Capitulo 39

Consternación

¿Qué es lo primero que viene a tu cabeza cuando decides darle un significado a "amar y ser amado", siendo más concisos a " amor?

Ella ha pensado en esa palabra un sin fin de veces optando por el significado universal de la misma, sintiendo aquella fuerza que alguna vez la ató a la presencia del ruso. Acaricia su vientre con la vaga esperanza de que una vida pueda crearse en su interior, sintiendo dudas sobre su real significado y su futuro propósito en el plano en el que existen. En su mente baraja los posibles colores que heredaría su "hijo", el nombre que le pondría y el género que tendría aunque el mismo es algo realmente subjetivo.

No obstante, el retumbar de su corazón emite un grito que la aísla de aquellos sentimientos maternales impuestos por su pareja de manera casi subliminal. Él, sus bellos ojos medianos de color acaramelado similar al de la miel provoca que su piel se erice con solo recordar la bella sonrisa de sus pálidos y finos labios masculinos. Aquel bicolor extranjero era como un pequeño hermano para su yo de hace más de seis décadas o más, para su yo actual es como una opción de pareja, un camino que la conducirá a la verdadera felicidad pese a todo el sufrimiento que traería consigo ser feliz.

Ha pensado en ello, ha pensado tan siquiera un poco en la egipcia y aún más en el ruso, aquel hombre que le abrió su corazón y le dio a conocer partes de su pasado que a nadie más le ha de haber mencionado, conoce a aquel pequeño niño marcado que ahora es un hombre con severos trastornos que trata de controlar, es un hombre dulce pero frío, serio pero cariñoso, amable pero severo con sus palabras y duro con sus acciones. Era un hombre con el cual muchas se hubiesen rendido pero no ella, el amor no era una batalla que estaría dispuesta a perder. No lo abandonaría después de todo lo vivido, pero, ¿y ahora?. Todo era absolutamente diferente.

Pensar en todos aquellos aspectos que están en su contra la agobian y la despistan de aquel camino que ve con mayor claridad.

En su habitación rebusca un pequeño recuerdo, algo que le recuerde los primeros pasos de su relación amistosa con Israel y su relación amorosa con Rusia, algo en común, algo sustancialmente especial.

Mientras remueve cada cosa de su lugar una caja suya, llena de joyas finas cortesía del ruso, cae al suelo esparciendo todo su contenido por el suelo, dejando de lado papeles sobre el escritorio y cajas por el suelo decide recoger aquellos regalos. Conforme sus manos recogen dichos accesorios su mirada se posa en la esquina del escritorio y posteriormente en el fondo, un papel doblado por la mitad yacía en el suelo, sintió mucha curiosidad por el mismo, pensó que se trataba de un papel importante o de importancia media. Quizá simplemente basura de escritorio.

Dejando de lado las joyas procedió a desdoblar la hoja para hallarse con una letra un tanto familiar, una caligrafía muy conocida y a su vez párrafos desatinados y desagradables. Sus ojos siguen incrédulos las palabras, hay ira en su interior, decepcion y consternación ¿Como alguien podría referirse hacia ella de semejante manera? Muchos adjetivos negativos e irrespetuosos, oraciones burdas y grotescas, palabras vulgares ni que decir de la expresión tan agresiva en la que se escribe la misma, una relato de su presencia bastante desagradable ¿Como era capaz de hacerle aquello? .

Su corazón se contrae fuertemente al ver la firma al final de la página, el nombre de aquel en quien su mente no deja de pensar, el hombre a quien dejó entrar en su corazón ¿Por que lo había hecho?, ¿Sera para despistarla o es la más cruda verdad?. Atónita sus manos tiemblan en conjunto con sus labios, sus ojos llorosos derraman un par de gruesas gotas saladas que se deslizan sobre sus mejillas y culminan su recorrido en su mentón. Esta destrozada pero hay algo mucho más inquietante que aquellas viles palabras. Su corazón se niega a aceptarlo, se rehúsa a aceptar que quien firma la hoja sea la misma persona que conocen, aquel sujeto que con su calidez atrae tanto a amigos como también enemigos, a aquel mártir que hace no mucho era más que solo un pequeño asumiendo el rol más importante de su vida, era reconocido... Era por primera vez libre.

Pero aquella voz, aquel grito desesperado es acallado con la determinación y certeza absoluta de su mente quien no necesita más pruebas que esta, si bien habían manifestado algún interés este se vio obstaculizado por la sorpresiva relación que tenía con Egipto, le hizo daño una vez y esta vez no sería la excepción. Era momento de tomar un bando, un camino que para su mente está claro, no arruinaría varios años de matrimonio ni desecharía las experiencias vividas con el ruso a la basura dado que ahora va ya siendo el lugar predilecto para los recuerdos emotivos que tuvo con el judío.

Esdruja aquel papel formando una pequeña esfera que tira al cesto de basura, limpia rápidamente su rostro antes de arreglar sus cosas, reordenar todo aquel desastre que hizo por buscar un recuerdo que ahora desea borrar.

Sorpresivamente escucha el sonido de la manija de la puerta dar un giro para permitir la entrada de su pareja, sus pasos resuenan en su mente mientras evita mirarlo, no quería que la viera de esa forma, no quería que descubra el trasfondo de su tristeza. Intentaba calmarse, estar como en un principio pero aquella tristeza se ve reflejada en su rostro, su voz esta quebrada y su rostro aún sigue siendo decorado con lágrimas que se deslizan lentamente por sus mejillas.

—¿Querida, estas bien?.—una cálida pregunta estremece su corazón, aprieta los dientes mientras que más lágrimas van deslizándose provocando que de sus labios salgan moribundos sollozos.—¿Bolivia?

Sus grandes manos se posan sobre sus delgados hombros, llora a mares pero evita soltar más lastimeros sollozos, cierra con fuerza sus ojos provocando un diluvio en sus mejillas. La desesperación y preocupación se apoderan de la presencia masculina quien decide ponerse en frente de ella para ver su estado de ánimo y serciorarse de que las ideas malas que circulan por su cabeza queden ahí mismo en lugar de materializarse.

La yema de sus dedos yacen posicionados debajo de su mentón, eleva su rostro delicadamente para hallarse desolado por su tristeza, por aquel amargo llanto que guarda en su interior...por el dolor que la castiga. Sus sentidos se ponen en alerta e instintivamente procede a extender sus brazos y rodear su delicado cuerpo resguardandolo con el suyo, fue en ese momento en que el llanto, el sufrimiento y su lamento salieron de su boca en un alarido agobiante, aquel lastimero sonido era tortuoso para su enamorado corazón, quería llorar junto a ella, quería compartir aquel dolor que la aquejaba pero tan sólo se limitó a abrazarla...era lo que más necesitaba, era el afecto que sellada su cruento plan como exitoso. Sus ojos no pierden de vista el cesto de basura, aquel papel, aquella carta que jamás devolvió a quien la escribió, era el sabor más sofisticado para su paladar, un sabor agridulce.

Sonreía muy en el fondo puesto que su rostro preocupado intenta mostrar empatía, celebra jubiloso el éxito de no tan muy bien elaborado plan, tan sólo fue una pequeña parte del mismo que ni siquiera concreto pero de alguna manera el cometido de la misma si se cumplió.

Todo resultaba de acuerdo a su "plan", pronto volverían a estar como antes, pronto Israel dejaría de ser una amenaza. Al fin sería feliz, al fin estaría tranquilo.

Había ganado, al menos eso creía.

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