"La chica de blanco"

El más perfecto e idílico de los paisajes,

en ese sitio es donde nos encontramos,

césped brillante que hasta el infinito se extiende,

el sol brillante, el cielo despejado.

Serpentinas, campanas y flores,

han dado en el blanco con tan bello pastel.

Sin velas, no es un cumpleaños lo que se celebra,

arriba de la tarta dos figuras llegamos a ver.

Todos bien sentados frente al altar,

escuchan sus pasos, la miran pasar.

Por fin, en su día, aquí está,

¡la chica de blanco acaba de entrar!

Aplausos y silbidos, sonríe cuando los escucha,

un par de personas ya críticas murmuran,

podría decirse que la chica es el blanco de ellas,

pero, por una vez, no le importa lo que piensan.

A su lado camina otra mujer mayor que ella,

en vez de un hombre, como habitualmente,

y aunque ambas no se parecen ni en el blanco de los ojos,

la chica de blanco así feliz parece.

Y al fin llega al altar, donde la espera su pareja,

se queda en blanco un momento cuando la mira con amor,

igual de sonriente, igual de preciosa,

y vestida del mismo blanco color.

Un beso que el público aplauda unido,

la segunda chica de blanco a la primera sonrió.

El mirlo blanco de la familia al fin voló del nido,

y a otra chica igual en matrimonio se unió.