Jay Park.

- Era 17 de noviembre del año 2019 cuando una parte de mí murió, esa persona por la que todo daba se fue muy lejos de mí para no volver.

O eso me hizo creer.

Esa parte de mí era Yang JungWon, quien presuntamente se había suicidado, y ahora tres años después de su muerte se atrevía a aparecer frente a mis ojos.

Tan vivo.

Y en la peor de las situaciones, al final de todo él era obviamente cómplice de un secuestro. Era tan seguro que él sabía dónde estaba Shim JaeYoon y quiénes eran los que habían ordenado su desaparición.

Pero yo, Park JongSeong, estaba lo suficientemente herido, sorprendido, confundido y aún enamorado para hacer algo al respecto.

Después de él nadie, tal como lo prometí frente a su tumba.

Recuerdo que el día antes de su supuesto suicidio habíamos cenado, habíamos reído y nos habíamos besado como nunca. Fuimos uno sólo, siempre pensé que fue su despedida; me gustaba pensar que era eso.

No era más que el inicio de una maldita farsa.

Dentro de mi pecho mi corazón aún se aceleraba y dolía tanto al recordarlo, sus palabras retumbaban en mis oídos con ese gesto sugerente y tan altanero, como si en realidad no me hubiera mentido por tanto tiempo.

—Eres lo único que me mantiene vivo, eres el aire que respiro. sin ti probablemente estaría más hundido, pero me mantienes a flote — aquellas palabras se escuchaban tan lejanas, ni siquiera sonaban como un recuerdo.

Eran lo más parecido a un bonito sueño que te deja marcado, de esos que recuerdas por el resto del día y piensas inevitablemente: ¿qué habría pasado si no hubiera despertado tan pronto?

Bueno, Yang JungWon era un dulce sueño sin continuación. Exactamente eso.

すべては彼のために。