𝗢𝟮𝟯. 𝗏𝗂𝗌𝗂𝗍𝗌
─ CAPÍTULO ─
VEINTITRÉS
❝VISITAS❞
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──Ne, Ann ─me separé al escuchar la voz de Luffy. ──. Sí tú eres mi mamá, ¿Shanks es mi papá?
La sorpresa no tardó en adornar mi rostro ante la pregunta del pequeño azabache.
──¿Shanks? ─preguntaron los otros dos en un tono serio.
──¿Quién es ese cabrón? ─interrogó Ace cruzando sus brazos.
Solté una leve risa al escuchar el tono levemente celoso de los dos mayores.
──Shanks es mi pareja. ─aclaré recordando al pelirrojo, casi olvidaba que tenía una. Ups.
──¿Pareja? ─Sabo no estaba muy convencido de aquello.
──Ya me cae mal. ─murmuró el pecoso. ──. ¿Y en dónde está ese cabrón?
──Shishishishi ¡Shanks es genial! ─expresó Luffy con fascinación.──. ¡Es un gran pirata! Él fue quien me dio su sombrero y me salvó de morir.
Los dos al escuchar las palabras de su hermano, su expresión había cambiado a una más suave. Parecía que saber lo que él hizo por el azabache, los hizo cambiar la perspectiva que comenzaban a tener de él.
──¿Te salvo?
──Un bandido lo lanzó al océano, y al ser usuario no podía nadar. Por suerte, Shanks lo salvó antes de que pasara a mayores ─conté evitando mencionar algunos detalles. ──. Después de eso, él tenía que partir de nuevo a su aventura.
──¿Y no te llevó contigo? ─preguntó Sabo.
──Rechacé su oferta. ─sonreí levemente ante la sorpresa de su rostro. ──. No podía dejar, ahora, a mis pequeños solos. ─les aclaré ahora contando a los dos mayores.
──Pero ¿no lo extrañas?
──Claro que lo hago. ─me sinceré. ──. Pero ahora ustedes son más importantes. Además, cuando ustedes comiencen sus aventuras regresaré con él.
Cerré mis ojos brindando una cálida sonrisa mientras mis brazos los envolvían por completo sacando sonrisas en ellos.
──Algún día zarparan, lejos de mí. ─susurré siendo escuchada por ellos. ──. Y no importa que tan lejos estén, sí están en problemas... yo los salvaré.
Ellos no comentaron nada, simplemente se abrazaron a mí con fuerza disfrutando de la calidez que les brindaba.
──Su mamá los protegerá.
[ • • • ]
Caminaba entre las calles de la Villa Foosha, decidí bajar la montaña para comprar algunas cosas para los tres pequeños traviesos. Algo de ropa no vendría mal e incluso algunas cosas para limpiar y hacer la comida.
Según cuando recogí el dinero del mes, Garp comentó que dentro de una semana estará de visita así que si me apresuraba llegaría ese mismo día al atardecer.
Decidí visitar a Makino antes de regresar a la montaña. Así que tomé rumbo a la pequeña taberna de la peliverde.
──Buenas tardes, Makino. ─entre notando a unas pocas personas comiendo.
──¡Ann-san! ─sonrió feliz de verme, note que el alcalde estaba a su lado.
──Ha pasado tiempo que no venías por aquí, Ann. ─comentó el mayor.
──Lamento no haber venido de visita por estos meses. ─me disculpo dejando las cosas en el suelo para sentarme frente a la barra. ──. He estado un tanto ocupada.
──No te preocupes por eso. Lo entendemos. ─habló Makino. ──. Supongo que no es fácil cuidar a Luffy con bandidos de por medio.
──Es cierto. No sé en qué pensaba Garp para llevarlos a ese lugar. ─soltó el alcalde con notable molestia.
──No es problema. Ni siquiera para Luffy. ─ambos parecían sorprendidos. ──. Se acopló bien. ─una enorme sonrisa se posó en mi. ──. E hizo dos hermanos.
──¿Eh?
──¿Hermanos?
Asentí mirando a ambos.
──Conoció a dos pequeños. ─recargue mi mejilla en mi mano. ──. Ambos son tres años mayor que él. Al principio no fue fácil, pero terminaron haciendo un juramento de hermandad con sake.
Makino sonrió feliz por eso.
──Me alegra escuchar eso. Luffy no solía convivir mucho con los niños de aquí.
──Luffy era muy tosco y empalagoso, por eso los niños lo evitaban. ─recordé un poco de aquellos tiempos. ──. Me alegra que ahora no esté solo, y más ahora que vive lejos de la villa.
──¿Y cómo son esos niños que dices? ─preguntó el alcalde, supongo que tenía una leve idea de quien era uno.
──Veamos, Sabo se podría decir que es el de medio. ─comenté al recordar su cumpleaños después que el de Ace. ──. A pesar de su corta edad es un niño muy educado y valiente. Y su forma de vestir es casi muy refinada.
──Me alegra que sea así, tal vez Luffy pueda seguir el ejemplo de su hermano. ─comentó el mayor bebiendo de su té.
──Bueno, creo que sigue más a Ace. ─dije, ganando la mirada del alcalde. ──. Él es un pequeño travieso que se mete en muchos problemas. No es para nada educado, se podría decir que es lo opuesto a Sabo.
──Qué se podría esperar de alguien que fue criado por bandidos. ─soltó el alcalde.
──Planeo darles educación a los tres, aunque Sabo parece no necesitarla. ─solté un leve suspiro.
──¿Por qué lo dices?
──Porque conozco a mis tres pequeños. ─dije con seriedad.
Sabía que mi pequeño Sabo era un noble.
──Bueno, creo que ya es tarde y el camino a la montaña es largo. ─me levanté de la taberna. ──. Fue un placer volverlos a ver.
──Ann-san, si no le importa. ─miré a Makino. ──. El alcalde-san y yo nos preguntamos sí podíamos acompañarla.
──¡Claro! Luffy se alegrara de verlos. ─acepte con gusto.
El camino de vuelta a la montaña no se hizo tan pesado gracias a la compañía que tenía. En todo el transcurso nos pusimos al día de lo que había pasado en estos seis meses sin vernos.
Al llegar pude visualizar a Dadan junto a Dogra expresando su total disgusto por el comportamiento de los tres ante mi ausencia.
──¡Simplemente ya no puedo soportarlos! ¡No me importa el trato que hice con Garp! ─gritó sin notar nuestra presencia. ──. ¡Y tampoco me importa si la mocosa se enoja!
──Ara~ Ara~ ─mi dulce voz la hizo paralizar. ──. Y yo que le traje un poco de sake por sus cuidados a mis hermanos.
Los presentes me miraron temblando. Supongo que creía que iba a llegar en la noche cuando no era cierto.
──¡Ya regreso Ann! ─chillaron al verme.
Sonreí dejando algunas botellas de sake frente a Dadan. No iba a reprocharle nada de sus palabras, se que aquellos tres no eran santos.
──¡Luffy, mirá quien vino a visitarte! ─grité anunciando mi llegada caminando unos pasos al frente.
No tardé en escuchar unos pequeños pasos apresurados.
──¡Makino! ─Luffy sonrió al verle e inmediatamente corrió hacía ella dándole un abrazo.
──Has crecido. ─comentó el alcalde. ──. Ya pasaron 6 meses desde que dejaste la villa.
──Oh, alcalde. ─se dio cuenta de su presencia.
──Luffy, que esto quede entre nosotros. ─le hablé sintiendo como me envolvía en sus brazos, literal. ──. Nada de decirle a Garp. ─si se enterara que fui a la villa, me ahorcaría.
Él pareció entender un poco. O eso espero.
──Pero mira que traerlos a vivir con bandidos... ─expresó el señor mayor.
──¿Tienes algún problema? ─preguntó Dadan con mal genio.
──¡Claro que sí! ¡Aprende a respetar, mujer bandida!
──¡¿Qué dijiste?! ¡Todas las personas de la Villa Foosha son idiotas!
Solté una ligera risa al ver como se comenzaban a pelear.
──Mikino, ¿no tenías algo para Luffy? ─pregunté para ignorar esa pelea sin sentido.
──Así es. ─juntó sus manos atrayendo la atención de Luffy. ──. Tengo un regalo para ti.
Al azabache menor le brillaron sus ojos en cuento Makino comenzó a revolotear la canasta que traía consigo.
──Ann-san dijo que Garp-san no se preocupa por estas cosas. ─dijo, sacando ropa de la canasta. ──. Ropa nueva.
──¡Genial! ─expresó feliz.
Yo dejaría la mía guardada para cuando ensucien esas. Conociendo a los tres, mañana ya estarán rotas.
──Ace, Sabo, vengan a saludar. ─los miré en el marco de la puerta.
──Solo se necesita ajustar, acérquense ustedes también. ─la peliverde miró a ambos chicos.
Sabo sonrió con gusto aceptando la ropa de Makino en cambio Ace chasqueó su lengua para acercarse con algo de fastidio.
──Escuché que Ace-kun era un niño travieso, pero a mi me parece un buen niño. ─comentó la peliverde con una enorme sonrisa.
Pronto sus mejillas se tiñeron de rojo por esas palabras y más encima, es el hecho de que es la primera vez que entabla una conversación con una mujer que no sea Dadan y yo.
──C-claro que no... ─se avergonzó un poco causando pequeñas risas de parte de sus hermanos.
──Se avergonzó. ─murmuró el rubio.
──Te pusiste rojo, Ace. ─Luffy no desaprovecho la oportunidad de burlarse.
──¡Oigan! ─cómo era de esperarse del azabache, se enojó.
──Oye, no te muevas. ─pidió Makino.
──Ya me las pagarán. ─apretó sus dientes.
Sus hermanos se limitaron a reír a carcajadas.
──No se rían de su hermano, ¿quieren? ─hablé terminando de arreglar la camisa de Luffy. ──. Recuerden que es mayor que ustedes y puede cobrarselas después. ─el azabache menor levantó sus brazos para colocar su nueva camisa.
Ace sonrió en grande mientras que sus hermanos temblaron levemente.
──Pero, espero y no les hagas nada, Ace. ─lo miré con una leve advertencia haciendo las costuras a la camisa de Sabo. ──. Recuerda que eres el mayor. Tu deber es cuidar a tus hermanos, no lo contrario.
Ace se quedó en silencio ante mis palabras. Parecía que sus pensamientos invadieron su mente por un corto tiempo hasta verlo evadir mi mirada con un gesto serio. Tal parece que mis palabras lo habían hecho recapacitar.
Las leves horas pasarón y los pequeños tenían ropa nueva y conocían a Makino un poco más e incluso al alcalde.
──Iré hacer la cena. ─comuniqué levantándome del suelo. ──. ¿Se quedan a cenar?
──Nos gustaría, Ann-san. ─Makino me sonrió. ──. Pero tengo algo importante que hacer para mañana.
──Sí, por desgracia ser el alcalde no me permite ausentarme tanto de la villa. ─miré al hombre de mayor edad. ──. Pero te visitaremos seguido.
──Ya veo. ─sonreí. ──. Les agradezco tomarse el tiempo para ver a Luffy. Espero verlos pronto.
Me limité a observar a los chicos despedirse de ambos con algo de tristeza, pero sonrieron al saber que iban a visitarlos de vez en cuando.
Cómo había ido a la villa compre algunas cosas para hacer una cena balanceada en verduras, proteínas y carbohidratos. Sorpresa se llevaron todos al ver más comida de lo normal y con diferentes acompañamientos.
──Espero y les guste las comidas balanceadas.
Todos estaban más que felices y gustosos al probar los platillos. El sentimiento de que las personas se coman las comidas que hago con un brillo en sus ojos, me hacían sentirme orgullosa de mí misma.
La cena cómo era de costumbre se escuchaban unos que otros gritos o peleas por la comida, en especial de los pequeños con alguno que otro bandido e incluso entre ellos mismos.
──La comida de los barcos debe ser deliciosa. ─escuche el comentario de Sabo, más encima la presencia de alguien más fue más importante. ──. Cuando salga al mar, lo primero que haré será conseguir a el mejor cocinero.
Suspiré, no tenía remedio para decir algo, él ya estaba parado en la puerta detrás de ellos.
──Yo me convertiré en pirata antes que tú, así que olvídalo. ─el pelinegro con pecas, no tardó en recordarle que era mayor por unos meses.
──¡Eso no es justo! ─el menor empujó al mayor. ──. ¡Yo me convertiré en pirata primero!
Solté una risita cuando los bandidos escupieron la comida al percatarse de la presencia del viejo. Quien tenía una mirada furiosa por las palabras de sus nietos. Esa acción hizo que los chicos miraban confundidos hasta que el abuelo hizo un sonido con su garganta ocasionado que los dos pelinegros cambiarán su color de piel a uno morado mirando lentamente al viejo.
──¡¿Aun siguen diciendo esa estupidez?! ─preguntó furioso, al mirarlo escupieron. ──. ¡¿Acaso no entiende que ustedes se convertirán en marines?!
Levantó su puño dándoles un golpe en la cabeza a cada uno. Ellos cayeron al suelo con un chichón.
──¡Dadan! ─la mujer se levantó enseguida.
──¡Si, Garp-san! ─Dadan también recibió un golpe. ──. ¿Porque a mi también?
──No has educado bien a estos niños.
──Garp... ¿El abuelo de Ace y Luffy? ─el niño rubio miraba asustado la escena.
──Mocoso, tú también dijiste que querías salir al mar, ¿verdad? ─lo miro con una mirada oscura.
──¡El no es ningún mocoso, es Sabo! ─Luffy se puso de pie. ──. ¡Brindamos juntos y nos convertimos en hermanos y juramos que seríamos piratas!
──Eres un hablador... ─susurro Ace parándose del suelo.
──Eso significa que ahora son tres idiotas a los que les daré una lección. ─tronó sus nudillos.
Antes de que los golpeara me coloque al frente de ellos ganándose las miradas sorprendidos de ellos tres.
──No dejaré que les pongas una mano encima. ─coloqué mis manos en mi cintura. ──. Ellos deciden su futuro, no tú.
──Maldita mocosa. ─tronó sus nudillos. ──. Tendré que darte uno de mis puños de amor para que recapacites.
Claramente no iba a repeler su golpe, nunca le he puesto la mano encima a Garp a pesar de que puedo defenderme de sus golpes. Me limité a cerrar mis ojos pero me asombre cuando sentí cómo me tomaron de mi ropa haciéndome caer al suelo impidiendo que el golpe llegará a mi.
──¡No dejaré que le pongas una mano encima a mamá! ─Luffy fue el primero en hablar frente a su abuelo.
──Luffy tiene razón. ─Sabo sonrió con nervios. ──. Mientras estemos aquí, nadie la lastimará.
──Sí quieres tocarla tendrás que acabar con nosotros, anciano. ─Ace se colocó frente a sus hermanos.
Esa acción nos sorprendió a todos, en especial a Garp. El marine sonrió un poco antes de oscurecer su mirada.
──¿Seguros? ─los chicos temblaron por su expresión sombría. ──. Entonces tendré que acabar con ustedes de un golpe.
Los tres tragaron saliva antes de echarse a correr lejos de la casa con Garp siguiendolos hasta golpearlos y hacerlos sufrir por un rato. Sonreí un poco recordando su forma de protegerme aún siendo niños.
──Veamos qué nos depara el futuro.
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