CAPÍTULO 10: SOMETIMES HISTORY REPEATS ITSELF AGAIN
—— SOMETIMES HISTORY REPEATS ITSELF AGAIN ——
—¡Me asuste!— Exclamó Marie mientras las demás reían. —Era el primero que quería pasar tiempo conmigo.— Admitió avergonzada por aquella situación que había vivido.
—¿Y le prendiste fuego?— Preguntó Alina sin creerse lo que estaba escuchando.
—Fue un accidente.— Se defendió Marie creyendo que aquello justificaría aquel incidente.
—Los vendabales tuvieron que lanzarlo de cabeza al lago.— Puntualizó Nadia empeorando la historia.
—Envuelto en llamas y casi se ahoga, pues menuda primera impresión.— Comentó en esta ocasión Tomiris mientras no dejaba de reírse por aquella situación, ni sus primeras impresiones habían sido tan desastrosas como la que había tenido Marie.
—Hola Genya.— Sonrieron todas mientras la aludida entraba en la habitación.
—Te necesitan para la kefta.— La informó Genya a Marie la cual rápidamente cambió su expresión al ser consciente de lo tarde que era.
—Oh, madre mía, llegó tarde. Vamos Nadia.— La indicó mientras la agarraba de la mano y tiraba de ella para ambas salir corriendo.
—Gracias a los Santos que he llegado a tiempo.— Murmuró Genya una vez que las dos Grisha se fueron, viendo que Alina tenía un desastroso peinado, mientras que Tomiris tenía una revuelta trenza.
—Han hecho lo que han podido.— Admitió Alina agradeciendo lo que ambas habían hecho para intentar ayudarla a estar presentable.
—La sola idea me aterra.— Admitió mientras abría su maletín para poder empezar a decidir que elementos usar para poder dejar perfectas a las dos hermanas. —No hay noticias de Mal.— Añadió mientras Alina se sentaba en la silla.
—No hace falta que sigas pendiente, bastante ocupada estas ya.— La pidió la invocadora del sol, haciendo que Genya y Tomiris se mirasen sabiendo que aquello lo decía por lo decepcionada que estaba por el hecho de no recibir ninguna carta de parte de él.
—Sí, ni te lo imaginas.— Murmuró mientras deshacía el peinado. —A su mando nada real, la reina Tatiana, la trae sin cuidado que necesite dormir. Se despertó de madrugada y me ordenó que la retocase la cara antes de que llegasen sus damas.— Las explicó haciendolas ver que Genya también era muy solicitada, sobretodo para la reina la cual temía que la gente fuera testigo de que el paso del tiempo también pasa factura para aquellos que tenían sangre regia.
—Puedo dejarla ciega por accidente en la demostración.— Sugirió Tomiris haciendo que ambas la mirasen por su comentario.
—¡Tomiris!— La reprimio Alina en señal de que aquel comentario había sido demasiado descortés.
—¿Qué? Solo era una sugerencia.— Se defendió sabiendo que aquello ayudaría a Genya a librarse de Titania por lo menos durante algún tiempo.
—¿Para que es eso?— Quiso saber Alina al ver como la confeccionadora cogía un escarabajo.
—Cierra los párpados.— La ordenó mientras usaba su poder para pintar del mismo color los párpados de la menor. —La verdad no me importa, así consigo que el rey se fije más en ella. Al menos hasta la noche.— Admitió mientras ella y Tomiris miraban el color.
—Ese color no la pega.— Dijo la pelinegra haciendo que Genya borrase su trabajo.
—Sí al final cayera la sombra, ¿que pasaría?— La pregunto Alina con curiosidad.
—Ravka renaceria, el segundo ejército no haría tanta falta, los Grisha tendrían nuevas oportunidades.— Respondió su hermana asumiendo que aquello supondría que los Grisha serían libres y que tendrían la oportunidad de vivir su vida como quisieran, no a manos del deber de servir a la corona y de arriesgar su vida. —Siempre he querido recorrer mundo, ver el mar auténtico.— Admitió mientras sonreía esperando que de alguna forma sus sueños pudieran hacerse realidad.
—Visitar la biblioteca de la universidad de Ketterdam.— Añadió Alina apoyando la idea de su hermana de cumplir los sueños que tenían antes de descubrir quienes eran. —Mal siempre quiso retirarse a una granja, a mi no me van mucho. Pero una dacha en Valakirek...— Empezó a decir mientras ponía una mueca de desagrado.
—Si es que las santas pueden retirarse.— Puntualizó Genya dando a entender que tal vez ellas no tendrían la suerte de vivir aquella vida con la que fantaseaban.
—Sí, ya, cierto.— Murmuró Alina con desánimo.
—Tomiris, esto es para ti.— Genya la dio a la mayor un anillo, el cual contenía una serie de piedras de color negro. —Se que el general prefiere el negro para la demostración, pero después podréis volver al azul.— Las tranquilizó haciendo que las dos hermanas se mirasen sabiendo que había llegado el momento de destacar, habían permanecido tanto tiempo en las sombras que de alguna forma querían salir a la luz.
—Ambas hemos pensando en seguir con el negro, vamos a seguir así.— Respondió Tomiris mientras agarraba a su hermana del hombro dando a entender que hablaba en el nombre de las dos.
—Me gusta veros animadas, pero... tened mucho cuidado.— Las pidió asustada por lo que las podría pasar a las dos.
—¿Con que?— Quiso saber la invocadora del sol sin entender porque las estaba advirtiendo de un peligro que parecía inexistente.
—Con los poderosos.— Respondió haciendo que las dos hermanas se mirasen preocupadas.
—Adelante.— Respondió Tomiris después de que alguien llamará a la puerta.
—Hola.— Saludo un Grisha entrando en la habitación y quedándose en la puerta.
—El es David Kostic, nuestro accedor experto. Suya es la luz azul que usamos para cruzar la sombra.— Las explicó Genya mientras las dos hermanas intercambiaban una mirada sorprendidas por la actitud que la pelirroja había adquirido cuando David había entrado.
—Sí, el general me pidió que se los hiciera a la invocadora de la noche, para la demostración de esta noche.— Explicó mientras la tendía a Tomiris un par de guantes de color plateado.
—Son preciosos.— Admitió Genya.
—¿Para que sirven?— Quiso saber Alina con curiosidad mientras su hermana se ponía un guantes.
—Te será más fácil divir una haz en dos, cuanto más poder mostreis, más aliados mantendremos.— Explicó mientras Tomiris hacia aparecer una esfera de luz de color azul que rápidamente dividió en dos. —Mejorarán tu rendimiento.— Añadió mientras la chica se quitaba el guante.
—Que ingenioso.— Sonrió Genya.
—En fin...— Empezó a decir mientras Tomiris, sin ayuda del guante, hacia aparecer de nuevo la esfera de luz y la volvía a dividir en dos.
—Creo que podré yo sola.— Admitió mientras le entregaba los guantes en señal de que no les iba a usar.
—Por supuesto.— Sonrió David mientras se marchaba.
—Nos vemos en la fiesta.— Se despidió Genya haciendo que las dos hermanas la mirasen sorprendidas. —¿Qué?— Inquirió al ver las expresiones que ambas tenían.
—Tu nunca haces cumplidos a nadie cara a cara.— Aseguró Tomiris sorprendida por el cambio que la confeccionadora había tenido.
—Él te gusta.— Añadió Alina sorprendida de que no hubiera compartido con ellas aquella información.
—Vosotras a callar.— Las ordenó molesta mientras reía.
—Que ingenioso.— Comentó Tomiris imitando el comentario que la pelirroja había hecho para a continuación mojarlas, haciendo que las tres rieran.
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—Esperar a ver vuestras keftas, son una obra de arte. Quiero ver la cara de Zoya cuando aparezcais.— Admitió mientras las tres recorrían los pasillos del pequeño palacio.
—Alina, mira, tenemos que salir a fuera.— Afirmó Tomiris mientras miraba por la ventana la feria ambulante que había.
—No.— Negó Genya sabiendo que aquello podía ser peligroso.
—Oh, venga, es como la semana de la mantequilla.— Admitió Tomiris esperando convencerla, pero al ver la cara de la confeccionadora esta no sabía de qué estaban hablando.
—En Keramsov los nobles se paseaban en sus carros cargados de quesos y panes, después abrían sus fincas y montaban desfiles con trucks ambulantes.— Explicó Alina mientras las dos mantenían la mirada en la ventana, queriendo recorrer aquella feria recordando viejos tiempos.
—Los huérfanos no podiamos ir, pero nosotras y Mal nos escapabamos.— Añadió Tomiris riendo sabiendo que los tres se habían saltado todas y cada una de las normas que tenían.
—Es muy peligroso, alguien podría reconoceros.— Afirmó Genya preocupada por el hecho de que ambas corrieran peligro.
—Nos pondremos una bufanda, o un gorro, o dos gorros.— Sugirió Tomiris mientras reía ante las sugerencias que estaba haciendo.
—Solo la gente de palacio sabe quienes somos, un último favor antes de que todo cambie.— La pidió Alina mientras las dos la miraban con una expresión de suplica, sabiendo que tras aquello todo cambiaría.
—¿Qué hacemos con ellos?— Preguntó la confeccionadora haciendo que las dos hermanas sonrieran al ser conscientes de que la habían convencido.
—Yo me encargo.— Sonrió Alina con algo de malicia, mientras se acercaba a ambos y empezaba a darles órdenes como si tuviera el poder de hacerlo, y puede que ella y Tomiris no le tuvieran, pero eran poderosas y eso era prácticamente igual.
—Venga, vamos.— Las animo Tomiris mientras tiraba de Alina y de Genya y mientras recorrían los pasillos del pequeño palacio para salir fuera.
—¿Dónde aprendiste a ser tan mandona?— La pregunto a la invocadora del sol.
—Estaba imitando a Baghra.— Sonrió la aludida orgullosa.
—Alina es una experta, a practicado toda su vida conmigo.— Garantizó Tomiris mientras la miraba con burla, haciendo que la menor la hiciera otra mueca de burla.
—Venga, suficiente, volvamos ya.— Las pidió Genya creyendo que aquello era muy peligroso.
—Damas y caballeros, les presento a Alina y Tomiris Starkov.— Anuncio un feriante mientras en un escenario improvisado dos chicas empezaban a danzar.
—Esto si que es raro.— Murmuró la mayor sorprendida de que todos creyeran que eran rubias con los ojos claros, la única que tenía los ojos claros era ella. —¿Se lo digo?— Rió mientras hacía el amago de dirigirse hacia él.
—No, Tomiris, no saben que aspecto tenéis.— La recordó mientras la detenía. —Sí nos pillan aquí...— Empezó a decir asustada.
—No, no, no. Ven aquí.— El presentador interrumpió la danza haciendo que una de las bailarinas se acercara a él.
—¡Genya!— La voz de Fedeor hizo que las tres se dieran la vuelta. —¿Pero como se te ocurre?— Preguntó sorprendido de encontrarse allí a las tres.
—Ha sido culpa nuestra, nosotras insistimos.— Intervino Alina mientras ella y Tomiris se ponían delante de Genya en señal de protección.
—Perdón, solo estaba imitando a Ivan.— Las tranquilizó mientras sonreía. —¿Me parezco?— Preguntó esperando haber cumplido con su intención.
—Te has pasado de realista.— Garantizó Genya aliviada.
—Bien, la intimidación es poderosa.— Aseguró el chico mientras las ofrecía a las dos hermanas su brazo, para después Tomiris agarrar a Genya del brazo para que caminara a su lado. —Bueno, vayamonos antes de que nos vea mi alma gemela.— Las indicó mientras se alejaban de allí entre risas.
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—¿Qué haces aquí escondida?— Preguntó Kirigan al ver a Tomiris sentada en una de las esquinas de la biblioteca mientras mantenía sobre sus piernas un libro.
—No estaba escondida.— Se defendió mientras se levantaba del suelo. —Bueno, sí.— Admitió al ver la expresión de él, donde podía interpretar que no le podía engañar. —Temo que no salga bien la demostración de esta noche.— Admitió mientras soltaba un suspiró de temor.
—Alina y tu estáis preparadas.— La intento tranquilizar mientras ella dejaba el libro sobre una de las mesas.
—Mi hermana esta preparada, yo apenas se manejar... toda esta pequeña ciencia.— Afirmó dando a entender que ella distaba mucho de poder manejar su poder de la forma que su hermana lo hacía, saber la verdad la daba terror. —Además, ¿de que sirve la fiesta? ¿Para exhibiernos como si fuéramos animales exóticos?— Inquirió sin entender nada de todo cuanto estaba pasando.
—¿Tan mala es tu perspectiva de los nobles?— Preguntó sorprendido ya que ella parecía compartir su misma opinión, lo que significaba que podría beneficiarse de ello.
—Ellos nunca han hecho nada por los pobres, cuando era pequeña pasaban cerca de donde yo entrenaba. Me miraban como si fuera un bicho raro, una abominación, una mestiza. Ellos creen que tienen el poder, que con sólo decirlo cualquiera entregara su vida por ellos. Pero no es así.— Afirmó mientras hablaba de ellos con el mayor desprecio que pudiera existir en su corazón. —A ellos sólo les interesa hacerse más ricos, tener más tierras, mejores vestidos, más joyas... Todo lo demás era y es indiferente para ellos.— Añadió con frustración sin entender cómo es que había tantas vidas en sus manos, luchando por quienes jamás les agradecerian el valor que estaban poniendo en el campo de batalla o en la sombra. —Cuando estaba en el ejército todo el dinero que ahorraba lo mandaba al orfanato, pensaba que con él podría darles una mejor vida, una vida que ni yo ni Alina ni Mal tuvimos, la oportunidad de elegir.— Le reveló sorprendiéndole con sus palabras, ya que Tomiris no quería el mal para nadie. Por supuesto tenía cierto desprecio hacia los nobles, pero no era odio, solo indignación por su falta de empatia.
—La desmotracion es meramente para que todas las altas esferas sepan que tu y Alina sois reales, que existen las invocadoras del sol y de la noche. Es un momento importante, porque significara que empieza la cuenta atrás para el fin de la sombra.— La explicó esperando que ella entendiera que aquello soñó dudaría unos minutos, y puede que fuera así, pero Tomiris sabía que después de ello, jamás volvería a ser la misma.
—¿Y que pasará después? ¿Cuando la sombra caiga, que será del segundo ejército?— Inquirió esperando que él pudiera decirla que después de aquello podría volver a ser una persona normal, deseaba poder alejarse de allí.
—Lo desconozco.— Admitió haciendo que la expresión de la joven se entristeciera, ya que de alguna forma veía como lentamente su puerta hacia la libertad se iba haciendo más pequeña y más estrecha.
—Yo esperaba que después de ello, pudiera irme lejos, poder viajar y luego regresar, retirarme a un lugar lejos donde pudiera ayudar a otros niños.— Sonrió de lado. Lo único que ella quería era sembrar la semillas para hacer del mundo un lugar mejor, y aunque podía hacerlo destruyendo la sombra, ella necesitaba cumplir con su sueño. Necesitaba ayudar al futuro de Ravka, y esos eran sin duda todos las niñas y niños.
—Estoy seguro de que podrás conseguirlo.— La animo con una sonrisa.
—¿Por qué lo piensas? Dudo que el rey permita que la esperanza que representamos Alina y yo se marche lejos de su control.— Puntualizó mostrando que ellas aunque estaban para ayudar también eran vistas como peligrosas, al final el poder intimidaba.
—Por que te ayudare a conseguirlo, se muy bien lo que querer que nadie te conozca, querer ser un desconocido y empezar de nuevo.— La explicó. —Te prometo que podrás tener todo cuanto quieras, Tomiris, yo haré todo lo posible para que tus sueños se hagan realidad.— Añadió con un cierto tono de voz extraño, pero desde que Kirigan había descubierto que ella era su hija no podía evitar preocuparse por ella, querer que estuviera de su lado y lo más importante, concederle cada uno de los sueños y de las peticiones que tuviera solo para hacerla feliz.
★★★
Cada vez tengo más ganas de terminar esta temporada, porque me parece súper lenta y aburrida. Además de que la segunda tiene más chicha en cuanto a todo en la historia, con deciros que ocupa 3/4 partes del fanfic creo que digo bastante.
La escena entre Tomiris y Kirigan, me encanta hacer escenas entre ellos, porque luego todo va a ser súper tenso, pero de alguna forma sí quiero mostrar que Kirigan sí quiere, a su manera, a su hija. Es extraño como voy a reflejar su relación, pero a su manera Tomiris también le quiere o le aprecia de alguna manera, ¿me explico?
También es cierto que ella se sentirá constantemente insegura con sus poderes, y más cuando sepa la verdad, LA VERDADERA VERDAD.
Pasando a la escena de la feria, de verdad que quería haber visto más de Fedeor, se le veía un personaje muy divertido. Pero supongo que no terminó nada bien después de la traición de Kirigan.
Genya necesita su propio libro y su final feliz. Con todo lo que ha pasado esta mujer solo necesita todo lo bueno del mundo. Y además amo escribir escenas con las hermanas. Porque parece una más, y me encanta.
La escena del principio, bueno, sabemos como termina Marie pero me alegro de que en la segunda temporada volvieran a traer de vuelta a Nadia, porque era como muchos personajes nuevos.
No os niego que es irónico y poético que Tom sugiera dejar ciega a Titania, principalmente porque en un futuro será su suegra, pero bueno... Dramas familiares. Lo más normal del mundo es no llevarte bien con la suegra, así que... pero bueno.
Jo, es que me muero de ganas de llegar a la temporada 2, porque podremos ver los miedo de Tomiris y una versión de ella que se asemeja un poco a Kirigan y a Baghra.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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