Pico solía trabajar como sicario, es decir, asesinaba a quien fuera requerido si le pagabas lo que correspondiera.

Un día, una persona anónima le encargó al pelirrojo que matara a una persona, de nombre Lila. Ese alguien le dio la dirección de ella, y una foto para poder identificarla, y Pico fue a la casa de la mujer listo para realizar el trabajo.

Pensó en diferentes formas de acceder; llamar a la puerta y esperar a que saliera, entrar por una ventana, tirar una pared abajo... Pero optó por subirse al tejado de la vivienda, buscando un lugar por la que ella no pudiera verle entrar. 

Pero cuando estaba ahí arriba, dio un mal paso, con tan mala suerte de caer de cabeza contra el suelo, abajo de la casa, a varios metros de altura.

...

Despertó unas horas después, en una habitación de hospital, en la que solo estaban él y un doctor.

Pico, cuando recuperó la consciencia lo suficiente como para hablar, le preguntó al médico como había llegado hasta aquella sala, pues lo último que Pico recordaba era caer del tejado de la casa.

El doctor le explicó lo sucedido: una mujer, Lila dijo que se llamaba, había cargado a Pico hasta aquel hospital, diciendo que lo había encontrado en su jardín, inconsciente y sangrando.

El médico también le dijo que era un milagro que ella lo hubiera llevado al hospital a tiempo, pues de lo contrario, Pico habría perdido la vida.

Desde ese entonces, son muchos los sicarios que van a casa de Lila, tratando de completar lo que el pelirrojo nunca fue capaz de hacer : Asesinarla.

¿Y por qué muchos sicarios y no solo uno?

Bueno, ninguno de ellos vuelve, pues Pico se encarga de acabar con todo asesino que se acerque a la casa de su ahora amada.