Dilema 22
Un dulce aroma se impregnó en la habitación, Yoongi lo notó cuando su mente se alejó de la narración del libro entre sus manos. Era el aroma del bosque junto con una mezcla de frutos rojos, y estos últimos llamaban aún más su atención.
Levantó la vista para fijarse en Jungkook, que seguía raspando su tableta con la punta desgastada del lápiz electrónico. Parecía concentrado, ido, sus ojos fijos en la pantalla de su laptop mientras la música continuaba su curso, saliendo a gorgoteos por los altavoces.
─¿Hueles eso, Kook? ─quiso saber, doblando la esquina del libro para no perder la página─-. Huele bien, demasiado en realidad.
Jungkook giró a verlo entonces, con los ojos entrecerrados mientras negaba con lentitud, su lengua punzando contra el interior de su mejilla, resaltándola.
─No huelo nada, Yoongi, te recuerdo que no tengo lobo. No puedo oler el celo de ningún Omega.
─Pudo ser un pastel también, Kookie, pero si no puedes percibirlo supongo que es eso: ¡Alerta! ¡Omega en celo!
La risa que esperó escuchar con su interpretación robótica nunca llegó, en su lugar, el ceño de Jungkook se frunció un poco más.
─¿Te atrae? Podría ser tu Destinado.
─Ni te atrevas a pensar en eso, cariño, la única conexión de ese tipo que tuve con alguien está rota ─le sonrió, alzando una ceja─ ¿Qué? ¿Piensas que yo también voy a dejarte? Imposible.
Un rojo intenso tiñó las mejillas del chico, que se apresuró a girarse para continuar trabajando. Una melodía suave flotó por la habitación, danzando junto con el aroma dulzón, rodeando la cama sobre la que se encontraba Yoongi leyendo, recostado contra dos almohadas; la suya y la de Jungkook.
¿Estaba bien si consideraba esa almohada como suya?
Es tuyo, gruñó la voz del Alfa en su interior, rasgando los bordes de su mente, reclámalo como tuyo antes de que la ma...
Levantó el libro entonces, ignorando la voz en su interior que gritaba desesperada, conocía bien cómo hacer que el lobo se callara, por lo que no dudó en continuar con la pacífica lectura de aquella novela de reinos y dragones.
Con cada página que pasaba terminaba abanicándose directamente el aroma que solo se tornaba más y más fuerte, irresistible.
El lobo aulló en su interior.
─Voy a la azotea por aire fresco ─dice, dejando el libro sobre la cama, había olvidado incluso colocar un separador o doblar la esquina─. El aroma es demasiado incluso para mí.
Jungkook se levantó también, dejando al lápiz rodar por su escritorio hasta ser frenado por uno de sus múltiples cuadernos.
─Te acompaño, estoy cansado de ver la pantalla.
─Tomemos un descanso entonces.
Cuando se encontró al lado de Jungkook, el chico dobló el brazo, ofreciéndoselo. Yoongi no podía negarse a ello, ya estaba acostumbrado a hacerlo con Taehyung también. Su mano se deslizó por el pequeño espacio que Jungkook le dejaba, electricidad y calidez recorriendo su interior tan pronto se tocaron.
Envueltos en un cómodo silencio, ambos muchachos se encaminaron hasta la salida, teniendo cuidado de tomar una llave antes de salir. Yoongi fue consciente de que el aroma los perseguía mientras subían por la escalera de emergencia hasta la azotea, parecía que el Omega en celo se encontraba en la cúspide del deleite todo el tiempo. El alivio no lo embargó hasta que la primera bocanada de aire fresco fue dada, los músculos de su cuerpo relajándose al tiempo que su lobo paraba de aullar.
Calma.
─Si el olor es demasiado para ti, podríamos ir a dormir a casa de Karrell.
─¿Crees que la mamá de Jimin nos deje? ─pregunta, al tiempo que lo lleva consigo hasta la pequeña pared que los separaba del vacío.
Sus miradas subieron al cielo, encontrándose a la madre Luna resguardada por su manto de estrellas luminosas. Yoongi sintió algo punzar en su interior, probablemente se trataba de su lobo, luchando por mostrarse ante la madre.
─Sí, su sentido maternal no dejaría que dos chicos durmieran en la calle.
─En eso tienes razón ─cedió Yoongi, girándose dedicarle una mirada al chico.
Un dulce escozor recorrió su garganta, volviendo a provocar que el lobo aullara desesperado. El aroma pareció enrollarse a su alrededor, sedando a su lobo al instante.
─Es bueno volver a la azotea, es mi lugar preferido para pensar si me siento muy saturado en el apartamento ─dijo, soltándose de Yoongi para subirse a la pared con maestría, desarrollada a partir del hábito.
Todo su cuerpo tembló, trémulo debido a la ansiedad que le producía verlo allí, parado en ese pequeño tramo con ambos brazos extendidos a los lados. Sus manos se apresuraron a tomarlo por la cintura, deseando atraerlo hacia sí mismo.
Protégelo, bramó el lobo.
─¿Qué demonios crees que haces, Jungkook? ─intentó reprenderlo, a pesar de que se encontraba intentando mantener la calma─. Bájate de allí.
─Suelo hacer esto bastante seguido, no te preocupes.
─Jungkook...
─¡Hey! ¡Jimin y Taehyung ya vienen!
Aprovechando las palabras del Beta, Yoongi lo atrajo utilizando la fuerza que su Alfa le prestaba, el chico ni siquiera dudó, se dejó hacer hasta encontrarse de nuevo sobre el cemento, luego se giró para encarar a Yoongi. Sonriendo con malicia, Jungkook pasó los brazos alrededor del cuello del Alfa, abrazándolo a pesar de superarlo por unos cuantos centímetros.
El aroma, que había olvidado unos cuantos segundos mientras se aseguraba de que Jungkook estuviera fuera de peligro, ahora volvía, como olas golpeando contra el cuerpo de Yoongi, llamándolo para saciar sus instintos más primitivos.
Resultaba embriagador.
─Deja de lado los impulsos idiotas.
─Algún día ─los ojos de Jungkook se entrecerraron al mismo tiempo que su sonrisa se ensanchaba─. Te ves adorable sonrojado.
Con la parte racional de su cerebro, Yoongi buscó una escapatoria al esconder su rostro en la curvatura del cuello de Jungkook. Inhaló hondo, llenando sus pulmones aún más con aquel perfume embriagante, sorprendiéndose por lo débil que era el aroma del Beta si podía ser cubierto por el celo de un Omega que se encontraba a varios metros de distancia.
Se encontró a sí mismo frotando su nariz contra el cuello de Jungkook, propiciando leves caricias mientras sus manos se aferraban a la cintura del chico, acercándolo más a sí mismo de ser posible. Un calor desproporcionado se adueñó de su cuerpo y, cuando menos lo creyó posible, se encontraba abriendo la boca, buscando el cuello del muchacho.
Mío.
El frenesí incrustado en cada sonido de esa pequeña palabra fue lo que le trajo de vuelta a su ser racional, justo cuando su labio superior rozaba suavemente la piel de Jungkook.
Soltándose, dio un paso atrás, su mirada encontrándose con los ojos dilatados del Beta, sus labios ligeramente separados.
─Perdón, el lobo... El aroma es demasiado fuerte, incluso cubre tu olor corporal.
Jungkook parpadeó un par de veces antes de que su expresión se transformara nuevamente, los ojos abiertos de par en par mientras intentaba gesticular algo con los labios.
─¡Taehyung, Yoongi!
Como un balde de agua helada, el chico comprendió lo que intentaba decirle.
Jungkook fue el primero en moverse, tomando la mano de Yoongi para llevarlo a rastras con él, dejando atrás a la madre Luna y su manto luminoso. No eran conscientes de lo que acababan de marcar en el destino de ambos.
Las escaleras fueron un rayo de confusión para ambos, bajando escalones de dos en dos con tal de llegar rápido hasta el apartamento. Se encontraron atravesando el pasillo al mismo tiempo que Jimin casi cerraba la puerta tras de sí.
─¡Jimin! ─Llamó con desesperación el menor─ ¡No cierres!
El Omega asomó la cabeza por la puerta entre abierta, sonriendo alegremente al encontrarse con Jungkook.
─¿Qué hacían? ─preguntó al tiempo que ambos muchachos ingresaban al apartamento casi sin aliento─. ¿Está todo bien?
Frenaron la carrera hasta que vieron a Taehyung, sonriendo ampliamente para ambos mientras les dedicaba algunas palabras:
─¡Jungkook, bebé, estoy en casa! ¡Yoongi, amor, ven a mí!
A pesar de que el otro Alfa tenía los brazos abiertos para recibirlos a ambos, solo fue Jungkook quien se acercó a él para inspeccionarlo, tocando su frente antes de tomar su rostro con ambas manos.
─Está normal ─le informa─. Ni un solo síntoma.
─¿De qué hablan? ─pregunta Taehyung confundido mientras una de sus manos va a parar al cuello de Jungkook, el lado contrario al que casi besaba Yoongi.
Incrédulo, el Alfa vio a su amigo dejar marcas de olor en Jungkook.
─¿No lo percibes? Huele como un Omega en celo, es muy...
─Yo no huelo nada.
─Ni yo ─se acercó Jimin, su nariz arrugándose mientras olfateaba el ambiente─. Solo puedo percibirte a ti, Jungkook también huele como tú ─se quejó antes de abrazar por la espalda del mencionado, proporcionándole más marcas de olor.
Descolocado, Yoongi inhaló profundamente, intentando volver a llenarse de aquel embriagador aroma.
Había desaparecido.
─Tienen razón.
Su mirada se cruzó con la de Taehyung entonces, apenas fue capaz de reprimir el gruñido que escalaba por su garganta, desgarrándolo por dentro. Las manos del otro Alfa se separaron de Jungkook para ese momento, buscando instintivamente al Omega y atrayéndolo hacia él a pesar de las quejas del mismo.
Tres pares de ojos se fijaron en él.
Asombro.
Recelo.
Preocupación.
─¿Tu celo está empezando, Yoongi?
¡Hey, hey, hey! ¡Un Clearke aquí, con un nuevo Dilema! No pude publicarlo el viernes por cuestiones de trabajo, perdón por eso TuT
¿Qué les pareció este Dilema? ¿Esperaban algún otro movimiento por parte de Yoongi? ¿Alguien tiene recuerdos de Dilemas de un Beta? ¿Alguna teoría sobre el aroma o el lobo de Yoongi?
Desde hace unos Dilemas atrás comenté que la historia cambiaría un poco el rumbo de la original ¡Espero les guste de todas formas!
Cuídense mucho y nos vemos en el Dilema 23 ♥
¡Gracias por leer!
ΔClearke Al PoderΔ
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