minho no aguanto más, él era el único de los "fuertes" que estaba al tanto de lo que sufrió chan. él debería ser quién -sin razón- sintiera empatía y tratara de justificar las actitudes del otro, resultó ser el que más se molestó con christopher, no se quedó callado.
- tú, gorila, no deberías tratar de cubrir tu trágico y violento pasado repartiendo puñetazos a flacuchos.- hizo una pausa y miró, sin rastro alguno de temor al otro- no tenés justificación y lo mejor que podés hacer en este momento es ir a un psicólogo, bro, necesitás ayuda.
chan sabía que lee no estaba equivocado, más no lo aceptaría así como así.
agarró la navaja que hace un tiempo siempre traía consigo y inmovilizo a minho, delineando con el punzante objeto el cuello de su amigo.
no supo en qué momento la navaja atravesó la garganta, dejando una fina línea de la cual  brotaba a chorros intermitentes el líquido rojo rutilante.
asustado llevó sus manos ensangrentadas a su cara y gritó, gritó todos los improperios posibles y recordó a sus demonios personales -como solía llamar a sus bullys-, pero no, ellos ya no se comparaban con el demonio que él mismo era.