CAPÍTULO 3: THE SUMMONS OF THE SUN AND THE NIGHT
—— THE SUMMONS OF THE SUN AND THE NIGHT ——
Los ojos de Tomiris empezaron a abrirse lentamente, apenas eras consciente de donde estaba, y menos aún de lo que había sucedido, pequeños flashbacks se arremolinaban en su mente. Pero había dos cosas que recordaba a la perfección, la luz que había salido de ellas de la cual se acordaba vagamente, y del Volkra que se había intentando llevar a su hermana, lo que genero que su preocupación creciera. ¿Dónde estaba Alina? ¿Y Mal?
—Quita, tienes el hombro destrozado.— Dijo una Grisha ha Tomiris mientras está hacia un movimiento intentando reprimir una queja de dolor.
—¿Dónde está mi hermana? ¿Dónde está Alina? ¿Y Mal? ¿Ellos están bien?— Preguntó preocupada esperando que ambos estuvieran bien, ya que eran vagos los recuerdos que tenía, pero recordaba a la perfección como aquel Volkra las agarraba a ella y a su hermana, pero también recordaba la luz que salió de ambas. Al recordar aquello centro su atención en sus manos, ¿como había podido hacer aquello?
—El primer ejército va a la enfermería.— Respondió la Grisha, haciendo que Tomiris la mirase preocupada ya que aquello no llegaba a responder del todo si su amigo estaba bien. —Tu hermana está bien, una compañera mía la está curando se ha roto la clavícula, pero se recuperará.— Añadió haciendo que Tomiris la mirase con una expresión de alivio al saber que su hermana pequeña estaba bien, aquello era lo único que la inquietaba; que Alina se hubiera quedado dentro de la sombra, pero aunque su hermana estuviera bien Mal seguía desaparecido, lo que significaba que podía o no estar muerto.
—Llevarlas a la tienda del general.— Dijo Zoya, haciendo que Tomiris mirase a la Grisha al no entender porque querían llevarla a ella ante el general.
—¿De quién?— Preguntó Alina haciendo que Tomiris se diera cuenta de que su hermana estaba bien.
—Aún no hemos terminado.— Alegó la curandera con obviedad.
—Pues vete con ella.— Respondió Zoya con obviedad, haciendo que la Grisha de la casaca roja la ayudase a levantarse.
—Suéltame, puedo andar sola.— Respondió con brusquedad la ojiazul mientras se soltaba de ella con brusquedad. —¡Alina!— Exclamó mientras se acercaba a su hermana con preocupación. —¿Estas bien?— Preguntó mientras hacía una revisión para cercionarse de que estuviera bien, o por lo menos eso es lo que creyó al ver la cara de alivio de ella.
—¿Y tu?— Preguntó Alina mientras ambas empezaban a caminar.
—Estoy bien, no te preocupes por mi.— La intento tranquilizar mientras la dedicaba una sonrisa esperando que se creyera aquella mentira, ya que ella sabía que algo había cambiado, ella y su hermana habían hecho algo que parecía imposible, y eso podría traerlas muchos, tal vez, demasiados, problemas.
Las dos caminaron en silencio mientras se acercaban a la gran tienda negra que resaltaba con respecto a las demás, conforme avanzaban los grishas que estaban cerca se detenían para mirarlas, mientras el temor y la incertidumbre crecían dentro de ellas, ¿por qué querría verlas Kirigan?
—Acercarmelas.— Ordenó Kirigan de espaldas a las dos hermanas, para a continuación darse la vuelta y mirarlas. —Acercaros.— Las ordenó a las dos, haciendo que ambas se mirasen de reojo mientras se acercaban al general sin estar del todo seguras de lo que fuera a ocurrir. —¿Y bien?— Inquirió mientras las miraba esperando que alguna de las dos le diera una explicación de lo que había ocurrido.
—¿Y bien qué, señor?— Preguntó Tomiris con prepotencia mientras alzaba la cabeza con orgullo mientras le desafiaba con la mirada, mostrando que ella no le tenía miedo y menos aún alguna clase de respeto.
—¿Qué sois?— Volvió a preguntar mirando a las dos hermanas esperando que alguna le diera alguna respuesta con respecto a lo que él y todos habían visto.
—Alina Starkov ayudante de cartógrafos del Real cuerpo de topografos, y ella es mi hermana, Tomiris, rastreadora.— Respondió Alina intentando mantener la calma, ya que su hermana parecía estar bastante incómoda en aquel lugar, y mejor que nadie sabía que como aquello se complicará Tomiris haría relucir su impulsividad. —Están muertos, y por mi culpa, por eso estoy aquí.— Murmuró con temor al creer que se debía al hecho de que había quemado todos los mapas.
—Responder a mi pregunta.— Las pidió Kirigan esperando que ambas, finalmente, fueran sinceras. —¿Qué sois?— Insistió.
—Yo hago mapas, señor.— Insistió Alina haciendo que un par de Grishas se rieran.
—¿De qué os burlais, idiotas?— Preguntó Tomiris mientras se daba la vuelta y les miraba con una expresión de fiereza que intimido a todos.
—Tomiris.— La llamo su hermana esperando que se calmara, para que pudieran salir de allí lo antes posible para poder reunirse con Mal.
—Silencio.— Ordenó Kirigan mirando al grupo que se había reído de Alina y que se había sentido intimidado por la mayor. —¿Quien vio que pasó en realidad?— Preguntó el Grisha oscuro esperando obtener las respuestas que de alguna forma ya conocía. —¿Zoya? Tu estabas en la vela mayor.— Asumió mirando a la vendaval, esperando que esta pudiera decirle que había ocurrido en el interior de La Sombra.
—Nos atacaron al pasar por el segundo hito, alguien encendió un farol.— Resumió la morena como si aquello fuera el hecho más normal del mundo, y tal vez para ella y para el resto de Grishas lo era, pero no para ninguna de las dos hermanas.
—¿Y?— Inquirió Kirigan esperando que esta siguiera con la narración de los sucesos que habían ocurrido.
—Los Volkra atacaron primero a los fusileros y a los inferni.— Prosiguió la Grisha con la explicación, haciendo que las dos hermanas se mirasen al recordar todo cuanto estaba contando, pero a diferencia de Alina, Tomiris recordaba sobre lo que sucedió después de aquello. —Entonces se hizo una luz cegadora.— Terminó de decir haciendo que la mayor de las hermanas sintiera un escalofrío que recorrió toda su columna vertebral al ser consciente lo que eso podía llegar a significar, pero aquello era imposible. Ellas no eran Grishas, no podían serlo, ellas solo eran dos huérfanas que luchaban por mantenerse juntas.
—Fueron ellas.— Añadió otro Grisha señalando a las dos hermanas.
—Nuestra cartografa y nuestra rastreadora.— Asumió Kirigan mientras miraba a las dos hermanas con curiosidad y, de alguna forma, con fascinación. —¿Es eso cierto?— Inquirió sorprendido y, de alguna forma, esperanzado, todos ellos estaban asombrados por lo que suponía lo que ambas habían hecho. —¿Podéis invocar la luz?— Preguntó haciendo que Alina mirase a su hermana, la cual mantenía la mirada al frente con una expresión de imposibilidad. —¿Dónde os criasteis?— Quiso saber mientras se apoyaba en la mesa.
—En Keramsov.— Respondió Tomiris sabiendo que aquello les indicaría a todos que ambas eran huérfanas, por lo que no podrían recurrí a su familia viviente para poder descubrir de donde provenía aquel poder.
—¿Dónde os hicieron la prueba?— Preguntó haciendo que ambas se quedarán en silencio al ser conscientes que Mal no se llegó a hacer la prueba, y por temor a ello ellas se hicieron heridas para poder engañar a los grishas que realizaban la prieba. —¿No lo recordáis?— Preguntó al interpretar su silencio como una indicación de que no recordaban el lugar, o lo que en realidad podía significar, que ninguna de las dos se habían sometido a la prueba. —Bueno, pues vamos a asegurarnos, primero tu, Alina.— Sentenció mientras se acaba a las dos hermana, al mismo tiempo que hacía girar su anillo. —Súbete la manga.— La ordenó mientras las dos se miraban.
—¿Qué pasa?— Preguntó Alina mientras ambas sentían una extraña sensación, algo que de alguna forma las envolvía y las hacía estremecerse.
—La manga, por favor.— Insistió Kirigan haciendo que Alina obedeciera su orden, para después Tomiris
agarrarla de la mano en señal de apoyo y de protección, gesto que no pasó desapercibido por parte del Grisha oscuro. —Y soltaros.— Añadió haciendo que Alina la mirase en señal de apoyo, Tomiris se hizo a un lado al mismo tiempo que Kirigan agarraba a su hermana pequeña del brazo, provocando, con su anillo en forma de uña, hiciera un corte del que salió una brillante luz.
—Imposible....— Murmuró Tomiris mientras alzaba la cabeza asombrada y maravillada ante lo que sus ojos estaban viendo, ya que jamás se había llegado a imaginar que su hermana, su pequeña, dulce y adorada hermana fuera tan especial, ya no para ella sino para toda Ravka.
—Te toca.— Intervino Kirigan haciendo que Tomiris le mirase de forma desafiante, haciendo que este encarnará una ceja al ver que ella parecía ser la única que no le tenía miedo.
—¿Para que queréis a alguien con el poder de la luz?— Preguntó Alina intentando que su hermana no fuera sometida a aquella prueba, su hermana era demasiado independiente como para someterse a las exigencias que suponía ser un Grisha.
—¿No es evidente?— Intervino un Grisha como si su pregunta fuera estúpida. —Para que no vuelva a ocurrir lo de antes.— Respondió con obviedad.
—La manga.— Ordenó Kirigan haciendo que Tomiris hiciera caso a su petición al mismo tiempo que un rayo de luz y de sombra salía del corte que el general la había hecho, haciendo que la chica mirase a todas partes desconcertada al no entender lo que ella era, ¿que eran ella y su hermana? Ante aquel rayo de poder, los murmullos se hicieron presentes en la tienda, haciendo que las dos hermanas se mirasen al comprender que sus vidas habían cambiado por completo.
—¿Qué significa eso?— Quiso saber Alina mientras su hermana se bajaba la manga de la camisa y regresaba al lado de su hermana, manteniéndose un paso por delante en señal de protección, gesto que no pasó, para nada, desapercibido para el Grisha oscuro.
—Luz y oscuridad.— Respondió con una media sonrisa que era difícil de descifrar ya que su expresión seguía estando seria. —Tu, Alina, posees la luz pura; tu hermana, por el contrario, posee en partes iguales la luz y la oscuridad, a diferencia de ti o de todos los grisha llegara un momento en el que instintivamente uno de los dos se impondrá al otro.— Las explicó haciendo que las dos se mirasen al ser conscientes de lo que eso significa, pero no podía ser posible, ellas no eran Grishas, ellas eran dos chicas normales que se habían visto en la necesidad de aprender a sobrevivir en un mundo donde ser medio Shu no las había traído más que problemas; pero los problemas no habían terminado, ahora deberían de aprender a vivir en un mundo que para ellas siempre habia sido lejano, extraño, peligroso y lleno de personas orgullosas que se creían especiales por tener un poder que distaba a ser de envidia para aquellos que querían una vida normal.
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—Ya me habéis oído, subir.— Ordenó el Grisha el cual estaba ante la puerta del carruaje negro en el que Kirigan había llegado al campamento la noche anterior.
—No, esto es un error, tenemos que buscar a Mal.— Negó Alina sabiendo que no podían irse sin ver antes a su amigo, no podían abandonarle sin explicarle lo que había sucedido y para cercionarse de que él estaba bien.
—El general no comete errores, ha ordenado llevaros al Pequeño Palacio de inmediato.— Insistió el Grisha intentando mantener la calma, aunque sabía que iba a tener que hacer uso de la fuerza para que ambas acataran la orden que él las estaba dando para cumplir, a su vez, la orden que Kirigan le había dado a él. —Y ahora subir al carruaje.— Añadió mientras se acercaba a las dos.
—Todos cometemos errores.— Garantizó Tomiris mientras le miraba fijamente. —Miranos, ¿acaso parecemos importantes?— Preguntó, dando a entender que no debían de hacer uso de todo ello para ellas, solo eran unos soldados más, no tenían rango ni poder, solo eran dos chicas que querían alejarse de allí.
—Parecéis problemáticas, que es casi lo mismo.— Respondió con obviedad, como si aquello fuera una ofensa, pero para Tomiris fue mas un cumplido, ella siempre se había metido en problemas, les había buscado o los creaba, a fin de cuentas de las dos, era la más propensa a golpear a un Grisha sin temor a las represalias. —Vamos.— Insistió mientras agarraba a Alina del brazo para que esta se moviera, pero rápidamente esta se zafo de su agarre.
—Un momento, Malyen Orestev, está en la enfermería. Tenemos que hablar con él, vamos a hablar con él.— Sentenció la menor de las hermanas intentando alejarse de allí, pero rápidamente los otros dos Grishas que las escoltaban se interpusieron dando a entender que ellas no irían a ninguna parte.
—Escuchar, niñas, los espías sabrán lo que habéis hecho y el enemigo vendrá a por vosotras.— Las recordó en señal de que no podían perder más el tiempo, sobretodo porque ambas eran más valiosas de lo que podían llegar a imaginar. —Tenemos que llevaros hasta Os Alta, tras los muros del Palacio antes de que os maten.— Sentenció mientras volvía a agarrar a Alina del brazo, obligándola a subir al carruaje. —Vamos.— Sentenció mientras las dos hermanas subían para terminar sentadas la una junto a la otra.
—No te preocupes, Lina, Mal es fuerte se pondrá bien, y sabrá donde buscarnos.— La intento tranquilizar su hermana mientras la agarraba de la mano en señal de que todo aquello saldría bien, ella no iba a permitir que la pasara algo, porque quien quisiera hacerla algo se las tendría que ver con ella y no sería nada amable.
—No es eso lo que me preocupa.— Murmuró su hermana pequeña mientras centraba su mirada en el campamento, el cual parecía ignorar que la vida de todo Ravka estaba apunto de cambiar de una forma que nadie más podría imaginar.
—Estará todo bien, te lo prometo.— Murmuró la mayor mientras apoyaba su cabeza en el hombro de la menor, en señal de cansancio, pero en verdad lo hacía al ser consciente de que ante ellas se abría una aventura y un reto del que sólo ellas podrían salir ilesas.
★★★
Se que no es último de mes, pero estaba claro que mañana no iba a actualizar por que es un día para estar con la familia (y nadie iba a leerlo)
Pero me encanta el terminar el año actualizado esta historia y con un capítulo tan importante.
El capítulo no es tan demasiado importante con respecto a esa subtrama para mi protagonista, pero estaba claro que debía de suceder.
Finalmente las invocadoras del sol y la noche han aparecido. Pero creerme que tengo grandes planes. Como Kirigan.
Se que os preguntaréis, ¿que papel jugará Kirigan con Tomiris? Bueno os toca esperar pero me atrevo a deciros que os va a encantar y que no lo vais a ver venir.
Lo que si quería resaltar es el papel de la sobreproteccion de Tom hacía Alina, creo que es algo evidente por parte de unas hermanas, pero también lo es con respecto a la actitud de ambas, y creo que pega bastante bien o por lo menos así lo pienso.
Dicho eso, no me queda decir mucho más.
Solamente feliz año 2024 y que este nuevo año sea mínimo un poquito mejor que el que dejamos atrás.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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