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Al regresar al gran salón escucharon una discusión que provenía afuera, Mcgonagall decidió enfrentar a Umbridge por sus castigos “ medievales ” hacia los alumnos.

— Son métodos efectivos y mejores de los que imponen, o acaso me dirá que se pondrá en contra del ministro? Porque se que apoya mis métodos — Minerva permaneció en silencio al repensar su respuesta —. Pronto hablaré con él y los métodos educativos cambiarán, haré las cosas mejor de lo que ustedes no lograron hacer.

Mcgonagall salió de allí disgustada, todos los alumnos se vieron entre sí al notar que las cosas no serían fáciles ahora en adelante con la presencia de Dolores en el castillo.

Sostuvo su palabra en hablar con el ministro Fudge quien nuevamente le dio la razón y no solo eso, hizo unos cambios en Hogwarts nombrando suma inquisidora a Umbridge para mejorar aquel “ caos ” que había en el castillo.
La mujer no dudo ni un segundo en revolucionar aquel lugar creando decretos que eran aprobados por Cornelius. Inspeccionaba hasta el lugar más recondito del castillo, y no solo los alumnos eran afectados como su forma de vestir cuando estaban fuera de clases o tal vez aquellas parejas que se besaban libremente por los pasillos, Umbridge se encargaba de separarlos. También se encargó de ver el trabajo de los profesores y su manera de educar a los chicos.

— Utilizará todo el castillo para colocar sus estúpidos decretos — Dijo Gryffin viendo cómo Filch colgaba otra de las leyes.

Samantha se preguntaba dónde estaba Dumbledore para interceder ante las locuras de esa mujer, pero el hombre tenía grandes problemas con respecto al profeta que no dejaba de conspirar en su contra.
La chica se aferró a su bolso mientras caminaba en dirección a su habitación donde era el único lugar para descansar, tomo asiento en su cama recibiendo las cartas que Rubí traía para ella encontrandose con una de Molly, de Thomas y hasta Oliver. Los tres querían saber cómo se encontraba últimamente pero solo respondió a la señora Weasley, tal vez sería desagradecida de su parte pero no quería abrirse del todo, con la mujer podía escribir lo que ella quisiera pero sabía que los otros dos querían saber la verdad y por más mínimo que fuese su inquietud ellos vendrían lo cual sería un terrible problema estando Umbridge vigilando Hogwarts sin descansar.

— Rak, no molestes a Rubí — Dijo la chica tomando al felino quien intentaba atrapar al ave —. Auch, Raksha.

El pequeño tigre había ocasionado un pequeño rasguño en su muñeca creyendo estar jugando con ella pero Samantha lo dejo en la cama e hizo que Rubí regresara con las demás lechuzas a descansar.

Había continuado con aquel método de distraerse con sus clases pero solo distraerse y entregar a tiempo los trabajos, dejo de levantar la mano para responder simplemente dejaba a que otros dijeran la respuesta o que el profesor lo hiciera, sorprendiendo a varios de los profesores como Sprout incluso Snape quien cada vez que preguntaba la veía esperando a pedir la palabra pero esta solo bajaba un poco su mirada o se concentraba en su pergamino. Por un momento Severus tuvo las intenciones de preguntar cómo se encontraba ya que tan solo verla se notaba la tristeza y el cansancio, sabía que no había estado durmiendo pero la muchacha siempre lograba irse rápido sin dar tiempo a que él mencioné su nombre para detenerla.

Esa noche decidió saltearse la cena, creía que dándose un baño antes de dormir podría descansar pero estaba algo equivocada. Solo logro dormir una hora luego despertó al escuchar como sus compañeras de cuarto iban a sus camas, aún así permaneció en ella por un tiempo hasta que sintió sus labios secos otorgandole la sensación de beber agua. En silencio salió de la habitación pero para su sorpresa un fuerte mareo se presentó junto a unos susurros en su cabeza que era difícil de descifrar sus palabras.

— Oh tranquilo, es Sam — Dijo la pelirroja quien hablaba con su padre a través de la chimenea dónde se dejaba ver el rostro de Thomas en el fuego —. Sam, ven mi padre quiere saludarte.

Trato de bajar con cuidado pero el mareo era cada vez más al igual que los susurros que lograron desestabilizar a la muchacha, sus piernas temblaron y sus manos no llegaron a sujetarse.

— Gryffin...— Dijo con debilidad antes de caer por esas escaleras.

Ni siquiera sintió el impacto en el suelo ya que sus ojos se cerraron cuando su cuerpo estaba cayendo.

[...]

Alguien acariciaba lentamente su mano mientras que la otra solo estaba tomada recibiendo un ligero pero agradable calor. Trato de mover su pierna pero está soltó un pequeño dolor como forma de advertencia que no estaba en condiciones de moverse por eso se mantuvo quita sin abrir los ojos solo escuchando lo que sucedía a su alrededor.

— Acepto que vengan por Gryffin, la niña prácticamente vive aquí en la enfermería...pero ahora Samantha — Dijo Madame Pomfrey notando la presencia de Thomas y John en la enfermería.

— Ya es parte de la familia — Menciono John viendo con seriedad como Ron acariciaba la mano de la pelinegra.

Hermione, Harry, Gryffin, los gemelos, Lee y Angelina estaban esperando noticias sobre su amiga quien no había despertado aún de aquel golpe.

— No la presionen, es mejor que descanse — Dijo la mujer —. No ha estado durmiendo y dudo que alimentándose bien tampoco.

— No tiene que preocuparse, nosotros haremos que coma — Dijo Lee viendo a su amiga.

Abrió sus ojos con cierta pesadez viendo a sus amigos, a su izquierda estaba Gryffin tomando su mano junto a Jordan y George, a su derecha estaba Ron, Harry y Hermione, y Fred junto a Angelina. Y al frente la enfermera junto a los hermanos Rosier.

— Como te sientes? — Pregunto Ron tratando de ser suave.

— Y tú como crees? Se cayó de las escaleras y se rompió la pierna — Dijo Gryffin con obviedad ganándose una mirada fulminante por parte de su amigo.

— Gryffin — Dijo Hermione a lo que la pelirroja rodo los ojos.

Pomfrey le menciono a Samantha que su hueso se recuperaría pronto por esa razón debía permanecer en cama hasta el día siguiente, y también para procurar que estuviese durmiendo lo suficiente.

— Ahora tienes que seguir descansando — Dijo Thomas en dirección a Samantha —. Niños es mejor que vayan a sus clases, nos quedaremos a cuidarla luego enviaremos a alguien para turnarnos.

— No es nece...— Samantha fue interrumpida por la puerta de la enfermería que fue abierta dejando ver a Hydrus y Cygnus.

Primos de Gryffin, a pesar de no ser hermanos estos dos solían llamarse los gemelos “ malvados ”, habían creado una enemistad con Samantha después que Thomas y los demás la habían recibido con los brazos abiertos, sus celos causaban el deseo de molestar a la chica y sobre todo aprovechando la oportunidad de pertenecer a Slytherin y Butler en Gryffindor siguiendo con la “ tradición ” de la rivalidad entre esas dos casas.

— Creí que era una mala broma — Dijo Hydrus —. Pero en serio pierdes el tiempo viniendo aquí? Ni siquiera es una Rosier.

— Hydrus! — Dijo John intentando ir por él pero Thomas lo detuvo.

— Por favor, tiene razón no es tu hija para que vengas a verla — Continuo Cygnus.

Gryffin intento callarlos pero estos continuaban creando cierta incomodidad y pena en Samantha al ver como una familia discutía por su culpa por esa razón vio a la enfermera quien milagrosamente entendió lo que deseaba. Saco a todos de allí inclusive a los adultos mencionando que nadie podía quedarse a dormir con Butler, ella se haría cargo.

— Estaré bien, gracias — Dijo Samantha a Thomas quien sonrió un poco y luego vio a los otros dos.

— Vengan conmigo, ahora.

Agradeció aquella tranquilidad y prefirió reprimir esa sensación de soledad recordando que sus palabras no podían afectarle ya que si tenía una familia el cual siempre estaría para ella.