Momo y Ochako cumplían ya 6 años de relación, todos los de su generación sabían que ellas terminarían juntas, debido a la tan fuerte amistad y química que ambas tenían.

Cómo en la mayoría de los casos, comenzaron con una linda amistad, que con el pasar el tiempo, aquellos sentimientos cambiaron, hasta ser una de las tantas parejas que se formaron en la clase 1-A.

Momo sabía que las flores favoritas de Ochako eran las rosas, ya sean rojas, blancas, rosas, u otro color.

En este aniversario, Momo le tenía dos sorpresas a la castaña, que seguro jamás olvidaría.

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-Momo, ¿a donde me llevas?- preguntó Uraraka a Yaoyorozu, ya que ella tenía vendados los ojos y estaba siendo guiada por su pareja.

-Es una sorpresa, ya casi llegamos...- Respondió la pelinegra, intentando aguantar toda la emoción que la carcomía a cada segundo.

Después de un par de minutos, por fin habían llegado a aquel lugar.

-¡Listo, llegamos!- Comentó Momo, al mismo tiempo que le quitaba la venda de los ojos a la castaña.

El lugar dejó sin palabras a Ochako, el lugar era completamente hermoso.

Estaban en un campo lleno de rosas de todos colores, la vista desde donde estaban lo hacía un deleite visual.

Además de que había un pequeño picnic junto a un árbol que daba una sombra linda, donde había la comida favorita de ambas.

-M-Momo...- Dijo bajito la castaña con una pequeña sonrisa y mirando con lágrimas en los ojos a su pareja, estaba tan feliz que estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar.

-¡Feliz aniversario, hermosa!- Exclamó la pelinegra, para después abrazarla fuertemente.

Uraraka no lo soportó más y comenzó a llorar de felicidad, estaba agradecida con el destino de haberla puesto en su camino.

Siempre se preguntaba que tal vez en su otra vida hizo algo excepcional, para que ahora ella esté a su lado.

Cuando Ochako se calmó, se sentaron a degustar lo que la pelinegra había cocinado para la ocasión.

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La tarde se pasó entre besos, abrazos, frases y canciones románticas.

Era un día inolvidable para las dos.

-Ochako...- Comentó la pelinegra, hciendo que Uraraka volteara a verla, ya que estaba recargada en su hombro -te tengo otra sorpresa.

Uraraka se sintió un poco avergonzada -O-Otra? Pero esto es más que suficiente linda...

-Pero... Esto es diferente...- Yaoyorozu sonrió, se levantó para después tomar a Ochako de a mano, haciendo que ella también se pusiera de pie.

Después de eso, Momo se arrodilló, tomó las manos de la mochi y la miró fijamente, pudo notar que los ojos de su pareja tenían un brillo tan hermoso cómo el de las estrellas.

Ochako estaba impactada, ¿Acaso Momo?...

-Sabes Ochako, tú eres la persona más importante en mi vida, eres la razón por la cuál yo sigo aquí, tú eres la dueña de mi alma, cuerpo y corazón. Lo que siento por tí es tan real, puro y sincero que, no encuentro la forma perfecta de demostarte todo lo que mi corazón siente por tí... Es un gran privilegio ser aquella persona que pueda ver tu presiosa cara cada amanecer. Eres aquello que le hacía falta a mi vida, tú eres esa luz que ilumina mi camino y mi ser. No puedo imaginarme con alguien que no sea contigo mi vida, eres mi prioridad, daría, doy y daré todo por tí, Ochako. Siempre tienes esas palabras que me alentan a ser mejor cada día. Cada mañana le doy gracias a Dios por tú existencia, él no crea cosas perfectas, pero hoy al verte, me he dado cuenta que contigo hizo una excepción... Ochako Uraraka...- Habló la pelinegra, para después sacar una pequeña caja, para abrirla y mostrar un hermoso anillo -¿me harías el honor de ser mi esposa?

-S-Si... ¡Si quiero, Momo! -Dijo entre lágrimas Uraraka, después de asentir varias veces y lanzarse hacia ahora su prometida

Después de eso, Yaoyorozu le colocó el anillo a Ochako.

Era el comienzo de un nuevo capítulo en su historia de amor.

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