𝒇𝒊𝒗𝒆. destructive visions.
・ . ° · 𝖇𝖗𝖆𝖓𝖌𝖜𝖞 . . !
👁️ · .° chapter 𝙛𝙞𝙫𝙚.. ✦ ❝ destructive visions ❞
𝔣𝔦𝔳𝔢 𝔥𝔞𝔯𝔤𝔯𝔢𝔢𝔳𝔢𝔰 𝔣𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ❜ 🌪 © 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝗇 𝖻𝗒 𝗆𝖾𝗅 . .
𝐄𝐋 𝐂𝐀𝐎𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐉𝐎 𝐋𝐀 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐔𝐌𝐁𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀 era totalmente atroz. Lo suficiente como para establecer disturbios entre ambas familias, y eso era algo de lo que La Academia Sparrow comenzaba a investigar.
El hórrido sonido que producía la licuadora se escuchaba por casi todo el gimnasio. El asqueante batido verde que bailaba dentro de esta, aún permanecía licuándose. Al verse más líquido que anteriormente, Grace lo sirvió en los vasos de vidrio perfectamente lisos, para luego ponerlos en una bandeja.
—El grandote es fuerte, pero lento, posiblemente estúpido. Una especie de híbrido simio— dijo Marcus corriendo levemente en la caminadora, al igual que el resto de sus hermanos.
—¿Quién lidió con el de los portales?— inquirió curiosamente Sloane.
—Yo. Lo mandé a la escuela de una sola golpiza— El orgullo de la pelinegra chocó puños con Alphonso. Christopher dió varias vueltas consecutivas mientras parloteaba, ganándose una mirada aniquiladora por parte de la pequeña chica. Nada personal.
—El huesudo es el más débil, sin duda alguna, aunque.. todos son patéticos, eso es seguro— juzgó Brangwy con la respiración pesada.
—A menos que gritar detrás de los muebles: "¿Dónde está mi papi?" Sea su superpoder— eludió Ben, burlándose de los intrusos —Es suficiente. Ellos nos faltaron el respeto, Marcus— el asiático bajó la velocidad de la máquina, deteniéndose.
Grace encaminó la bandeja hasta el otro mesón, para luego dejar los vasos uno por uno en la mesa, al alcance de los hermanos.
—Deberíamos estar buscándolos para destruirlos— soltó la rubia, manifestando una revancha.
—Oh, sí. ¿Se refieren a esto?— Marcus despausó las grabaciones de una de las cámaras provenientes de la sala. Lugar en donde su derrota fue captada por estas. En la pantalla se mostraba perfectamente como una de las chicas Umbrella había acabado con los Sparrow en cuestión de segundos
Todos le bajaron la velocidad a aquellas caminadoras y se dispusieron a escuchar a Marcus atentamente.
—¿Me pueden explicar cómo les patearon el trasero en 30 segundos? ¿¡tienen idea de qué le pasaría a nuestra reputación si alguien viera este desastre!?— cuestionó notablemente irritado. Los Sparrow solo asintieron y siguieron atentos, con la mirada únicamente en el gran líder.
La sala permaneció en silencio. Marcus siempre perdía la cabeza cuando la Academia Sparrow perdía contra una amenaza, y algo que lo volvía una persona resentida era el hecho que eran exactamente como ellos, una versión devastadora de aquellos ocho hermanos.
—No hemos enfrentado a enemigos decentes por años, esto podría ser algo bueno y productivo. Pero solo si pensamos en nuestro próximo movimiento, ¿quedó claro?— todos agitaron la cabeza dando su propia respuesta de forma corporal— bien.
—¿Llamaste, Número Uno?— preguntó Sir. Hargreeves entrando a la sala.
—Toma asiento— Reginald lo hizo en seguida con un semblante serio.
—Pasaste tiempo con estas personas, ¿qué nos puedes decir? —inquirió el líder interesado en la respuesta de su padre mientras tomaba su batido.
—Son unos mediocres. Neandertales de paseo— informó. —Mucho llanto y poca higiene. No solo les faltaban agallas, sino también respeto entre sí. —exclamaba Reginald con las miradas de todos sobre él.
—¿Sin lealtad? Debemos aprovecharlo— Ben y Brangwy se miraron con instantánea complicidad.
—Bien. Dale a Christopher un informe completo— decidió Marcus. Desde su vista habían sido ingeniosos.
—Aún así, yo no subestimaría a la Academia Umbrella. Sus habilidades son tan deficientes como su higiene, pero de alguna forma salvaron al mundo en 1963. Sin eso, ninguno de ustedes estaría aquí ahora.
Reginald se había ganado varias miradas asesinas de parte de los Sparrow.
—Quizá los he juzgado mal— Christopher, harto, parloteó corriendo al mayor -Sí, ya me iré.
El silencio sermoneante adornaba cada rincón de la sala, solo se podía observar la cara pensativa de Marcus y la de los Sparrow buscando respuesta alguna por parte de él..
Desde la perspectiva de la adolescente, todo era extremadamente raro y sin propósito alguno. Estaba totalmente decidida en ir a torturar a los entrometidos que irrumpieron sin ninguna explicación su hogar. Sobre todo a los desafiadores, quienes mostraron capacidad en aquella lucha.
Estaba demasiado exhausta, debido a los repentinos golpes en su cabeza. Dejando mucho dolor por la zona, al igual que en la pierna derecha, aunque, el sangrado ya se había detenido. Sus ojos indagaban en el extenso informe que había tomado prestado de la oficina de su padre antes de que pudiera entregárselo a su hermano.
—ven con mami. —saboreaba aquellos papeles de suficiente información acerca de sus recientes enemigos con sus ojos.
—Jaque mate, Chris— soltó Sloane agotada. Christopher solo se opuso, tambaleándose múltiples veces.
Brangwy se hallaba leyendo aquel folder amarillento que descansaba entre sus brazos y parte de su regazo. Digiriendo cada palabra descriptiva acerca de la Academia Umbrella. Recibía información de cada una de las personas que la conformaban, tomando adjetivos no tan agradables de ellos.
—Mierda, Sloane. —chilló la rubia con ojos espectadores, esperando la respuesta a su llamado por parte de su hermana.
—¿Pudiste encontrar algo? —respondió sin mirarla mientras colocaba las piezas una por una del juego de ajedrez que habían encontrado en el sótano unas semanas atrás.
Los finos labios de Brangwy se curvaron levemente, dibujando una pequeña sonrisa amplia en su rostro sin quitar su mirada de encima de Sloane. Quien al notar el repentino e intrigante silencio que adornaba en la habitación, sus ojos chocaron con los de su hermana, vaciando toda su atención en ella.
—Papá dijo que los Umbrella salvaron al mundo en los sesentas. —la mayor empezaba a perder su paciencia, solo miraba expectante— pero lo que no nos dijo es que ellos fueron quienes lo ocasionaron.
Sloane realizó una mueca de sorpresa.
—Ellos nacieron el mismo día que nosotros. —explicaba la rubia cerrando el informe mientras lo mantenía sobre su regazo— son como nosotros, Sloane. —suspiró pensativa— El chico de los portales, ¿lo recuerdas? —la mayor asintió con su cabeza— él puede viajar en el espacio-tiempo, o sea, entre líneas temporales.
—¿Quieres decir que puede que ellos seamos nosotros pero de una realidad paralela?
—Cerca. Somos nosotros pero de otra línea de tiempo —tocó la punta de la nariz de su hermana burlonamente— o al menos esa es mi suposición, dudo que el enano pueda viajar también entre líneas dimensionales. —susurró Brangwy para sí misma, sin embargo, Sloane la logró escuchar.
—¿Por qué lo crees? —inquirió mientras se levantaba de su asiento con cautela.
La rubia se quedó callada.
Aún no estaba preparada para comentarle a su hermana acerca de su sospecha con respecto al Número Cinco de la academia contraria. No le iba a contar que ella lo había observado desde años atrás en una de las visiones repentinas que tuvo antes de abandonar aquél campo abismal en el que había quedado atrapada por un tiempo incierto.
Una misteriosa sensación recorrió cada parte del cuerpo de Brangwy, como si se tratara de un escalofrío prolongado. Sintió sus músculos tensarse de inmediato y, conforme avanzaba el tiempo, percibió como su vista se nublaba cada vez más. Las yemas de sus dedos soltaron pequeños toques eléctricos, y el dolor en su cabeza la inundaba por completo. Los recuerdos borrosos recorrían cada parte de su mente como pequeños fragmentos traumáticos y memorias sufribles.
Sloane se acercó con una expresión acobardada, observando como el fuerte viento movía la áspera tela de cortina que cubría las ventanas. Finalmente, una onda de energía pulverizadora las envolvió por completo, creando un deja vu en la mente de Sloane. Estaba segura que cuando era niña veía casi a diario como aquél tipo de ondas demolientes provenían con frecuencia de su hermana.
—Tus poderes.. creí que los habías perdido desde aquella vez. —dijo la mayor completamente extrañada, observando como su hermana se recuperaba débilmente con la respiración entrecortada.
—No fui yo.. —se quejaba la rubia, dejando atónita a su hermana.
THE LIKEVIEW DINNER.
Marcus tomó un sorbo de su café negro caliente para observar con determinación a Viktor, quién lo había citado en una cafetería de mala muerte en aquella solitaria y calmada ciudad. Buscando principalmente, una tregua entre ambas familias antes de provocar un caos más grande del que habían conseguido.
Pero sus alas se quebraron cuando el Número Uno de los Sparrow rechazó la oferta.
—Mis hermanos creen que ustedes nos atacarán, y no quiero una guerra. Ya perdimos mucho. —habló pacíficamente Viktor. Marcus solo dió otro sorbo a su café antes de hablar.
Un perfecto cuervo de media estatura se adentraba por la ventana del lugar. Los ojos de Fei Hargreeves observaban con detenimiento el alrededor, el cual tenía un aire algo hostigante pero tolerante. Con la vista rebuscó por todo el sitio, hasta coincidir con los chicos, quienes se veían conversando.
—No debieron atacarnos en nuestra casa. —contradijo— esto no es personal, pero somos los únicos superhéroes aquí y tenemos todo bajo control. Pero si tu gente nos ataca, les dará ideas a las ovejas. —.
—No lo haremos, solo..
—¿Se supone que debo aceptar tu palabra en nombre de tu familia? Ni siquiera eres la Número Uno —Viktor soltó un bufido, para él, los números o nombres de pila ya no tenían caso. ¿En serio por ser Número Siete no debía ser tomado en serio?— lo siento, no puedo arriesgarme. Así que si vienes a rogarme que no demos el próximo paso.. —Marcus fue interrumpido nuevamente.
—Vine a decirte qué haré. Mañana por la mañana, cuando tu horda de fans se presenten, estaré en tu jardín y te retaré a una pelea, solo tú y yo.
—¿Por qué?
—Porque tú y tu equipo son buenos. Quizá mejor que el mío —dijo el chico—, pero no creo que seas mejor que yo. Destruí el mundo dos veces, ¿y tú? Solo eres músculo cubierto de ropa ajustada. Y supongo que no quieres que todo el mundo te vea cuando lo demuestre.
Las luces de las lámparas sobre su mesa parpadeaban levemente, dando un acentuado y profundo terror a Marcus, sintiéndose algo intimidado.
—¿Qué quieres, Viktor?— fue lo único que pudo pronunciar Marcus.
—Tienes algo que necesito y quiero recuperarlo. —se escuchó por último en la conversación. El cuervo solo dió vuelo de regreso al aire. El ave peleaba con este, de la misma manera con la fría y lúgubre noche, mientras sus graznidos se escapaban todo el tiempo.
—Están negociando— informó Fei mientras absorbía y deshacía al cuervo en su espalda perfectamente cubierta. El oscuro pájaro le otorgaba la oportunidad de observar lo que le rodea, e incluso espiar personas, como sus enemigos, e incluso sus mismos hermanos. Fei se alejó del tejado, dejando solo a Ben, quién solo mostró una cara pensativa en su rostro.
SPARROW ACADEMY.
En la mansión, Marcus baja al sótano, con el propósito de encontrar un simple maletín. ¿Una tarea fácil, no? Después de la charla con uno de los Umbrella, habían quedado en un grato estrechón de manos. Los Umbrella no fomentarán más desorden durante su estadía en la ciudad, pero ya era demasiado tarde.
Conforme iba avanzando, un dulce tarareo inundaba los oídos de Número Uno. Pero fueron silenciados mediantes zumbidos electromagnéticos que se comenzaban a escuchar por cada parte de la habitación.
—¿Grace? —llamó a la androide mientras escaneaba el sótano con su mirada, en busca del objeto— ¿has visto un maletín..? —dejó la pregunta en el aire al ver a su madre hincada rayando el suelo con tiza blanca diferentes y extraños símbolos frente una luz anaranjada intensa que se reflejaba en su piel— ¿qué es lo que haces? —.
—Estoy adorando. —Marcus frunció el ceño mientras se acercaba a Grace, quedando atónito ante la esfera de energía roja frente a él.
—Santo Dios.
Grace observaba con divinidad aquel orbe radiante y una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. Respondiendo a una de las tantas preguntas provenientes del moreno tras haber divisado al Kugelblitz por primera vez— Esto es un milagro. —Grace y Marcus quedaron frente a la esfera, el chico con una mirada de extrañeza intentó tocarla, sintiendo las vibraciones recorrer su cuerpo.
—Es solo ruido.
—No, Marcus. Es un mensaje de Dios. —dijo la androide con leve molestia en su ceño. Número Uno extendía cada vez más su mano derecha hacia el Kugelblitz.
—Lo escucho. —al tocarlo, la esfera extiende una onda de energía, invadiendo cada rincón solitario de la ciudad, atravesando cientos de edificios. Llevandose a cientos de personas, entre ellas al pobre Número Uno.
Marcus lanzaba gritos estremecedores que invadían el cuarto mientras su cuerpo se desintegraba cruelmente, siendo absorbido por la extraña y desconocida paradoja. Marcus soltó unos últimos dolorosos quejidos antes de que el Kugelblitz no dejara ni un solo rastro de él.
La transmisión de energía que se desplazaba era fugaz, pero poderosa, llevando lo que estaba más a su alcance, destruyendolo por completo. Asesinando de manera despiadada lo que encuentre en su camino, el kugelblitz crecería cada vez más y su radiante energía se agitaba como lava hirviendo, compartiendo una vibración única con una sola persona.
Brangwy, por otro lado, se recostaba en su cama con ayuda de Sloane, quien la miraba aterrada. La rubia temía que su poder tenía la posibilidad de haber vuelto y espantarla una vez más, como lo había hecho todos estos años desde que tenía uso de razón.
—Sentía como si mis órganos estuvieran hechos trizas. —relataba con una voz ronca y una mirada perdida.
—Hey, estoy aquí, no volverá a pasar. —calmaba Sloane mientras peinaba la desordenada cabellera de la rubia.
—¿También lo sentiste? —inquirió Brangwy levantando sus cejas mientras afilaba sus ojos— era como una onda eléctrica.. o de energía, lo que sea esa mierda. —aclaró, pero Sloane solo desmintió.
—No, solo la fuerte brisa que ocasionaste.. —comentó extrañada mientras acariciaba la mejilla de la rubia— ¿Por qué? —.
Brangwy negó con su cabeza repetitivas veces a la par que fingía una sonrisa para despreocupar a su hermana— Nada, solo.. —Brangwy dejó caer su expresión, el miedo la carcomía y podía sentirlo en lo más profundo de su ser, una lágrima se derramó en su mejilla— no quiero morir —hizo una pausa hipando— de nuevo.
—No, no, escucha. Pasado es pasado, ¿sí? —trataba de estimularla, pasó su dedo por la mejilla de Brangwy, esta vez limpiado la lágrima que había dejado caer sobre esta— esas personas desaparecidas.. —tragó saliva mientras negaba con su cabeza— no fue tu culpa, es todo.
Brangwy se quedó pensando en las palabras que salieron de los labios de su hermana mayor. En parte tenía razón, pero su mente le jugaba bastante pesado, creando así solo un drenaje donde pudiera vaciar todos sus sentimientos encontrados. Distraerse, quizá. La rubia poco se preocupaba por su salud mental, sentía que había dejado de ser ella misma yacía un tiempo atrás, ya no tenía ni la menor idea de lo que era civilizado y lo que no, todos los ciudadanos la atacaban de poseer demencia en su interior tras los escándalos antes de desaparecer de la faz del planeta tierra.
Pero un nuevo objetivo había llegado a su destino, destruir a la Academia Umbrella..
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