Acto cuatro.
Actualidad, China, Año 2008.
Es una agradable tarde, un jueves de septiembre para ser exactos. Yixing conduce feliz acompañado de buena música y un exquisito café recién hecho de su cafetería favorita llamada "Rise". Días atrás la señorita Je Hee le llamo para pedirle de favor que en la próxima reunión que tuvieran esta podría ser en su casa. Ya que la joven le expreso que tenía trabajo atrasado, solo un poco. Y encima el autobús que la dejaba cerca de su edificio, la unidad llevaba días sin laborar. Sin ningún problema el empresario acepto. Esta bien salir de casa de vez en cuando.
Hizo unas cuantas paradas antes de llegar con la joven, llego a poner gasolina y de igual manera a una tienda de convencía donde compro un cigarrillo. No era tan frecuente que él fumará uno pero en esta ocasión tenía antojo, obviamente no lo fumaria en presencia de la señorita. Esto solo sucederá cuando se encuentre solo en casa. Veinte minutos mas tarde arribo al lugar de la reunión, apago el motor del auto y salió de este. Vistiendo casual, una camisa de botones azul, pantalones negros y zapatos negros. Todo limpio y reluciente, por ultimo agregando de accesorio unos lentes oscuros. Golpeo suavemente la puerta del apartamento y espero paciente a la joven residente. Al oír pasos cercanos hacia él se quitó los lentes a modo de caballerosidad. Posteriormente ambos se saludaron con una reverencia y un amigable apretón de manos. Je Hee lo invito a ingresar al apartamento.
El apartamento es sencillo y hogareño con estilo bohemio, eso presencio el chino al ver la casa de la señorita Je Hee. Unas lindas paredes amarillas y muebles color café algunos tenían fotografías familiares. Todo era acorde a la edad de ella, sus preciados veinticinco años.
―Siéntense donde usted quiera. ―sonrió. ―¿Le ofrezco algo? ―pregunto mientras guardaba las cosas que tenía sobre su mesa la cual se encuentra en el centro de la sala.
―No, gracias estoy bien. ―le devolvió la sonrisa asimismo se colocó los lentes en su camisa de botones, específicamente en uno que se encontraba abierto.
Ella posteriormente asintió. Fue a dejar sus cosas a su alcoba para luego volver e ir a la cocina a prepararse algo de café.
―¿Seguro no quiere algo? ―volvió a preguntar desde la cocina.
―Tranquila Song Je He estoy bien. ―informó calmado. ―Por cierto, ¿Cómo vas con el trabajo?―pregunto mientras miraba su celular.
―Todo muy bien. Algunas de mis compañeras ya quieren leerlo. ―expreso con sonrisa radiante.―Pero tendrán que esperar, yo igual estoy muy emocionada por esto.
―De nada señorita Song Je Hee. Me alegra, yo también lo disfruto. ―sonrió.
Instantes después teniendo todo en orden y listo iniciaron con el trabajo programado para hoy. La grabación inicio.
―Y dígame luego de esas pequeñas interacciones, ¿siguió en las esas mismas?, o digo, "vamos a arriesgarnos más".
―Me arriesgue por supuesto.―sonrió. ―¿Tu no lo harías estando enamorada?―pregunto mientras alzaba sus cejas de manera juguetona.
Ella rio ante el gesto tan lindo que hizo el empresario y asintió a su pregunta. Aunque hizo una pausa en el amor por lo ocupado de la universidad.
―Lastima que la juventud de ahora no sabe lo que es amar realmente.
―¿Porque lo dice? ―pregunta curiosa.
―Hoy en día manipulamos el amor a como nos conviene. En solo satisfacernos, ahora todo mundo o bueno una parte de ella piensa que una relación toxica es amor. ―expresa para luego negar. ―El amor te da paz y no te la arrebata.
― Cada persona tiene su propio significado de amor de acuerdo a su ideología. ―responde ella.
―Tienes razón, el tiempo vuela y la sociedad va cambiando.
―Si, por otro lado ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo se arriesgó para enamorar a el Señor Kim? Cuénteme.
―Mmh...veras...
Italia, Año 1936.
Es una mañana agradable para Junmyeon quien esta jugando con los conejos después de finalizar la entrega de comida a los animales, asimismo de cortar el césped ya que últimamente ha habido mucho mosquito y no querían plagas. El olor a césped cortado satisface los demás sentidos del chico de mejillas regordetas. Les canta una canción a los conejos mientras les da mimos, tanto que se aferran a su camisa a causa de su canto. Minutos después los deja en su casita dormidos tranquilamente y va a las caballerizas, hace tiempo que no pone un pie ahí porque ha estado ocupado.
Durante unos instantes todo es normal hasta que a sus fosas nasales llega un olor a vainilla, se dejó guiar por ese atractivo olor hasta que este se volvía cada vez mas fuerte. Al corto tiempo una voz hablo que por obviedad conocía. Además podía oír agua cayendo porque olía a tierra mojada. Un olor grato para él.
―Vas a quedar muy limpio Rayo. ―hablo el chino con el caballo.― Vas a hacer la sensación. ―sonrió.
Yixing continuo con su tarea de seguir aseando a Rayo y Junmyeon solo se limitó a percibir con sus sentidos e imaginar lo que hacía el hombre. Su cuerpo recibió una deliciosa corriente al oírlo cantar suavemente. Su corazón sintió una hermosa calidez y también de bombear de manera acelerada , lleno de felicidad. De la misma forma que sin poder evitarlo sus mejillas regordetas se pintaron de color carmesí.
¿Qué me pasa? ¿Qué le sucede a mi cuerpo? ¿Por qué me siento febril? ¿Me estoy enfermando?
―Oh joven Junmyeon, ¿se le ofrece algo?―pregunto.
―Yo...
―¿Cuanto tiempo lleva ahí parado? ¿Está bien? Sus mejillas....
De inmediato el coreano le dio la espalda al ver que el chino se dio cuenta de su vergonzosa situación ―Quiero montar a caballo. ―informo tímidamente. ―Ensíllame un caballo Yixing... por favor.―finalizo y se fue de las caballerizas.
Mientras tanto un Yixing estaba confundido por la situación de hace unos momentos. ¿Por qué el coreano estaba ruborizado? Pero debía admitir que es un atractivo tomatito.
Minutos después llego el chino con el caballo listo. Junmyeon conto mentalmente los pasos que debía dar para subirse al caballo del mismo modo que se sintió seguro cuando logro sentir el precioso pelaje del animal entre sus manos. No sabe en qué momento de un día para otro sus sentidos comenzaban a fallar, necesitaba volver a retomar su braille.
Yixing quiso ayudarlo a subir al lindo animal tomando su mano pero se negó quitándola de inmediato sin mirarlo le expreso:
―Gracias, pero puedo solo.
El chico asintió.
―Veo que ya se encuentra mejor. Sus mejillas ya tienen su adorable color natural. ―le dijo con una sonrisa amplia.
―Si, lo de las mejillas es porque cuando estoy en un lugar caluroso se tornan de esa manera. ―le informo sabiendo que es una total mentira. ― Pero es que no le iba a informar que sus mejillas tomaron ese color por la bella voz que tiene el hombre de origen chino. No iba a alimentar su ego, no señor.
―Ah, ya veo. ―dijo.
Si claro le daré credibilidad a su argumento cuando me mire a la cara y no baje esta misma. Son tan obvias sus emociones. ―pensó. ―Lo acompañare por seguridad.
―No es necesario. Iré solo, no requiero de guardaespaldas. ―sentencio seriamente.
―Bueno donde estará para avisarle a su abuelo. ―dijo.
―Él ya sabe dónde estoy siempre que salgo a montar.
Una vez listo. Jun arranco su cabalgata, alejándose del chino. Debe admitir que el joven Junmyeon sabe montar bien. Instantes después Santino llama a Yixing y él se acerca.
―Toma. ―le dice y Santino al momento le entrega un sobre de color blanco.
―¿Qué es señor Santino?―pregunta confundido.
―Es un pequeño adelanto para que busques donde quedarte. Eso me dijiste. ―comunico. ―Y la oferta no va a cambiar si no llegas a encontrar un lugar, te lo repito la casa tiene habitaciones suficientes. ―agrego sonriente. ―Tienes dos horas para buscar y luego volver.
―Gracias.―sonrió mostrando uno de sus hoyuelos. ―El joven Junmyeon salió a montar.
―Está bien. Aunque no me gusta que vaya solo a montar. ―expreso con preocupación. ―Ve a lo que tienes que hacer muchacho, el tiempo corre. Puedes llevarte el carro si gustas.―le comunico y le entregó las llaves, golpeo suavemente el hombro derecho del chino.
Sin más Santino volvió a entrar a la casa. Y Yixing emprendió la búsqueda de un nuevo hogar.
Por otro lado a unos cuantos kilómetros de la granja esta un Junmyeon sentado en una roca mientras admira el ruido ligero del largo. Las aguas tranquilas hacen que el cerebro del coreano vuelva a reproducir las pequeñas estrofas de la canción que entonaba Yixing en las caballerizas. Con una sonrisa en el rostro y meneando su cabeza de un lado a otro se deja arrastrar por esa pacifica canción así como la voz del interprete. Su corazón latía entusiasmado.
Para el mediodía el coreano decidió emprender su viaje de regreso a la granja conforme avanzaba en su viaje su mente divago en lo que ciertas personas a su alrededor comentaban de él.
"Un chico de estatura un tanto alta, con un lindo rostro y en ese rostro hay unos lindos ojos risueños, mejillas bonitas con hoyuelos adornando en ellas, sonrisa cálida junto con un cabello negro peinado adecuadamente, bueno ya no debido al trabajo. Ahora su cabello esta desordenado"
"Es jugando Antonella, es que es muy lindo"
¿Es lindo?
¡Por supuesto!
¡Te lo imaginaste cuando Antonella te lo describió. ¡Es lindo! ¡No lo niegues!
¡Es un casanova!
¿Y sino? ¡No hables solo por hablar! ¡conócelo! ¡Es lindo!
¿Lindo? Es que eso es algo que prácticamente le queda corto, el..
―...Es guapo
Al llegar a casa solo se limitó a comer para después dormir un rato. El calor del verano es insoportable y hace que sus ánimos decaigan para leer, dibujar o practicar su braille. Para la tarde noche despierta perezosamente que decide quitarse ese animo con una ducha. Al cabo de unos minutos esta duchado y arreglado cómodamente para practicar su braille. Desafortunadamente al percibir la voz de Antonella en el cuarto de huéspedes se asoma a la puerta para oír.
―¿Entonces si encontraste un lugar donde quedarte?―dijo Antonella.
―Así es. ―sonrió. ―Esta en el pueblo.
―¡Es muy lejos para ti! Tendrás que levantarte muy temprano para llegar a tiempo.―agrego preocupada.
―No es algo nuevo para mi. Soy madrugador, estaré bien. ―sentenció.
―¿Llevas todo?―pregunta la mujer.
―Si. No es tanto lo de valor.
―Aun así no...
―Si, claro.
El coreano tiene la mano en el picaporte dispuesto a desearle toda la suerte del mundo con su nueva casa, pero se acobardo. Y solo escucho los pasos alejándose hasta dejar de escucharlos.
¿Qué me está sucediendo? ¿Por qué actuó extraño?
Al llegar a lo que sería su casa se puso en marcha para escribirle a sus padres y hacerles saber de su estado. Una habitación de diez metros cuadrados con una cama, un pequeño escritorio a un lado de la cama y un baño con regadera. Es suficiente para él.
Semanas después Junmyeon se interesó en saber de Yixing (disfrazando muy bien su interés) y al parecer el chino no lo notaba. Cada información (aunque fuera poca la que recabara) lo anotaba en su libreta. Se sentía tan entusiasmado, está enamorado. No tardo mucho tiempo para que Yixing se diera cuenta que el coreano escribía sobre él, y es que en un repentino llamado de la abuela Junmyeon fue hacia ella, pero desgraciadamente al coreano se le cayo la libreta y este no se dio cuenta. Una sonrisa orgullosa se colocó en su rostro al observar lo que leían sus ojos.
Le gusta la música
Le gustan los animales
Huele a vainilla y pinos (algunas ocasiones)
Es amante del vino y cerveza.
Ama la pizza.
Es coqueto,(pero es parte de su encanto)
Ama la comida de su país
Disfruta toda la comida de Antonella.
Ese mismo día le entrego la libreta a Antonella pero le pidió como favor que no le informara al joven que él la había encontrado. Claro que la mujer le miro extraño a lo que el chino le especifico "aún no soy amigo del joven" y sin más acepto la petición del chico. Y como era de esperarse al coreano le regreso el alma al cuerpo cuando Antonella le entrego su libreta a salvo.
Mientras un Yixing en su casa estaba planeando en enviar cartas a Junmyeon utilizando el nombre por el cual es conocido en su país, Lay y así enamorar al coreano. No cree que sepa de su otro nombre porque no lo escribió en su libreta y las demás personas de la granja no lo llaman así tampoco.
Lo haría feliz con una de sus armas tan secretas. Sus palabras.
Actualidad, China año 2008.
Después del trabajo del día de hoy, Song Je Hee fue por sus cosas a su alcoba para mostrarle el avance al hombre. Le entrego su laptop, al estar en las manos de Yixing la cuido mientras la residente de la casa iba en busca de su cámara digital para tomarle una foto y insertarla en el trabajo. Posteriormente él comenzó a leer.
"Zhang Yixing y Kim Junmyeon: Para toda la vida"
―Song Je Hee, The Korea Times, 2008.
Zhang Yixing nacido en Changsha, Hunan, China en el año de 1910 siendo hijo único de una familia pobre pero que se ganaba la vida trabajando de sol y a sombra para poder sobrevivir. Desde muy pequeño mostro gran fascinación por el mundo así que cuando cumpliera la mayoría de edad, el dejaría casa para irse recorrer el mundo. Mientras estaba al cuidado de sus padres iba a la escuela, un excelente estudiante de buenas notas y muy querido por todos. Su infancia hasta su mayoría de edad fue de un Yixing alegrando la vida de todas las personas a su alrededor.
Sus padres estuvieron en contra de dejar el país, pero eso no detuvo al joven soñador. Yixing se fue de casa una mañana temprano de Marzo conociendo todo tipo de personas, viajes, asimismo obstáculos que trataron de entorpecer su camino pero el supo esquivarlos con trabajo duro y perseverancia.
Un día de verano cambio por completo la vida de Yixing en la bella Italia cuando él aterriza en una granja, el traía consigo solo su maleta gris, esa que lo acompañaba a todas partes. Conoce a un hombre de ojos café oscuro, cabellos profundos, estos mismos se encontraban en una cubeta de leche recién ordeñada, donde lavaba sus cabellos, Kim Junmyeon. Ese hombre por el cual Yixing hizo locuras por amor. Y que aun en la actualidad siendo un empresario exitoso, respetado y amado por su patria, en su corazón guarda ese mismo amor de hace años por aquel hombre de origen coreano.
Conoce mas de su historia de amor próximamente.
Minutos después vuelve su vista a la joven y sonríe ampliamente.
―Me encanta, gracias por lo que estas haciendo.
―Es un placer. ―sonríe. ―Necesito una foto suya para ponerla en el trabajo, ¿me permite tomarle una? por favor.
―Pero no viene adecuado para una foto. ― dice para luego hacer un diminuto puchero.
―¡Usted con cualquier atuendo se ve espectacular!. ¡No diga tonterías!―exclama para enseguida sonreír.
Sonríe divertido.
―La foto, ¿pude ser tomada en tu pequeña terraza? Me gusta como se ve la vista en ese lugar.
―Perfecto.
Sin mas ambos van a la pequeña terraza. Yixing se posiciona de frente a la cámara recargando su espalda y codos en el barandal de la terraza teniendo de paisaje su bella ciudad.
1
2
3
¡click!
N/A
Perdón no se describir poses jajaja
Por otro lado pronto le daré otra descripción del trabajo de la señorita Song Je Hee.
En multimedia esta como mas o menos viene Lay vestido.
―ohmykjm.
Escrito: 17.10.21
Editado: 04.03.22
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