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Somewhere in Nevada...

—Amigo, esta vez la voz de Doc sonó más seria que cualquier otra vez.—Decia Deimos apoyando su cabeza en la puerta espiando lo que dijo anteriormente el "doctor" hacia el sicario.

—Era de esperarse Dei, ¿No te acuerdas de todas esas misiones y Hank nunca traía lo pedido por Doc?— Dijo Sanford limpiando su gancho con una camisa de Deimos— Era obvio que en cualquier momento se cansaría de ese comportamiento.—

—Es verdad...—Salio de la puerta para dirigirse a su armario.— Oye, ¿Viste mí camisa de dormir?— Sanford se da cuenta con lo que está limpiando su gancho y solo decide tirar la camisa a otra parte.

—Em, no Dei, ¿La buscaste bien en el armario?—

—Si, pero no la encuentro por aquí-espera un segundo...— el fumador voltea a ver al fortachón que se encontraba viendo su arma.—¿Y el trapo que estabas usando para limpiar tu gancho?— Interrogó el fumador.

—¿Cuál trapo? Yo no estaba con ningún trapo Dei.— Se notaba el nerviosismo en su voz.

—Mmm...—

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Ahora nos enfocaremos en Hank, el sicario recién se despierta de siesta la cual fue bastante corta, a comparación de su mascota el felino seguía durmiendo plácidamente sin ninguna molestia aparente, Hank le acarició su cabeza suave para después dirigirse a su armario y poder cambiarse toda las ropa que llevaba mientras dormía; este decidió ir a hacerse algo de tomar ya que eran las 17:35 PM. Ya una vez hecha su merienda, se sienta en la mesa de la sala principal la cual casi nadie estaba ahí por asuntos personales de los demás, este toma su taza de café y bebe un poco. Después de un rato ve a sus dos compañeros molestos Sanford y Deimos con ropa para salir.

—Oigan, ¿A dónde van ustedes?— Preguntó curioso hacia los chicos que se dirigía hacia la puerta del lugar.

—Oh, hola Hank, Deimos y yo nos íbamos a un bar nuevo que abrió cerca de aquí.—Hablo tranquilamente Sanford hacía el sicario.—¿Quieres acompañarnos?—

—Agradezco la invitación, pero tengo una nueva mascota la cual cuidar.—Tomo otro trago de su café.

—Oh, está bien; para la próxima será.—Dijo Sanford para dirigirse a la puerta con Deimos pero el fortachón recordó algo antes de irse.—Ay Hank, me olvidé avisarte que el sábado es mí cumpleaños y quería saber si tu querrías venir a este nuevo bar para festejarlo. Claro si es que tienes el día libre y puedes asistir.—

—Eso dependerá de si Doc no me manda a una mision a último momento; también de mí gato que no lo quiero dejar mucho tiempo solo.— Tomo esta vez un largo sorbo de su bebida para así terminar su café y levantarse de su asiento. —Pero trataré de estar.—

—Esta bien, yo después te diré la ubicación del lugar, nos vemos después, Hank.—Dijo feliz Sanford para dirigirse a la puerta y así irse con su amigo fumador.

Otra vez el lugar se encontraba en total silencio, el silencio que siempre relajaba al sicario y que lo acompañaba cada vez que podía; por unos segundos se escuchaba abrir una puerta del pasillo donde se encontraban las habitaciones de los inquilinos; era el "doctor" saliendo y dirigiéndose a la sala principal del hogar.

—Hank.—Dijo como forma de saludo.

—Doc.—Dijo de igual forma.—Doc, ¿Estás enojado conmigo?—

—No, ¿Tu que crees, Wimbleton?—Hablo con sarcasmo el doctor.

—...—Se quedó callado el sicario y decidió ir a su habitación, ya que se podían escuchar maullidos de su mascota.

Ahora el doctor se encontraba solo en la sala, solo viendo la mesa mientras pensaba quien sabe qué, hasta que se hizo un café y se retiró hacia su habitación y siguió con lo que hacía anteriormente.

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Un Sanford y un Deimos se encontraban en el dichoso bar que había abierto hace un par de horas, estos al parecer estaban hablando sobre sus otros dos compañeros, Hank y 2B.

—Solo digo que Doc no está bien últimamente y menos como trata a Hank.—Dijo preocupado el fortachón mientras tomaba un sorbo de su bebida.

—Sanford, eso ya es asunto de ellos, no te tiene que preocupar.—este le dió una calada a su cigarrillo exhalando el humo de este mismo.

—Por una parte tienes razón, ¿pero cómo será cuando los invite a mí fiesta? No quiero que haya incomodidad en mí día...— dijo algo triste el fortachón bajando la mirada y solo observando a su vaso medio vacío.

—Hey Ford, no te pongas así...—coloco su mano en la espalda del otro individuo.— Ya se van a arreglar, no te preocupes por eso, solo trata de pensar positivo y no tomes mucho.—

—Esta bien... Si tu lo dices.—Trato de animarse el fortachón.

—Vamos grandulon, dame una buena sonrisa.—

—¿En serio, Dei?—

—¡Vamos, solo házlo!—animaba el fumador.

—Pff- que tonto eres...—Este sonrió levemente hacia el fumador.

—¡Ese es mí grandulon! Ahora, a beber.—este tomó un vaso de cerveza y lo levanto para brindar con su compañero.— ¡Por el equipo!—

—Je... ¡Por el equipo!—Sanford brindó con su amigo y después bebió la cerveza.

Y así estuvieron casi toda la noche, tomando y bromeando para poder olvidar el asunto de Hank y 2B, y obviamente iban a llegar ebrios a su hogar pero por suerte quedaba cerca asi que no se preocuparon bastante, a menos de que pidan que venga Hank y los pueda llevar.

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Nos ubicamos nuevamente con nuestro sicario, este se encontraba jugando con su mascota con un bolillo de lana que de casualidad tenia por ahí; después de unos minutos se escucha el golpe de la puerta llamando a Hank, este se levanta y abre la puerta presenciando al doctor al otro lado de esta.

—Hank, te tendré que pedir algo.—Dijo sin rodeos el doctor.

—Escucho.—hablo seco el sicario.

—Mañana a la mañana te mandaré a una misión cerca de la agencia de Auditor, tendrás que conseguirme lo siguiente: 5 agentes, preferiblemente muertos; 2 armas usadas, que sean en lo posible cuchillos; y por último, solamente una soda de la máquina expendedora de algún pasillo del lugar.—

—¿Y para que es la soda?—se quedó extrañado el sicario.

—Obviamente para mí, después el resto es para otra cosa.—dijo sin más el doctor.—¿Algo que me quieras preguntar, Wimbleton?—

—Si voy a la misión quiero que cuides a mí gato.—dijo nada más.

—¿Y si no lo hago?—

—No voy a la misión.— el doctor piensa un poco, y este acepta el trato.

—Esta bien Wimbleton, cuidaré de tu mascota si vas a la misión.—Este solo se dio la vuelta y volvió con su mascota, pero antes de hacerlo le tenía que decir algo al doctor.

—Sanford me dijo que el sábado era su cumpleaños, y me preguntó si podía ir.—

—A mí también me preguntó lo mismo, pero no soy muy fan de las fiestas.—

—Entiendo, yo tampoco lo soy pero aún así quiero ir. ¿Querrías venir conmigo?—

—¿Acaso me estás invitando?—Hank se puso nervioso después de escuchar esa pregunta, no supo que contestarle al doctor.

—.....—No le podían salir las palabras, Doc notó esto y solo suspiró.

—Esta bien, iré. Pero no te prometo nada.—dijo para finalmente irse a su habitación y dejando a un Hank muy nervioso aún parado sin poder responder.

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