7. THE BASILISK AND ITS ASSASSIN

(maratón 1/3)

7. EL BASILISCO Y SU ASESINO

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La habitación de las chicas de Ravenclaw de séptimo año se encontraba en silencio. El sol apenas comenzaba a salir de entre las montañas cuando Mel se removió. La chica estiró un poco sus piernas y sus ojos parpadearon un par de veces para ver el piso donde se encuentra durmiendo.

Se sentó un poco adormilada y bostezo tallando sus ojos para ver como todas sus compañeras se encontraban dormidas. Tan solo el día anterior había sido su primer día de clases y aunque había tenido una discusión con Samuel, espera que este fuera mejor.

Es viernes y en su horario mostraba que tendría pociones después del desayuno, al mediodía cuidado de criaturas mágicas, por la tarde herbología y en la noche astronomía. Su abuelo no mentía cuando le dijo que sería algo difícil ya que estaba en el nivel de EXTASIS. 

Una vez ya despierta, camino al baño y tomo una ducha rápida con agua caliente. Salió cubriéndose con una bata y dentro del baño se cambió por el uniforme de Ravenclaw, no se preocupó tanto por dejarlo a la perfección ya que sabía que eso era imposible y esta vez decidio dejar su cabello con su natural cabello castaño y solo lo cepillo un poco. 

El reloj tan solo marca las seis de la mañana y aunque no tiene clase hasta las nueve ya tiene mucha energía.

Tomo sus libros del día y guardo un par de artilugios en los bolsillos de su túnica para salir sigilosamente y sin hacer ruido de su habitación. La Torre de Ravenclaw es en realidad un lugar muy extraordinario. Es una amplia sala circular con una alfombra azul medianoche, ventanas de arco adornado con suave seda azul y bronce, y un techo abovedado pintado con estrellas. Lo que más le gusta a Mel sin duda alguna es la excelente vista de los terrenos de la escuela, incluyendo el Lago Negro, el Bosque Prohibido, el campo de Quidditch, los jardines de Herbología y las montañas circundantes.

Al salir de la Torre de Ravenclaw miro por el pasillo solitario el cual apenas y se ve iluminado, se abrazó de sus libros mientras camina mirando por las ventanas el exterior del castillo.

Quería visitar la lechucería, Gustav le había mencionado que se encontraba en la torre oeste del castillo, así que vagando y pidiéndole ayuda a los retratos para que le den indicaciones logró llegar a la torre que se encuentra repleta de lechuzas y búhos.

El suelo está cubierto de paja y excremento de lechuza, además también hay restos de ratas y ratones de campo que las lechuzas cazan. De las paredes cuelgan perchas donde las lechuzas se posan.

Y en realidad, le gustaba ese ambiente.

Mel hizo sonar un delicado melifluo, muchas lechuzas aleteaban sintiéndose atraídas por el sonido provocado por la joven, pero obtuvo una respuesta y sonrió al ver como Jordan volaba en picada hacia ella.

—Hola Jordan, ¿cómo te encuentras? —acarició el ala del pájaro y de su túnica sacó una especie de monóculo que se iba alargando con más lentes conforme lo estiraba.

Antes de acariciar el ala de Jordan, ella se colocó un guante con la ayuda de la magia para comenzar a dar un ligero masaje.

—Estas mucho mejor, pronto podrás volar bajo la lluvia —dijo con una sonrisa—. Ahora mientras, sigue volando por los terrenos del castillo para seguir recuperándote.

Jordan dio un picoteo en forma de entendimiento y abrió sus alas para salir por una de las ventanas. Mel tomó asiento en el borde de una de las ventanas que se encuentran en el barandal y comenzó a escribir una carta dirigida a sus padres para comentarle que había sido seleccionada a la casa de Ravenclaw.

Solo que no pudo terminar de escribir porque interrumpió sus letras al comenzar a realizar un boceto del paisaje que tenía frente a ella, al notar eso, soltó una risita y continúo escribiendo con una sonrisa.

—Buen día, Mel —alzó su cuello cuando vio a un chico de piel negra y sonrisa encantadora.

—Hola Gustav —saludó Mel ondeado la mano, el chico metió las manos en los bolsillos de su túnica y camino a sentarse hacía ella.

—¿Vienes a mandar una carta?

—Estaba en eso, pero termine dibujando —murmuró mostrando la carta, Gustav soltó una exclamación.

—Eso es hermoso, Mel —comentó sorprendido mirando a la chica.

—No es gran cosa... —admitió apenada.

—A mí sí me parece gran cosa, digo... yo no sé ni dibujar un árbol —Mel soltó una risita.

—Es solo práctica, Gustav —respondió girando el pergamino, tomo el carboncillo nuevamente y empezó a hacer lo que parece ser un tronco—. Líneas rectas —señaló—. Ahora, agrega un poco de sombra a los costados, difumina las líneas y mira... agrega más líneas —dijo soltando una risita mientras sus dedos seguían dibujando, con su pulgar difuminó las líneas—. Ahora, vamos a hacer hojas, me gusta dibujar árboles frondosos, son mis favoritos —comentó mirando a Gustav.

El chico, parecía fascinado.

—Solo, sigues agregando hojas, no tiene que ser perfecto, la perfección no existe —agregó con una sonrisa ladeada.

—Mel... es increíble —susurró Gustav, ella alzó sus hombros.

—Solo es un árbol.

—Por cierto... —Gustav hizo sonar su garganta—. Yo... lo siento por lo que dijo Samuel ayer en el desayuno —tosió algo nervioso, Mel alzó una ceja—. Es solo que es muy... imprudente y no tiene mucha educación que digamos, no sabe comportarse —murmuró.

—No tienes porqué disculparte por algo de lo que tú no eres culpable —dijo Mel haciendo que Gustav hiciera una mueca—. No te preocupes, he vivido con una infinidad de animales que tampoco saben comportarse —Gustav sonrió un poco más relajado—. Solo le hace falta adiestramiento —comentó sonriendo—. De igual forma, creo que un animal es más fácil de adiestrar —susurró.

—Creo lo mismo —comentó Gustav.

Un búho de pelaje avellana con manchas blancas e increíbles ojos dorados voló hasta los jóvenes y se posó en el hombro de Gustav.

—Hola Navi —saludó Gustav.

—Que hermoso —dijo Mel mirando al búho, ella estiro su mano y acarició con cuidado la cabeza del búho, Gustav la miro un tanto sorprendido.

—Curioso... él... bueno, Navi es muy antipático, no le agradan mucho las personas —comentó mirando a Mel, quien continúa acariciando a Navi.

—Debió sufrir mucho —comentó Mel—. Las lechuzas que suelen ser antipáticas es porque tuvieron un pasado doloroso —susurró—. Aparte, mira su pico, parece que fue lastimado, ¿cuántos años tiene? ¿Doce? —curioseo.

—En realidad no lo sé. Llegó volando hace cinco veranos a mi casa... estaba herido —comentó con una mueca.

—Mi tío Newt, dice que las criaturas más peligrosas del planeta en realidad somos nosotros... los humanos —Gustav hizo una mueca ante aquello. 

—En eso tiene tanta razón —asintió Gustav con su cabeza, el chico sacó unas pequeñas golosinas para lechuza—. Aquí tienes Navi, vendré mañana a verte —le dijo a su búho, el cual le dio un picotazo amistoso y voló a lo más alto de la torre.

—¿Vienes a verlo diario? —preguntó curiosa Mel. 

—Sí, tiene que saber que sigo aquí —Mel sonrió ante eso.

—Eso es muy lindo.

—Supongo —asintió algo tímido—. ¿Quieres ir a desayunar?

—Ah, claro, el desayuno —se paró de un brinco sacudiéndose y rápidamente firmó la carta.

Mel soltó un ligero silbido, fueron algunas lechuzas que pertenecían a la escuela las que volaron hasta ella, pero reconoció particularmente a una parda de manchas grises.

—Hola Ciro, ¿crees que puedas buscar a mis padres? —pregunto mientras ataba la carta en la pata de la lechuza—. Deben de estar en el Bosque de Stirling —la lechuza aleteo entendiendo la indicación y salió volando por una de las grandes ventanas.

—¿Ya lo conocías?

—Dumbledore siempre mandaba a Ciro para buscar a mi padre y poder transportar criaturas al castillo, para impartir la clase de magizoología —comentó con una sonrisa, mientras ambos salían de la lechucería.

—Que curioso, entonces, ¿gracias a tus padres hay tan magníficas criaturas?

—A mi padre, a mi tío Newt, a Hagrid y anteriormente a Kettleburn —especificó.

—Claro, claro —murmuró Gustav asintiendo con su cabeza. 

—Por cierto, Gustav, ¿alguna vez has entrado al bosque prohibido? —indago la chica.

—No —comentó abriendo los ojos—. Mel, es un lugar... peligroso... —ella soltó una pequeña risita, el bosque prohibido para ella se veía tan indefenso como un cachorro crup—. Me refiero a que hay acromántula y también dicen que hay hombre lobos...

—¿En serio? ¡Increíble! ¿Sabes cómo puedo entrar sin que me vean? —preguntó abriendo los ojos. 

Gustav la miró con una ceja alzada—. Tú si eres terca...

—Terca como un Abraxan —comentó con una sonrisa.

Al llegar al Gran Comedor mientras Gustav le ayudaba a idear un plan para entrar al bosque prohibido, la chica fue saludada por sus dos nuevos amigos de Hufflepuff, Ben y Alan, disculpándose con Gustav para ir a tomar desayuno con ellos.

—Gustav es un papucho —dijo Ben mirando al chico de Ravenclaw.

—Tu eres un descarado —le reprimió Alan.

—Mamá me enseñó a que es normal decir lo que pienso, pienso que Gustav es un papucho —Mel soltó una hermosa risa que cautivó a más de un chico a su alrededor.

Particularmente de Hufflepuff, puesto que los miembros de la casa de los tejones estaban muy orgullosos de saber que los Scamander habían salido de su casa, y muy decepcionados de no tener a Mel entre ellos.

Muy en el fondo, Mel también estaba decepcionada de no ser una tejona. 

—¿Qué hay raros? —Mel alzó la cabeza para ver como un guapo chico de Gryffindor tomaba asiento frente a ella, sentándose al lado de Alan.

—¿Raros nosotros? ¿Quién es el traumado con el quidditch? —el chico frunció el ceño y miró a Mel antes de replicar

—Oh, tú debes ser Scamander, ¿no es así? —ella asintió mordiendo una manzana.

—Hum —dijo en modo de afirmación debido a que tenía manzana en su boca.

—Un place, Oliver Wood —él sonrió de manera adorable.

—También conocido como el traumado con el quidditch —dijo Alan dándole dos golpecitos al chico en la espalda.

—Tú eres un envidioso, eso es lo que pasa —se defendió—. No les creas Scamander, es solo que el quidditch lo es todo para mí.

—Eso es increíble Wood, te entiendo, para mí las criaturas lo son todo —dijo Mel.

—Ven, ella no me juzga, sean como Scamander —pidió Oliver sonriendo—. Por cierto, la temporada empieza en un mes...

—Ay no —se quejó Alan.

—¡Y Hufflepuff va a ganar! —aseguró Ben dando un brinco en su asiento.

—Ternurita —dijo Oliver quien comenzó a reír—. Gryffindor está preparado, este es nuestro año, ganaremos la copa de quidditch —aseguró con entusiasmo.

Mel miro a Alan en busca de ayuda, ya que no entendía nada de lo que decía.

—En noviembre inicia la temporada de quidditch —explicó Alan—. Cada casa tiene su propio equipo...

—Eso dijiste el año pasado —comentó burlón Ben, Mel miró a los jóvenes dándole un sorbo a su jugo de calabaza.

—Sí tan solo un basilisco no hubiese estado en el castillo...

Al escuchar eso, Mel escupió el jugo y comenzó a toser haciendo que Ben le diera palmaditas en la espalda un tanto preocupado.

—¿¡Un basilisco en Hogwarts?! —exclamó con emoción—. ¿¡Dónde está?! ¿Puedo verlo? —preguntó con interés.

—Tú estás loca, ¿verdad? —dijo Oliver un tanto perplejo.

—Sí —asintió emocionada—. Es solo que los basiliscos son mis criaturas favoritas...

—Yo diría bestia...

—... ¡son tan lindos! Tienen unos ojos hermosos —Oliver, Ben y Alan se miraron con los ojos abiertos—. Obviamente no los he visto a los ojos, sino estuviese muerta —dijo soltando una risita—. Pero conocí a un hombre que fue petrificado por un basilisco al ver su reflejo a través de un lago y dijo que eran dos soles candentes...

—¿Qué alguien más no piensa que está loca? —preguntó Oliver al ver como Alan y Ben escuchaban con emoción la historia de la chica.

—Shh, vete a hablar con tu escoba, Wood —le dijo Alan haciendo un ademan con sus manos.

—Que grosero —murmuró Oliver cruzándose de brazos.

—Pero, ¿qué le pasó al basilisco? —preguntó Mel.

Oliver carraspeo con una mueca—. ¿Quién se lo dice?

Fueron Ben y Alan los que se miraron, pensando en si sería prudente decirle o no.

—Bueno... murió —Mel parpadeo varias veces asimilando la noticia. 

—Es... una lástima —murmuró con voz apagada—. El veneno de basilisco es realmente poderoso y tóxico. Solo un fénix puede curar a alguien que fue envenenado por un basilisco... ¿saben dónde quedó el cadáver? No me molestaría tomar un poco de veneno, ¡para fines académicos! —agregó rápidamente al ver la cara de miedo de los tres chicos.

—Eres muy rara —murmuró Oliver—. Me agradas —dijo sonriendo.

—¡Oh gracias! —dijo soltando una risita—. Entonces, ¿dónde quedó?

—En la cámara de los secretos —explicó Alan—. Ahí fue donde Potter lo mató, ¿no?

—¿Cámara de los secretos? ¿Potter quién? —preguntó confundida.

—Okey, sí eres rara —afirmó Wood—. ¿No sabes quién es Harry Potter? Digo, aparte de ser el buscador más joven en cien años en pisar Hogwarts...

—Oliver te desvías —dijo Alan chasqueando los dedos.

—... es quien derroto a quien-tú-sabes —Mel levanto su cabeza achinando los ojos.

—He escuchado ese nombre antes —murmuró.

—¿No sabes quién es... bueno, quien-tú-sabes? —musitó en voz baja Ben.

Mel frunció el ceño, era muy mala cuando de historia se trataba y no tenía nada que ver con criaturas, bestias o monstruos.

—Hum, V-Voldemort —susurró Alan.

—¡AH! ¡Voldemort! —ella chasqueó los dedos recordando aquel peculiar nombre.

—¡SHH! —dio un brinco cuando Ben le callo, algunos a su alrededor los miraron curiosos—. Se supone que no decimos el nombre...

—¿Por qué? —preguntó curiosa.

—¿Vivías en una cueva? —indagó Wood.

—Por un tiempo —admitió tomándolos por sorpresa—. Hasta que curamos a los grifos, pero vivía más en la selva —aclaró.

—Genial —susurró Ben—. Quizá después te demos clases de historia...

—No, que aburrido —murmuró Mel haciendo que los tres comenzaran a reír.

El timbre de clase sonó y Alan soltó un suspiro pesado—. ¿Estás en pociones Wood?

—Así es —dijo el chico.

—Pues andando, no quiero que lleguemos tarde y Snape nos regañe —dijo Ben parándose.

—Sí, sí hay que apurarnos, quiero buscar a ese tal Potter, ¿en que grado va el asesino del basilisco? 

—Va en tercero, es Gryffindor —dijo entre risas Oliver por el nuevo apodo (de muchos) que ya tiene el chico. 

—Yo diría héroe... —murmuró Alan. 

—Héroe, asesino, como quieras llamarlo.


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Mel siempre sentía gran respeto por los profesores que ha tenido a lo largo de su vida, incluso ante aquellos que eran incompetentes y le obligan a aprender cosas que no le agradaban (como las artes oscuras en Durmstrang), pero Snape no se podía comparar con ningún profesor de Durmstrang.

Le recordaba a un murciélago, con toda su túnica negra y esa mirada oscura como la noche. No había mostrado una simple sonrisa en clase y se veía un tanto agresivo ante aquellos que hablaban en voz baja.

Y por lo que Ben le dijo, Snape en realidad es uno de los profesores más temidos en todo Hogwarts.

—Solo le hace falta amor —aseguró Mel, Oliver comenzó a reír por eso.

—Claro, no me imagino a Snape dando amor.

—Creo que no tiene corazón —comentó con una mueca Alan.

—Quizá solo está sufriendo —murmuró Ben con una mueca.

—O tal vez, solo tal vez... le hace falta amor —repitió Mel rodando los ojos—. Miren, hay una criatura que se llama Nundu —Oliver tuvo que reprimir las ganas de reír.

Tan solo en toda la mañana había hecho cinco comparaciones con criaturas y bestias.

—... el Nundu es en realidad, la criatura más peligrosa del mundo —dijo abriendo los ojos—. Me refiero a que... su aliento causa enfermedades que pueden aniquilar poblaciones enteras —comentó puntualizando la palabra aniquilar—. Y, aun así, mi tío abuelo Newt logró domar una.

Ben soltó un silbido a lo bajo—. Newt Scamander es un genio —Mel asintió con emoción.

—¿Cómo lo domo? —preguntó Alan curioso.

—Dándole amor, cuidados, respeto y atención —comentó con una sonrisa—. También le permitió la liberta y la seguridad...

—Bueno sí, cualquier persona querrá darle eso y más a Snape —ironizo Oliver.

Mel soltó una risita—. Habrá alguien en el mundo —aseguró.

—Pues suerte con eso —comentó burlón Oliver—. Tengo periodo libre, iré al campo de quidditch —dijo con una sonrisa y ondeando su mano.

—También tengo periodo libre, creo que iré a buscar a Hagrid —dijo Mel dando un brinquito.

—Bien, Alan ven conmigo, quiero un emparedado de queso —Ben jaloneo el brazo de Alan.

—Tú no te cansas de comer —gruño Alan irritado haciendo que Mel soltará risitas.

La joven caminó hacía los jardines del castillo mirando a lo lejos las montañas, así como el gran y majestuoso bosque prohibido que le está diciendo a gritos que entre a explorarlo.

—¡Hola Hagrid! —saludó con una sonrisa Mel.

—¡Mel! ¿Qué te trae por aquí? La clase no es hasta la siguiente hora —comentó Hagrid confundido.

—Oh, solo quería estar en los jardines y pasar a saludarte —comentó balanceándose sobre sus talones—, por cierto, ¿qué me cuentas del bosque prohibido? —curioseo.

—Un lugar maravilloso —comentó con una sonrisa—, y muy peligroso —se corrigió rápidamente—. Sí, sí, extremadamente peligroso —Mel reprimió una risa.

—Eso dicen —dijo alzando los hombros—. No te preocupes Hagrid, prometo que no entrare —la chica cruzó sus dedos y mostró una sonrisa.

—Mira... qué te parece si te muestro algo que verán hoy los de tercer año de Gryffindor y Slytherin —repuso Hagrid—. Está en el bosque prohibido...

—¡Andando! —exclamó dando brincos Mel.

Para mala suerte de Mel no se adentraron demasiado al bosque prohibido, ya que a tan solo unos cortos metros al entrar noto las criaturas más hermosas que sus ojos han visto.

—¡Hipogrifos! —exclamó emocionada.

Mel se acercó con cautela e hizo una inclinación. Los hipogrifos respondieron en cuestión de pocos segundos, causando sorpresa y emoción en Hagrid.

—Son hermosos, ¿verdad? —dijo Hagrid con emoción.

—Lo son, sin duda alguna —susurró Mel acariciando el pelaje brillante de la majestuosa criatura.

—Espero que a los chicos y chicas de tercer año les agrade...

—¡Les encantaran! ¿A quién no le gustan los hipogrifos? ¡Son adorables! —dijo recargando su cabeza con la del pico del hipogrifo.

—Le agradas a Bukbeak —señaló Hagrid.

—Me agrada Bukbeak... Hagrid, ¿te parece si estoy presente en tu clase de esta tarde? —propuso Mel—. quizá, si les doy un testimonio ellos pueden sentirse más seguros...

«Y también podré conocer al asesino del basilisco.»

—¡Mel esa es una increíble idea! —dijo Hagrid aplaudiendo con emoción.

—¡Estupendo! 





Nota de autora:

Lo que ustedes no saben, es que Mel le va a ahorrar el trabajo a Voldy matando a Harry por haber matado a un basilisco, ahreeeee

BTW! Mini maratón bc llegué a 4k seguidores y ayyy les amo mucho 💛🤧

Besos, Cici x

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