Capítulo 17

En esta historia se hacen algunas referencias la ||Guía Omegaverse|| de *Letras del fanworld* y la ||Guía de Comportamiento|| de Mimmulus. Para mayor información pasar a leerlas. La imagen utilizada en la nueva portada pertenece totalmente a Miyukiko y tengo su autorización para usarla, pueden seguir su cuenta de DevianArt en el enlace: https://miyukiko.deviantart.com/, sus dibujos son preciosos.

Aclaraciones

Las palabras resaltadas son la voz de mando.

Las palabras resaltadas en cursiva son la voz de omega.

Las palabras en "cursiva con comillas" son pensamientos.

Capítulo sin editar.

Capítulo 17

La felicidad viene
en trozos pequeños.

Allen se encontraba bastante nervioso a tal grado de que sus manos sudaban y su corazón bombeaba con fuerza la sangre a todo su cuerpo. No podía esperar para saber cuál era esa condición que Kanda tenía para simplemente llamarle por su nombre, algo de lo más natural del mundo pero que el nipón parecía costarle mucho el no llamarle 'brote de frijol'.

Flashback.

―Con... con una condición ―el albino tragó grueso, la cercanía que se iba acortando a segundos le ponía los nervios de punta y no sabía si aquello era bueno o no.

― ¿Cuál es esa? ―Kanda se acercó un poco más, encendiendo las alarmas en el omega cuando este pudo captar su aroma a menta y cacao.

―T-tú también... tienes que... llamarme por mi nombre ―su rubor aumentó más si era posible, Lenalee considero darles más privacidad y Jerry ya se había salido de la cocina silenciosamente.

―Yo también tengo una condición entonces... ―sonrío con sorna y de lado muy cerca de su rostro, casi respirando sobre él.

― ¿Eh? ―guardó silencio por algunos minutos, trago nuevamente la saliva que se le acumulaba en la boca y entonces continuó―. ¿A qué te refieres?

―No te lo diré aquí. Saldremos cuando acabes tu turno, así que avísale a tus padres que tienes un compromiso que atender y que tal vez llegues tarde.

"Si es que llegas" ―quiso decir, pero se contuvo.

―E-está bien.

Fin del flashback.

Naturalmente no le quedaba más que aceptar, Kanda podía ser muy terco y cerrado cuando quería, y si te pedía algo, realmente no te daba opción a escoger, era como que te daba órdenes y ni te atrevieras a decir que no o te iría mal. Aunque a él no le molestaba la idea de salir en una cita ―aunque Yu no lo llamara así, eso era― sino que más bien le causaba emoción. Y esa misma emoción le producía estar tan nervioso ahora.

Cuando pudo divisar la melena azabache ondeando con la brisa nocturna mientras esperaba postrado al lado de su auto a que él terminara de cambiarse, su corazón se detuvo por un microsegundo, cielos, solo verle le causaba esa sensación, ahora tener una cita... Esperaba al menos sobrevivir otra noche a tantas emociones colisionando en su pecho.

―Ya estoy aquí... ¿a dónde iremos? ―el nipón se separó del vehículo y caminó hacia él sin decir nada, abrió la puerta del copiloto y le invitó a pasar.

―Es un secreto, confía en mí.

"Confía en mí", era increíble como tres palabras tan sencillas podían licuarte el cerebro y hacerte ceder a lo que fuera. Aunque sólo funcionarán si era ese alfa el que se las decía.

Miró la carretera y las edificaciones habidas y por haber a través de la ventana sin prestar realmente atención al camino, sin decir una palabra, siendo una simple excusa para no ver el rostro de Kanda porque sabía que se pondría más rojo que un tomate en estación y eso le daría al alfa pies para molestarlo todo el trayecto. En cambió Yu lo miraba de reojo a cada rato intentando descifrar en qué estaría pensando el omega.

Luego de varios minutos el automóvil se detuvo, ambos se bajaron y Allen apenas reaccionó de que estaban lejos de la ciudad, en lo que parecía ser una cabaña de veraneo, de aspecto tradicional, hasta tenía un pequeño jardín Zen entre el grupo de unas cinco cabañas algo distanciadas entre sí rodeadas por un cercado de bambú seco.

―Kanda, yo no estoy preparado para... ya sabes, 'eso'.

―Tch, tonto brote de habas, esto es un área de retiro para el balneario que queda enfrente, ¿acaso no leíste el letrero de la entrada? ¿qué estás pensando que te haré?

"Déjame sin caminar" ―dijo su omega interno, y Allen sacudió la cabeza ruborizándose por no poder controlar ni siquiera eso.

―N-no pensé nada, BaKanda, solo no presté atención a eso.

―Y eso que venías mirando esa ventana todo el camino.

Su tono fue de reproche y Allen no lo pasó por alto, pero guardó silencio y sonrió tenuemente mientras se dejaba guiar por el mayor. No sabía en qué momento lo habría planeado ni cuanto había gastado, pero se sentía agradecido por ese gesto del pelinegro hacia él, en verdad necesitaba un cambio de aires y estar todos los días en el trabajo, donde habían pasado tantas cosas, tanto buenas como malas, sólo le hacían tener eso en mente con más firmeza.

La cabaña era muy acogedora y bonita por dentro también, un poco más moderna en su decoración, aunque rápidamente notó que no tenía más que luz ambiental en cuanto a lo eléctrico. No había tomas de corriente, ni televisión, ni internet. Solo los muebles y las camas, porque eran dos habitaciones separadas las que tenía el lugar.

―No usaremos nuestros celulares mientras estemos aquí. No hablaremos de trabajo, ni de ya sabes quién ―dijo en un tono cascarrabias.    ―Fuera de eso, el resto de las reglas las puedes cotejar tú ―con los ojos clavados en los suyos, Kanda habló tranquilamente pero firme con ese tono rústico tan típico de él, como dejando en claro que no había escapatoria alguna, pero dándole la confianza de opinar.

―Pero no les he dicho a mis padres que...

―Ya hablé con ellos previamente. ―le interrumpió queriendo ahorrarse la lluvia de preguntas que aún así estaban por suscitarse.

―No he traído ropa.

―Mana me ha dado una maleta con lo necesario cuando he hablado con ellos. ―Allen se sorprendió, comenzó a buscar involuntariamente una ruta de escape a lo que sea que estaba pasando y no tenía éxito.

―Pero el trabajo... ―Kanda levantó una mano, como deteniendo su monólogo y respondiendo con toda confianza de sus acciones al menor.

―Tiedoll estuvo de acuerdo y te lo descontará de tus vacaciones, así que igual te pagaran ya que supongo que no me dejarás pagarte tus días de ausencia por mi parte.

―... Planeaste cada detalle ¿verdad? ―no sabía si echarse a reír o no por la ironía del momento, Allen alzó una ceja al preguntar.

―Si te molesta estar aquí conmigo puedes decirlo, encenderé el auto y te llevaré a ca-...

― ¡No, no, no! ―interrumpió.  ―No quise decir eso, es solo que... gracias ―Allen le miró con los ojos aguados antes de continuar.  ―Esto es muy lindo de tu parte, de verdad gracias Kanda.

―Tch, no era para que llorarás.

Yu se acercó y lo abrazó pegándolo a su pecho, dejándolo desahogarse de ese peso que parecía llevar sobre los hombros. Secó sus lágrimas y lo guío hasta unos cojines en el tatami de la sala de estar donde se sentaron mientras Allen se calmaba.

― ¿Me dirás cuál es esa condición de la que hablabas? ―dejó salir en voz baja, algo temblorosa por el reciente desborde de emociones que había tenido.

Moyashi, dejemos de dar rodeos sin sentido. Creo que ambos sabemos lo que sentimos el uno por el otro... Quiero que aceptes por completo mis sentimientos y los tuyos. No te quiero presionar, pero es que ya no lo soporto. ― ¿Soportar? Allen sintió mucha curiosidad en ese momento sin entender a ciencia cierta a qué se refería Kanda.

― ¿Qué no soportas?

―No soporto que no seas mío ―Allen abrió sus ojos por la sorpresa.  ―No te obligare a intimar, solo me refiero a, ya sabes... Salir juntos, como pareja... Tch. ―chasqueo la lengua frustrado mientras revolvía los cabellos de su cabeza, había repasado tantas veces cómo decirlo porque no era de expresar verbalmente sus sentimientos, que de pronto olvidó todo y comenzó a sentir que sonaba muy cursi... Demasiado.

―Tienes... razón... ―Allen se separó de él y lo miró de frente, espantando aquella repentina muestra de esfuerzo del mayor y desconcertando al mismo por su acción, Yu pensó que estaba a punto de ser rechazado y contuvo la respiración mientras el menor buscaba y ordenaba mentalmente sus palabras.  ―Acepto. Yo... te amo Yu Kanda, y tienes razón, no tiene sentido negarme a mí mismo que cada vez que te veo mi pulso se acelera, me pones nervioso y no sé qué decir... lo único que tengo claro es, que en verdad te amo.

Volvió a respirar. Su pecho cogió aire con desespero y se apresuró a rodear al albino entre sus brazos para robarle un beso algo torpe por la emoción, su alfa interno no cabía en sí mismo. Allen se dejó hacer, demasiado feliz como para detenerse a pensar en lo triste que había estado desde hace días o en que un simple beso podía pasar a una caricia y una caricia a más. Se encontró a sí mismo acomodándose de horcajadas sobre Kanda para poder profundizar el beso, avergonzado, pero aun así sin parar a pensar en nada más que disfrutar ese momento que le daba la vida como una oportunidad de vivir con amor por alguien.

Fue Kanda quien lo detuvo, lo vio fijamente a los ojos por varios segundos, contemplando las bellas gemas amatistas de su amado antes de decir otra palabra más, quería asegurarse a sí mismo que no estaba malinterpretando las cosas antes de que pudiera salirse de control.

―Allen... si continúas tocándome así, estoy seguro de que cruzaré "la línea". ―se mordió el labio, resistiéndose a seguir comiéndose esa boca a besos, notó como este tragaba y separaba sus labios, vacilando un poco en lo que quería decir.

―Estoy listo... no sé cómo o porqué, solo lo siento aquí ―se tocó el pecho, sobre dónde se sitúa el corazón y lo miró con ojos suplicantes mientras tomaba su mano y la ubicaba donde tenía la suya hacía un segundo, para que sintiera los rápidos latidos desbocados de su corazón; estaba muy feliz, desbordante de dicha y con su instinto de omega a tope.

Esa sencilla acción, sumada a las anteriores palabras, bastaron para que Yu se aventurase a abrir los botones de la camisa de Allen, descubriendo su pecho, besando su cuello despacio antes de bajar con gentileza dejando un camino de besos húmedo en su pecho hasta llegar a sus pezones, succiono uno un poco, luego lo mordió, provocando que doblara la espalda mientras se acercaba a repetir su acción en el otro. Sus dedos le hacían compañía con el pezón desatendido mientras estaba en su afán con ese. Allen gemía contenido, intentando no hacer tanto ruido porque sentía pena de ser escuchado haciendo esos sonidos que se le hacían tan pervertidos. Su mente se encontraba nublada por la cantidad de sentimientos que su omega interior tenía en ese momento, no sentía repulsión ni miedo a ser amado de esa forma, todos los miedos que solía tener habían pasado a segundo plano siendo reemplazados por una calidez avasallante que le transmitía confianza.

Kanda lo volvió a besar y los pantalones del albino desaparecieron en algún momento junto a la ropa interior y la camisa que antes traía Yu, ahora sus dedos tenían acceso a su entrada, para estimularla con libertad logrando que Allen encorvase la columna vertebral mucho más que antes. Metió un dedo de forma lenta, sintiendo como la zona había empezado lentamente a humedecerse un poco, producto de la excitación física y las atenciones que le daba a su omega.

Su omega.

Se sentía tan completo al pensar esas palabras. Ninguno pudo resistir demasiado para estar unidos de forma física y a pesar del dolor que representaba, Allen se acomodó sobre la erección de Yu y la dejó deslizarse con dificultad a su estrecho interior hasta al menos la mitad, cuando Kanda lo tomó de las caderas y lo llevó de sopetón hasta quedar dentro por completo, arrancándole un grito adolorido mezclado con varios jadeos.

―Lo siento, ya no podía más, si seguías haciéndolo tan lento me harías correrme... ―le susurró al oído al albino, que aferrado a su torso en un abrazo lagrimeaba besando su cuello y acariciando su espalda, le había aruñado por la sorpresa y el dolor del momento.

―E-estoy bien... perdóname por lastimar tu espalda.

Ambos buscaron los labios ajenos con anhelo, comiéndose a besos como si alguien los fuera a separar en cualquier momento y ese sería su último beso. Allen se empezó a mover sobre el alfa, sintiendo un regocijo y a la vez la necesidad de sentirse lleno, completo. Vivo. La habitación se hizo testigo de gemidos, gruñidos y jadeos, ambos dejaban su instinto animal aflorar y expresarse libremente con sus corazones compartiendo un mismo latir. Se amaban, y se habían deseado por tanto tiempo que el regocijo de haber llegado a ese instante era más grande que ellos mismos.

―Allen... ―susurró― te amo tanto.

―Y-yo también, ¡Ah, Yu! Más rápido, ¡por favor! ―suplico, algo perdido en sus sentimientos mezclados con el placer― quiero que me marques.

Aquello sonó como una orden, Allen había usado su voz de omega para llamar la atención del alfa, funcionando al instante mientras Yu se erguía acercándose a su cuello, lamiendo este apenas sintió a Allen correrse entre ambos para clavar sus colmillos profundamente en su piel, sintiendo el sabor metálico de la sangre en su paladar, escuchando perfectamente los gemidos ahogados de Allen fundirse con un chillido de dolor mientras un par de lágrimas surcaban de nuevo sus mejillas, rojizas por su calor corporal. Apretó sus nalgas con ambas manos acercándolo para llegar lo más profundo posible a su interior para correrse sin soltar su cuello hasta que los espasmos se detuvieron y su semilla hubiese terminado de llenar el interior de Allen. Con cuidado liberó su cuello, lamiendo varias veces hasta que éste dejase de sangrar, la antigua marca había quedado opacada por una nueva, más grande y profunda que ahora le adornaba para que todos vieran que ese era 'su omega'.

―Me siento... tan lleno y tan feliz... ―murmuró el omega dejando caer su peso sobre el alfa, agotado totalmente.

―Sí, puedo sentirlo también. Descansa, Allen.

Sus ojos se abrieron luego de sentir el molesto sol golpearle la cara, no quería despertar, estaba tan cómodo y tibio, ese sueño se había sentido tan real que hasta estaba adolorido.

―Estúpido sol, yo quería seguir soñando...

― ¿Prefieres soñar en lugar de tomar un baño conmigo? ―Allen abrió sus ojos como platos y miró hacia un lado de la misma puerta corrediza por donde entraba el sol, encontrando la figura marcada y escultural de Kanda con una toalla a la cintura y otra en su mano, al parecer para él.

―No lo he soñado... ―confirmó pasando sus dedos por la herida fresca de su cuello, sintiendo un pequeño espasmo de dolor al hacerlo, pero sonriendo cálidamente por ello.

―Claro que no, pero si aún piensas que es un sueño debería darte más duro para que sientas la realidad.

Allen le arrojó las almohadas y lo que tenía a mano, más avergonzado que nunca en su vida, no por la indirecta de Kanda ni porque lo estuviera molestando, sino porque muy dentro suyo estuvo a nada de decir que eso quería.

"Estúpidos instintos, déjenme tener algo de vergüenza al menos" ―pensó.

El resto de esos tres días Yu no hizo más que llevarle al balneario, hacerle masajes ―porque no quería que ningún masajista tocara a su omega― y complacerlo en cada sentido posible, desde su apetito tan variado y voraz, hasta su apetito carnal... Ni él mismo se imaginó que Allen pudiera resistir tanto, aunque tomaban largos descansos entre cada 'sesión amorosa'. Casi podrían pasar como una pareja en celo a los ojos de cualquiera de no ser porque no estaban en celo ninguno de los dos.

Ambos se preguntaban en silencio cómo sería entonces cuando alguno entrara en celo ahora que estaban unidos más allá del plano físico. El tiempo se les fue volando cuando notaron que ya era hora de subir al auto y regresar a sus vidas, con la diferencia de que ahora se pertenecían entre sí.

Lenalee acababa de llegar a la cafetería a ayudar un poco con las labores a su tío, de pronto el hombre no se encontraba a sí mismo en su propia cocina por la ausencia del albino entusiasta y su ahijado amargado siguiéndole sin darse cuenta con su mirada azul y fría encima, para que nada le pasara o alguien se acercara demasiado; el beta podría no saber casi nada de instintos pero era lo suficientemente listo para notar la atracción mutua ―por no decir 'tensión sexual'―que esos dos destilaban hasta por los poros de la piel y se negaban a formalizar.

―Tío, que se quema el pan. ―dijo Lenalee con fastidio cerrando los ojos y cruzándose de brazos, era la segunda vez en el día que el hombre dejaba algo en el horno más tiempo del debido― Ellos seguro están bien, si han tardado tanto en regresar es que seguramente todo ha salido bien, ya lo verás.

―Tienes razón, además estoy feliz de que mi querido Yu haya aceptado mi propuesta.

―Hasta yo me extrañe que estuviera de acuerdo a la primera con esa idea. Seguramente lo que pasó con Tyki le hizo ser consciente de que puede perder a Allen en cualquier momento si no se apresura a hacer algo ―se lavó las manos mientras daba su punto de vista, ya que ver a Kanda aceptar de buenas a primeras un consejo de Tiedoll o de cualquier persona en general, sin rechistar ni decir peros o un simple 'no' ya era todo un milagro.

―Puede ser, después de todo, ese chico tuvo muchas oportunidades de marcar a Allen cuando vivió en el extranjero con su familia y no lo hizo, sea que fuera por respeto, por cobardía o por amor, es extraño que siendo un alfa no se haya dejado llevar por sus instintos durante su celo o al menos el de Allen.

―Bueno, es que el celo de Allen no es normal, ni siquiera presenta aroma hasta donde sé, tal vez no se dio cuenta (y gracias a Dios que no) ―pensó.

―Yo estaría muy feliz de tener nietos ―dijo Tiedoll con tono meloso, sonriendo amplio y bobamente mientras colocaba el pan recién salido del horno sobre la mesada para que la beta pudiera colocarlo adelante en la vitrina apenas se refrescara un poco.

―Tío, pero si apenas iban a hablar un poco, además si no mal recuerdo Yu aún no le toca el celo y Allen es irregular (a menos que haya entrado en celo estos días y por eso no hayan regresado...) ―medito―. Sin esas circunstancias es demasiado remota la posibilidad de que eso pase, y estoy segura de haberle dado unas cuantas píldoras a Yu para en dado caso, cuidar a Allen. No creo que Allen esté listo psicológicamente para pensar en tener bebés.

―Tienes razón, he sido egoísta. Todo a su debido tiempo, cuando sea el momento, llegará.

Ambos dejaron el tema hasta ahí por consideración hacia el albino, ninguno tenía la potestad de pensar por Allen en ese sentido porque solo él podía saber cuándo estaría preparado para dar ese enorme paso; su herida podía estar fresca aun en su corazón.

La campanilla de la entrada resonó y Lenalee salió a recibir a los clientes con una sonrisa algo forzada porque se sentía algo entristecida por recordar el dolor de su amigo, pero eso cambió cuando notó que no eran más que Kanda y Allen quienes venían llegando de sus cortas vacaciones semi improvisadas.

― ¡Allen! ―Lenalee corrió a abrazarlo pasando sus brazos sobre los hombros del albino, escuchando una pequeña queja de su parte mientras se mordía el labio― ¿ocurre algo?

―Tch, no seas tan efusiva. ―Kanda le hizo bajar sus brazos mientras Allen desviaba la mirada algo apenado con una sonrisa entre nerviosa y alegre.

―No ha sido nada Lena, descuida.

―Allen, acaso...

Cuando Lenalee Lee quería averiguar algo, era más veloz y ágil que una gacela en peligro, así mismo lo fue al maniobrar para remover el cuello de la camisa de Allen un poco, lo suficiente para ver la marca de este mientras se sonrojaba.

―Planeaba contarte Lena, no te enojes...

― ¿Enojarme? ¡quiero celebrar! ¡Yo invito la cena! —la chica no sabia en sí misma de la emoción, sostuvo las manos de Allen y  comenzó a dar brinquitos como una niña pequeña.

Y qué decir de Tiedoll. El hombre casi se va de espaldas al suelo antes de llorar dramáticamente y abrazar a Yu hasta que este lo mandó a volar literalmente hasta dejarlo estampado al fondo de la cafetería, todavía quedaba ver cómo reaccionarían los padres de Allen al saber esto, aunque Allen tenia miedo, Yu se mantenía tácito en el tema porque Allen era un adulto a sus ojos y era libre de hacer lo que quería, menos estar con otras personas, ahora era solo suyo.

Suyo y de nadie más.

¡Hola! Han pasado 84 años :'D...

Pero sigo con vida, así que no me maten por la tardanza, plox. que ha pasado poco más de un mes desde que anuncié que se levantaba el hiatus, pero bueno, mis escusas banales se quedan en que tengo mucho trabajo igual que mi editora, a la que por ciertosaca un letrero de "se busca"— ando buscando viva o... Ocupada¿? Okno XD, que ha estado muy ocupada por lo cual me adelanté a sacar el capítulo sin editar (Maca, no me mates, sentía la necesidad fogosa de sacar esto a la luz, idk). Tenía esto casi listo desde hace casi un mes y pues no pude perfeccionarlo, lo sentí muy completo tal cual está, por lo que me disculpo si fue algo corto y conciso.

Espero les haya gustado, se hayan reído y emocionado con este capítulo, es todo por el momento. A los que les gusta este género del omegaverse, el yaoi, el yuri¿?, etc, etc, les invito a mi comunidad de roleplay (cofcofnada de cofacostarmecof para que actualicecofcof xD) en amino, es privada y se llama Omegaverse Hybrid, el link está en mi perfil, sin más, ¡nos vemos la próxima muerte de papa!

le tiran múltiples objetos contundentes—.

Okno, nos vemos tan pronto pueda actualizar, se les quiere de gratis, bye.

Aprovecho para promocionar mi nuevo libro, mi primera historia original ya disponible en esta plataforma: https://www.wattpad.com/story/124794103


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