𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎
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𝐌𝐄 𝐄𝐒𝐓Á 𝐂𝐎𝐒𝐓𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐌𝐔𝐂𝐇Í𝐒𝐈𝐌𝐎 𝐍𝐎 𝐋𝐋𝐎𝐑𝐀𝐑 𝐍𝐈 𝐒𝐀𝐋𝐈𝐑 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐄𝐒𝐓𝐀 𝐒𝐀𝐋𝐀, pero es algo que le debo al ganador, que en este momento será Festus o Coryo.

En la pantalla, una especie de avión llevando un barril de lo que parecen ser rayas de colores baja lentamente desde el techo abierto de la arena. 

El aire del helicóptero es tan potente que los tributos apenas pueden mantenerse en pie mientras están en la arena. 

─ ¿Ya terminó? ¿Nos podemos ir a casa ahora? ─la tributo más pequeña sale de su escondite con una sonrisa esperanzadora mientras camina hacia el centro. 

─ ¡Wovey! ─Reaper la llama repetidamente, pero ella lo ignora y continúa acercándose cada vez más al barril desconocido.

Este se abrió y cientos de serpientes salieron volando, arrastrándose y deslizándose sobre ella, consumiéndola. 

Coral, Lucy Gray y el otro tributo comenzaron a correr en dirección opuesta, hacia arriba en la torre, pero el amigo de Coral pronto tropezó y fue alcanzado y finalmente asesinado por las serpientes. 

Festus levanta las manos en el aire a mi lado, extendiendo un sonido alegre mientras ve a Coral correr. Estaba disfrutando al máximo y de alguna manera, no sentía absolutamente nada hacia ninguna de las muertes de los otros tributos. A él no le importaba Coral tampoco, solo le importaba ganar. 

Reaper no se mueve del lado de los tributos caídos, se queda ahí y solo levanta la cabeza mientras las serpientes cubren su cuerpo, matándolo. 

Lucy Gray apenas ha llegado a la parte superior cuando algunas serpientes se deslizan por sus piernas. 

─ ¡No es justo! No es... ─la voz de Coral tiembla mientras extiende una mano para que Lucy Gray la agarre, para salvarla─. No los he matado a todos para nada. 

Ella tenía razón. Coral mató a la mayor cantidad de tributos y solo por eso merecía ganar. Pero estos juegos no son nada más que injustos.

Una serpiente se desliza alrededor del cuello de la pelirroja y otra la tira hacia abajo, fuera de la roca. Se retuerce mientras se aprietan a su alrededor y, en cuestión de segundos, ella también está muerta. 

─ Y eso significa el adiós para Festus Creed ─anuncia Lucky en su micrófono portátil, girándose para despedir a Festus─. ¡Que tengas un buen verano!

Festus revuelve los ojos ante Lucky y solo emite un gruñido frustrado. Le importa poco el hecho de que Coral, un ser humano, esté muerta. 

─ Ahora, todos los colores conducen a Gray.

Lucy Gray ha ganado los Décimos Juegos del Hambre. 

Coriolanus ha ganado el Premio Plinth.

Los juegos aún están en curso, pero solo queda un tributo.

─ Ella ha ganado ─dice Coriolanus, incrédulo─. Ha ganado. Déjenla salir.

─ Me temo que esa no es su decisión, señor Snow ─dice Lucky, señalando a la doctora Gaul, que está de pie en la parte superior de las filas de sillas de los estudiantes. 

Incluso aunque no haya ningún vencedor en estos juegos.

La doctora Gaul ha contradicho sus propias reglas, no está dejando salir a Lucy Gray y temo que realmente no haya un vencedor.

Lucy Gray comienza a deslizarse en la pantalla, está cantando para las serpientes y no estoy segura de por qué. No entiendo por qué aún no está muerta.

─ Suficiente, déjenla salir ─exige Coryo, señalando la pantalla mientras mira a la doctora Gaul. 

─ ¿Por qué no la atacan? ─pregunta Festus, expresando todos nuestros pensamientos.

─ Tiene que ser por la canción ─dice Coryo, pero lo dice como si ni él mismo lo creyera─. Las está calmando. 

Lucy Gray sigue cantando y parece muy poderosa, enviándome un escalofrío por mi espina dorsal. Casi todos mis compañeros están llorando y sollozando a mi alrededor solo por el canto de Lucy Gray, y no sé si alguna vez he visto a tanta gente llorar en una habitación antes. 

─ Doctora Gaul, por favor. Sáquela ─Coriolanus no se mueve de su consistencia. Pregunta una vez más y pronto es imitado por una oleada de adolescentes. Un tren de la palabra "sáquela" se arroja de un lado a otro y eventualmente, cada persona está diciendo la palabra, exigiendo que la doctora Gaul saque a Lucy Gray. 

La Doctora Gaul se ha dado cuenta de que ha perdido y cuando lo hace, levanta la mano en el aire, silenciando a mis compañeros. Se gira hacia su asistente, quien está a su lado, y le habla con una mueca de derrota. 

─ Sácala. 

Una risa satisfecha surge de Lucky.

─ ¡Ella ganó! ¡Lucy Gray!

Observo como la realización se hunde en los ojos de Coriolanus. Lo ha logrado. Finalmente, tiene un futuro. 

─ ¡Coriolanus Snow es el ganador de los Décimos Juegos del Hambre!

Puedo olvidarme de todas las pérdidas y dificultades que he enfrentado hoy para concentrarme en la felicidad que se siente en la habitación en este momento. La energía es palpable mientras mis compañeros se agolpan alrededor de Coriolanus, felicitándolo por su victoria. 

Me quedo quieta, apoyada en la puerta de la habitación, esperando a que él abrace su victoria. 

Ha ganado y debería estar muy malditamente orgulloso de sí mismo.

Apenas puedo ver algo entre la multitud, pero cuando veo el cabello rubio de Coryo moviéndose rápidamente mientras se abre paso entre los adolescentes sonrientes, no me lo pierdo.

Sus ojos están desenfocados y sus labios están entreabiertos y en estado de shock, como si solo le quedara una tarea más en su lista de cosas por hacer. Y cuando me ve, sus ojos frenéticos se suavizan y sonríe. 

Puedo mostrar una media sonrisa después de que casi toda mi energía haya sido arrebatada de debajo de mis pies, pero me impulso fuera del marco de la puerta y lo aplaudo mientras comienzo a caminar hacia él. 

Apenas doy cinco pasos antes de que él me encuentre y me levante del suelo, abrazándome muy fuerte contra él. 

Puedo escucharlo exhalar un suspiro de alivio cuando su barbilla se entierra en mi cuello y todo lo que puedo hacer es soltar una risa suave.

Me ha tomado por sorpresa de la mejor manera posible y espero nunca olvidar este momento.

No quiero olvidar la forma en que me miró cuando me vio. 

No quiero olvidar lo que estoy sintiendo en este momento.

Y definitivamente, no quiero olvidar cómo se sienten sus labios contra los míos ahora mismo.

© 𝑭𝑨𝑰𝑺𝑻𝑺𝑳𝑼𝑽𝑹𝑹