❛ 𝘃𝗶𝗶. 𝗉𝗂𝖼𝖺𝖽𝗎𝗋𝖺 𝖽𝖾 𝗉𝖺𝗇𝖺𝗅.




❛ 𓄼 SÉPTIMO CAPÍTULO 𓄹 ៹



LA PREOCUPACIÓN NO SE ESFUMÓ CUANDO LLEGÓ EL ALIVIO, el dúo de mejores amigas viendo a Raúl despotricar en contra de el Vengador por haberle robado lo que le restaba de dinero, dejándolo en ceros, como si no hubiese sido atacado con un taser directo al cuello.

—A ver, eso vale madres. Lo único que importa es que estás bien —Carmen asiente a las palabras de Sofía, acercándose a Raúl para intentar tranquilizarlo.

—Raúl, no pienses en eso ahora, primero respira, por favor —pide en un tono dulce y consternado, sus manos descansando en los hombros de él mientras acaricia con sus pulgares.

Al mismo tiempo que el adolescente se calmaba y se quedaba quieto, con la mirada en la blusa de Carmen, el timbre del teléfono de Sofía suena con una notificación del Vengador. Raúl se acerca a Sofía, y recordando su enojo le quita el celular para ver el nuevo vídeo, Sofía y Carmen mirando por sobre los hombros del chico.

❝ ¿Un minuto de silencio para recordar a Luis? ❞ Raúl maldice y deja el celular sobre la barra con un poco más de fuerza de la necesaria.

—Nos está avisando quién va a ser la próxima víctima —Carmen bufa, restregando sus manos contra sus ojos debido al mal sueño.

—Bueno, solo lo averiguaremos de una forma —su mirada recae en Sofía, enfatizando—, y por ❝ averiguaremos ❞ quiero decir que tu ingenioso cerebro lo hará, yo solo me encargaré de activarlo, así que vamos a ducharnos, te prestaré ropa y después nos compraré el desayuno —ahora gira y se dirige a Raúl, acercándose para besar sus labios en un beso casto—. También te compraré algo para eso —hace un gesto con su dedo índice señalando las marcas bajo los ojos de Raúl, adquiriendo tonos rojizos con velocidad.

—Eso no va a resolver mis problemas y es lo que más me vale madres —él se queja, mascullando entre dientes, no particularmente dirigiendo su enojo a su novia.

Por su parte la misma hace una mueca. —A, es una herida, así que se tiene que tratar. B, hay que hacernos cargo de cosas sencillas para llegar al gran problema y no abrumarnos. Y c, no te quejes —ella frunce el ceño mientras habla, su mejor amiga reprimiendo una sonrisa por sus palabras.

—¿Es tu novia o tu mamá? —la azabache se burla.

—Sofía/Detente —regaña Carmen y ordena Raúl respectivamente.

UNA COSA ERA AÚN SER NOVIA DE RAÚL, lo que le hacía recibir miradas de reojo y comentarios murmurados por el alumnado, pero otra cosa muy diferente era que Pablo subiera a sus historias fotografías de ella junto a Raúl, Sofía y Gerry, acusándolos de encubrir al asesino de Luis, lo cual no era del todo falso para ella y su novio. En los pasillos resonaba la palabra ❝ traidoras ❞ dirigidas a ambas chicas, quienes se mantuvieron unidas fingiendo demencia ante las acusaciones.

Ella no era amiga de Gerry, pero tampoco de Luis aunque le agradaba más él que cualquier otra persona de la escuela, por lo que cuando falleció quedó con una astilla en el corazón, llorando su partida. Así que, se preguntaba por qué no había entregado a Gerry a la policía cuando se enteró de que vivía con Raúl, tal vez porque había puesto en práctica el proceso de perdonar del que había hablado con su psicóloga, o tal vez porque pensó el peso que recaería en Raúl o que era responsabilidad de él por haberlo buscado en un principio. El hecho era que no lo entregó y no tenía una respuesta a la razón.

—Podemos ir a otro lugar si quieren —ofrece el ojiazul.

Ellas se miran antes de regresar sus cabezas a él, asintiendo.

—Ya nos estamos tardando —tiene la intención de apurar Carmen cuando llega Susana, ordenando que la sigan a dirección sin oportunidad de negarse.

El trío la sigue, manteniendo las expresiones neutras en sus rostros por cada mirada negativa, el resto de adolescentes procurando no decir nada en voz alta que les pueda llegar a afectar por la presencia de la directora, hasta que están por doblar un pasillo y escuchan el grito de Ernesto.

—¡Pinches mentirosos! —Carmen rueda los ojos, Susana llamando la atención del muchacho.

La mujer regresa sobre sus pasos, Ernesto y Darío levantándose para acercarse a los otros tres.

—Ustedes dos a sus salones. Ustedes sigan, por favor. Esas palabras aquí no.

—Salieron igual que la rata, pinches traidoras.

—¿Dónde está Gerry? ¿Dónde lo tienen?

—Les dije claramente que a sus salones.

Cuando Susana iba a continuar, Sofía y Carmen haciendo una mueca de incredulidad y desagrado, es la segunda que interrumpe a las dos primeras de hablar, utilizando un tono de voz que rozaba el coraje.

—Se pueden ir muy a la mierda, porque ahora resulta que ustedes son unos santos devotos que nunca maltrataron a Luis como los perritos falderos de Gerry. No me vengan con sus pinches insultos de la chingada y su repentina moral, pinches malagradecidos, ni porque les salvamos la vida cierran la boca, que solo dicen pendejadas.

—Carmen, por favor —Susana interviene, colocando su mano en la espalda de Carmen para hacerla darse vuelta y continuar su camino—. A sus salones —al decirles eso al par Carmen solo les muestra el dedo medio un segundo antes de tomar la mano de Raúl, el mismo junto con Sofía sonriendo con orgullo.

—Amanecimos poniendo los ovarios sobre la mesa —murmura Herrera solo para ellos, causando que Carmen se sonrojara.

A los pocos pasos llegaron a la oficina que antes ocupaba Quintanilla, sentándose frente al escritorio que ahora pertenecía a Susana.

—Ustedes saben lo serio que es encubrir un criminal, ¿No? —pregunta la mujer, mirándolos con seriedad—. ¿Saben qué es lo que debería de hacer? Expulsarlos a los tres y llamar a las autoridades.

González decide intervenir, cortando las palabras de Raúl cuando él también comienza a hablar.

—Quiero empezar disculpándome por mi tono en el pasillo, sé que no fue el correcto y no debería de ponerle excusa por ello, pero para el vídeo que subió Pablo si tenemos una excusa que debería de oír de parte nuestra.

La directora asiente, indicándole seguir. —Muy bien, Carmen, soy toda oídos, pero ve despacio —la morocha asiente, sin haberse dado cuenta que las palabras comenzaban a deslizarse fuera de sus labios con prisa.

Suspira, entrelaza sus dedos con los de Raúl para tener un ancla. —Raúl quería animarnos, Sofía y yo estamos pasando por problemas familiares, entonces estábamos un poco decaídas. Él nos ofreció ir a un antro, fue cuando nos encontramos con Gerry. Lo vimos y nos acercamos a él, yo por supuesto tenía muy claro qué decirle —ella parpadea, recordando las emociones que sintió cuando se encontró a Gerry en la casa de Raúl—, estaba furiosa y dolida por su culpa, pero a primer intento las palabras no salían de mi boca. Fue cuando Sofía empezó a decirle de cosas, por lo de Luis, por lo de Javier, ella quería que se entregara —mueve su cabeza para ver a Sofía, buscando su confirmación. Sofía no duda en asentir a sus palabras.

—Creí que podría razonar con él —murmura.

—¿Por qué no llamaron a la policía? —pregunta Susana, buscando algún punto de incongruencia.

Raúl se encoge de hombros. —No esperábamos verlo ahí, ellas se querían lanzar contra él y yo me puse nervioso por eso. No es hábito llamar a la policía para nosotros, nuestro primer pensamiento no fue hacerlo.

—Y de pronto llegó Pablo y él sí se lanzó físicamente sobre Raúl, entonces solo vimos a Gerry correr y nosotras nos quedamos para que Pablo no le hiciera daño a Raúl. Eso es todo —su mano se coloca sobre la que está con la de Raúl, girando sus anillos—. Se la ha pasado atacando a Raúl y ahora nos metió en una difamación que nada que ver.

La adulta se toma unos segundos antes de responder. —Está bien. Tienen un buen argumento. Quédense aquí, voy a ver a tu mamá y a tu tía, a ver qué opinan de todo esto. Digo, aprovechando que están en la despedida de Quintanilla —frunce el ceño, Carmen no recordaba que Gemma le haya avisado que asistiría, pero probablemente Nora le había insistido para acompañarlos, tanto que su mejor amiga terminó aceptando—. No se muevan de aquí, por favor.

La directora sale, Carmen dejando salir un suspiro de alivio mientras Sofía murmura algo que no alcanza a procesar. Por su parte, Raúl toma el rostro de la morocha entre sus manos, tirando de ella en un beso fuerte y profundo, apenas dándole tiempo de corresponder.

—Eres una putísima genia. Dios, hay tantas cosas pasando por mi cabeza que quiero decirte y–...

—¡Va a atacar a Quintanilla! —exclama Sofía, golpeando el brazo de Carmen para sacarlos de su burbuja y llamar su atención.

—¡Au! —chilla, sobando esa área al instante. Aún se encontraba aturdida por el repentino golpe, Sofía tomando su mochila mientras Raúl la levantaba jalando de sus manos unidas.

Vuelven a recorrer los tres pasillos anteriores antes de llegar a las escaleras. —Bueno, tenemos que concentrarnos en lo de Quintanilla, ¿No? Debemos buscarlo —piensa Raúl en voz alta mientras bajan las escaleras, encontrándose al girar con Susana, Nora y Gemma.

—Oigan, ¿Qué hacen aquí? Los dejé en mi oficina. Cómo les cuesta trabajo seguir instrucciones a ustedes —su queja va más hacia las tutoras que a los adolescentes.

—¿Dónde estabas? —Nora le pregunta a su hija, dejando salir una exhalación.

Entre tía y sobrina se ven, cada una conociendo el lado de su mejor amiga con respecto a lo que estaba viviendo cada una. Negaron, apartándose un paso atrás.

—No tengo tiempo, necesito hablar con Quintanilla.

—Yo necesito hablar muy seriamente contigo, hace un día que yo no sé nada de ti —Carmen alza una ceja, sorprendida, haciendo que Gemma asienta en su dirección confirmando las palabras de Nora.

Cuando Sofía llama a su madre ❝ mentirosa ❞ y le entrega un documento legal, preguntándole por qué había entregado a su padre, es el momento que Gemma, Carmen y Raúl deciden al unísono hacer como si la Virgen les hablara.

—¿Sabes dónde está Quintanilla? —pregunta la morocha.

—¿Es cómo quieres iniciar la conversación? —responde la mayor en su lugar, haciendo una mueca de confusión y escepticismo.

—Es que el Vengador atacará a Quintanilla —balbucea, unos ojos de cachorro brillando en su mirada.

Un suspiro y su contraria responde. —En el lounge —en ese momento Sofía pasa con un ceño fruncido, agradeciendo a Gemma sin mirarla y haciendo que Carmen y Raúl se despidan rápidamente de Nora.

Buscan y revisan dentro y entre los regalos que le fueron preparados al antiguo director, hasta que Sofía tira el contenido de una taza y cita las palabras escritas debajo de ella. ❝ Tu primavera será corta.❞

—¿Y eso qué fregados quiere decir? —no termina de preguntar cuando Sofía sale corriendo, Raúl mirándola, esperando por su novia—. Ay, ve tú, ahora los alcanzo —ella hace un ademán con su mano para que la siga, Carmen optando por caminar—. Dios mío, sigo necesitando volver a las clases de educación física.

Siguiendo los pasos que habían dado con anterioridad, vio a su novio y a su mejor amiga mantener una conversación desesperada con Darío, quien no se quedó conforme con las palabras de Carmen minutos atrás.

—¿Dónde está? —ella agarra la camisa de Darío en un puño, jalándolo hacia ella con menos paciencia.

—Cagando.

Uno detrás de otro, inclusive siendo seguidos por Darío, se apresuran a los baños, donde la puerta del baño de hombres se encuentra cerrada con candado, los gritos de Quintanilla pidiendo ayuda.

Sofía trata de hablar con él a través de la puerta, siendo que no puede hacer nada más mientras Raúl intenta forzar la cerradura con sus pinzas.

—¡Darío haz que se callen y busca a alguien! —Carmen se dirige a él, la ansiedad creciendo ante el volumen de los cantos.

Y es tan pronto como Raúl deja caer las cadenas que el hombre sale corriendo, adolorido y despavorido, Carmen soltando un jadeo y apartándose de la puerta cuando montones de avispas o abejas, ella no las diferencia, salen volando del baño furiosas, el ojiazul cerrando la puerta para que no salgan más.

          —HAY ALGO DE LO QUE DEBEMOS DE HABLAR —Carmen deja de ver su celular, levantando la vista hacia León con un ceño confundido.

Se encontraban fuera del hogar de Luis, esperando por la señal, vía mensaje, que les daría Sofía en un par de minutos.

—¿Algo malo?

—Depende —él ladea la cabeza—. ¿Qué haremos con el vídeo de Quintanilla y Susana?

Carmen bufa. —Se me había olvidado. Demonios. No puedo dejar que Nora se case con él. No me lo perdonaría. Gemma no me lo perdonaría —resalta, siendo la segunda mucho peor.

Antes de que ella pueda pensar en algún plan, él vuelve a hablar.

—¿Confías en mí?

Ella lo mira, extrañada. —Desgraciadamente para el resto, sí, confío en ti.

—Entonces déjamelo a mí y tu hazte tonta. No tienes idea de ningún video.

—¿Estás seguro? —Ella gira su cuerpo en el asiento del auto para encararlo por completo—. ¿Completamente seguro?

—Sí. Nora no se va a casar con Quintanilla —él promete con la determinación en sus ojos, el sonido de su celular interrumpiendo la conversación.

❝ Ahora. Toca el timbre.❞

González baja de su vehículo y corre a la entrada de la casa, tocando el timbre de manera repetitiva antes de esconderse detrás de un árbol de tronco grueso, ordenando a Raúl agacharse para que la madre de Luis no los atrape en el momento en el que sale y busca con la mirada a la persona que haya tocado.

Sale de su escondite cuando la señora vuelve a adentrarse a su hogar, mordiéndose la uña de los nervios a falta de Sofía y alguna noticia de ella, pero como caído del cielo, un poco literal para ella, un sobre de cuero aterriza frente a ella, Carmen recogiéndolo para abrirlo.

—Conduce tú —le indica al castaño, dando la vuelta al auto para acercarse a la puerta del copiloto, el sonido del portón abriéndose para dejar ver a la azabache la distrae por unos segundos.

—Sube —es el turno de Sofía de darle una indicación, alzando ambas manos para que González le pase el sobre. La mencionada se lo lanza antes de subirse al vehículo, Raúl encendiendo el motor y comenzando a conducir sin rumbo.

—Y, ¿Qué son? —pregunta, tratando de mirar a lo que tiene Sofía en manos en los asientos traseros, levantándose del suyo.

—Son los dibujos de Luis... Y al parecer, el Vengador está cumpliendo sus deseos.

Un silencio se cierne dentro del auto, el trío mirándose entre ellos. —¿Cuál seguirá?

Me acabo de dar cuenta que solo me
faltan dos episodios para acabar la
temporada, así que he decidido no
hacerme tonta y terminarla.

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