Su corazón se aceleró en cuanto su nombre salió de sus labios después de todo el tiempo que había pasado esperando.

─¿De qué quieres hablar?─ Preguntó él, con un tono inusualmente tranquilo. Tenía muchas cosas en la cabeza, sólo quería decírselo.

─Vine a preguntarte por qué me evitabas, pero estoy segura de que ya sé la respuesta─ Dijo ella, sin darse cuenta del impacto que sus palabras tendrían en él.

─No, no lo sabes, estúpida de mierda─ Le espetó con agresividad. Pero no, no era eso lo que quería decirle. Solo quería decírselo.

─Crees que entiendes perfectamente mis problemas, pero no es así. No sabes lo que siento ni lo que pienso, así que no supongas nada─

─¡Entonces ayúdame a entender abriendo esta puerta y enfrentándote a mi!─ Rara vez se enfadaba, pero ahora... aquí estaba, saltándose las clases para gritarle a ese bastardo arrogante. ─Kats, voy a darte a elegir. Una elección que va a determinar si voy a estar en tu vida o no─ Dijo con determinación. ─Acláramelo porfavor, ayúdame a entender lo que sientes─ Ella estaba dispuesta. Dispuesta a pasar las cosas que le había dicho y lo que había hecho por alto para poder volver a sentarse en la sala común hasta el amanecer junto a él. ─Me dices lo que piensas o me voy y se acabó─ Dios, qué patéticamente desesperada sonaba. Pero lo único que quería era que él le contestara. ─¡Si ya no me quieres a tu lado, dilo! ¡No soporto que no seas sincero conmigo ni contigo mismo!─

─No sé qué demonios quieres que te diga─ Fue lo único que se atrevió a responder y, por desgracia, no fue la mejor elección de palabras. ─Pero lo único que sé es que no quiero que me vean o me asocien con una estúpida extra como tú─ Eso era todo. No podía decírselo, lo había estropeado todo. Era culpa suya.

─¿Esa es tu decisión? ¿Te parece bien que me vaya ahora?─ Se atragantó ella, intentando desesperadamente que las lágrimas no salieran de sus ojos.

─Vete, me importa una mierda lo que hagas─ Era un cobarde. no podía creer hasta dónde había llegado para huir de lo único bueno que había en su vida.

─Eso es todo, entonces─ Para ella, esto era el adiós. Esas palabras bastaron para darle la respuesta que había estado buscando durante las últimas semanas.

El había tomado la decisión equivocada.