo sé, Potter tampoco, me he chocado con él y me ha tratado bien—le respondió en el mismo tono.
—Creo que nos están mirando—susurró la castaña—Amo que me miren, ¿debería enviarle un besito?
—¡Olivia! Tienes 11 años por Merlín—reprendió a su amiga entre risas silenciosas—En fin, sabes las reglas, tampoco es que podamos juntarnos con ellos, solo que no sean nuestros enemigos.
—¡GRYFFINDOR!—gritó el sombrero.
—Era obvio que iba a ir a la casa mas patetica de Hogwarts—dijo Draco rodando los ojos.
—¡Harry Potter!—exclamó la profesora a casi el último niño que ahí quedaba.
Por el lado de Harry ya tenía claro que quería quedar en Gryffindor, había quedado pensando en lo que Ron le dijo, así que echó un vistazo a la mesa de las serpientes y su mirada se posó en la de la niña rubia que estaba sentada junto a los dos niños que le habían hablado mal.
—Ahora es a ti a quien miran—volvió a susurrar y Mérope miró al pelinegro que enseguida volteó la mirada—Que tonto.
—No creo que me estuviera mirando a mi—respondió la rubia—Tal vez solo quería asesinar a Draco y Pólux con la mirada.
—Esa no era una mirada asesina, Mer—reclamó Olivia—Y sabes que tú y yo somos expertas en esas miradas.
Desde la vista de Harry ella hablaba con ellos y secreteaba con otra niña castaña de cosas que por la distancia y los cuchicheos no lograba escuchar pero luego de darse cuenta que la rubia lo pilló mirándola se volteo completamente hacía su prima.
—¿Dónde creen que quede?—preguntó Mérope a los que tenía alrededor.
—Mi padre dijo que su padre fue un Gryffindor—añadió Olivia—Tal vez vaya ahí.
—Donde sea, menos aquí—dijo Draco alzándose de hombros—Ya nos libramos de Weasley, no pienso aguantarlo a él.
—Pienso igual, solo sé que no quedará en Ravenclaw, no fue nada inteligente de su parte preferir a Weasley por encima de nosotros—añadió Pólux, Merope rodó los ojos ante las respuestas de su hermano y primo.
Aunque nadie lo escuchaba, Harry llevaba un buen tiempo pidiéndole al sombrero que no lo colocara en Slytherin.
—¡GRYFFINDOR!—gritó el sombrero.
Mientras en la mesa de las serpientes no faltaron los comentarios.
—¿Nos sorprende?—dijo Draco.
—No nos sorprende—completó Pólux.
—Como sus padres. Madre nos contó que cuando fue elegida prefecta ellos estaban unos años abajo—dijo Mérope.
—Eso ahora no importa, Cissa—dijo Draco quitándole importancia—Lo importante es que seremos la nueva sensación de Slytherin.
—¡A comer!—se escuchó decir al profesor Dumbledore, luego de haber dado un discurso al cual solo Theo y Pólux prestaron atención.
—¿Qué habrá en el pasillo del tercer piso?—preguntó Pólux.
—¿Quieren ir a ver?—dijo Mérope con una sonrisa maliciosa.
—Sabes que me gusta la aventura, Mer. Pero sigo pensando que somos muy hermosas como para dejar este mundo tan rápido—le respondió su amiga.
—¡NO!—exclamaron los dos primos, al parecer fue un poco alto por las mesas de Gryffindor y Hufflepuff que eran las cercanas voltearon a verlos.
—¿Qué miran? ¿Mucho interés?—dijo Pólux viendo cómo los miraban.
—Vuelvan a lo suyo si no quieren que nosotros mismos los hagamos voltear la cara—añadió Draco.
—Definitivamente no hay modales, aquí dejan con la mano estirada y se meten en conversaciones ajenas—habló Mérope, ella era en extremo educada y claro su comentario había sido con doble intención.
—Deberían comprarse una vida y no interesarse por la ajena—añadió Olivia.
—Que dejen de mirarlos o pondré en práctica lo que aprendí en Durmstrang con todos ustedes—culminó Venus viendo a la mesa de Gryffindor que era la que con más atención miraba a las serpientes.
Luego de esas exclamaciones todos hicieron caso. Toda la mesa de Slytherin los miraba con una mezcla de sorpresa y orgullo.
La nueva realeza de Slytherin había llegado.
Mientras en la mesa de los leones Harry había obviamente hecho caso con lo de volver a lo suyo. Pero había quedado pensando en cómo Mérope había alzado una ceja y mirado a su dirección cuando dijo "aquí dejan con la mano estirada". Definitivamente su opinión del hecho era contraria a la de Ron, al pelirrojo le había parecido un acto de valentía mientras que a la rubia uno de falta de educación.
«Tal vez le pareció maleducado porque era su primo, no? Me hubiera gustado conocerla pero ahora piensa que soy falto de modales», pensó Harry. Él quería creer que ellos eran primos, no había otra forma pues ambos cuando lo conocieron reaccionaron muy diferente.
—¿Qué creen que sean Mérope y Draco Malfoy?—preguntó por fin Harry a los Weasley.
—No lo sé, pensé que eran distintos pero con lo que acaba de decir...—dijo Ron.
—Me gustaría saber que se traen con la chica Lestrange, ella los defendió...igual que el niño con el mismo apellido—dijo George.
—Mucho interés en la serpiente nueva, eh Georgie?—dijo Fred chocando el hombro de su gemelo.
—¿Qu-Qué? Para nada, solo me sorprendió que los defendiera—respondió el gemelo menor.
—Son primos—dijeron Harry y Ron al mismo tiempo.
—¿Si? ¿Por dónde? ¿Cómo saben?—respondieron los gemelos también al unísono.
—Malfoy lo dijo, cuando se presentó también presentó al chico Lestrange como su primo, tal vez que son primos todos—dijo Harry uniendo cabos en su cabeza.
—¡Wow! Por eso todos reaccionaron así—dijo Fred mientras George tragaba saliva.
—Supongo, aunque también conocimos a la chica Malfoy—añadió Ron y todos lo miraron—¿Qué? Ella se chocó con Harry y hasta le pidió perdón, por eso pensé que era diferente.
—Interesante, tal vez no todos son así—dijo George.
—¿Crees qué la chica Avery también sea su prima?—preguntó Ron y Harry se alzó de hombros.—No se ve tan grosera, aunque nos mandó a comprarnos una vida y con tan poco dinero ni eso podré hacer.
—No creo tampoco que Mérope sea como Draco, ahorita solo lo defendió porque es su primo y lo quiere—dijo Harry algo desconfiado.
—¿Ahora la exc...—iba a hablar Ron pero fue interrumpido por Dumbledore.
El director empezó a dar varias indicaciones, como la lista de objetos prohibidos de Filch, que el bosque prohibido está prohibido y algo sobre las pruebas de quidditch.
Finalizaron cantando la canción del colegio, cada persona la cantaba con una melodía diferente.
Draco y Pólux solo leían la letra en voz alta, Theodore le agregaba una leve melodía, Zabini cantó con sentimiento, mientras que Mérope y Olivia cantaban como si de princesas se tratara.
Lo último que se escuchó fue el gran final dado por los gemelos Weasley y Romeo Lupin, haciendo reír a la mayoría.
–¡Los de primer año por aquí!—gritó el mayor de los Weasley. Harry, Ron y los demás nuevos lo empezaron a seguir.
Los Gryffindor empezaron a seguir a los dos prefectos hasta el séptimo piso, donde frenaron frente a la estatua de la señora gorda.
—¿Santo y seña?—preguntó la mujer en el retrato.
—Caput draconis—dijo Percy y el retrato se movió dejando ver un enorme agujero en la pared que daba paso a la sala común de Gryffindor.
—Es la contraseña, no la olviden o no podrán entrar a la sala—dijo la chica prefecta.
La sala era redonda, acogedora, con varias cuadros, varios sofás y sillones, además de mucho rojo y una chimenea.
—Las chicas por la izquierda, síganla—volvió a hablar Percy—Los chicos síganme por la derecha.
Los chicos subieron, Ron y Harry notaron como para su suerte compartían habitación. Además también lo hacían con Seamus Finnigan y Neville Longbottom.
Mientras otros dos prefectos guiaban a sus alumnos en dirección contraria, llevándolos escaleras abajo camino a las mazmorras.
—Bienvenidos a las mazmorras—dijo el chico rubio—Aquí estarán mucho tiempo, así que acostúmbrense.
—Aquí queda nuestra sala común y el despacho de nuestro jefe de casa, el profesor Snape—habló la chica castaña y Mérope sonrió ante la mención de su padrino—La sala está escondida, por lo que es necesario saber la contraseña para hacer aparecer la puerta.
—No la olviden, si lo hacen deben esperar que otro Slytherin llegue y la diga por ustedes—añadió el chico—Además si se la dicen a alguien de otra casa los expulsarán.
—No le hagan caso a Terence, no creo que sea tan grave—habló la chica dándole un leve codazo a su compañero—Pero si debe ser secreta, a Salazar no le gustaría que andáramos diciendo la contraseña por ahí.
—Intenten ganar puntos, Slytherin ha ganado la copa seis años seguidos y queremos que así siga siendo—añadió el rubio—Snape siempre nos favorece, en las demás clases compórtense y consigan puntos porque no tenemos muy buena fama.
—Además antes de entrar debemos mostrarles las mazmorras en general, así que sígannos—dijo caminando y todo detrás de ella—Bueno esta es la mazmorra de los fantasmas, aquí habita el Barón Sanguinario, es el fantasma de nuestra casa y también los fantasmas se reúnen aquí para hacer reuniones.
—Está es la mazmorra de duelos, ya no se usa mucho pero ahí está, esperemos que el profesor de DCAO de este año sí le dé utilidad—siguió su compañero—Esta es la mazmorra de Snape, solo pueden entrar si los llaman o es muy urgente, de lo contrario no lo molesten.
—Estas son los armarios del profesor Snape, tal vez en alguna ocasión los mande a este—dijo señalando la puerta de la derecha—A buscar suministros para clase o algo, pero nunca los enviará al de la izquierda, es su despensa privada y nadie puede acercarse.
—Esta escalera que ven aquí—habló el chico mostrando unas escaleras más angostas que las que habían recorrido hasta el momento—Es nuestro atajo para llegar antes que todos a las clases de Snape y recibir puntos. En todos los pisos hay un escobero con otra puerta al lado, tiene un hechizo para que los que no sean Slytherin no la noten, por eso solo nosotros usamos la otra puerta, úsenla.
De todo lo que los prefectos habían dicho eso era lo único que -casi- todos habían anotado mentalmente.
—Y para finalizar, ven estas dos antorchas en la pared están un poco más abajo que el resto—señaló la chica—Nos indican que aquí es nuestra sala, ahora escuchen la contraseña, cambia cada mes así que deben revisar en la pizarra.
—Basilisco—siseó el chico y de repente una puerta se empezó a emerger de la pared de piedra—Bueno, entremos.
—Chicas por la derecha, con Betty y chicos a la izquierda conmigo—habló el chico—Y no se ilusionen, los chicos no pueden entrar a los dormitorios de las chicas, ni siquiera acercarse así que no lo intenten, es inútil.
La chica le hizo una seña a las niñas para que la siguieran. Mérope se despidió de los chicos y acompañada de Olivia empezaron a subir detrás, cruzando los dedos porque les haya tocado juntas.
—Bueno, en Slytherin las chicas tenemos una ventaja—empezó a hablar la prefecta—Como somos menos que el resto solo compartimos habitación con una persona, es decir vamos en parejas.
»Estas son sus habitaciones, en las puertas estarán sus iniciales y las de su compañera, sus cosas ya están ahí. Ya yo me retiro, que tengan buena noche y no se levanten tarde mañana.
—¡Mer! ¡Estamos juntas!—dijo Olivia señalando las letras «MM & OA» en una de las puertas—No sé quién organizó esto, pero lo amo.
—¡Esto es genial! Espero a los chicos también les haya tocado juntos—exclamó la platinada—Ven, entremos.
Las dos niñas entraron y efectivamente ahí estaban sus cosas, era tanto su cansancio que se colocaron al minuto sus pijamas y se metieron bajo sus sábanas.
Mérope intentaba dormirse, estaba cansada y tenía sueño pero su emoción por todo lo que le esperaba en Hogwarts hacía aburrida la idea de dormir.
Ya quería que amaneciera para hablar con los chicos, ir a clases juntos y reírse mucho.
Finalmente imaginándose cómo será su primer año cayó dormida.
Por el lado de Draco se había encontrado con una puerta que decía bien claro «DM - PL - TN - BZ», indicándole que compartía habitación con su primos y amigos.
Crabbe y Goyle estaban en la habitación de al lado con un chico llamado Pike y otro más.
Ese había sido un buen día.
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Este capítulo va completamente dedicado y en honor a:
Helen McCrory
Gracias por dar vida a una mujer como Narcissa Malfoy.
La madre de mis mellizos.
Descansa en Paz, guerrera.
Lumos por su alma.../*
Xoxo, Ela.
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