🌜 EXTRA🌛

—Yo Jeon Jungkook te aceptó a ti Park Jimin como mi esposo para amarte; hoy, mañana y siempre.

—Yo Park Jimin te acepto a ti Jeon Jungkook como mi esposo y prometo amarte en esta y mil vidas.

—Por el poder que me confiere la luna y la ley de los hombres, yo los declaro esposos —declaró el juez y sacerdote de la manada —pueden besarse.

Jungkook acarició la mejilla de su Omega mientras él cerraba sus ojos por la caricia y acercaba su rostro para después juntar sus labios en un tierno beso, los aplausos de todos los presentes resonaron en el recinto. Se separaron sonriendo y tomados de la mano luciendo el hilo rojo que simbolizaba su unión aún atado bajaron el escalón que separaba el altar del resto del lugar.

Sus padres los felicitaron y desearon lo mejor, después fue el turno de sus amigos, de la guardia, los ancianos y demás invitados a su boda. La recepción pasó entre risas, bailes, pero sobre todo envolviendolo en el inmenso amor que se tenían.

Habían pasado ocho años desde que Jimin había llegado al pueblo, y aunque el primer año había sido difícil por todo lo que había sucedido, después todo había sido para mejor. Poco a poco todo fue volviendo a la normalidad y aunque hubo uno que otro pequeño problema y mal entendido su amor siempre fue más fuerte.

—Mi amor ven, quiero hablar contigo a solas —le dijo Jimin mientras tomaba su mano y lo llevaba al lago que era testigo de sus mejores momentos.

—¿Qué pasa mi amor?

—Kook, este lugar es algo muy especial para mí y sé que también para ti, aquí me trajiste la primera vez que salimos, también aquí fue donde pasamos mi celo después de aquello, y también fue donde me pediste matrimonio hace un año, y quiero que siga siendo testigo de nuestra historia.

—Se que tenemos recuerdos aquí mi amor, pero no me digas que vas a querer que vivamos aquí.

El Omega rió y negó con la cabeza.

—No podríamos vivir aquí aunque quisiera, no hay suficientes habitaciones y tú madre querrá estar cerca para cuidarme.

El alfa enarcó una ceja sin comprender del todo las palabras de su ahora esposo.

—¿Por qué tendría que cuidarte mi madre si ese es mi trabajo?

—Porque las abuelas siempre quieren estar cerca de sus nietos.

Jungkook abrió los ojos con sorpresa, no podía hablar, no daba crédito a lo que Jimin había dicho.

—¿Es… es verdad? —atino a preguntar después de unos segundos.

Jimin asintió mientras tocaba su vientre.

—Vamos a tener un cachorro Kook.

El grito de júbilo que soltó el alfa lo escucharon todos los invitados y se sorprendieron, Jin y Tae se miraban  cómplices pies sabían que sucedía, mientras Jackson se acercaba a ellos y les preguntaba que pasaba.

—Pasa que el grupo de bebés va a crecer un poco más  —le respondió Tae mientras acariciaba la enorme barriga del Omega.

—¿Jimin está encinta?

—Sí, y yo también pero no le digas a Yoongi o me arruinara la sorpresa para Hobi —sonrió Tae mientras volteaba a ver a su alfa que lo veía desde la otra mesa donde hablaba con sus amigos.

—Ya quiero ver la cara de Nam cuando se entere que será tío —dijo Jin quien también contemplaba la otra mesa y sonreía sabiendo como era de celoso su marido con su pequeño hermano.

—Pues solo espero que no se desmaye como cuando tú le dijiste que mi pequeña Sumi venía en camino —se burló el Omega.

—Ni me lo recuerdes que aún me da coraje que en lugar de abrazarme por haber por fin logrado concebir después de tantos intentos el muy tonto se desmayara —rió Jin mientras veía a su pequeña de dos años correr hacia su padre y saltarle encima.


Diez meses después…

Con pincel en mano Jimin retrataba la imagen más bella que podía existir jamás. Un hermoso e imponente lobo negro tirado en el verde pasto, mientras utilizándolo de almohada su hijo de dos meses de nacido dormía plácidamente sobre el lomo de su padre. El lago azul de fondo y la luna comenzando a brillar en el cielo.

Jimin sonreía mientras en silencio le agradecía a su madre por haber puesto a Jungkook en su vida, por hacerlo su destinado, por darle la fuerza y el coraje para romper su maldición, pero ser un alfa maravilloso y por amarlo como lo amaba. Pero sobre todo le agradecería por la hermosa familia que le había dado.

Si bien él era el último hijo de la luna y ya nadie más sufriría un terrible destino como el que vivieron los Omegas antes de él, jamás ocultarla quien era y creía que era justo que todos conocieran su historia.

La historia del hijo de la luna…






Ahora sí soy por finalizada está historia que ame escribir la primera vez, fue mi primer Omegaverse y espero que haya sido de su agrado.

Les agradezco todo su apoyo a mis historias, las quiero mucho bellezas.

Nos leemos en la próxima.
           Besitos 😘😘😘

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