¡Achís!

Incluso desde el salón, el chico seguía escuchando los estornudos provenientes del dormitorio.

Suspiró. Ya sabía cuál iba a ser la reacción de su novia si volvía a entrar por quinta vez en ese día. Pero prefería que se enfadase con él a que la chica se aburriese todo el día, ahí metida.

Tocó a la puerta, y esperó una respuesta.

"¡Vete!"

Escuchó la la respuesta, y entró de todas maneras.

—Hola, cariño, ¿que tal estás? —preguntó el chico dulcemente, con la puerta abierta, pero sin entrar dentro de la habitación

—¿No me has oído? —dijo ella, con el ceño fruncido— No quiero que entres

El chico no respondió, esperó de nuevo la respuesta a su pregunta.

—Y estoy bien —añadió ella, no sonando muy convincente

—Te he escuchado estornudar desde el salón —dijo él, y señaló con la mirada el termómetro de la cama— ¿Sigues con fiebre?

—No —dijo la chica secamente

Su novio se acercó, y le tocó la mano con la frente. Se sentía caliente.

—¿Estás segura? —preguntó él, bastante convencido de que su novia ni se molestó en tomarse la temperatura

—¡No me toques! —le apartó la mano bruscamente— ¡Te vas a contagiar!

—-No me importa, quiero saber si estás bien, cielo

La chica se sintió un poco mal al escuchar lo suavemente que le hablaba su novio, y la manera tan borde en la que ella le estaba respondiendo.

—Te he dicho que estoy bien, solo— ¡achís!

Estornudó de nuevo. Su novio suspiró, y le ofreció una caja, una de las tantas cosas que le había llevado a la chica.

—Tienes suerte, te traje pañuelos —el chico rió un poco

—No hace falta, no tengo mocos —ella ni los tocó, solo por llevarle la contraria y que se fuese ya

—Si no te suenas, se te taponará la nariz. No quiero que estés peor todavía —le dijo, cruzándose de brazos. La chica lo ignoró— Oh, venga ya

Puesto que ella no parecía hacer un movimiento, él mismo agarró un pañuelo de la caja. Después se acercó a su novia, tomándole la barbilla con suavidad y acercándola a su cara.

Sintió la cara de la chica arder un poco más. "Debe ser la fiebre", pensó, sin fijarse tanto en lo cerca que estaban ambos.

¡Mooooc!

El chico le sonó los mocos a la contraria, y después tiró el pañuelo a una papelera cercana.

—Así respirarás mejor —sonrió él, y le dijo con dulzura— Por lo menos, hasta que vuelvas a estornudar. ¿Ves como no era tan difícil?

—Si, supongo que sí —ella sonreía un poco ahora, y su tono de voz también era más suave— Gracias, amo-

¡Achís!

Otro estornudo por parte de la chica, que esta vez impactó de pleno en la cara de su novio.

—Ugh —dijo él sin más, quedándose quieto

—¡Oh! Perdona, cariño —ella rió un poco por la reacción, y tomó otro pañuelo de la caja— Ven, yo te limpio

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Ahora la pareja se encontraba tumbada en la cama, mirando una película en la pequeña tele del dormitorio.

¡Achís!

Ahora el estornudo fue por parte del chico, que volvió a sonarse por enésima vez con el mismo pañuelo.

—Perdona por contagiarte, cielo —ella rió un poco nerviosa, mirándolo a él en vez de a la pantalla

—No importa, al menos así te hago compañía —dijo él, su voz se escuchaba algo congestionada —y no te aburres y eso

—Eso es cierto, la verdad es que me encuentro mucho mejor ahora —sonrió ella, acurrucándose a su lado

—No vayas a recuperarte tú antes, y me dejes aquí solo —rió él un poco

—Si lo hiciera, igual me quedaría a cuidarte —le sonrió ella de vuelta

El chico no pudo evitar sonreírle también, antes de ponerse más cómodo a su lado, y seguir viendo la película en compañía de su pareja.