𝗢𝗢𝟰. 𝖼𝗁𝗎𝗇𝗇𝗂𝗇 𝖾𝗑𝖺𝗆𝗌
─ CAPÍTULO ─
CUATRO
❝EXÁMENES CHUNNIN❞
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──LOS FELICITO EQUIPO 9. COMPLETARON la misión con éxito. ─nos felicitó el Hokage mientras leía el reporte que dimos. ──. Afortunadamente no hubo heridos y el sobrino del Sr. Feudal llegó sano y salvo.
──Fue una misión bastante fácil para el equipo Gai. ─afirmó el sensei sonriendo en grande.
──Ya lo creo. ─soltó una pequeña sonrisa fumando de su pipa. ──. Sí eso es todo, ya pueden retirarse.
──Con su permiso, Lord Hokage.
Hicimos una pequeña reverencia antes de salir de la oficina. Solté un pesado suspiró mientras llevaba mi mano a la parte trasera de mi cuello escuchando como tronaba.
──Bien, equipo. ─nos detuvimos en la puerta de la torre viendo al sensei. ──. Esa fue una larga misión así que vayan a descansar y mañana nos veremos para nuestro entrenamiento, ¿entendido?
──¡Entendido, Gai-sensei! ─grito Lee siendo ahora una copia casi exacta de nuestro sensor.
No me pregunten cómo es que acabo siendo igual a él. Sólo un día de repente llegó siendo idéntico a él.
──Qué fastidio. ─murmuré soltando un bostezo. ──. Supongo que los veré mañana.
──¡Adiós, Saiko! ─me despedí de Lee con la mano alzada.
El sol hace poco se había metido dejando ver la oscura noche siendo iluminada por la luz de la luna al compás de las estrellas. Hace casi una semana que estuve fuera de la aldea por una misión muy fastidiosa. Literalmente, soportar los constantes coqueteos y halagos por parte del sobrino del Feudal fue una tortura.
Por suerte pude recurrir al plan maestro que Lee me dio. Fingir ser la novia del Hyuga. Para ser honesta, prefería a Lee, pero él decía que su corazón pertenecía aquella chica de cabello rosa que una vez miró en la academia.
Si me lo preguntan, se ve bastante pedófilo al interesarle alguien de casi dos años menor que él.
Suspiré con alivio cuando llegué a mi humilde morada. Parecía que seguían despiertos, pues la luz de la planta baja estaba encendida.
──Tadaima. ─anuncié mi llegada dejando mis sandalias de lado.
──¡Okaeri, Saiko! ─mamá llegó a mi revisando que esté en una pieza. ──. ¿Por qué no vas a darte un baño y bajas a cenar con nosotros?
──Me parece bien. ─ni siquiera lo pensé mucho, deseaba un baño con urgencias.
No siempre había agua donde bañarte a mitad del camino y cuando había no podía darme un baño a gusto. Deje mi mochila de lado para adentrarme al baño dando un rápida ducha, otra cosa que deseaba era poder probar otra comida que no fuera onigiri.
Coloque mi ropa de dormir y baje las escaleras hasta llegar a la mesa donde estaban sentados esperando por mi.
──Veo que ya llegaste de tu misión. ─habló mi hermano al verme sentarme a su lado.
──Ni me lo recuerdes. ─pedí juntando mis manos para agradecer los alimentos.
Agradecí que mamá haya preparado soba, no era mi favorito pero si tenía un buen sabor.
──¿Y cómo estuvo tu misión, hija? ─preguntó mamá.
──Aburrida y fastidiosa. ─me sinceré. ──. Aunque tuvimos que enfrentar algunos bandidos, no pasó a mayores. Use el jutsu que me enseñaste, papá.
──¿Lograste dominarlo a pesar de enseñártelo solo una vez? ─una pequeña sonrisa surco su rostro. ──. Me alegra escuchar eso, hija.
No parecía sorprendido al igual que mamá, tenía claro un poco de su razón. Después de todo me contaron de lo que sucedió a los pocos meses de nacer. Ser un prodigio de mi clan se lo debía a la flor shedon. Y con prodigio me refiero al poder que me otorgo.
──¿Y qué hay de ti, Shikamaru? ¿Algo interesante que quieras contarle a tu hermana? ─preguntó mamá mirando a mi hermano.
──No es nada importante, solo que me gradué y ahora soy un gennin. ─soltó con su característico tono de fastidio.
──¿Ya tienes un equipo? ─pregunté.
──¿Equipo? ─alzó una ceja confundido. ──. Genial. Ahora sí será todo un fastidio.
Solté una pequeña risa. Aún no era un gennin por completo.
──Es una lastima que te graduarás. Los problemas incrementan una vez que eres gennin. ─solté un suspiro. ──. A veces me hacen extrañar la academia.
──Parece que los rumores sobre ser gennin es duro eran ciertos. ─comentó al ver mi expresión. ──. Esto va a ser un fastidio.
──Mucho fastidio ahora coman. Se les van a enfriar. ─amenazó mamá con su cucharón.
Ninguno comentó nada más. Pasamos la cena en silencio como todos los días. Cuando terminamos cada quien fue hacer lo suyo, en mi caso fui a mi habitación buscando el pequeño regalo para mi hermano por graduarse. Cuando lo encontré caminé hacia su cuarto tocando levemente la puerta.
──Adelante. ─escuche su voz, levantó su cabeza de la cama para verme de pie frente a él. ──. ¿Sucede algo?
──Sólo quería darte esto. ─le entregué una pequeña cajita.
──¿Por? ─preguntó tomando la caja.
──Por graduarte de la academia. ─cruce mis brazos. ──. Confió en que serás un gran gennin.
──Pues... muchas gracias, Saiko. ─lo vi abrir la caja encontrando unos cuantos dulces alrededor de lo importante. ──. ¿Esto es...?
──Un equipo táctico ninja. ─aclaré. ──. Lo arme con todo tipo de armas, algunos papeles bomba y entre más cosas.
──No te hubieras molestado. ─me miró con una leve expresión de agradecimiento.
──Eres mi hermano menor, para eso estamos los mayores, ¿no? ─pellizque su nariz antes de caminar a la puerta. ──. Si quieres ayuda para entrenar no dudes en pedírmelo o a papá.
Me despedí de él para llegar a mi habitación cayendo de espaldas a mi cama. Ver a mi hermano ser un gennin me hacía recordar cuando yo lo era, hace aproximadamente casi dos años.
Aún recordaba cuando lo vi por primera vez, era una cosa pequeña y fea.
SENTÍ MI RESPIRACIÓN AGITARSE Y COMO MIS pulmones me pedían cada vez más oxígeno del que podía darle.
Desde hace más de cinco horas que estamos entrenando sin descanso. El sensei nos estaba haciendo fortalecer nuestro taijutsu mejor que nadie, incluso me atrevería a decir que somos el mejor equipo en el taijutsu y con la mejor resistencia de Konoha.
Si hay alguien mejor, mis respetos.
Mientras que perfeccionaba mi taijutsu con mi equipo, papá me enseñaba todo lo que sabía sobre las técnicas de nuestro clan. Según él, no era necesario que aprendiera todos los jutsus, pues tenía un don innato que me protegía.
──Bien, chicos eso es todo por hoy. ─finalizó el entrenamiento más temprano que de costumbre.
──¿Ocurre algo, sensei? ─Lee fue el primero en preguntar mientras nos acercábamos a él.
──Hay algo que quiero comentarles. ─mencionó. ──. Es muy importante.
──¿Es sobre alguna misión? ─pregunté tomando algo de agua.
──No, es sobre los exámenes chunnin.
Nos sorprendimos un poco sobre eso. Obviamente conocíamos que eran los exámenes chunnin y lo que implicaba, prácticamente si los pasabas ascendían a chunnin y he escuchado casos de que pocas personas se convertían en jounin.
──Los exámenes chunnin están a la vuelta de la esquina. ─anunció.
──¿Qué? ¿Los exámenes chunnin?
──Sí cumple ocho o más misiones, tendrán derecho a presentarse al examen chunnin. ─informó. ──. Últimamente ninguno de los novatos han participado en el examen chunnin. ¿Por qué no lo intentan?
Lee parecía que quería decir algo, emocionado por la noticia que el sensei nos daba, pero no dijo nada.
──¿Qué pasa, Lee? ─cuestionó Gai-sensei.
──Bueno... Me gustaría probar para ver cual es mi nivel. ─comentó sin su usual energía. ──. Pero...
──¿Pero qué?
──Pero sé que mi nivel es tan bajo que no vale la pena ponerlo a prueba. ─dijo, sorprendiendo un poco a todos.
──Hum... ¿y tú, Neji? ─inquirió el mayor.
──Hmp. ─soltó levemente. ──. Tampoco participaré.
──Me sorprende escucharte decirlo, considerando que eres bueno. ─solté mirando de reojo al castaño.
──Por eso mismo, tener prisa no tiene sentido. ─aclaró.
──Ya veo. ─el sensei sonrió. ──. ¿Qué hay de ti, Saiko?
──Suena a problemas. ─suspiré cruzando mis brazos. ──. Y odio los problemas. Además, sería aburrido ir sola. ─me refería a mis compañeros. ──. Y de cierta forma, siento que no es momento de presentarlos.
Aún no.
──¡Amigos! ─Lee nos miraba feliz de que seguiremos juntos hasta que se presente otra oportunidad.
Gai-sensei se soltaba a llorar un mar completo al escucharnos negar ir a los exámenes chunnin.
──Chicos... estoy tan contento de tener discípulos como ustedes. ─nos miró llorando. ──. ¡Estoy tan orgulloso de ustedes! ─nos abrazó. ──. ¡Esto merece una celebración! ¡Vamos al BBQ a comer, yo invito!
No podíamos negar una invitación tan deliciosa como esa. Además, estábamos exhaustos de tanto entrenamiento. Y así fue como llegamos al restaurante a pedir una orden de costillas, después de todo Gai-sensei iba a pagar.
──Estoy tan orgullosos de ustedes por irse a lo seguro con respecto a los exámenes chunnin. ─habló el sensei volviéndose otra vez un mar de lágrimas.
──¡Oh, Gai-sensei! ─Lee lloraba con él sin motivo alguno.
Preferí colocar carne en el asador esperando a que se cocinara para darle la vuelta.
──En estos meses me encargaré de fortalecerlos para los próximos exámenes. ─comentó comiendo un poco de su carne. ──. Para lograr su máximo tendremos que duplicar el entrenamiento.
Nosotros dos nos mantenemos al margen con una mala mirada, a diferencia de Lee, ante las locuras que decía nuestro sensei.
──No. Hagámoslo el triple de entrenamiento. ─agregó Lee. ──. Así podemos perfeccionar más nuestras técnicas antes de que lleguen los exámenes.
Me limité a voltear la carne sintiendo a Neji cruzar sus brazos mientras observabamos ahora a esos dos diciendo imprudencias.
──¡Bien, dicho, Lee! ─nos miró. ──. Ahora que lo pienso, ¿por qué no lo hacemos el cuádruple de entrenamiento?
Solo cerré mis ojos mientras el Hyuga lo miraba incrédulo, Lee por su parte tenía una inmensa sonrisa.
──¿Q-qué...? No. ─preguntó al no obtener respuesta alguna de parte de nosotros dos.
──No conocen el límite de las capacidades que tiene el cuerpo humano, ¿o qué? ─pregunté mientras servía carne en el plato del Hyuga.
──Eso es físicamente imposible. ─aclaró el Hyuga tomando el plato con la carne.
──Ah, sensei... tal vez el triple de entrenamiento sea suficiente.
──Lee. ─le llamé. ──. Creo que eso sigue siendo mucho.
──Yo solo creía que eso sería bueno. ─dijo bebiendo del agua que le pidió al mesero.
Solté un leve suspiró mientras servía mi carne en un plato lista para degustar con mucho gusto. Los libros, dormir y la comida son mi pasión. Estaba por llevar mi carne a la boca hasta que sentí como mi sombra me cubría de un golpe.
Miré al frente mío a Lee con sus mejillas rosadas y sus ojos medio dormidos mientras se tambaleaba.
──¿Qué me ves, babosa~? ─dijo con una voz átona.
──¿Lee? ─preguntó el sensei al verlo así. ──. ¿Qué te pasó? ─pronto tomó un pequeño vaso donde tomó su té. ──. Oh, no Lee. Esto no es té... ¡es sake!
──Entonces, ¿Lee está ebrio? ─pregunté al verlo gritar comenzando a dar golpes a diferentes partes destrozando las cosas.
──¡Pero si sólo bebió una pequeña cantidad! ─gritó viendo como destrozaba las cosas. ──. ¡Lee, tranquilízate!
──¡Oiga~, ¿de qué se sorprende?! ─preguntó lanzando golpes a todo.
Las personas comenzaron a salir corriendo del lugar mientras que Gai-sensei intentaba tranquilizarlo al igual que Neji. Pero esté seguía balbuceando cosas indistinguibles.
──¡Lee, calmate! ─pidió el sensei.
──¡Tranquilízate! ─habló el Hyuga usando su postura para una de sus técnicas.
Tenía una gran suerte de que logré salvar mi plato de comida así que mientras ellos lidiaban con él, yo observaba en silencio comiendo.
──¡Saiko una ayuda no vendría mal! ─gritó el sensor incapaz de usar su fuerza contra su hijo-no-reconocido.
──Qué aburrido.
Me limité a seguir comiendo mientras la sombra lo paralizaba controlando la suya. Se resistía a estar paralizado así que la sombra se materializó logrando golpear su nuca dejando al chico inconsciente.
──¿No pudiste hacer eso desde el principio? ─preguntó Neji levemente enojado desactivando su Dojutsu.
──No lo pediste. ─me encogí de hombros dejando el plato sobre la mesa partida en el suelo.
──Ay, Lee... ¡¿qué has hecho?! ─gritó el mayor al ver los enormes daños.
──Lo bueno que usted paga, ¿no? ─cruce mis brazos viendo al sensei.
Esté pedía perdón de rodillas al dueño de lo que antes era un restaurante.
Pobre de mi sensei.
Después de esto, descubrimos que Lee era un maestro en el arte del puño alegre.
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