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CAPÍTULO DIEZ
NUEVA ORLEANS
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Klaus estaba sentado junto al fuego mientras miraba los dibujos de Hope con una sonrisa. Después de cinco años de no sentir más que dolor y sufrimiento, el híbrido por fin era feliz. Tenía a su hija con el de nuevo.

Pero él sabía que todo estaba apuntó de ponerse mal con la llegada de su hija y amiga del futuro para cambiar las muertes, al menos tendrían un poco de ventaja.

—¿Papá? Creo que algo está mal, ―la voz de la pequeña Hope sonó de repente desde la entrada del salón, captando la atención de Klaus.—He tenido un sueño sobre un hombre malo, —reveló Hope.—Estaba haciendo daño a estos niños y creo que me hizo daño a mí también.—habló la pequeña niña.

Y los temores de Klaus se hicieron presentes, el sabía que tarde o temprano a su pequeña niña le pasaría eso, pero tenía una ligera esperanza de que no fuera así.

La preocupación y el miedo le infundieron cuando Hope empezó a balancearse de repente.

—Me siento mareada. Y me duele la cabeza, ―murmuró Hope antes de caer en los brazos de Klaus, provocando que el pánico inundara la expresión del original.

—¡Hayley!—gritó Klaus en voz alta, con un tono urgente mientras llamaba a la madre de la niña.

En cuestión de segundos, Hayley y el resto de la familia entró en la habitación, y sus expresiónes confusas se convirtieron en unas de temor y preocupación al ver a su temblorosa hija y sobrina en brazos de Klaus.

Al instante se precipitó junto a ellos, Hayley tomó a la niña de los brazos de Klaus mientras Hope se acurrucaba en ella.

—Mamá, tengo mucho frío,—se estremeció la niña mientras la sangre comenzaba a gotear de su nariz.

—Esta sucediendo, tenemos que ir a Nueva Orleans—ordenó Anastasia a la familia Mikaelson.

—Ella estará bien, no tienen nada de que preocuparse nosotras ya estamos preparadas para lo que viene.—dijo la  Hope mayor a sus padres.

Las dos amigas compartieron una mirada antes de salir de la habitación por sus cosas.

Todos los miembros de la familia subieron a sus respectivos coches para tomar el rumbo a la ciudad donde juraron que no volverían nunca más, todo para poder salvar a la pequeña de la familia.

En el transcurso Hayley mágicamente recibió una nota de Vincent Griffith donde decía que sabía que le sucedía a Hope y que el podía curarla. Ella sabía que Hope no se curaría pues empezaba a tener el vacío en ella, pero todo era parte del plan de las chicas y tenían que estar en Nueva Orleans para eso.

Después de unas largas horas, la familia, las dos amigas y la pequeña Hope, finalmente llegaron a Nueva Orleans. Según la nota de Vincent, el grupo debía reunirse con él en el Abattoir, que es donde se encontraban actualmente.

—Nuestro hogar. Una vez fue el orgullo de nuestra familia, ahora es un albergue de mala muerte,—se burló Klaus con amargura mientras miraba con desagrado el complejo que una vez llamaron hogar.

Elijah suspiró, con una mirada triste al contemplar el lugar al que una vez llamaron hogar y que había sido completamente destruido por los sire-lings de Klaus cinco años atrás.

—En efecto, los poderosos han caído,—murmuró con tristeza el mayor de los hermanos Mikaelson.

Justo cuando Hayley puso los ojos en blanco, sin importarle el estado actual de su antiguo hogar considerando que tenían asuntos más urgentes de los que ocuparse.

Mientras tanto las amigas hablaban entre ellas, ellas pudieron hacer el hechizo para calmar a la pequeña Hope, pero todo tenía que seguir su curso claro que ellas se encargarían de cambiar unas cuantas cosas.

—¿Dónde diablos está Vincent?—Preguntó Hayley frenéticamente.

—Aquí mismo—anunció de repente la familiar voz de Vincent cuando empezó a acercarse a ellos, haciendo que la cabeza de los Mikaelson y de Hayley se girara hacia él.

Hayley dejó a Hope suavemente en el sofá del recinto justo cuando Vincent se detuvo junto a ellos.

—Mantengo mi palabra, ahora, la única cuestión es si ustedes van a mantener la suya,—continuó Vincent, alzando la ceja hacia los tres seres sobrenaturales de forma crítica,—En cuanto termine de curar a su hija, tienen que abandonar la ciudad,—afirmó con firmeza, sin dejar lugar a discusiones.

Toda la familia asintió con la cabeza en modo de respuesta, pero ellos sabían que no se irían, pues Hope no estaría curada y tendrían que quedarse en la ciudad.

—Disculpen,—mientras se acercaba a donde estaba tendida Hope y se arrodillaba frente a ella.

Hayley y Klaus observaron preocupados cómo Vincent empezaba a entonar un cántico mientras se oía el graznido de los cuervos.

—Nettoyer timoun sa a. Nettoyer timoun sa a,—murmuró repetidamente el brujo de piel oscura antes de golpear ligeramente con sus dedos la sien de Hope, despertándola casi al instante.

Ellos sabían que Hope no estaba curada pero al ver que ella desperto pudieron tener un poco de paz.

—¿Mamá?—dijo confundida la niña mientras se incorporaba, mirando desconcertada a su alrededor al no saber dónde estaba.

Hayley corrió al instante hacia ella, rodeándola con sus brazos en señal de alivio mientras Hope le devolvía el abrazo con la misma fuerza.

—Ya está. Tu pequeña está purificada. —dijo Vincent mientras se levantaba, mirando desde Hayley y Hope hacia donde Klaus y los demás seguían de pie.

—Gracias,—dijo Klaus amablemente, con una expresión de puro alivio en su rostro mientras miraba hacia donde estaba su hija.

—Ahora miren, la única gratitud que necesito de cualquiera de ustedes es verlos salir de la ciudad, —respondió el brujo, mirando hacia los Mikaelson y Hayley una última vez antes de hacer un movimiento para salir del recinto.

Hayley soltó a Hope, con una sonrisa en la cara mientras se alisaba el pelo.

—Ve con tu papá,—le dijo la morena a su hija en voz baja, ganándose un asentimiento cortante de la niña mientras se volvía hacia Klaus.

Sin embargo antes de que pudiera abrazar a su padre, empezaron a caer cuervos muertos del cielo, creando un círculo alrededor de ellos y deteniendo a Vincent en su camino.

—¿Qué es esto?—preguntó Klaus mientras se volvía hacia el brujo, con una mirada de horror en su rostro, mientras Haylie corría instantáneamente hacia Hope, poniendo una mano en cada uno de sus hombros mientras los acercaba protectoramente hacia ella.

Vincent miró al cielo, observando con igual cara de horror la caída de los pájaros muertos. —No lo sé —dijo el brujo con un sutil movimiento de cabeza.

—¿Mamá?—susurró Hope mientras miraba desde los pájaros hacia Hayley.—¿Puedes oír eso?—preguntó de repente.—Son... susurros,—continuó Hope, mirando ligeramente a su alrededor,—Están diciendo un nombre. Una y otra vez.-

Elijah y Hayley compartieron una mirada de preocupación, mientras Klaus miraba hacia su hija con miedo, completamente aterrado por lo que se avecinaba.

—Kre nah han. Kre nah han,—susurraron la Hope mayor y la pequeña simultáneamente, con miradas distantes en sus rostros mientras repetían los susurro.

Todos voltearon a ver a la Hope mayor que tenía lágrimas en sus ojos, ella recordaba perfectamente todo lo que paso y sabía lo que se avecinaba.

El rostro de Anastasia palideció ante sus murmullos.

—Hope que. .. —comenzó preocupada la morena mientras cambiaba la mirada a sus dos hijas,—¿Qué es eso?.

El rostro de Vincent estaba igual de pálido que el de todos al escuchar las palabras de chicas Mikaelson.

—Es un dialecto casi olvidado, —comenzó a explicar el brujo.—Es criollo.

—Significa "el vacío". —suspiró Anastasia con un tono de miedo y preocupación,—El vacío se acerca, —les dijo la chica.

Todos se miraron con preocupación, pero sabían que podían detenerlo y eso harían después de todo ellos eran los Mikaelson.

Capitulo editado: 21—07—22