𝗢𝗢𝟵. 𝖻𝖺𝗇𝖽𝗂𝗍𝗌
─ CAPITULO ─
NUEVE
❝ BANDIDOS ❞
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Makino le entregó a Luffy un plato de carne por petición mía, sabía que si no comía carne en lo que resta del día iba a estar insoportable hasta que le dieran su tan apreciada carne.
──Shanks. ─le llamo mordiendo el pedazo de filete de carne.
──¿Qué? ─le preguntó mientras lo miraba de reojo comiendo.
──¿Cuánto más te quedarás en el pueblo?
Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante esa pregunta. Ya casi se llegaba un año desde que llegaron a esta isla y con eso ocho meses siendo pareja del pelirrojo.
──Bueno. Haremos un par de viajes y dejaremos el pueblo para ir al norte. ─le aclaró tranquilamente.
──Un par de viajes, ¿eh? ─murmuró con la boca llena y migajas en su rostro.
Solté un pequeño suspiro bebiendo de mi agua, me dolía saber que ya no estaría más tiempo con él. No lo iba a negar o esconder la tristeza que sentía ante su pronta partida, los meses con él han sido los mejores desde que tengo memoria.
──Y... ¿Ann se irá contigo? ─su pregunta se escuchaba con un toque de tristeza.
──No lo sé, pregúntale a ella. ─sentí las miradas de ambos en mi.
Si bien sabía ese tema no lo hemos tocado jamás y era por miedo de la respuesta que le podría dar.
──Termina de comer, Luffy. Después se enfriará y no la comerás. ─le acaricie la cabeza evadiendo el tema y la mirada del pelirrojo.
──¡Aprenderé a nadar mientras estés aquí! ─cambio de tema de manera rápida sin notar la poca tensión que se estaba presentando.
──Eso es bueno. Esfuérzate. ─le dijo sin tantos ánimos como hace unos segundos, sé que a él le duele por igual, pero intentaba esconderlo.
Se que era difícil para ambos.
No puedo irme con él y dejar a Luffy solo y menos ahora que admira a Shanks y lo usa como ejemplo para llegar a ser un gran pirata. No podía dejarlo simplemente solo, aún es un niño que necesita el apoyo de su hermana.
Un fuerte ruido me trajo de vuelta de mis pensamientos, mis ojos azabaches se enfocaron en la entrada observando al hombre que había tirado la puerta de una patada. El ambiente tan cálido y divertido se esfumó en tan solo unos minutos.
──Con permiso. ─dijo, el que por lo visto, era el líder de lo que creo que son bandidos. ──. Así que estos son los piratas. Qué idiotas. ─soltó mirando a su alrededor.
No le presté atención y seguí bebiendo mi vaso de agua mientras miraba de reojo a Luffy comer quitando algunas migajas de comida de su rostro. Conocía a los de su tipo y no son personas que intimidan mucho, solo hablaban creyéndose lo mejor de lo mejor por ser meros bandidos. Entraron en grupo llegando a la barra frente a Makino exactamente a un lado de Shanks y un poco retirados de nosotros.
──Somos bandidos de montaña. ─se presentó. ──. Pero no venimos a destrozar nada. ─aclaró. ──. Véndenos cerveza.
──Lo siento. Se nos acaba de terminar. ─habló Makino con su suave voz.
──Estos piratas beben algo. ¿Es agua? ─miro de reojo a los hombres en las mesas.
──No, ellos beben lo último que teníamos. ─comenté mientras me cruzaba de brazos, Makino estaba poniéndose nerviosa y me miraba para que la ayudara un poco. Con la mirada, la peliverde me agradeció.
──Me disculpo. Parece que dejamos seco el negocio. ─habló el pelirrojo llamando la atención del tipo. ──. Lo siento. ─le tendió una botella de sake, el sujeto lo miró de reojo. ──. Puedes llevarte esta. No está abierta.
Para cuando me di cuenta de lo que iba hacer tome a Luffy que estaba comiendo algo morado que no logre distinguir bien. Cubrí su cuerpo con el mío evitando que los vidrios y el líquido cayeran en él, sin embargo, el pelirrojo recibió la gran parte por el motivo de que la botella fue rota casi en su rostro.
──Oye, imbécil, ¿quién te crees que soy? ─escuche qué preguntó con un tono más elevado. ──. Una botella no es suficiente para mi sed.
──Genial, yo bebiendo agua para que él desperdicie una botella. ─solté mientras dejaba a Luffy a un lado mío. ──. Ahora apesto a sake. ─me quité un vidrio de mi cabello notando un poco de líquido sobre mí.
──El suelo está todo mojado. ─murmuró Shanks al igual que yo sin prestar atención a las palabras del tipo.
──Mira. ─el bandido sacó un cartel de recompensa. ──. Tengo una recompensa de $8,000,000 berries. Maté a 56 personas. Todos eran insolentes como tú, hombre y mujeres por igual. ─me miró reojo, pero no le presté atención porque Makino me dio una toalla para secar el poco sake de mi cuerpo. ──. Ten cuidado. Pero como somos de montaña y ustedes del mar, no nos veremos más. ─sentí su mirada en mi. ──. O no con todos.
Ni siquiera me importo lo que decía solo me aseguraba de que a Luffy no me hubiera caído ningún cristal, él ya no estaba comiendo ya que no tenía nada en manos.
──Lo siento, Makino-san. ¿Tienes un trapo? ─escuche hablar a Shanks ignorando rotundamente al bandido.
──¡Espera, yo lo haré! ─le dijo un poco asustada de todo esto.
──No te preocupes por eso, Makino. Yo puedo encargarme. ─dije levantándome mientras tomaba a Luffy en brazos, sabía lo que el tipo intentaba hacer al tomar su espada.
Logré escuchar un gran estruendo dándome a entender que había hecho lo que imaginaba.
──¿Estás bien, Luffy? ─pregunté dulcemente haciendo que no mire detrás de mí.
Él movió muy despacio su cabeza afirmando mi pregunta mientras seguía un poco en shock por lo que pasaba en la taberna.
──Parece que te gusta limpiar, así que eso te dejará satisfecho. ─escuche las palabras del tipo seguido de unas pocas risas de sus hombres.
──Bien, como ya no hay nada más interesante que hacer. Pueden marcharse. ─dije amablemente sonriendo.
──Tsk. ─guardo su espada mientras pasaba por lado mío seguido de sus hombres. ──. Nos vemos, debiluchos. ─dijo antes de salir de la taberna.
Terminé soltando un pequeño suspiro tomando la pequeña toalla que Makino me dio antes. Me acerque a el pelirrojo quien estaba tirado en el suelo.
──¿Te encuentras bien? ─pregunté sentada en cuclillas procurando que mi vestido no se levantara.
──No es nada, linda. ─tomó mi mano, su rostro estaba escondido entre su sombrero de paja.
Mordí mi labio evitando reír, ahora me daba cuenta de que él es más que un simple pirata.
──Te miras patéticamente adorable. ─sonreí soltando una pequeña risa mientras secaba el sake de su pecho.
Él soltó una pequeña risa y en menos de unos segundos todos comenzaron a reír despavoridos.
──Qué ridículo, jefe. ─exclamó Lucky.
──¡Lo hizo polvo! ─comentó Yasopp soltándose a reír.
──Incluso la jefa se ríe de usted. ─rodé mis ojos divertidos ante ese último comentario.
──¿Así que te ríes de mí? ─alzó una ceja mirándome secar el sake de su cuerpo.
──Sólo un poco, creo que hasta me quitaste lo enojada que estaba contigo. ─lo mire con una sonrisa burlona.
──¿En serio? ─me tomó de la cintura sentándome entre sus piernas.
──No cantes victoria aún, ¿qué no estás del todo perdonado? ─aclaré colocando una de mis manos en su pecho para mantener distancia.
──De perdido dame un beso que en todo el día me lo has negado. ─pidió haciendo un mohín.
──Qué dramático. ─rodé mis ojos para terminar por darle uno.
No voy a mentir diciendo que no me estaba muriendo por besarlo, pero claramente mi orgullo era más, y de lo enojada que estaba, se lo negaba. Pero ahora por fin todo se ha arreglado o al menos era por el momento.
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