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CAPÍTULO DOS
CASTIGOS Y RELOJES
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Por la mañana siguiente, Hope y Anastasia despertaron por los rayos del sol y los gritos de sus compañeras del cuarto de a lado.

—Perdón por quedarme dormida—se disculpó Hope.

—No te disculpes linda,—le regalo una sonrisa de boca cerrada. —Ahora tenemos que arreglarnos, por que este rostro no es trabajó fácil—señaló su cara y se río junto a Hope.

Mientras que la chica Black se duchaba, Hope preparaba su cambio de ropa, hasta que se distrajo con un lindo reloj en forma de arena que salía de las cosas de la rubia.

No tenía idea de que era así que esperaría a su amiga para preguntarle, mientras tanto ella también se bañaria y realizaría su rutina de las mañanas.

Cuando las dos estaban listas, a Hope se la había olvidado el tema por completo por lo que salieron de su habitación para poder desayunar algo.

—¡Hope!—escucharon el grito de alguien. Sabían quién era por lo que la chica avanzó rápido arrastrando a Anastasia con ella.

Hope sintió como alguien tomaba su brazo bruscamente. Miró a la causante y suspiró.

Helena Córdoba. Era una bruja inexperta, quien no quería a Hope para nada.

—Te hablé, ¿Acaso eres sorda? O prefieres que te llame huérfana—se burló de ella.

Anastasia apretó los puños y estuvo por lanzarse a Helena.

—Vete a la mierda—murmuró en voz baja.

—Ah, ah, no hagas pucheros Black que te vas a arrugar.—negó aún divertida.

—Déjanos en paz—advirtió Hope antes de retomar su camino con Anastasia.

—¿Oh que?—sin embargo fue ignorada—Tus papis regresarán para ayudar a su bastarda—todos a su alrededor se quedaron callados.

Los pasos de las amigas se detuvieron. Los ojos de Hope se llenaron de lágrimas. Lizzie quién veía todo miró a Anastasia, sabía lo que haría por lo que invocó una cámara y palomitas.

Josie en su lugar corrió por su padre.

Y Anastasia le saltó encima a Helena. Ni siquiera ella se lo esperó. Le dio un buen golpe en su nariz haciéndola caer.

Todos los que veían la escena quedaron sorprendidos peor ninguno sintió pena por Helena, la chica le disgustaba.

Alaric llegó a la escena para ver a una Anastasia con la mano roja y con Ocoa sangre, Hope a su lado revisándola. Su hija Lizzie grabando y Helena en el piso lloriqueando.

Suspiró mientras miraba a su alrededor.

—¡Todos a clase!—gritó pero nadie se movió.—¡Ahora—todos los estudiantes se dispersaron enseguida. —Tu no Anastasia—negó al verla querer ir se.—Tu tampoco Córdoba.

—¿A donde iría? Si Anastasia la dejo toda moribunda—se burló Lizzie de la chica.

—Lizzie—su padre le dio una mirada.

Ella levantó sus brazos en rendición y le tomó uan foto a Helena antes de salir corriendo.

—Creo que no hace falta decir el por qué estas aquí—Alaric miró a Anastasia quien estaba sentada en una silla.

—La verdad no se, ¿desde cuando castigan a los estudiantes por defenderse?—pregunto inocentemente con una sonrisa.

El hombre suspiró pues el sabía que Helena se lo buscaba con sus acciones pero no podía evitar castigar a la otra chica también.

—Pudiste venir a mi o a alguien más. Lamentablemente tengo que castigarte.

Ella alzó una ceja y en su cara apareció una sonrisa coqueta.

—¿Y como piensa castigarme?—lo miró inclinándose.

El hombre entendió su pregunta y sus intenciones y se sonrojo a más no poder, todos conocían como era Anastasia Black, ella tenía un efecto en los hombres.

—¡Anastasia!—chillo el.

Ella solo soltó una carcajada mientras se levantaba para irse.

—Estaré el sábado en la tarde a las 6 en punto ya lo se.—le restó importancia saliendo del lugar.

Y ya lo sabía, por qué, ya había sido castigada antes por defender a Hope.

Se dispuso a salir e ir a su habitación que compartía con su mejor amiga.

Cuando llegó encontró con la chica acostada en su cama viendo una fotografía que era la de su familia.

—Hola.—la saludo antes de aventarse a la cama junto a ella.

—¿Como te fue?—se giró a mirarla.

—Ya sabes el mismo castigo de siempre—le dijo mientras se acostaba a su lado.

—Lamento causarte problemas.—se vio avergonzada Hope.

—Tonterías, ella se lo buscó.—le dijo con una sonrisa.

Se quedaron en silenció unos momentos antes de que Hope hablara de nuevo.

—Oh lo olvide,—se sentó para ver a su amiga, mejor—Te quería preguntar hoy en la mañana pero se me pasó. ¿Dónde compraste ese reloj tuyo?

—¿De qué reloj hablas? —se sentó confundida.

Hope se puso de pie y busco el reloj que vio en la mañana y se lo extendió.

—¿Acaso es un?... —se quedó callada al reconocer el objeto—¡Hope, me muero! ¡Es un giratiempos!—chillo incrédula.—¿De dónde lo sacaste?—su madre le había hablado de ellos eran muy raros y según ya no existían más.

—Estaban en tus cosas, yo no lo sé.—negó viendo el arrebato de su amiga.

Y la mente de la rubia empezó a trabajar y pensar que tal vez era una señal para ayudar a su amiga. Y se paro rápidamente a buscar en sus grimorios un hechizo en específico.

—¡Oh por dios Hope!—exclamó muy emocionada.

—¿Qué sucede?, comienzas a asustarme—la chica no entiendia nada de la actitud de Anastasia.

—Mira lo que te voy a decir no es algo fácil de digerir y tampoco se si funcionará de acuerdo, pero veras este reloj es un giratiempo.

—¿Un gira-que? —la interrumpió.

Ella soltó un suspiro de irritación.

—No interrumpas niña escucha, el giratiempo es un objeto que permite retroceder en el tiempo. Tiene la apariencia de un reloj de arena pequeño y retrocede una hora por cada vuelta que le den.

Hope no sabía que decir eso era algo que acabada de descubrir. Sabía que la magia podría hacer muchas cosas. Peor viaje en el tiempo. Eso sí la impacto.

Quiso decir pero no pudo, ya que ella siguió hablando.

—Solo son horas lo que puedes viajar pero con un hechizo especial puedes, ammh—murmuró—Como decirlo de una forma sencilla. Tomar un poco de la magia de el y se podría decir que viajas en el tiempo por no solo horas si no semanas, meses, y hasta años.—susurró de manera sería.

Decir que estaba impactada era quedarse corta, Hope empezó a entender a dónde quería llegar su amiga.

—¿Me estas deciendo que podemos salvarlos? —no quería falsas esperanzas.

—Si logro poder realizar bien el hechizo y todo lo que conlleva, entonces si linda, podemos cambiar todo para bien.—habló antes de sentir como Hope saltaba a sus brazos.

Cuando se separaron la chica Mikaelson estaba más que feliz pero la expresión en el rostro de Anastasia no le gustaba.

—¿Qué es lo que pasa?—preguntó con temor.

—Ah, no es nada—le sonrió antes de tomar su libro pero Hope fue más rápida.

Anastasia se alarmó y quiso tomarlo. Pero Hope la inmovilozo. Se dispuso a leer. Cuál más palabras leías su corazón se aceleraba con fuerza.

—¿Efecto Mariposa?—cuestionó mirándola.—Pero eso no nos pasará, nos volveremos a reencontrar aquí.—intentó darse ánimos.—Además recordaremos todo.

—No es así Hope, el viaje tiene sus consecuencias. Como es tu vida la que cambiaremos tu mente al igual que tus recuerdos se van a modificar y no me recordarás.—confesó.

—Pero te conoceré. Vendrás a la escuela y seremos amigas todavía. Buscaremos la forma de hacerlotomó su mano en forma de apoyó.

Anastasia le sonrió de manera triste y asintió. Sabía que no sería posible nada de eso. Y que la única forma de mejorar su vida es que Hope se olvidara de ella en el transcurso.

Aquí ya hubo un cambio por que esta vez Hope si se entera de que olvidara a Anastasia, pero aún así harán el viaje.

Estoy emocionada por qué llegue el momento en el que se conozcan Klaus y Anastasia una vez más <3

Díganme que les parece esta versión hasta ahora, estoy haciendo lo posible por no cambiar tanto las cosas amores.