🌜DOS🌛
En cuanto puso un pie fuera del salón Jimin pudo respirar tranquilo, pero no dejaba de preguntarse por qué ese alfa no dejaba de verlo.
—¿Te encuentras bien Jimin? toda la clase te noté nervioso.
—Sí, estoy bien, Taehyung te puedo hacer una pregunta.
— Suéltalo.
—¿Quién era el alfa que entró antes de que llegara el maestro?
Su nuevo amigo, borró su expresión amigable y la reemplazó por una mueca de desagrado.
—Es Jeon Jungkook, es hijo del líder de la manada y futuro sucesor, es un idiota, mantente alejado de él, no es buena persona.
—Ah, ya veo, pero ¿pero por qué dices que no es buena persona?
—No es que sea un mal alfa, él junto con su grupo de amigos son los encargados de cuidar y protegernos a todos, pero es un imbécil en cuanto a los sentimientos de los demás, le encanta jugar con los omegas, sólo los utiliza y los desecha como si fueran basura, si no me equivoco por lo menos la mitad de las y los omegas de la escuela ya se han acostado con él, pero a ninguno toma en serio.
Jimin sonrió levemente, su primera impresión no había fallado, era un fuckboy.
—¿No me digas que te gustó?
—No, para nada, no voy a negar que está guapísimo, pero no me interesa, sólo fue simple curiosidad, no es fácil pasar de él, con esa pinta que se carga es imposible no notarlo.
—Bueno, eso es cierto, aunque me caiga mal, no niego que es muy guapo, pero lo que tiene de guapo lo tiene de idiota.
—Mejor cambiemos de tema, ¿qué clase toca ahora?
— Tenemos historia —le contestó viendo el reloj — y será mejor que nos demos prisa, al señor Lee no le gusta que lleguemos tarde.
Corrieron al baño y después al salón dónde tendrían la siguiente clase, el maestro aún no llegaba, tomaron asiento, casi al mismo tiempo que el maestro llegó el alfa que ahora sabía se llamaba Jungkook, iba acompañado de otro alfa un poco más bajo que él y con la piel tan blanca como la suya, era castaño y con cara de aburrimiento, trato de ignorar como su lobo volvió a enloquecer.
A penas entro al salón Jungkook vió al rubio y aprovechó la oportunidad para tenerlo más cerca y se sentó justo detrás de él, Yoongi se sentó a lado de él y saludo a Taehyung, el castaño lo saludó mientras a él le lanzaba una mirada de desagrado como siempre.
El maestro entró con un proyector y les anunció que el tema de esa clase serían las leyendas locales, Jimin dió un suspiro, lo último que quería escuchar era sobre leyendas, ese era un tema delicado para él.
Jungkook escuchó el suspiro del rubio y sintió como su lobo aullaba por abrazarlo y consolarlo, inconscientemente liberó un poco de su aroma y se inclinó sobre el asiento para que lo sintiera. A la nariz de Jimin llegó el aroma de su compañero de atrás, era un fuerte olor a café y tabaco, pero le resultó bastante relajante, inhaló profundo para sentir más de ese delicioso aroma, su lobo se calmó por completo.
Después de cerrar las ventanas y apagar las luces dejando el salón en penumbras, las imágenes del proyector aparecieron, mientras el maestro explicaba, dos leyendas relacionadas con los primeros lobos, después sobre la pantalla del proyector apareció un imagen de una luna llena teñida de rojo.
Algo en Jimin se removió al contemplar esa imagen y por algún motivo la voz del profesor cambió de entonación, y se hizo más suave, hipnotizante, haciéndolo centrar todos sus sentidos en lo que decía, pero sin separar la vista de la luna.
—Hace miles de años, cuando aún está tierra era virgen, una pequeña manada de lobos se asentó aquí. Eran un pequeño grupo de alfas y omegas con sus respectivas familias. Una noche mientras el hijo del líder de la manada patrulla a él bosque, encontró a una mujer a las orillas del río, supuso que había sufrido algún percance y la ayudó, la llevó hasta su hogar y la curó, cuando la mujer despertó y la miró a los ojos, él cayó perdidamente enamorado de ella.
Toda la clase se encontraba en silencio, no había nadie que no prestará atención, en el salón se sentía una vibra de ensueño. El maestro continuó.
— Llevó a la mujer ante su padre y la presentó como su omega, el líder, que era un hombre sabio, notó algo raro en ella, no era como ningún otro omega que hubiera conocido, sus ojos tenían un brillo inquietante en ellos, su piel era extremadamente blanca y el olor que emanaba era algo sin igual, pero no sé opuso a los deseos de su hijo, al poco tiempo la mujer quedó embarazada, fue en ese momento en que le reveló al alfa su más grande secreto, un secreto que cambiaría el rumbo de la vida de éste...
Jungkook conocía de memoria esa leyenda, había creció escuchándola, según su abuelo el alfa de la leyenda había sido su antepasado, para él todo eso era una tontería, pero al parecer para el rubio que la estaba escuchando por primera vez debía de ser algo impactante o romántico como muchos decían, pues su mirada no se despegaba del profesor.
Jimin escuchaba atento. Cuando el maestro describió a la mujer de la leyenda, un escalofrío recorrió su espalda, no entendía por qué...
—La mujer le reveló al alfa que ella era la diosa Luna convertida en mujer, y que su propósito en la vida era procrear un hijo, que cuando ese bebé que llevaba en el vientre naciera ella volvería a ser lo que era y dejaría atrás su cuerpo terrenal, que el deber de él era proteger al niño o niña que naciera, pues en sus venas correría un gran poder. El poder de la Luna, un poder capaz de volver invencible al alfa que probará de su sangre al marcarlo, pero al hacerlo terminaría matándolo en el proceso a menos que fueran su destinado.
Jimin tembló. Esa leyenda hablaba de él. ¿Cómo era eso posible? ¿Se suponía que su secreto sólo era algo que le pasaba a él? ¿Por qué en ese lugar hablaban de su secreto como algo que pasó hace muchos años?
El profesor continuó hablando.
—El alfa, no podía creer lo que su omega le decía, pero ella le dijo algo más, ella había sido castigada por el dios Sol por querer tener un hijo, y cada cierto número de años ella baja a la tierra para concebirlo, el alfa puso en duda lo que ella le dijo, pero cuando su hijo nació, se dió cuenta de que había sido verdad pues ella murió en el parto y su hijo no era común, poseía una belleza envidiable, y cuando fue más grande y se presentó como omega, los problemas iniciaron, los alfas de la manada lo perseguían, pues su olor era demasiado atrayente además de único. Hasta que una noche la desgracia pasó, un alfa enloqueció y lo raptó, cuando quiso marcarlo entró en una especie de frenesí que lo hizo desangrarlo hasta la muerte.
Inconscientemente Jimin pasó su mano por su cuello, esa parte de la historia era lo que más le aterraba, pero el maestro había omitido una parte, ¿lo habría hecho a propósito o simplemente lo ignoraba?
Jungkook veía cada una de las reacciones del rubio extrañado, sentía su miedo, veía su cuerpo temblar con cada palabra que salía de la boca del maestro.
— Cuando los demás alfas lo intentaron capturar el asesino los atacó con una fuerza sobrehumana, para atraparlo fue necesario que todos los alfas lo atacarán al mismo tiempo, hasta que le dieron muerte. El alfa estaba desolado por la muerte de su hijo y busco ayuda para entender lo que había pasado, hasta que encontró un viejo lobo chamán que le dijo que la leyenda de los hijos de la luna era cierta, y que como su hijo habían existido y seguirían existiendo más de esos niños, hasta que uno de ellos fuera tomado por su alfa destinado y pudiera romper la maldición, hasta entonces todos esos niños y niñas sufrirían el mismo destino que su hijo.
Cuando el maestro terminó de hablar y las luces fueron encendidas, Jungkook se percató de que el rubio lloraba, no entendía qué le pasaba, pero su lobo le gritaba que lo consolara, que lo protegiera, las ganas de abrazarlo y decirle que todo estaba bien eran demasiado fuertes, nunca antes un omega, le había provocado ese deseo de proteger.
Taehyung volteó a ver a su amigo y notó sus lágrimas, de inmediato se preocupó.
—Jimin, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?
Éste se limpió la cara y trató de recomponerse.
—Na... Nada, estoy bien, sólo que la historia me pareció muy triste, eso es todo.
Taehyung le sonrió y le pasó una mano por la espalda, acariciando suavemente.
—Te entiendo, la primera vez que yo la escuché también lloré, ¿te imaginas ser uno de esos niños y tener que vivir con miedo de que algo te pase?, aunque supongo que como muchas leyendas no será cierta, aún así te deja pensando.
Jimin asintió, tratando de parecer tranquilo.
—Sí, tienes razón no debe de ser cierto.
Después de eso, el maestro les pidió que hicieran un resumen de lo que habían entendido y crearán sus propias hipótesis sobre la veracidad de esas leyendas y el porque creían que fueran verdad o mentira. Jimin no lograba concentrarse, en lo único que pensaba era en porque su padre no le había dicho que había más niños como él, y si él sabía que en ese pueblo conocían sobre su propia historia.
La clase terminó, todos los alumnos salieron del aula, Jimin no quería salir, se sentía demasiado confundido, lo que quería era hablar con su padre sobre eso, pero Taehyung lo llevó casi a rastras hasta la cafetería, después de comprar lo que comerían se sentaron un una mesa y al poco tiempo Jungkook, el otro alfa que estaba con él en clase y otros dos más entraron.
El pelinegro busco con la mirada al rubio, ahora más que nunca quería hablarle, quería saber por qué lloró durante la clase y por qué demonios quería consolarlo, él junto a sus amigos se sentaron dos mesas al frente de dónde él estaba sentado con Taehyung, le iba a decir a Namjoon que le hablara a su hermano para así tener un pretexto para acercarse al rubio y por lo menos saber su nombre cuando fue interrumpido.
Jimin vió como una joven muy guapa se acercaba a Jungkook y lo abrazaba por la espalda, ese simple acto le molestó y no supo por qué, su lobo se removió molesto, y le gruñía a la omega que tenía abrazado al alfa. Le iba a preguntar a Taehyung quien era, pero un grupo de tres alfas se acercó a su mesa.
—Hola bonito, ¿eres nuevo? —le preguntó uno de ellos.
Taehyung volteó para ver quien le había hablado a su amigo y se encontró con Eun Woo el alfa rival de conquistas de Jungkook.
—Eh, hola, sí soy nuevo, acabo de llegar a vivir aquí — contestó Jimin.
—Mucho gustó, soy Eun Woo, y ¿tú eres?
—Jimin, Park Jimin.
—Ya te presentaste Eun Woo ya puedes irte — habló Taehyung, cortando las intenciones del alfa de seguir la plática.
—¿Por qué me corres Tae?, no seas grosero.
—No te corro pero queremos terminar de comer en paz —le dijo mientras le daba una sonrisa fingida.
—Ok, me voy por ahora, nos vemos Jimin, fue un gusto conocerte, siempre es bueno ver a un omega tan lindo como tú.
—Gracias — le contestó Jimin amable, pero sin dar señales de ningún coqueteo, cosa que molestó al alfa, ese pequeño omega le gustó nada más verlo, y no iba a dejar pasar la oportunidad de conquistarlo, antes de que cierto alfa imbécil se le adelantará.
Jungkook había visto la escena y su lobo estaba furioso, gruñía y quería abalanzarse sobre el imbécil de Eun Woo, ellos habían sido rivales desde niños, si él quería algo Eun Woo también, y ya de grandes, la rivalidad había aumentado todavía más, y verlo coquetearle al rubio le había molestado.
—Jungkookie, ¿por qué estás tan serio? ¿estás enojado por algo? ¿no quieres que te relaje? —le susurró Lisa al oído, y por primera vez su voz le molestó, y la hizo a un lado.
—Vete, no quiero nada contigo, y no me digas así, sabes que no me gusta.
La omega abrió los ojos con sorpresa, Jungkook nunca le había hablado así, y menos la había rechazado, si bien era cierto que el se acostaba con cualquiera, ella era la única que se podía dar el título de novia, aunque él nunca se lo hubiera pedido, ella no estaba enamorada de él, pero el simple hecho de estar con el futuro líder de la manada ya era sinónimo de poder y eso era lo que ella quería, ser la omega del líder de la manada.
El almuerzo terminó, y las siguientes clases, pasaron con normalidad, ya se había acostumbrado a la presencia de Jungkook en sus clases, ya que al parecer al igual que con Taehyung las compartían todas, al final de día se despidió de Taehyung en la puerta y comenzó su caminó hacia su casa, debía reconocer que el lugar eran bonito. Pero ahora lo que más le inquietaba era el hecho de esa leyenda que hablaba sobre él, o mejor dicho de alguien que fue como él.
Jungkook iba en su moto cuando vió caminando al rubio, una sonrisa apareció en su rostro, iba solo, esa era la oportunidad que necesitaba para acercarse a él. Redujo la velocidad y se posicionó aún lado de él, el rubio al sentir su presencia se tensó por un momento.
—Hola, soy Jungkook, estuvimos juntos en clases hoy —le dijo tratando no parecer tan ansioso.
—Eh... Ho... Hola, si se quién eres, Taehyung me hablo de tí, yo soy Jimin —le contestó algo contrariado por ver al pelinegro interesado en él, no podía evitarlo, estaba acostumbrado a ser precavido cuando un alfa se le acercaba.
—Mi padre me dijo que les dió la casa a lado de la nuestra, ¿no quieres que te lleve?
—No muchas gracias, me gusta caminar — le contestó y continuó caminando.
Jungkook sonrió de lado, su actitud le gustaba, si eso se lo hubiera dicho a cualquier otro omega, éste hubiera saltado en su moto al instante, en definitiva él era diferente.
—Me imagino que sí dices que Taehyung te habló de mí, no fue nada bueno, pero de seguro lo que no te dijo es que me aborrece por qué rechacé a su prima favorita.
Jimin escuchaba sin dejar de caminar, ¿por qué él le estaba dando una explicación de lo que Taehyung le dijo?
—Te puedo asegurar que no soy tan malo como él te dijo.
—Lo que él me haya dicho no me importa, pero no te conozco y no acostumbro subirme a motos con personas desconocidas.
—Pero nos podemos conocer.
—¿Y por qué querrías conocerme?
—Porque eres nuevo aquí y me gustaría que fuéramos amigos, sólo por eso.
—Ya veo, pero no me interesa, y ahora sí me disculpas me gustaría seguir caminando tranquilo, adiós.
Jungkook no lo podía creer, lo había rechazado así sin más, vaya que era un omega diferente, y eso lo intriga a más. No quiso insistir, ya habría otra oportunidad, para hablar con él, aceleró su moto y se alejó del rubio, no sin antes decirle adiós.
Jimin llegó a su casa, y se fue directo a su habitación, después de cambiarse de ropa, bajó a preparar la comida para cuando su padre llegará. Después hizo sus tareas y cuando terminó la puerta de su casa fue abierta, su padre había llegado.
—Jimin, ya vine, ¿cómo te fue en la escuela? —le preguntó su papá mientras se sentaba en uno de los sillones.
—Bien, pero...
—¿Pero qué hijo? ¿Tuviste algún problema con alguien? ¿Te trataron mal? —le preguntó preocupado.
—No, nada de eso, es sólo que en la clase de historia, el maestro contó una leyenda, y... hablaba sobre mí, o mejor dicho sobre alguien como yo. ¿Papá, por qué no me dijiste que había más omegas como yo? ¿Esa es la razón de que vinieramos aquí?
Su padre se le quedó mirando, como pensando lo que le respondería, después de un momento suspiro y se acomodo en el sillón de forma que quedó viéndolo de frente.
—Sí hijo, hay más omegas como tú, cuando supe que en este pueblo se había dado un caso como el tuyo, decidí venir, todos aquí conocen la historia, aunque no toda completa, o por lo menos eso pienso, creo que aquí estarás más seguro, tal vez aquí no corras peligro, ya que todos conocen la leyenda.
— Papá, que no te das cuenta de que aquí corro todavía más peligro, en otros lugares era más difícil que supieran de mi, mientras mi olor se disimulara y no hubiera un alfa cerca durante mi celo, y aún así me han llegado a descubrir, de una forma u otra, pero aquí, aquí saben que los omegas como yo tenemos un olor peculiar, y que es exactamente lo que corre por mis venas, no te das cuenta lo que pasaría si aquí también hay alguien que quiera mi sangre.
—No hijo, el líder Jeon, me dijo que aquí estaríamos seguros.
—¿Qué?, ¿se lo dijiste al líder? ¿por qué hiciste eso papá? ¿y si él intenta algo en mi contra?
—No hijo, cálmate, no te alteres, cuando le conté tú situación él me dijo que podíamos estar tranquilos, ellos mejor que nadie saben lo peligroso es que alguien se entere, su ancestro fue quien tuvo un hijo como tú, él me dijo que aquí te protegerían, que estarías seguro, entiéndeme Jimin, lo único que quiero es protegerte, yo me moriría si algo te pasará.
Jimin trató de calmar su ansiedad, su papá lo único que quería era cuidarlo, y si él confiaba en el líder de la manada, él también lo haría, sólo esperaba que nada malo pasará. Tomó las manos de su papá entre las suyas y le habló suavemente ya más tranquilo.
—Está bien papá, si tú crees que esto es lo mejor está bien, confiaré en que aquí estaré seguro. Ven vamos a comer debes de estar hambriento.
Su papá levantó la vista y sonrió ante sus palabras, él también esperaba que hubiera hecho lo correcto.
Después de la comida, su papá se quedó dormido y él decidió dar un paseo para conocer un poco más sus alrededores, salió de la casa y se adentro con cuidado en el bosque, le entraron ganas de dejar salir a su lobo pero no era seguro, cuando se transformaba, los inhibidores de olor perdían su efecto y cualquiera que estuviera cerca, podría detectarlo, muy pocas veces se daba el lujo de transformarse y dejar a su lobo correr libre, eso era algo que también le molestaba, tener que reprimir a su lobo, todo para que no lo descubrieran.
De pronto recordó las palabras de su padre. Y si en verdad ahí estaba seguro, no habría problema con sentirse libre por un rato. Antes de cambiar de opinión se quitó la ropa y se transformó.
Jungkook estaba pensando en Jimin, en su actitud, en como lo había rechazado, y por algún motivo su rechazó no le molestó, al contrario, le género más intriga y ganas de querer conocerlo, estaba tan concentrado en sus pensamientos que se sobresaltó cuando su padre le habló.
—Hola hijo, ¿en qué piensas, que no me escuchaste cuando te hablé?
—En nada papá, ¿pasa algo?
—No, sólo te quería hacer una pregunta, ¿ya conociste al hijo de mi nuevo empleado?
—Ya, lo conocí hoy, tenemos todas las clases juntos.
—¿Y qué tal te pareció?
—Pues es muy serio, por lo que pude notar, muchos se acercaron a él, ya sabes, la curiosidad de conocer al nuevo, pero él no entabló mucha comunicación con casi nadie, el único con quién parece que hizo amistad es con el hermano de Namjoon.
No quiso decirle a su padre que desde que lo había visto de lejos el fin de semana pasado su lobo se había puesto como loco, y que todo el día estuvo deseando hablar con él a solas, que no dejaba de pensar en él y en por qué su lobo se alteraba con su presencia, pero que lo más extraño de todo es que se había dado cuenta de que reprimía su olor, y no entendía por qué.
Ese detalle lo descubrió justo cuando llegó a su casa y de inmediato a su nariz llegó el olor de su madre y cayó en cuenta de que a pesar de haber estado cerca de él en ningún momento había sentido su aroma. Y eso sí era raro, su olfato era muy bueno, y podía distinguir muy bien los olores de cada quien, pero el de él no lo había detectado.
—¡Jungkook!, ¿seguro que estás bien? Estás demasiado distraído.
— Perdón papá, me quedé pensando en algo.
—Sí, ya me di cuenta. Te decía que me gustaría que te acercaras al chico, no debe de ser fácil ser el nuevo en una manada, pero sobre todo cuídalo.
—¿Por qué tendría que cuidarlo? ¿Es que hay algo malo con él? ¿Qué pasa papá? ¿Desde cuándo tú me pides a mí que cuide de alguien en especial?
—No, no pasa nada con él, sólo que tú deber como próximo líder es cuidar y proteger a todos los miembros de la manada, así sean recién llegados.
Le pareció extraño que su padre le recordara sus deberes, eso era algo que él tenía presente y que hacía sin que nadie se lo dijera.
—Sí papá, eso ya lo sé, no necesito que me lo recuerdes.
—Nunca está demás, bueno te dejo tengo cosas que hacer.
Su padre se fue, y él se quedó con una extraña sensación con respecto a Jimin, miró su reloj y vio que ya casi eran las cinco se puso una chaqueta y salió había quedado de verse con Namjoon y Yoongi en el lago, iba a ir a ver una cabaña que estaba cerca de este y que podrían utilizar de refugio, ahora que su antigüo lugar estaba ocupado por Jimin y su padre.
Iba a ir en su moto pero prefirió hacerlo a pie, tampoco se transformó por qué no tendría ropa que ponerse al llegar al lago, dirigió sus pasos dentro del bosque, pero en cuanto dió dos pasos dentro, un delicioso aroma llegó a su nariz, nunca había sentido un olor como ese, no sabía decir exactamente qué era, pero lo sintió a cómo huele el bosque después de la lluvia, o quizá como huele la nieve que cubre las montañas, o ese aroma que liberan las flores que cubren el campo y sólo se abren de noche, era como si la naturaleza hubiera liberado todos y cada uno de sus diferentes aromas, combinándolos en uno sólo, formando algo único, algo sólo para su disfrute.
Su lobo quería salir, aullaba por liberarse y correr hacia la fuente de ese delicioso aroma, no sabía que era, o quién. Aún no decidía si transmutar o no cuando unas pisadas cercanas lo hicieron correr hacía donde se escuchaban, y ahí lo vió. La fuente del aroma era un precioso lobo blanco, tan blanco como la nieve, era pequeño, pero no era un cachorro, no quería asustarlo, pero cuando dió un paso una rama seca se rompió ante su peso, el lobo giró su cabeza y posó su mirada sobre él, tenía los ojos más bellos que hubiera visto jamás, eran de un azul intenso, y vió miedo reflejado en ellos, se apresuró a hablar.
—Tranquilo, no te haré daño —dijo levantando sus manos hacia el frente para que viera que no pensaba herirlo, ¿por qué tenía tanto miedo? ¿Quién era?
Jimin temblaba, Jeon Jungkook estaba frente a él, le decía que no iba a hacerle daño, pero él no estaba tan seguro, y si se transformaba y lo atacaba.
Dió dos pasos hacia tras para correr en dirección contraria, no espero a que Jungkook volviera a hablar, por puro instinto de supervivencia le gruño y cuando vió que él se hacía para atrás aprovecho para correr.
—¡No, espera! —le gritó al lobo, pero este no detuvo sus pasos, dejándolo ahí parado, confundido y sin saber por qué su lobo ahora soltaba aullidos de dolor.
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