➹ Cap. 11
Kiara soltó una carcajada al escuchar a James, quien no parecía tener más paciencia para las bromas sobre su cita fallida con Luna.
─ ¡Kiara! ─ James gritó, claramente exasperado. La hufflepuff había estado riendo a carcajadas durante un buen rato y a él ya le estaba costando mantener la compostura ─ ¡No te burles! Mejor ayúdame ─ le pidió, con el rostro enrojecido por la frustración.
Kiara se llevó una mano a los ojos para limpiar una lágrima de risa que había caído por la intensidad de su carcajada.
─ No me grites, que no estoy sorda ─ le respondió, sin poder evitar que una sonrisa traviesa se dibujara en su rostro. Sabía que James estaba realmente alterado, pero no podía evitar divertirse con su desesperación.
─ Lo siento ─ murmuró James, arrepentido por haber elevado el tono. Sabía que si su madre lo hubiera visto gritarle a una chica, habría estado en serios problemas. No solo por la reprimenda, sino por el castigo de su padre, que estaba seguro de que sería aún más severo ─ ayúdame, porque Canuto aquí arruinó todo con sus tonterías ─ añadió, dirigiendo una mirada fulminante hacia Sirius.
Sirius, sintiéndose incómodo, prefirió ignorar la acusación y desvió la mirada al techo, como si fuera lo más fascinante del mundo. En el fondo, se sentía culpable por haber echado a perder la cita de James, y aunque en su corazón sabía que lo había hecho por venganza, ahora quería ayudar a que su amigo no sufriera más por su error.
─ ¿Y tú por qué la liaste, perro? ─ Kiara se giró hacia Sirius con una expresión curiosa y juguetona, casi como si le estuviera reprochando en tono de broma.
Sirius frunció el ceño al escuchar el término "perro". No era que le molestara en sí, sino que a veces Kiara usaba esa palabra de forma tan directa que, aunque le gustara su forma de animago, no siempre le agradaba la manera en que se refería a él. Pero, en esta ocasión, lo dejó pasar.
─ Por venganza, soy vengativo cuando quiero. Y aquí Cornamenta se lo merecía después de que me hicieras tu elfo doméstico ─ dijo Sirius, recordando con un escalofrío la lista interminable de tareas absurdas que Kiara le había obligado a hacer durante la semana anterior. Cada vez que pensaba en ello, un escalofrío recorría su espalda. Ni siquiera le apetecía volver a revivir esas situaciones, por lo que prefería ignorar el tema.
James, viendo la tensión en la cara de Sirius, se sintió culpable por haberlo involucrado en ese caos. Se acercó a él y le dio una palmada en la espalda, de manera sincera.
─ Lo siento, Canuto, prometo que no volveré a hacer algo así ─ dijo, con un tono de voz que denotaba verdadero arrepentimiento. Sabía que su amigo había sido arrastrado a todo esto por su culpa, y no quería que Sirius se sintiera aún más molesto con él.
Sirius lo miró fijamente, como evaluando si de verdad sus palabras eran sinceras. Durante unos segundos, se quedó en silencio, hasta que finalmente asintió.
─ Y yo prometo no arruinar más tus planes con la pelirroja ─ dijo Sirius, en tono firme. Sabía que había cometido un error, pero también entendía que, como amigos, tenían que apoyarse en vez de sabotearse mutuamente.
James, al ver la seriedad en los ojos de Sirius, no pudo evitar sonreír aliviado.
─ ¿Amigos? ─ preguntó, extendiendo la mano con una sonrisa amplia en su rostro, esperando que todo quedara atrás.
─ ¡Amigos! ─ exclamó Sirius, abrazándolo con entusiasmo, como si todo lo sucedido fuera solo una anécdota graciosa.
Kiara, observando la escena desde un rincón de la habitación, no pudo evitar rodar los ojos con una expresión mezcla de incredulidad y diversión. Durante un segundo, pensó en hacer algún comentario sarcástico, pero se quedó en silencio, observando cómo los dos chicos compartían ese momento de reconciliación. Cuando finalmente se separaron del abrazo, Kiara alzó una ceja.
─ Vaya, ya casi me emociono ─ murmuró, con una sonrisa traviesa, aunque en el fondo no podía evitar sentir algo de cariño por los dos chicos. Se habían metido en muchos problemas, pero al final, lo importante era que se apoyaban mutuamente.
James y Sirius se miraron un instante, aún con sonrisas en sus rostros, sabiendo que, aunque sus planes no siempre salieran como esperaban, podían contar el uno con el otro. Al final, eso era lo que realmente importaba.
[...]
Kiara observó a Luna, que estaba recostada en la cama, entretenida con su Bowtruckle, Jeremy. El pequeño ser había estado trepando por sus manos con su típica curiosidad, mientras Luna acariciaba suavemente sus ramas. Después de una intensa conversación con James sobre cómo organizar un nuevo plan para ayudarlo a acercarse a Luna, Kiara había regresado a su habitación, pero no podía dejar de pensar en su amiga y su extraño comportamiento respecto a Potter.
─ ¿Luna? ─ Kiara llamó con suavidad, esperando que su amiga la escuchara entre sus pensamientos.
Luna levantó la vista de inmediato, un poco distraída por Jeremy, pero reconociendo el tono de voz de Kiara.
─ ¿Sí? ─ respondió, con una sonrisa tranquila, pero curiosa.
Kiara se acercó y se sentó al borde de la cama, sin apartar la vista de Luna.
─ ¿Qué piensas sobre James Potter? ─ preguntó, interesada en conocer la perspectiva de su amiga. Quería saber si, por fin, Luna había notado lo que estaba pasando entre ella y James.
Luna frunció el entrecejo, claramente confundida por la pregunta.
─ Él es agradable ─ murmuró Luna, casi como si pensara en voz alta mientras observaba a Jeremy con una sonrisa.
─ ¿Pero…? ─ Kiara levantó una ceja, dándose cuenta de que había algo más que Luna no estaba diciendo.
Luna dejó de acariciar a Jeremy por un momento y se sentó más erguida, mirando a Kiara de manera pensativa.
─ Es un poco raro ─ comenzó, con una ligera arruga en el entrecejo ─ siempre se cae encima de mí, tartamudea mucho cuando habla conmigo, pero he notado que con los demás no le pasa eso.
Kiara asintió, rodando los ojos de manera casi involuntaria al escuchar la descripción de James. Su comportamiento tonto frente a Luna siempre la hacía reír, pero ahora que lo pensaba, lo entendía. James realmente estaba nervioso alrededor de Luna, lo cual tenía sentido si uno observaba cómo se comportaba alrededor de ella.
─ ¿Crees que le caigo mal a James? ¿Y que no se atreve a decírmelo por pena? ─ preguntó Luna, mirándola con una expresión de incertidumbre en el rostro. Su tono era bajo, como si realmente estuviera preocupada por esa posibilidad.
Kiara se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de su amiga. Al principio, pensó que Luna estaba bromeando, pero luego vio la preocupación genuina en sus ojos. No podía dejar que se quedara con esa duda.
Sin poder evitarlo, Kiara soltó una risa, algo escandalosa, porque la situación era realmente graciosa. Imaginó la reacción de James si alguna vez escuchaba esa pregunta y cómo, probablemente, querría desaparecer del planeta.
─ ¿Por qué te ríes? ─ Luna preguntó, confundida, y Jeremy, que estaba en el bolsillo de Luna, salió un poco asustado por la risa estridente de su amiga.
─ Lo siento, pero es que esto es gracioso ─ Kiara explicó, controlando su risa. Era imposible no encontrar la situación cómica, aunque entendía el fondo de la preocupación de Luna.
─ ¿Por qué? ─ Luna insistió, ahora más confundida que antes.
Kiara suspiró, mirándola con una mezcla de incredulidad y simpatía. Sabía que Luna era un poco despistada, pero esto realmente la dejaba sin palabras.
─ Amiga, date cuenta por favor ─ pidió, casi desesperada por que Luna lo entendiera.
Luna mordió su labio inferior, pensando que algo se le estaba escapando. No entendía en absoluto a qué se refería Kiara, y la confusión comenzó a nublar su mente. “¿De qué se habrá perdido?”, pensó, un poco perdida.
Recordó entonces cómo, en ocasiones anteriores, había estado tan absorta en sus pensamientos que no se percataba de las cosas hasta que alguien las señalaba con claridad. Era algo que le pasaba con frecuencia, sobre todo cuando se sumergía en su propio mundo de fantasías sobre criaturas mágicas y todo lo relacionado con su pasión.
Pensó entonces en su padre, que también era así, tan distraído y ajeno a las señales que a veces se encontraba con situaciones similares. Recordó una anécdota que su tío Jacob, un muggle, le había contado alguna vez sobre los primeros días de relación entre sus padres. Su padre había estado tan nervioso que no se dio cuenta de los sentimientos de su madre hasta que alguien se lo explicó. “¿Será que estoy igual que él?”, pensó Luna con una sonrisa melancólica.
─ Luna, volviendo a Hogwarts ─ Kiara chasqueó los dedos frente a la cara de su amiga, despertándola de su ensimismamiento.
─ ¿Qué? ─ Luna reaccionó con algo de vergüenza, mientras trataba de recolocar sus pensamientos ─ lo siento, estaba perdida en mis pensamientos, ya sabes cómo me pasa ─ admitió, encogiéndose de hombros.
Kiara asintió, comprendiendo completamente cómo Luna podía perderse en su mundo de ideas. Era algo tan característico de ella que no le extrañaba.
─ Lo sé ─ murmuró Kiara ─ y en cuanto a lo otro… te decía que te dieras cuenta.
Luna frunció el ceño, sin comprender aún a qué se refería Kiara.
─ ¿De qué? ─ preguntó, fijándose en ella, esperando una respuesta más clara.
Kiara suspiró, como si finalmente fuera a decir lo que estaba pensando de una vez por todas.
─ De James ─ dijo finalmente, con una mirada seria ─ Él está muy enamorado de ti. Le gustas mucho, pero no sabe cómo decirlo sin meter la pata.
Luna la miró en silencio, digiriendo sus palabras. Durante unos largos segundos, que se sintieron como minutos para Kiara, Luna no dijo nada. Luego, soltó una pequeña risa, como si no pudiera creer lo que había escuchado.
─ ¿En serio? ─ Luna preguntó, claramente sin convencerse ─ pero James Potter está enamorado de Lily Evans. Todos lo saben, incluso Crux me lo ha dicho varias veces. No puede estar interesado en mí, eso sería ridículo.
Kiara la observó con una sonrisa torcida. Sabía que Luna tenía una visión idealizada de las cosas, y la verdad era que, a veces, no se daba cuenta de lo que ocurría frente a ella. Sin embargo, estaba segura de que James no tenía ojos para nadie más que para ella.
¡CAPÍTULO 11!
Hola, aquí les traigo una nueva actualización de esta historia.
¿Qué les pareció?, perdón por tardar en actualizar.
[ EDITADO Y CORREGIDO ]
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