Acto tres.
Italia, Año 1936.
Antonella toco la puerta de la habitación del joven y al escaso tiempo recibió la aprobación para entrar. Sonrió ampliamente al ver a ese muchacho tan concentrado leyendo un libro de la literatura italiana que hace unos meses ella le obsequio en una visita al mercado para que él tuviera algo en que entretenerse.
―Ya estoy aquí joven, ¿Qué necesita?―pregunto acercándose a la cama de Junmyeon.
―¿Quién es el chico? ―pregunto posteriormente dejo a un lado el libro y dirigió su mirada a Antonella. ―Mis abuelos no deben aceptar que cualquier persona se quede a trabajar en la granja. ―expreso seriamente.
La mujer mayor sonrió divertida por el lado detectivesco del muchacho. ―Es un chico originario de China.―comunico. ―Aterrizo aquí en busca de trabajo y al parecer a tu abuelo le simpatizo el chico que le dio el trabajo de inmediato. Además tú también eras un desconocido para ellos cuando llegaste a este lugar muchacho. ―concluyo.
―Eso... es diferente.―murmuro.
―No, no lo es Junmyeonnie. ―rio suavemente.
Su halabeoji siempre siendo tan humilde. Junmyeon miro hacia la ventana al oír ruido afuera. Ambos se acercan hacia ella para averiguar lo que pasaba. La mujer sonrió enternecida al ver al chino ir tras las borregas para que estas entraran a su corral para comer, pues era la hora.
―¿Qué sucede Antonella? ¿Algo malo?―pregunto preocupado.
―Tranquilo myeonnie.―le informo. ―Solo es el chico atractivo yendo tras las borregas para su almuerzo, es tan lindo verlo correr asustado y con angustia de que alguna se le vaya.
El coreano también se angustio porque sabía cómo era su halabeoji, tiene un carácter fuerte. Él no se andaba con juegos cuando se trataba de su ganado.
―Al parecer te agrado porque hasta le dices atractivo. ―volvió su mirada a la mujer.
―E' molto bello. ―aseguro. ―Un chico de estatura un tanto alta, con un lindo rostro y en ese rostro hay unos lindos ojos risueños, mejillas bonitas con hoyuelos adornando en ellas, sonrisa cálida junto con un cabello negro peinado adecuadamente, bueno ya no debido al trabajo. Ahora su cabello esta desordenado. ―le describió Antonella.
Junmyeon les estaría metiendo descaradamente si no les dijera que en cuanto la mujer comenzó describir al muchacho (su aspecto) no se lo imagino, porque claramente lo hizo. Su curiosidad creció. Pero también estaba seguro de que él con ese porte se las daba de todo un casanova.
―Posiblemente es todo un casanova. ―inquirió Jun. Se alejó de la ventana.
―Tal vez, porque al instante él estar dentro de la casa las chiquillas de inmediato pusieron su atención en él.
―Ay ellas se enamoran rápido ―dijo en tono burlesco. ―Obviamente el tipo es un casanova. ―concluyo.
―No juzgar sin antes conocer. ―agrego. ―La comida pronto estará lista para que vayas al comedor. ―finalizo.
La puerta de la habitación se cerró. Jun se quedo en completo silencio. Nuevamente el ruido llamo el interés del coreano. Podía oír a Jasper ladrar asimismo la voz del chino llamándolo. Sin perder el tiempo Junmyeonnie se puso en marcha para buscar su libreta y dibujar. Luego de tener todo listo se aproximó a la ventana, y con ayuda de sus otros sentidos poder darse una idea de lo que acontece allá fuera.
Mientras tanto un Yixing inquieto por las travesuras que pudiese causar el lindo cachorro, posiblemente asustar a los otros animales más pequeños. Tenía que atraparlo para poder dale un baño.
―¡No Jasper al lodo no! ―exclamo eufórico.
Siendo tremendamente travieso y rebelde, el perro se introdujo al lodo junto con los cerdos. Al ver la escena del animalito el chino lloro internamente porque le costara bañarlo. Pero bueno, ni modo Jasper solo quería diversión y él no se lo iba a negar, amaba a los animales. Fue hasta donde estaba el cachorro y lo saco con cuidado. Para su buena suerte el perro le demostró su amor dando lengüetazos en su rostro originando risas melodiosas saliendo de sus labios.
―¡Basta Jasper! ¡Mi cuello no... Jasper jajaja, auxilio!
Por otro lado volviendo a la habitación, Junmyeon termino el dibujo. Comenzó a pasar sus manos sintiendo su textura. Cerro sus ojos para poder trasportarse al lugar de los hechos y hacerlo más real. Sonrió ampliamente cuando su cerebro trajo el recuerdo de la risa agradable de aquel chico. Su burbuja se rompió:
―¡JUNMYEON LA COMIDA!
―¡VOY ABUELA!
Se avergonzó. El coreano salió corriendo velozmente. El dibujo de un Yixing sonriente junto a un juguetón Jasper descansaba en el suelo de la habitación.
Al caer la tarde noche Yixing hacia los últimos trabajos en la granja, por ejemplo comprobar que todos los animales tuvieran en su lugar con un poco de alimento y obviamente agua, asegurarse de que todo estuviera bien cerrado para que no escaparan, o tendría un gran problema por la mañana. Posteriormente dejo los materiales que ocupo durante su jornada en almacén de la granja. Cerro con candado.
"7:30 de la tarde, jornada terminada"
Él sonrió con orgullo. Un día difícil pero no imposible. Su perseverancia e inteligencia lo ayudaron con este día tan agotador. Encima debe darse prisa para ir por sus cosas si quiere conseguir una pieza en un albergue gratis para extranjeros ya que se encuentra sin ni un centavo y entonces nuevamente tendrá que dormir en el suelo de algunos lugares escondidos. Al entrar por la parte trasera de la cocina y preguntarle a Antonella sobre su maleta gris, ella lo observa de extraña y le responde:
―¿A dónde vas tan tarde? ―pregunto. ―Ya casi es hora de la cena. ―le sonrió.
―A buscar un lugar donde quedarme. ―expreso sin importancia. ―No pienso abusar de la hospitalidad del señor Santino. ―informo. ―Estoy más que agradecido por el trabajo.
―Jovencito ya es tarde, y la mayoría de los hoteles y albergues están por cerrar. ―le comunico seriamente. ―Mejor quédate aquí por esta noche y mañana en un tiempecito que tengas buscas un lugar donde quedarte. Yo le informo al señor Santino de tu situación.―le sonrió amablemente.
―¡Ni se le ocurra! No quiero ser un parasito. ―agrego. ―por favor deme mi maleta gris para poder avisar que termine y vendré mañana. ―dijo y soltó un suspiro.
―No te doy tu maleta gris y te quedas hasta que traiga al patrón. ―expreso con seriedad la mujer.
Zhang negó. ―Por favor. ―suplico.
―¡Que no! ¡Es peligroso! ¡Voy hablar con el patrón! ¡Dios que juventud tan terca!
El chino retrocedió asustado. La mujer al ver la expresión del chico se sintió mal por asustarlo.
―Por favor, es tarde. Déjame hablar con el señor, ¿sí?
Sin más remedio acepto esperar a Antonella para que hablara con el señor Santino. Unos quince minutos después Yixing escucho la puerta de la cocina abrirse y de inmediato se levantó del asiento donde estaba he hizo una reverencia.
―Antonella me informo de la situación por la que pasas y por supuesto que te quedas. ―sonrió.―Y si no llegas a encontrar un lugar donde quedarte puedes quedarte el tiempo que sea necesario aquí. ¡Esta casa tiene habitaciones de sobra!
―Gracias, pero aun así no quiero abusar. ―dice avergonzado. ―Solo sera por esta noche. En mi descanso de mañana buscare lugar donde quedarme. ―afirma serio.
Santino asintió respetando la decisión del muchacho y salió de la cocina.
―La cena casi esta lista. Solo servimos a los patrones y al joven Jun, posteriormente comemos nosotros. ―agrego.
Pasada una media hora Zhang cenaba en la cocina junto a Antonella y las otras chicas un delicioso espagueti. Él halago los dotes culinarios de la señora, ella le sonrió como agradecimiento.
―¿Y cuánto tiempo piensas quedarte en Italia? ―pregunto Alessia.
―No lo sé, supongo que un corto tiempo. ―agrego. ―Tengo a mi familia.
―¡Que triste! ¡Tienes que irte después de las festividades! ¡Aquí hacen unas increíbles festividades!―expreso Bianca.
―¡Exacto! Tienes que ir con nosotros, Yixie ―informo Alessia.
―¡Niñas!
Él sonrió divertido por el gran atrevimiento de las chicas.
―Es Yixing, señorita Alessia pero si se les dificulta díganme Lay. ―sonrió.
―Yixing suena más lindo y sexy. ―agrego Bianca con un tono atrevido.
―¡Les voy a lavar esa boca con jabón a las dos! ¡A cenar ya!, ¡dejen al muchacho!
―Es jugando Antonella, es que es muy lindo.―informo Alessia.
―No me importa, a cenar.
Después de eso las chicas se disculparon con él. Yixing acepto la disculpa pero informo que no había problema.
―¿Cómo llegaste hasta aquí?―pregunto Alessia. ―De china a Italia es un viaje largo.
―Por lo regular me transporto en carreta pero sino ya de lo que se atraviese en mi camino. ―informo. ―Antes de llegar aquí como ruta principal, viaje por otros países por un corto periodo, entre ellos esta Japón, India, Taiwán, España, por decir algunos. Me gusta el mundo por eso mismo me hice aventurero. ―sonrió.
―Vaya....―dijeron ambas chicas.
―Pero todo esto ha sido muy duro para ti, ¿verdad? Como hoy pudiste haber acabado muerto por un balazo por parte del Señor Santino. ―afirmo Antonella.
―Si, claro que sí. Ha sido duro todo lo que he pasado. A veces vives bien, otras veces no es lo que esperas.
La habitación quedo en silencio y Antonella aprovecho para levantarse del comedor. A los pocos instantes volvió a ella con unas latas de birra. Yixing ayudo a la mujer a repartir la exquisita bebida. Ya cuando todos estuvieron preparados Antonella alzo su birra y expreso:
―Salute!
―Salute! ―le respondieron Alessia, Bianca y Yixing al unisonó luego de chocar las latas entre todos.
Fue un día ajetreado para el pobre chico. Mas tarde el chino agradeció a Antonella por la intervención que tuvo con las chicas, aún estaban en la cocina lavando las vajillas. También agrego que no fuera tan dura con ellas. Son buenas chicas y le agradan sus comentarios, para él son como sus hermanas pequeñas.
Antonella estuvo de acuerdo con el muchacho. Sonrió cuando lo oyó decir que consideraba a Alessia y Bianca como hermanas. Estaba segura que ellas también lo consideraban como hermano y lo único que ellas querían era verlo feliz y sonrojado.
Mas tarde la mujer le mostro donde descansar y de igual forma le dio su maleta gris que había guardado en su alcoba. No quería que nadie revisara sus cosas. Por ultimo le dio algo apropiado para dormir ya que dentro de su maleta solo llevaba pantalones desgastados, camisas igual de desgastadas, y un elegante traje. Y como que dormir en pantalones no era lo más correcto sobre todo con el calor que hacía.
Al ingresar a la habitación de huéspedes observo una alcoba muy limpia con una cama mediana al centro, a su lado derecho un taburete pequeño y un escritorio junto con una silla. Ahí podría escribirles cartas a sus padres sobre su estadía en Italia. Después le pedirá de favor a Antonella si tenía alguna libreta vieja donde podría escribirle a sus padres y de igual forma donde se encontraba el correo en la ciudad. Hoy volvería a dormir en una cama cómoda y no en una improvisada por cartones que lo único que hacían a la mañana siguiente es provocarle dolores de espalda.
Por otro lado, un Jun acostado en su cama acompañado de la lámpara encendida observaba el cielo estrellado del verano. Desde pequeño le fascinaba contemplar el cielo, le transmitía una paz inigualable y haciéndole más fácil trasportarse al lugar de los sueños, si sufría insomnio. Un ruido lo distrajo de su relajación y ese ruido provenía de la habitación de huéspedes. Dejo su habitación trayendo consigo mismo una linterna para averiguar cómodamente. Conforme se acerca su corazón bombea con mas fuerza por el miedo que siente. Y es que él cree en fantasmas, si suena tonto pero lo es y es que los ruidos no se detenían.
―¿Quién está ahí? ¿Antonella?
La puerta se abrió haciendo que el chico de mejillas regordetas y ojitos lindos soltara la linterna por el susto.
―A...Anto...Antonella.
―Joven Junmyeon, ¿que hace aquí?―pregunto el chino posteriormente levanto la linterna del suelo.
¿Él? ¿Qué hace aquí? ¿Cómo? ¡Desgraciado por su culpa casi me da un infarto!
―Eso me corresponde a mi preguntarte a ti. ―informo. ―¿Quién te dio permiso de quedarte?―agrego y cruzo los brazos.
―El señor Santino, pero no se preocupe solo será por esta noche. ―le dijo. ―Por la mañana en mi descanso buscare un lugar donde quedarme. El tiempo que tengo aquí es limitado.
―Ojala y lo cumpla. ―expreso serio.
―No se preocupe, lo hare. ―sentencio con firmeza. ―Su linterna.
Jun la tomo y sin más retomo su ida a su habitación.
―Sabe, aparte de traer una linterna debe traer un arma si se va a defender de alguien. Aunque sea un simple fantasma. ―sonrió divertido.
Jun lo miro mal y agrego:
―¡Tonto! ¡Ya duérmase! ¡Hay gente que si trabaja!
―Lo mismo digo "baobei"
―¡Usted lo será! ―exclamo.
Negó divertido por sus lindas expresiones reflejadas por la luz de la linterna. Cerro su puerta cuando escucho que la puerta del hermoso hombre fue cerrada con fuerza.
Es tan lindo, aunque él no pueda darse cuenta. Me gusta.
¡Es un engreído! ¡Un casanova tonto!
Actualidad, Corea del sur, Año 2008.
El sonido del teléfono interrumpió el baño de Yixing. Con pereza dejo la tina no sin antes enrollarse una toalla en la cintura y salir del cuarto.
―¿Alo?
―Appa Yixing...
Amplio su sonrisa al oír esa linda voz llorando.
―¿Qué pasa Woo Hyun? ¿Por qué lloras pequeño?―pregunto preocupado.
―No puedo dormir.... Ven te extraño.
―¡Woo Hyun es muy tarde para que Yixing venga! Vamos, yo me quedo contigo hasta que te duermas cariño.
―No, yo quiero que appa Yixing venga...
―No... el...
―No te preocupes, Woo Hyun estaré contigo, espérame.
Yixing colgó el teléfono para ir a su alcoba y arreglarse. Media hora más tarde conducía hacia la Seúl para ver al pequeño. Al chino no le molestaba que el pequeño le llamara para que fuera y le contara historias para dormir. Pero desafortunadamente al coreano le incomodaba que Woo Hyun lo llamara tan tarde en algunas ocasiones. Con la excusa de que él también tiene que dormir para rendir en su trabajo.
Al estar al frente de la puerta del departamento toco. Al abrirse la puerta el coreano se hizo a un lado para que pasara. Cerro la puerta y posteriormente se fue a la cocina mientras que Lay fue hacia las escaleras para ir directo hacia a la habitación del niño. Al estar dentro Woo Hyun se le lanzo a los brazos. Hacía tiempo que no miraba a su appa, Yixing correspondió su abrazo.
―Ya estoy aquí, tranquilo nadie te hará daño.
Woo Hyun es solo un simple niño de ocho años. Uno muy educado y responsable con su escuela y con sus amigos que son tan amables. Pero le tiene miedo a muchas cosas.
―Un monstruo horrible te devoraba.
Yixing despejo al niño de sí mismo para limpiarle esas lágrimas de cocodrilo que adornaban esos encantadores ojos oscuros y que también resbalaban por sus mejillas. A continuación deja un beso en su frente.
―Estoy bien, solo es un mal sueño mi amor.
―¡Era muy real! ¡Yo lo viví!
El niño nuevamente se acurruco en su appa y por supuesto que el chino lo consintió hasta que estuviera más tranquilo para contarle un cuento y hacer que se durmiera. En esta ocasión Lay le narro la historia de ratatouille. Una hora más tarde él bajo las escaleras. Al llegar a la sala se encontró al coreano durmiendo plácidamente con la televisión encendida. Fue hasta su cuarto para tomar una manta y arroparlo. Cuando este quedo cubierto por la cálida manta beso su frente, apago el televisor para por ultimo salir silenciosamente del departamento.
Notas adicionales: palabras italianas.
Birra: Cerveza.
E' molto bello: El es muy atractivo.
Salute!: Salud!
―Ohmykjm
Escrito: 10.10. 21.
Editado: 20.02.22.
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