𝐎𝐍𝐄

— Sunghoon, ¿Qué te sucede? — llamó la señora Park al ver tan triste semblante en su hijo.

El pequeño alfa de doce años se encontraba con un pequeño puchero mientras jugaba con las verduras que contenía su almuerzo, además de que la omega había notado el cambio de humor en su hijo.

— Jakey volvió a huir, mamá — habló el Park menor mientras llevaba su mirada hacia abajo.

— ¿De nuevo? — preguntó la mujer, a lo que el chico asintió.

— Nisiquiera me dejó terminar de hablar, simplemente me dijo que no y ¡Puff! Salió corriendo del comedor — explicó brevemente.

A la corta edad de Sunghoon, él pudo conocer a su destinado desde hace dos años. Pues en un día normal de clases, a su escuela llegó un nuevo estudiante, sólo bastó que sus fosas nasales detectaran el embriagante olor del chico para que a Sunghoon le llegara la esperada presentación. Sunghoon no había sido el único, pues cuando Jake llegó a oler el olor del coreano su presentación había llegado casi al mismo tiempo.

Días después de que se aliviaran de su primer celo que presentaron por aquellos inesperados cambios hormonales, Sunghoon terminó siendo un Alfa, perteneciente al extremo más importante en la estructura jerárquica social; mientras que Jake terminó siendo un Omega, perteneciente al rango más bajo pero igual de importante en la jerarquía.

No obstante para las familias de ambos chicos, les resultó muy extraño un cambio de hormonas tan repentino e incluso, un cambio de estados de ánimo intensos, pues cuando se encontraban a mitad de su celo, un chico pedía la presencia de su alfa mientras que el otro exigía salir de su habitación para ir con su omega. Simplemente existía esa pregunta en los padres de sus hijos y no dudaron en llevar a los chicos con un especialista en Alfas, Betas y Omegas.

La conclusión que habían recibido ambas familias por sus respectivos doctores fué la misma: Sus lobos habían reconocido de manera inesperada a su alma gemela. Sunghoon y Jaeyoon compartían un pequeño lazo en el cual se habían podido comunicar durante su celo, eso explicaba aquellos cambios tanto de hormonas como de actitudes.

Cuando Sunghoon se enteró que había conocido a su destinado se sintió muy feliz, había leído muchas veces sobre ello y la idea de compartir tu vida con la persona que amas le sonaba muy tierna. Él quería ser igual de feliz como su padre y su madre, pues ellos también eran almas destinadas.

Por otra parte... Cuando Jake se enteró de su destinado, bueno, las cosas fueron muy difíciles para el omega.

— No desesperes amor, llegará el día donde Jake quiera acercarse a ti — respondió la señora Park buscando darle confort a su pequeño alfa.

— ¿Y seremos novios y al final será mi omega? — preguntó Sunghoon con un ligero brillo en sus ojos.

— Espero así sea — la mujer le dió una última sonrisa a Sunghoon antes de continuar con su almuerzo.

A la omega le preocupaba mucho que el omega destinado de su hijo le rechazara de esa forma, no sabía que pasaba por la cabeza de ese tal Jake pero esperaba que pudiera cambiar de parecer... En verdad lo esperaba, no quería que Sunghoon saliera afectado si el chico continuaba negándo a su hijo de esa forma...

No quería que la historia se repitiera nuevamente, no podría soportarlo de nuevo.

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