xv


Chapter fifteen | Deseo ser un chico normal.





Las películas que solíamos ver con Richard no estaban tan equivocadas, podían ser algo mediocres y absurdas, pero tenía una pisca de razón. En esas películas melancólicas o de acción donde el personaje que está a punto morir ve como su vida pasa en frete de sus ojos en cuestión de segundos mientras moría lentamente.

Tuve algunos episodios de mi vida pasando ante mí fugazmente, era tan extraño tener esa sensación de sueño que a la hora de impactar despertaría, pero por alguna razón sabia que era mi realidad.

Logré alcanzar a oír gritos de dos personas, rápidamente vi como pasaron a mi lado cayendo a la profundidad a Slade y Rose.

Demonios.

Bueno, al final si morirán.

De repente, pude sentir como fui sujetado por mi tobillo y jalado hacia arriba abruptamente que hicieron que mis extremidades se tensaran, nuevamente estaba en la superficie cubierta de esa frondosa alfombra blanca, pero logré distinguir que la tierra ya no estaba en movimiento y concisamente ver que mi padre, el equipo, mi abuelo y Luthor esparcidos en pedazos de la montaña que aun se encontraban completos. Todo estaba pasando demasiado rápido que no me dio ni chance de analizar que me acaba de pasar.

En ese instante, me obligaron a levantarme y echar a correr. Reaccioné y miré a mis costados, en mi lado derecho se encontraba Rylie de cerca y constantemente mirando a sus espaldas.

—¡Corre! —exclamó agitada. Mi cuestión era a dónde iríamos. Podía escuchar como mi padre gritaba mi nombre y a Ra's dándole órdenes a sus pocos hombres que le quedaban que fueran tras nosotros.

—¿A dónde? —vociferé. Teníamos que gritar debido a que había cierto peso en el aire que ahogaba nuestras voces.

—¡Lejos, pero ya! —se limitó a responder.

Por más preguntas que tuviera, no quise preguntar más y la seguí sin echar protesta alguna. No había tempo de hacerme preguntas, estaba harto de que todos decidieran por mi y solo por una vez hacer no lo que ellos querían y haría lo que yo quería —bueno, a menudo hago lo que quiero, pero esto si es realmente lo que quería—.

Después de un largo rato corriendo sin rumbo alguno, pude ver como la adrenalina iba disminuyendo de mi cuerpo gradual y notoriamente. Empecé a sentir pulsaciones en mi tobillo derecho del cual ella me había sujetado para salvarme de mi caída, el dolor iba subiendo de intensidad que tuve que detenerme. Mi respiración se entrecortaba debido a la fatiga, la falta de alimentos de un día ya se notaba.

Ella también se le veía agotada, me sorprendió que haya tenido las fuerzas para correr un buen trayecto y además de ayudarme. Pero, aun así, me seguía fastidiando la pregunta: si sus poderes fueron neutralizados, casi borrados por la kryptonita, ¿cómo fue que me salvó?.

Buena pregunta, Damian.

Mientras intentaba recuperar el aliento y la ventisca con nieve no ayudaba, volteé a mis espaldas; habíamos corrido tanto en poco tiempo que no se veía rastro o de que nos estuvieran siguiendo mi padre y Ra's con sus escoltas, pero no debía de descartar la idea de que si lo estuvieran y muy cerca.

—Tenemos que conseguir un refugio —dije entre el inicio de una tormenta de nieve —Si seguimos aquí afuera, no pasaremos la noche.

Ambos nos dirigimos al cielo, empezaba a tornarse gris y copos de nieve caían de él, seguramente ya se estaba haciendo presente la noche y debido al invernal ambiente en el que estábamos no podíamos notarlo.

Ella asintió.

—Creo poder alcanzar a ver una pequeña cueva a pocos kilómetros —comentó ella reiniciando la caminata.

—Genial —exclamé sin expresión alguna en mi cara —Porque mi tobillo está roto.

Emprendimos una caminata lenta, pero segura directo a lo que parecía ser una cueva que, conforme nos acercábamos se hacía más clara la pequeña roca.

Tenia frio, hambre y solo quería tumbarme a dormir, pero no era el momento.

Cuando finalmente llegamos, notamos como el frío disminuyó tan solo un poco ahí dentro, pero ya era algo. Ambos nos sentamos en el fondo de la cueva, nos dejamos caer contra la pared hasta el suelo.

Ella empezó a quitarse lo que le restaba de armadura, mientras que yo me quitaba mis rodilleras y espinilleras hasta llegar a desamarrarme mi zapato de mi tobillo roto. Cada movimiento mínimo que hacia me dolía del infierno que me llegaba al alma. Tomé una bocanada grande de aire antes de sacarme el zapato.

Ese puto y maldito dolor que me sacudió hasta los huesos, me tuve que reprimir un grito y mandar de regreso unas cantas lágrimas.

Cuando me hice hacia abajo el calcetín, mi tobillo estaba claramente torcido, mi hueso sobresalía más de lo normal, hinchado y estaba cubierto de colores morados y amarillos que llegaban hasta la espinilla.

Intenté tocarlo con mi dedo índice, pero con solo el roce del tacto hizo que me palpitara fuertemente.

Me giré a ver a Rylie, estaba encogida de piernas que eran enrolladas por sus brazos; estaba de traje negro que le cubría todo su cuerpo esbelto y unos zapatos similares a los míos, su cabello se ondeaba por las pequeñas ventiscas que llegaban a la cueva, su rostro estaba inexpresivo, pero decía más de lo que ella podría decir.

Estaba traumada.

Y ¿Quién no lo estaría después que tu padre intente matarte a sangre fría?

Seguramente yo lo estaría, pero he pasado tanto, mi entrenamiento en la Liga de Asesinos hizo que perdiera parte de lo que se considera «humanidad» que ya no me sorprende.

—Eh... ¿estás bien? —pregunté sin estar seguro de que decir. No era bueno con las palabras de preocupación hacia una persona aún.

—De maravilla —claro que noté su sarcasmo. Ella se encogió de hombros y dejó salir un largo suspiro —¿por qué preguntas?

—No lo sé —dije —Solo quería sonar más humano.

Ella soltó un bufido.

—De nosotros dos, tu eres el más humano —comentó ella sin siquiera mirarme. Qué situación tan frustrante para ambos —Cien por ciento.

No supe que decir, mi mejor arma era quedarme callado y volver a mi asunto de mi tobillo, tenía que regrésalo para al menos disminuir el dolor a un sesenta por ciento. Con el rabillo del ojo, noté como ella se acercó a mi colocándose frente mía. Levanté la vista y vi como ella mantenía fija su mirada en mi tobillo que estaba hecho mierda.

—Del uno al diez ¿Qué tanto te duele? —preguntó ella curiosa y algo afligida al ver mi estado.

—Un cien —mascullé mientras me acomodaba que causó que gimiera de dolor al movimiento brusco.

—Puedo ayudarte a regresarlo —propuso ella —Al menos el dolor será menos.

—Pensaba hacerlo solo. —comenté. No estaba seguro si era buena idea.

—Confía en mi —en ese instante la fulminé con la mirada. No tardó en darse cuenta, reaccionó con enseriarse y cruzarse de brazos —Y ¿Qué pensabas hacer? ¿golpeártelo contra el suelo rocoso?

—En mi cabeza parecía tener potencial —repliqué. Lo pensé muy bien, quizás ella tendría razón, necesitaba ayuda y ella era la única que podía dármelo en ese momento, no tenia muchas opciones, pero la parte que me hacia dudar era que me dolería un coñazo. —Bien, ayúdame, pero por el amor a las gomitas de osos, se delicada.

—Como ordene, comandante SoyIndestructible —masculló ella irónicamente.

—tt, solo hazlo —repliqué. Justo como ella lo había dicho, el suelo era algo rocoso, así que tomé rápidamente una piedra y la apreté entre mis manos.

Parecía estar intentando posar sus manos suavemente sobre el hueso, de a poco iba acercándolas hasta que sentí su tacto que fue para mí como un gran plomazo.

Coño, coño, coño y reputo coño.

—¿Listo? —preguntó ella. No tenía muy claro quien estaba más nervioso, ella o yo.

—Si. —dije tan seguro como un hombre debe ser, pero por alguna razón flaqueé —No, no, no, no, no, no.

Ella arcó su ceja.

Hombre, no marica.

—Okay, listo —me limité a decir. Ella sostuvo mi tobillo firmemente y por más que me dolía como el inframundo. Apreté fuertemente la roca entre mis manos y reprimí toda clase de señal de dolor. Ella asintió y en ese instante pude oír como mi hueso hizo como "trock", el trock más miertero de toda mi asquerosa vida.

No me pude contener, así que dejé salir un gran grito.

—¡CARAJOOOOO! —vociferé —¡LA QUE TE PARIÓ!


***

Después de haber pasado un momento de dolor, mi hueso ya estaba donde pertenecía, con un gran moretón, pero el dolor había reducido. Tuve que optar por cortar una parte de mi capa para usarla como venda.

La noche ya estaba más que puesta, colocamos una fogata con dos pedazos de madera algo grandes que estaban dentro, pero no sabíamos por cuanto nos alcanzarían antes de que se consumieran en su totalidad, así que debíamos aprovecharlos para mantenernos calientes todo el tiempo posible.

La cuestión ahora era: ¿cómo encenderla?

Había perdido todo mi equipo después de haber despertado en la fortaleza de Luthor.

—¿Estás segura de que no tienes visión calorífica? —insistí nuevamente a Rylie.

—Totalmente —masculló mientras rodaba los ojos —Ni siquiera han regresado mis poderes, aún me siento algo débil.

Tomé nuevamente las dos rocas con que estaba intentando hacer fuego. Me sentía como en la prehistoria.

—Igual yo —comenté mientras chocaba las rocas una con la otra para sacar una chispa —Hace dos noches que no pruebo bocado alguno.

Ella no respondió, se encogió de piernas intentando calentarse. Yo seguí con la lucha de encender la fogata y después de varias veces fallidas, finalmente lo logré.

Pasamos un largo rato en silencio y los silbidos del viento era lo único en medio. Empezaba aburrirme y no quería estar en este silencio incomodo, así que probé iniciar una conversación.

—¿Quién lo diría? Todo esto empezó porque me obligaron ir a la escuela, tt —comenté.

Y fue como un comentario para mi mismo porque ella hizo caso omiso. Después de varios minutos, ella habló.

—Al menos puedes decir que pudiste tratar de tener una vida normal —replicó mientras mantenía su vista en la fogata.

—¿Normal? Está muy lejos de ser normal. —exclamé.

—Por favor —masculló ella irritada —Tienes una familia que te ama, un padre que seguramente te esté buscando ahora. Que intentó darte una vida normal, a pesar de ser... Batman.

—A eso no le llamo normal, ni siquiera tienes idea de como son ellos. —repliqué algo molesto, solo quería iniciar una conversación, no una discusión —No soportarías estar con ellos ni un solo día.

—Solo eres un chico mimado y mal agradecido —exclamó ella, su rostro se frunció —¿Quién no daría por tener una familia que te ama como la tuya? ¡Solo mírame! Tengo una madre que jamás conocí y seguramente esté muerta. Un padre que no le importa matarme y ni siquiera soy totalmente kryptoniana o totalmente humana.

—Pueda que te parezca «normal», pero pasé toda mi vida sin conocer como actuaba un niño de mi edad y creo que jamás lograré serlo. —Debatí —Y en estos momentos, el deseo sigue ahí, el deseo de ser un chico normal.

Y de nuevo esa burbuja de silencio incomodo entre ambos se plantó. Por más que intentaba ser empático con las personas, siempre existía esa pisca que terminaba por arruinar y parecer ese niño cínico sin sentimientos, pero eso era yo y lo odiaba ocasionalmente, como en ese instante.

Ahí se iba mi sueño frustrado de ser un chico normal.

Y ese chico apático seguiría por ahí por un largo tiempo.

—¿Sabes? —interrumpió mis pensamientos —Yo también lo deseo.

Decidimos mantener el silencio y aprovechar del fuego que nos brindaba de calor antes que se desvaneciera.








***

¡Holaaa!

Qué sorpresa ¿no? He actualizado mucho antes. La razón por eso fue que ya no tenía escrito y como no he tenido tiempo para seguir escribiendo, decidí dárselo porque si espero a que terminé los demás capítulos, actualizaría mil años después okno.

¿Qué les pareció?

Estén orgullosos, Damian dio el primer paso para socializar.
No sé ustedes, pero me parecen una pareja de casados cada vez que discuten XD

Intentaré tener más capítulos cuando terminé mis tareas y exámenes.
No olviden dejar su hermoso voto, ily ❤️

Hasta la próxima <3

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