Capítulo 53.


Ho Seok y Tae Hyung entraron por la enorme puerta de la mansión de sus tíos. El rizado no soltaba para nada al omega, con una mano acariciando el estómago de éste y sacándole sonrisas. Kim Tae Hyung se había puesto mejor en la tarde, ya no se sentía tan mal como para vomitar. Sonrieron al ver toda la familia Jeon sentada en el comedor esperando por ellos.

Distinguieron langosta, salmón, kimchi, ramen, gejang y sashimi. Ho Seok por un momento temió que todo aquello le diera nauseas a su chico, pero al ver el rostro relajado de Tae Hyung supuso que no estaba tan mal. Caminaron y saludaron a todos. Se sentaron al lado de Jimin y Jungkook, Tae Hyung quedó al lado del pelirubio y Ho Seok al lado de su primo. Los chicos y los dos mayores del lugar comenzaron a servir la comida.

—¿Y... cómo ha ido la empresa? —preguntó el rizado. Chung Hee se llevó un trozo de langosta a su boca.

—Bien, todo circula bien, ¿verdad Jungkook? —dijo viendo a su hijo. El alfa dejó de limpiarle la comisura de los labios al pelirubio para poder ponerle atención a su padre.

—¿Uhm? —dijo para que volviera a repetir.

—Que la empresa va bien. —su hijo asintió. —De hecho, tenemos un nuevo contrato, era con...—Chung Hee tronó los dedos para tratar de recordar algo.

Jimin se levantó de la mesa llamando la atención de varios. Se acercó al oído de su alfa.

—Voy al baño, no me tardo. —dijo y besó la mejilla de Jungkook. Éste por su parte asintió. Vio a su omega desaparecer escaleras arriba.

—¡De Japón! —se acordó Chung Hee. —De un tal Hyun y Young Mi Lee.

Jungkook recordó el contrato que sus padres le habían dado para verificar si estaba correcto y en dado caso, si estaba de acuerdo. Fijó toda su atención cuando su progenitor comenzó a explicarle a su idiota primo en qué consistía. Supuestamente su empresa tenía que invertir en la construcción de un edificio para ellos, al igual de hacerle un préstamo con una cantidad considerable de dinero para poder establecer una de sus empresas en Corea. Jungkook frunció el ceño. Si tenían más de una empresa, ¿por qué solicitaban un préstamo y construcción de otro edificio? ¿No se supone que tienen dinero? El alfa continuó poniendo atención a las palabras que salían de la boca de su padre. Justo cuando terminó de explicar llegó Jimin, Jungkook sonrió al sentir una mano acariciando su espalda.

—¿Y qué gana tu empresa con eso? —dijo Ho Seok, quien no había entendido los beneficios para la empresa Jeon Army.

Jimin siguió comiendo, a veces dándole comida a su alfa. Sonrió cuando a Jungkook le quedó un poco de salsa en los labios. Con más confianza lo atrajo y lo besó rápidamente, quitando todo rastro de salsa.

—Intereses, y hasta quizás podemos hacer que lleguen a trabajar para nosotros. —sonrió Sun Hee. —Si el contrato no sirve, lo cancelamos.

El alfa asintió, dejando la conversación hasta ahí. Miró a su omega y sonrió. Tae Hyung asintió, sabiendo que era el momento. Carraspeo su garganta y todos los miraron. El platinado bajó la mirada con una sonrisa apenada, pero de felicidad.

—Tenemos que decirles algo. —dijo Ho Seok con una sonrisa. Todos estaban atentos, hasta los chicos, que usualmente estaban metidas en el teléfono.

—¿Qué sucede? —preguntó Sun Hee, con los palillos en la mano.

Tanto Tae Hyung como Ho Seok tomaron un profundo suspiro.

—Tae y yo vamos a ser padres. —murmuró mirando con amor al omega.

El silencio se hizo presente. Todos abrieron la boca sorprendidos. ¿Ho Seok y Tae Hyung? ¿Teniendo hijos?

—¡Ya era hora! —dijo Jung Hyun. —¡Ay qué lindo!

Entonces todos comenzaron a felicitarlos. Jimin se volteó hacia Tae Hyung que estaba a su lado. Lágrimas en sus ojos y una sonrisa. Abrazó al otro omega y le empezó a susurrar muchas felicitaciones. La felicidad le había ganado al pelirubio, no pudo contener la emoción que sentía por ellos, se veían tan lindos, tan unidos, el amor que se tenían se notaba en cada mirada. Saber que iban a tener un lindo hijo lo hacía sonreír.

—Van a ser gemelos. —dijo Tae Hyung. Jimin lloró más.

—Qué lindo...—dijo Jung Hyun.

Sun Hee y Chung Hee se levantaron para poder abrazarlos. El alfa abrazando a su sobrino mientras que la omega abrazaba al otro omega y le acariciaba el brazo con cariño. Jungkook se levantó para abrazar al imbécil de su primo, sonrió cuando le dio unas palmadas muy fuertes en la espalda. Ho Seok gruñó devolviéndole el abrazo.

Entonces el pelinegro bajó su mano al pene de Ho Seok y dio un ligero apretón haciendo que su primo se sobresaltara. Rió divertido.

—Controla a tu amigo primo. —Jungkook se separó del rizado.

—Lo mismo te digo con Jimin. Espero que no tarden mucho en tener cachorritos.

—Todo a su tiempo.

—El tiempo es oro Jungkook. ¿Quieres esperar hasta que seas más viejo o quieres disfrutar parte de tu vida con tus niños? —el alfa miró a su omega, Jimin estaba felizmente hablando con Tae Hyung y su madre. Suspiró sin dejar de verlo, luego miró mal a su primo y le dio un leve empujón.

—Siempre me pones entre la espada y la pared.

—Esa es mi especialidad. —sonrió arrogante. —Ponte en acción y ten una guardería.

Se quedó callado. ¿En serio estaba considerando tener hijos con Jimin? Es decir, por supuesto que quería, un hijo de su bello pelirubio, no podía ser más feliz. Sonrió cuando el ojimiel conectó su mirada con la de él. ¿Sería muy pronto? ¿Jimin le gustaría tener hijos ya?

Tenía que pensar muchas cosas, pero no dejaría de lado la opción de dejar embarazado a su chico. Se acercó donde estaban todos y continuó celebrando con ellos.





♦♦♦





Jin estaba llamando al detective. Luego de unos pitidos el otro alfa contestó.

—Señor Kim, con mis más sinceras y respetuosas palabras, me tiene harto. —dijo el detective Tae Yang. —Me ha llamado treinta y cinco veces en dos días.

—Lo siento, pero... ¿tienes noticias de él?

El suspiro que el alfa dejó salir al otro lado de la línea le hizo preocuparse.

—Tengo donde está, sin embargo, no donde se hospeda.

Jin se puso de pie inmediatamente dejando su desnudez al aire.

—¿Dónde está? —se apresuró a preguntar.

— Anyang.

Al alfa se le congeló la sangre. Ese pueblo es donde él nació y pasó toda su infancia. Saber que su omega estaba en el pueblo que tanto amaba le removía su parte animal en felicidad. Una sonrisa amenazando con salir de sus labios, al menos ya sabía dónde estaba el omega.

—Gracias Tae Yang. —dijo sinceramente. —¿Cuánto tomará dar con su paradero?

—Es un pueblo grande Señor Kim. —dijo devolviéndole la amargura a Jin. —Y con sus llamadas cada cinco minutos no ayuda.

—Bien, al menos ya tienes algo. Bien hecho.

Colgó y rodó como un completo estúpido por la cama con una sonrisa de felicidad. Como si fuera una chica enamorada porque su amor platónico le habló por primera vez o le puso un mensaje. No importaba, cada vez estaba más cerca de dar con su chico.

Tenía que compartir su felicidad, iría donde Jungkook a decirle que pronto estaría con Min Ho. Mañana en la mañana.




♦♦♦




—Sí mamá, mañana vuelvo. No te preocupes, sabes que él me cuida bien. —Yoon Gi miró de reojo al alfa que iba en el auto con él. Nam Joon sonrió sin dejar de ver el camino.

El auto se estacionó fuera de la casa del alfa y ambos varones se bajaron. Una vez que el omega colgó la llamada el mayor se acercó para abrazarlo por la cintura, caminando hacia la entrada. Min se dejó guiar como un niño pequeño. Nam Joon sacó las llaves y abrió la puerta.

—Estás en tu casa. —sonrió y esperó a que el mayor entrara para poder pasar él.

—G-Gracias...—dijo apenado. Todavía sin creer que había aceptado conscientemente la invitación del alfa para poder quedarse esa noche en la casa de éste. Yoon Gi miró todo con determino.

—Es grande. —comentó el omega viendo las paredes bien decoradas.

—No es lo único grande que tengo. —sonrió coqueto y rodeó la cintura del chico, dejando un beso en su cuello.

El doble sentido de aquellas palabras hizo que el menor se sonrojara violentamente. Pegó su espalda al pecho del alfa en busca de más contacto. Nam Joon sonrió y lo atrajo al sillón para dejarse caer con Yoon Gi en las piernas. El trasero del omega dio contra un bulto en los pantalones del alfa. Sonrió divertido escuchando el gruñido de éste y se removió mejor.

—Quisiera comprobarlo. —dijo Yoon Gi y rió cuando el alfa lo alzó al estilo nupcial y caminó hasta su cuarto.

Una linda noche venía por delante.

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