.NARRADOR EXTERNO.

El BMW  se estaciona frente la residencia de la pequeña familia de las Jones. Del auto bajando los dos semidioses y los dos vampiros, al entrar no se encuentran en una muy agradable escena.

—¡Santos Dioses! —Chillan los dos semidioses para después darse la vuelta junto con los vampiros.

—¡Mamá! ¡Por los dioses! ¡Vistanse rápido! —pide Diana tratando de eliminar aquella imagen de su madre y de su pareja teniendo sexo.

—¡Lo siento. No sabía que vendrían! —se excusa Janisse mientras se vestía rápido.

—Por favor, pudieron hacerlo en alguna de las habitaciones. Tenemos demasiadas. —Comenta el chico fantasma arrugando la nariz.

—Y, John, espero que no se vuelva a repetir o juro que te tiro de un acantilado. Hay demasiadas habitaciones. —le amenaza Diana sin mirarlo pero sabía que este asentia tembloroso.

Por más que le agradaba la nueva pareja de su madre tenía que hacerlo, lo que estaba haciendo era una falta de respeto y sin mencionar que sus parejas habían visto eso. Más vergüenza no pueden tener ahora mismo.

Una vez que se cambiaron y de que el dichoso John se fuera casi corriendo todos se sentaron, excepto en el sofá lleno de semen.

—En serio, discúlpenme por eso. No sabía que vendrían y menos con Alice y con Jasper. —se disculpa Janisse.

—Con o sin eso no debiste de haber hecho eso, Madre. Sabemos que tienes todo el derecho de tener tus momentos íntimos  pero para eso existen las habitaciones. —le sermonea Nico.

—Y ya no eres una adolescente para que te tengamos que sermonear acerca de esto. —continúa Diana. Casi estallando de la rabia pero aún así se trataba de tranquilizar para no irse de discusión con su madre.

Una ola de calma le golpea continúa de un apretón de manos suave de parte de Jasper. Esta suspira cerrando los ojos para después abrirlos.

—Alice y yo nos casaremos. —Janisse inmediatamente se levanta de su sillón para después abrazar a la pareja.

—Oh, sabía que te diría que sí. —se separa de ellos —. Espero que Hades se lo tome bien o al menos se digne a venir.

Nico hace una mueca ante la mención de su padre, no quería que viniera por una parte, por la otra quería que fuera así

—Esperemos a que sí. —murmura Alice.