𝗢𝟭𝟮. 𝗀𝗎𝗂𝗅𝗍𝗒

CAPITULO
DOCE

CULPABLE ❞

• • •

──Ann-san. ─mire a Makino quien estaba cabizbaja. ──. Los bandidos regresaron a la taberna y comenzaron a hablar mal del Capitán-san. Eso hizo enojar a Luffy e intenten detenerlo, pero él les gritó que no siguieran hablando mal de ellos. Eso molestó al hombre y lo tomó llevándose de la taberna. 

Solté un suspiro, Luffy siempre es y seguirá siendo el mismo. Sabía que él no se iba a quedar callado si llegara a escuchar a personas hablar mal de la gente que conocía. 

──No te disculpes, Makino. ─hablé tranquilizando a la mujer. ──. Conozco a Luffy mejor que nadie y él de un modo u otro intentaría algo contra ellos. No te disculpes, no tuviste la culpa. 

Sonreí levemente.

Solté un leve suspiró cerrando mis ojos. Para poder encontrarlo tenía que concentrarme y permanecer calmada. Poco a poco fui sintiendo la presencia del bandido yendo directo al muelle. 

──El muelle. ─murmure mirando aquella dirección. 

Si mi entrenamiento con Garp no me falla, el bandido se dirige al muelle.

──Kenbunshoku Haki. ─dijo Benn quien fue el que mejor me escuchó. 

──¡Eso es lo de menos! ─exclamé restando importancia. 

Dicho eso, comencé a correr sintiendo al pelirrojo correr detrás mío después de haber ignorado sus gritos. Logré ver al estúpido bandido lanzar a Luffy al mar, lo malo es que estaba lejos del muelle. Me detuve cuando llegué al extremo de la madre donde comenzaba el agua. 

Estaba decidida a saltar, pero recordé que solo sería un ancla.

──Yo me encargo, tú quédate aquí. ─sentí el sombrero ser colocado en mi cabeza mientras su capa se posaba en mis hombros y Gryphon a un lado de Murasame, colgando de mi cintura.   

Antes de que se fuera, lo tomé de su brazo llamando su atención.

──Por favor, Shanks... salva a Luffy sin importar nada. ─pedí sintiendo mis ojos cristalizarse. ──. Salva a mi hermano... solo eso te pido. 

──Lo prometo, lo traeré sano y a salvo. ─beso mi frente para después tirarse al mar nadando a donde estaba mi hermano. 

Escondí mi mirada bajo el sombrero, no quería mirar, por unos segundos me imaginaba la peor escena donde él no llegaba a tiempo y Luffy se ahogara. 

Pero nunca imaginé lo que realmente sucedió. 

Me lleve mi mano a la boca mientras caía de rodillas al suelo, negaba con la cabeza no queriendo que fuera verdad lo que mis ojos miraban. Estaba en un pequeño estado de impresión hasta que sentí los pequeños y tímidos brazos de Luffy aferrarse fuertemente de mi pecho mientras lloraba a mares siendo empapada por él, le acaricie la cabeza mientras cerraba fuertemente mis ojos sin dejar que una lágrima se derramará. 

──No llores, Luffy. Todo está bien, ya pasó lo peor. ─sonreí a duras penas mientras sentía la frente del pelirrojo chocar con la mía.

──¡Pero, Ann...! ─se aferró más a mi pecho escondiendo su rostro en ellos. ──. ¡Shanks! ¡¡Shanks perdió un brazo!!

Cerré con más fuerza mis ojos, me siento culpable por ello y no lo iba a negar. Le dije que salvara a Luffy sin importar nada, tal vez esto no hubiera pasado si no hubiera dicho aquello. 

──No pienses estupideces, nada de esto es culpa tuya. ─y como si me hubiera leído la mente, me abrazo con su único brazo ahora.

──Lo siento. ─susurré cerrando mis ojos. ──. En serio, lo siento tanto.

──No tienes porque disculparte. ─regresó el susurró. 







[ • • • ]







Cerré mis ojos inhalando una gran cantidad de aire mientras me debatía internamente si entrar a la habitación donde se encuentra descansando el pelirrojo. 

Siendo honesta, desde lo que pasó hace tiempo, no he dejado de culparme por el hecho de que haya perdido uno de sus brazos solo por salvar a mi hermano, a mi responsabilidad. Aunque, a la vez estoy muy agradecida de que haya logrado llegar a tiempo y rescatar a Luffy antes de ser demorado por un Rey del Mar. 

Después de estar minutos de pie frente a su habitación tome gran valor para abrir la puerta sin atreverme a tocarla. La mirada del pelirrojo se cruzó con la mía, una sonrisa se formó en su rostro al verme entrar. 

──Hasta que decidiste entrar, ¿eh? ─dijo mientras yo abría las cortinas dejando ver la luna, ya había oscurecido.

──¿Cómo sabías qué estaba parada en la puerta? ─pregunté abriendo esta vez la ventana dejando entrar la fresca brisa que el viento nos brindaba.

──Siempre te sentiré, no importa que tan lejos estemos. Sentiré tus leves movimientos. ─sonreí de lado mientras miraba un punto fijo sobre el cielo estrellado. 

──Lamento venir tan tarde. Luffy recién se acostó y el doctor dijo que necesitabas descansar. ─comenté caminando a su dirección colocando una canasta con comida en la mesa de un lado de la cama.

──No necesitas lamentar nada, linda. ─tomó mi mano con la suya besando mis nudillos. ──. Mientras tenga presente que vendrás lo demás no importa. ─cerré mis ojos sintiendo sus labios ahora en mi frente. 

Con cuidado de no lastimarlo acosté mi cabeza en su pecho sintiendo suaves caricias en mi cabello. Solo por unos segundos sentí la falta de las leves caricias que su otra mano me hacía casi siempre en mi cintura.

──¿Cómo te sientes? ─pregunté acariciando su pecho, no llevaba la camisa abrochada, solo por encima de los hombros mientras unas vendas cubrían su lado izquierdo. 

──Quitando de lado la asquerosa comida que me han dado y el prohibir beber sake. Me encuentro mejor. ─se soltó a reír, pero se calló cuando yo no lo hice. 

──No me refiero a eso y lo sabes. ─escondí mi cabeza en su cuello. 

Lo escuché suspirar mientras me abrazaba por mi cintura con cuidado de no lastimarse. 

──Nada de lo que pasó fue tu culpa. Es un pequeño precio que pagué por la futura generación. ─cerré mis ojos ante sus palabras. ──. Además con un brazo menos no cambia mucho en mi vida. Al menos de que ya no me quieras. 

──No digas estupideces. ─levante mi cabeza mirándolo a los ojos. ──. No importa lo que pase de hoy en adelante, yo siempre te querré. ─le aclaré manteniendo mi mirada.

──Y yo siempre te amaré. ─me sorprendí por sus palabras tan sinceras. Su cara fue de amor a una de terror al verme sin decir ninguna palabra y más al ver mi rostro de sorpresa. ──. No debí haber dicho eso, ¿cierto?

Una sonrisa salió de mis labios al escuchar su tono de voz miedoso. Cerré mis ojos mientras tomaba su rostro y juntaba sus labios con los míos en un tierno beso. 

──Siempre te querré y amaré. Nunca lo dudes. ─susurré sobre sus labios separando mi rostro del suyo por unos centímetros. 

Solo para terminar por cortar nuevamente la escasa distancia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top