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SOLO DEJA DE AMARME,

Fueron las palabras de la
chica que huía a paso ligero.
El príncipe la siguió, dispuesto
a detener su propósito, sin embargo,
cuando la encontró en brazos de
otro, solo declaró la guerra.

Admiraba su cuerpo, hasta sus
ojos al encontrarse, una y otra vez;
ella gritando su nombre por cada
vez que ambos se retorcían en su
propia realidad. Letal, ¿no es así?

──No deberías estar aquí.

El nuevo rey de sus sueños,
tal y como Morfeo, colándose
en sus pensamientos, dispuesto
a tomar lo que realmente deseaba
de ella, aunque otra alma se quebrara
al oírlo gemir por acciones no correspondidas. 

Doloroso, ¿verdad?

── ¿Y que si vengo? ¿Acaso crees que todo gira a tu alrededor, lady?

La princesa tomó su espejo,
reclamando saber la verdad.
Y este le dijo que él...

SOLO DEJA DE AMARME,
no puedo, porque te amo.

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──Recuerda, soy tan mala hierba que mí padre huye, pero guardo un corazón vacío como el de mí madre, princesa.