𝒕𝒘𝒆𝒏𝒕𝒚. the ruins of the day.

・ . ° · 𝖇𝖗𝖆𝖓𝖌𝖜𝖞 . . !
👁️ · .° chapter 𝙩𝙬𝙚𝙣𝙩𝙮.. ✦ ❝ the ruins of the day ❞
𝔣𝔦𝔳𝔢 𝔥𝔞𝔯𝔤𝔯𝔢𝔢𝔳𝔢𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ❜ 🌪 © 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝗆𝖾𝗅 . .

𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐀 𝐘 𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀𝐍𝐀 𝐕𝐈𝐁𝐑𝐀 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐀 de Allison la hacía parecer sospechosa, no le sorprendería a Brangwy si aquella morena hubiera hecho el acuerdo con Reginald en la suite la anterior noche.

El momento de la votación había comenzado. Todos se encontraban en el vestíbulo bajo un candelabro amarillento y deslumbrante, la mayoría estaban sentados en las anchas escaleras del Hotel Obsidian, el único lugar en el mundo que seguía en pie.

Allison se posicionó en medio de aquél vestíbulo— creo ya adivinaron mi voto —comenzó rompiendo el pequeño silencio mientras jugaba nerviosamente con sus manos—. Todos pasamos por mucho. Hemos perdido personas... maniquíes...

Observó con brevedad a Cinco, quién solo arqueó una ceja.

—Pero no tiene por qué ser en vano. Por eso voto por papá. —.

Lila bajó unos cuantos escalones, poniéndose a un lado de Allison no sin antes susurrarle algo a Diego con diversión— estoy con ella. ¡Salvemos al universo, carajo!

Ante aquella declaración de la peliblanca, Diego se encaminó hasta las escaleras.

—Bueno, como ella votó que sí, yo voto que no.

Lila sonrió incrédula— no lo dices en serio, ¿verdad? —.

—Es su voto, Lila. —Allison la observó con poca paciencia, sintiendo como la irritación comenzaba a consumirla— ¿Klaus?

El rizado no dudó en decir rápidamente su respuesta, señalando a Reginald.

—Yo iré con mi padre.

El anciano y Ben hicieron contacto visual, la mirada firme del asiático le daba a entender que estaba de su lado. Solo asintió con su cabeza sin rechistar.

Allison sumergió sus sudorosas manos en los bolsillos de su chaqueta verde— cuatro a uno. —se dirigió a su hermano, el cual reposaba en las escaleras frente a ella— ¿Viktor?

—Mira, quiero creer, ¿bien? Lo digo en serio —resopló estresado—. Es que algo me dice que no sabemos dónde nos estamos metiendo.

—No, pero sabemos qué pasará si no vamos. Tenemos que hacer esto juntos. —se cruzó en brazos la morena con nerviosismo— Viktor, como familia.

El mencionado cerró sus ojos agobiado— no puedes usar la excusa de familia siempre. No es suficiente —tras un pequeño silencio, decidió soltarlo—. Voto por quedarnos.

Allison se miraba llena de enojo en sus facciones, sin más, llamó la atención de Luther y Sloane.

—Uh.. Sloane y yo hablamos y... —había cierta duda en su tono de voz—. No iremos. Queremos pasar el tiempo que nos quede juntos, sin pelear con un tip con espada y sin tocar campanas y demás.

Un pequeño silencio volvió a instalarse, la morena se encontraba cabizbaja mientras que sentía como todo a su alrededor la juzgaba con la mirada.

Por su lado, Cinco y Brangwy se miraron una última vez antes de nombrar sus votos.

—Estamos empatados. Cuatro se van, cuatro se quedan. —dijo Viktor con voz susurrante y calmada.

Reginald dejaba ver su frustración en sus expresiones, esperando atentamente la respuesta de los dos adolescentes que tenían el voto final— bien podemos resolver esto o quedaremos a un propenso empate nuevamente. ¿Ustedes qué dicen, Número Cinco y Número Ocho?

Cinco tomó una pausa, cotemplándolo— yo vi el futuro, y dijo que me abstuviera de salvarlo —el lugar llenaba un aire de intriga—. Yo voto por quedarnos. Es hora de aceptar el destino.

Todos observaban expectante a la rubia que se encontraba a su lado, ella solo pasó saliva antes de hablar.

—En parte, fue mi culpa que el Kugelblitz estuviera destruyendo todo el universo —se acercó lentamente al centro del vestíbulo con una ceja enarcada—. Es por eso que voy a aceptar las consecuencias. No iré.

El ambiente se había hecho más sombrío, la mitad observaban la escena con incredulidad. Allison dejaba ver la molestia invadirla, por lo que soltó un comentario deshaciéndose del silencio sepulcral que se había formado.

—Son patéticos.

La morena se fue del lugar con enojo.

Ben resopló frustrado, dirigiéndose a su padre— ¿no podemos ir solo los cuatro? —inquirió con el ceño fruncido.

—Sería un fracaso seguro. Deben ser siete —tras pasar unos breves momentos cabizbajo, su mirada se había posado en todos lo que se encontraban aún en el vestíbulo—. Hijos, no puedo decir que esté feliz. Pero ahora veo que la culpa recae en mí.

Brangwy rodó los ojos ante el pequeño discurso que estaba por soltar.

—Les fallé cuando eran jóvenes, y les fallé ahora. Y, al hacerlo, he condenado a todo el universo —la rubia observó de reojo a Cinco, el cual lo contemplaba pensativo—. Si me necesitan estaré en el patio... aguardando el final.

El asiático dirigió su mirada llena de enojo hacia Brangwy— idiota. —la empujó con su hombro con intenciones de irse, sin embargo, la rubia lo agarró fuertemente del cuello de su camisa mientras que sus ojos avellana se tornaron oscuros.

—repítelo. —dijo amenazante, sintiendo las vistas de todos sobre ella.

Sloane se puso de pie rápidamente, una mezcla de incredulidad y enojo se disolvían en su cuerpo— ¡Brangwy, basta! —llamó la atención de ambos—. ¿En serio quieres acabar en una discusión? —cuestionó irritada.

—De hecho, sí, Sloane. ¿Sabes por qué? —contestó la rubia molesta sin quitar la mirada de su hermano—. Porque este tipejo lleva dieciocho años haciendo de mi vida un infierno, pero ya estoy harta —lo soltó con agresividad, ambos se veían con odio y con el mentón levantado—. Estoy harta de tus aires de superioridad, que crees que haces lo mejor para nosotros cuando en realidad nos hundes más, ¿quieres pruebas de eso? ¡Toda mi familia murió por tu jodida culpa mientras tú no hacías nada al respecto!

Todos los Hargreeves observaban la escena sorprendidos, incluyendo a Número Cinco. El pelinegro jamás la había visto dentro de una pelea que fuese con alguien de su familia, sin embargo, no se tenía que ser muy astuto para darse cuenta de la notoria rivalidad entre ambos hermanos.

El asiático no se quedaba atrás, se dirigía a ella amenazante y con una mirada oscura— ¿sabes cual es el problema real entre los dos? ¡Ambos somos jodidamente iguales! Te encanta culpar a los demás por sus acciones pero tú misma te acobardas de las consecuencias que traen las tuyas. ¡Dime que no es verdad! —la rubia lo observó con toda la ira sobre ella acumulada—. Porque te digo que si no fuera así, hubieras usado tu maldito cerebro y hubieras luchado contra el Kugelblitz en lugar de quedarte con tu noviecito como la cobarde que eres.

Antes de que Brangwy perdiera el control y le soltara unos cuantos golpes, Sloane se interpuso entre los dos, separándolos totalmente cansada. Ben le dio una última mirada a Brangwy, abandonando el lugar.

Todos los Hargreeves soltaron un suspiro incómodos ante la situación, por su parte, el ojiverde solo sonrió de lado al ver a la chica verse ruda y sacar sus métodos de defensa, tenía claro que no era el momento perfecto para sacar esos detalles a la luz, pero se notaba harta por la actitud de su hermano.

—Deberías calmarte, blonde. —susurró suavemente Cinco a la chica a su lado mientras comía una cucharada del cereal servido en un bowl de plata que traía en sus manos.

Ambos se encontraban en el no tan extenso pasillo que daba con algunas habitaciones del hotel, Brangwy seguía algo alterada de lo que había pasado anteriormente. Ella solo suspiró mientras bebía de una botella oscura de cerveza.

—Es un idiota. Siempre lo ha sido —Cinco posicionó sus ojos verdes sobre ella al notar como se había quedado en silencio repentinamente—. ¿...Cómo era el Ben de la Academia Umbrella?

Aquél pensamiento había recorrido la mente de la rubia sin alguna explicación, su curiosidad iba aumentando cada vez más conforme veía a Cinco buscar una respuesta ante tal pregunta.

—Él era... muy diferente a este —comenzó revolviendo su cereal en el tazón—. Me fui antes de que muriera, si te soy sincero no sé la causa de su muerte. Solo que él era nuestra razón de estar todos juntos, él era...—tomó una breve pausa, sintiendo momentos después como Brangwy pasaba una mano por su hombro, acariciándolo.

Antes de que la rubia pudiera analizar aquella respuesta, escucharon la voz de Viktor junto a sus pasos cada vez más cerca de ellos.

—Hey, ¿Qué hacen?

Cinco observó a la rubia antes de contestar— teniendo una última conversación antes de... ya sabes, el fin de todo. —dijo con cierta ironía en su tono de voz.

—También tratamos de recordar algo de anoche, pero todo está muy borroso. —soltó Brangwy con una mueca de estrés en sus facciones.

Viktor frunció el ceño— y... ¿por qué? —.

—El anciano está escondiendo algo. —Cinco tomó la mano de Brangwy para darse la vuelta y seguir con el camino, la chica algo dudosa camina junto a él.

—Sí, todos tienen segundas intenciones.

Brangwy se detuvo en seco, provocando que el pelinegro también. Ambos lo contemplaron con intriga.

Cinco arqueó una ceja— ¿por qué lo dices?

—Allison se disculpó conmigo.

Antes de que el ojiverde volviera a soltar otra pregunta con extrañeza, Brangwy logró entender a lo que se refería su ahora cuñado.

Le pidió que prosiguiera, vertiendo su interés en cada palabra que estuviera por soltar— continúa, Viktor.

—Anoche estaba lista para pelear diez rondas conmigo en la boda, y esta mañana todo era amor, paz, familia y papá —Brangwy comenzó a sentir como el agarre que tenía Cinco en su mano se aflojaba lentamente—. No lo sé, algo debió pasar anoche, pero no sé qué fue lo que ocurrió.

Cinco soltó el bowl de plata lleno de cereal al suelo, ahogando un jadeo ante la declaración de Viktor. Brangwy se quedó boquiabierta, haciendo contacto visual junto al pelinegro.

—Fue Allison. —dijeron al unísono.

Antes de que Viktor volviera a fruncir su ceño, sin entender a lo que se refería la pareja, un grito desgarrador retumbó por todas las paredes del Hotel, alarmándolos. Los tres comenzaron a correr hacia donde provenía aquél grito.

La suite del Búfalo Blanco.

En el centro de la gran habitación, se podía apreciar el gigante cuerpo sin vida de Luther. Una gran y sangrienta herida abarcaba todo su pecho, en medio de la blanquecina alfombra, su sangre roja yacía dispersada, y ante él, los fuertes sollozos de su esposa, silenciaron su dolor.

Era una escena algo perturbadora de ver, pero lo que más le dolía a Brangwy, era ver a su hermana destrozada acariciando el cuerpo de Luther.

—Por Dios, Luther... —susurró Viktor sin poder creerlo.

Allison estaba en una pequeña esquina, ahogando sus lamentos y sollozos, observaba una y otra vez a su hermano sin vida, mientras una lágrima se deslizaba con dolor sobre su mejilla.

Sloane temblaba, aterrorizada por lo que veía, sin saber si era real o no. Su rostro estaba rojizo, y sus lágrimas estaban húmedas de tanto llorar, la sangre que desprendía de su esposo manchaba su bonita chaqueta blanca mientras que su mente no lograba procesarlo aún.

—¿Qué...? —Cinco se veía desconcertado—. ¿Qué fue lo que pasó?

La castaña hincada en el suelo sentía como su mundo se había destruido antes de tiempo, cada palabra salía con dolor de su garganta— fue a buscar hielo, y no... volvía —sollozaba fuertemente—. No... no, no lo sé.

—Debió ser él. El guardián. —murmuró suavemente Lila, señalando con su cabeza la puerta que se hallaba dentro de la suite.

—Tiene razón. Quién haya hecho esto tenía una cuchilla larga y curvada. —Diego comentó, hincándose con cuidado mientras contemplaba con atención la herida de Luther.

Viktor tartamudeaba nervioso— ¿có... cómo lo sabes?

—No sé mucho, pero sé de cuchillos.

Los pasos de Reginald Hargreaves adentrándose a la suite retumbaban en los oídos de Brangwy.

—¿Hijos? ¿qué sucede? —se detuvo en seco al observar el cuerpo sin vida de Luther. Una expresión de horror invadió su rostro— ¡Oh, Dios! Luther.

Cinco lo miró extrañado, sin embargo, antes de que dijera algo la habitación se llenó por la voz de Ben.

—Si hubiéramos atacado antes él seguiría con vida.

Lo único que se oía eran los sollozos de Sloane, quien seguía llorando con el difunto rubio en sus brazos.

De repente, toda la habitación comenzaba a temblar fuertemente, las luces de los candelabros fallaban continuamente y algunas columnas se hacían polvo en cuestión de segundos, todos se miraron con temor.

El asiático se puso de pie, asomando su cabeza al pasillo. Este estaba siendo desintegrado eficazmente por el Kugelblitz.

Los Hargreeves sentían la adrenalina recorrer sus venas, la mayoría maldecía por lo bajo. Toda la suite era un caos en aquél terrible momento. Diego tomó una escopeta de uno de los estantes de la habitación.

—¡El Kugelblitz está aquí, se acabó el tiempo! —dijo Cinco, provocando que todos se alarmaran aún más.

La rubia sentía como su cuerpo temblaba bajo la adrenalina que sentía en aquél momento, en su rostro se reflejaba el miedo, uno del que Cinco se había percatado al posicionar sus ojos verdes en ella.

Lila abrió la puerta que conducía al portal, dejando a la vista su color azul destellante— ¡crucen el portal, es la única salida! —ordenaba Reginald dirigiéndose a este.

—¿¡No nos íbamos a quedar aquí!? —inquirió Viktor con desesperación a Diego, quién lo observaba atemorizado.

—¡Eso mató a Luther! —sin más se adentró al portal con muchas emociones mezcladas seguido de Lila.

Brangwy observaba con angustia y preocupación a su hermana, que con un hilo de voz soltó— no podemos dejarlo... —Klaus y Allison la sostuvieron entre sus brazos con dificultad, puesto a que se aferraba al cuerpo muerto del rubio.

Después de un último beso, y varias lágrimas siendo derramadas, cruzó el portal junto a la morena.

—¡Cinco, por el amor de Dios, entra ya!

Cinco sintió como Brangwy envolvía su antebrazo junto al de él, invitándolo a cruzar aquella deslumbrante puerta— ¡esto aún no se acaba! —apretó su agarre con el de la rubia, entrando rápidamente en el portal sin separarse el uno del otro.

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pd: ¿Están listos para el inicio del final del primer acto?

ESPERENLO CON ANSIAS <3

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