Prólogo: El deseo de Uzi


El sonido metálico de los pasos de Uzi Doorman resonaba por los pasillos de la escuela, mezclándose con las risas y murmullos de los demás estudiantes. Su expresión amarga era un reflejo de su día a día: otra jornada de burlas, aislamiento y miradas de desprecio. Caminaba hacia su casillero, tratando de no llamar la atención, aunque sabía que era inevitable.

Apenas abrió la puerta metálica del casillero, una voz familiar y desagradable se hizo presente.

—¡Miren quién llegó! La reina de los raros —dijo Lizzy , una Worker Dron con actitud altiva y una sonrisa burlona. A su lado estaba Rebeca y Doll, sus fieles compañeras en el arte del hostigamiento, riéndose a carcajadas.

Uzi se limitó a ignorarlas, sacando su tarea cuidadosamente doblada de su casillero. Pero Lizzy no iba a dejarla en paz.

—¿Qué tienes ahí? ¿Acaso es la tarea que tanto te esforzaste en hacer? —preguntó con fingida curiosidad, arrancándola de las manos de Uzi antes de que pudiera reaccionar.

—¡Regrésamela, Lizzy! —exclamó Uzi, tratando de recuperar el papel.

Lizzy la sostuvo en alto, fuera del alcance de Uzi, mientras Rebeca soltaba otra risa burlona y Doll aguantando la risa.

—Relájate, ni siquiera creo que mi papá quiera leer algo tan aburrido.

Antes de que Uzi pudiera decir algo más, Lizzy rompió la tarea en pedazos, dejándolos caer al suelo.

—Ups. Mi error —dijo con una sonrisa cínica antes de alejarse, seguida por Rebeca y Doll.

Uzi se agachó en silencio para recoger los restos de su trabajo, sintiendo cómo las miradas de los demás estudiantes se clavaban en ella. Algunos se reían, otros susurraban, pero nadie hacía nada por ayudarla. Cuando finalmente terminó de recoger los pedazos de papel, se levantó y siguió caminando hacia su próxima clase, con la cabeza gacha y el corazón pesado.

El resto del día no fue mejor. Los murmullos y risitas continuaron, y las palabras hirientes de sus compañeros parecían no tener fin. Para cuando sonó la campana final, Uzi se sentía completamente agotada, tanto física como emocionalmente.

Esa noche, después de cenar en silencio en casa, Uzi salió agarrando la llave maestra que abre todas las puertas sin decir nada. Cerró la puerta detrás de ella y caminó hacia una pequeña roca frente a su hogar. Allí se sentó, abrazándose las rodillas mientras miraba el cielo nocturno.

Las estrellas brillaban con intensidad, pero para Uzi no eran más que luces lejanas, inalcanzables, al igual que los sueños que guardaba en su interior. Suspiró y cerró los ojos, dejando que las palabras fluyeran desde lo más profundo de su corazón metálico.

—No entiendo por qué todo tiene que ser así… —murmuró, con la voz temblorosa—. Solo quiero a alguien. Un amigo, una pareja, no importa. Alguien que me entienda, que me quiera por quien soy, que no se burle ni me trate como basura.

Abrió los ojos y miró fijamente a las estrellas, como si realmente esperara que escucharan su súplica.

—Por favor… si alguien allá arriba me está escuchando, mándenme a alguien. Cualquier cosa sería mejor que esto.

El viento sopló suavemente, y Uzi permaneció en silencio, esperando alguna señal. Pero nada sucedió. Las estrellas seguían brillando, indiferentes a sus palabras.

Con un suspiro, Uzi bajó la mirada, triste. Se levantó lentamente, lista para volver a casa. Pero justo cuando estaba por entrar, un destello en el cielo llamó su atención.

Primero fue una chispa, pero pronto se convirtió en una estrella azul brillante que cruzaba el firmamento a toda velocidad. Uzi entrecerró los ojos, perpleja.

—¿Qué… qué es eso? —preguntó en voz baja.

En su desesperación, Uzi corrió en círculos, tropezando torpemente con una piedra y cayendo al suelo de espaldas. Cuando levantó la mirada, la luz descendió directamente sobre ella, envolviéndola en un resplandor cegador.

Cuando el resplandor desapareció, Uzi respiró con dificultad, sintiendo que su corazón estaba a punto de salirse de su pecho. Sin embargo, cuando miró hacia donde debería estar la luz, no encontró nada.

—¿Qué…? —murmuró, su voz temblando mientras retrocedía hasta esconderse detrás de un viejo carro oxidado. Desde allí, se asomó con cuidado, esperando encontrar algo, pero el cielo estaba en calma nuevamente.

—No puede ser. ¿Desapareció? —se preguntó en voz alta, sintiendo que los nervios recorrían cada rincón de su sistema.

—¿De qué nos estamos escondiendo? —dijo una voz masculina y despreocupada detrás de ella.

Uzi gritó y saltó hacia adelante, golpeándose la cabeza contra el auto en su desesperación. Se giró rápidamente y, con las manos temblorosas, agarró una piedra del suelo. Frente a ella estaba alguien que nunca había visto antes: un erizo azul con ojos verdes brillantes, guantes blancos y una actitud relajada que contrastaba completamente con la situación.

—¿Quién… quién eres? —exclamó Uzi, apuntándolo con la piedra como si fuera un arma.

El erizo levantó las manos en un gesto de rendición, pero no pudo evitar sonreír.

—Wow, calma, chica. Solo preguntaba. Aunque debo admitir que esto es gracioso. ¿De verdad crees que una piedra puede asustarme?

Uzi lo miró, completamente confundida y aún más asustada.

—¡Responde! ¿Qué eres y qué haces aquí?

El erizo se cruzó de brazos, ignorando completamente la "amenaza" de Uzi.

—Soy Sonic. Sonic the Hedgehog. Y, según tengo entendido, soy tu novio.


Me duele las manos

(no es broma en verdad me duelen)

Escribir este prólogo fue fácil....

Pero editarlo y hacerlo video Fue lo más complicado de mi vida

Pero en fin todo sea por no dejar en decadencia mi canal de YouTube

PORFAVOR apoya mucho el video fanfiction de este fanfic 😭

Mi canal se llama Paine_love

Bueno gente Eso es todo por hoy

Debo de decir que los siguientes capítulos primero los publicaré en YouTube y ya después los publico en Wattpad

Chao los amó 💙💜

( por favor apoyen mucho el video me costó un riñón créame )

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