第十章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔱𝔢𝔫🌹❠
𝐩𝐚𝐢𝐧 𝐚𝐧𝐝 𝐠𝐮𝐢𝐥𝐭
; Donde el dolor y la culpa vencen el sensible corazón del demonio...
Emily saludó a todos sus familiares y uno por uno lo fue presentando a Eren.—Y Peter, este es el señor Kruger, es mi paciente y se quedará con nosotros por un tiempo...— le dijo a su pequeño hermano de ocho años quién era él último que faltaba por presentar. El de claras hebras miró por unos instantes con desconfianza al desconocido hombre que le transmitía poca confianza. Peter lo reconocía de algún lado, pero ahora no se hallaba seguro de dónde. El pequeño y algo gordito niño se acercó a Eren inspeccionándolo.
—Si le haces algo a Emily, ten por seguro que te mataré...— le dijo intentando verse amenazante sacándole la lengua. Los demás familiares del niño le miraron con reproche debido a las locuras que decía, siendo su hermana la única que trató de aliviar la situación, él solo era niño.—pero si ella confía en ti, entonces yo también lo haré...— declaro el castaño sonriéndole ampliamente a Eren.
Eren miró al castaño y le devolvió un sonrisa pequeña acompañada de un asentamiento.—Lo mismo digo...— le respondió Eren con su típico tono de voz baja y neutral.
—Bueno ya deberíamos comenzar a cenar, o sino se nos hará muy tarde— dijo la madre de Emily mirando el reloj que marcaba las veintiuna horas.
—Pero Zeke y los abuelos no han llegado todavía, ¿no deberíamos esperarlos?— habló Emily parándose para salir de la casa y dirigirse en busca de sus demás familiares, pero justamente en eso el timbre de la repostería había sonado indicando la presencia de los integrantes faltantes. Eren miró a todos lados nervioso por aquella visita, aunque la visita realmente era él.
Eren no deseaba ver a Zeke ahora, si lo hacía seguramente este haría lo que sea para mantenerlo alejado de Emily y a ella de él.
—¡Yo voy!—Peter salió disparado del comedor hacia la planta baja en busca de Zeke y los abuelos de este.
Eren miró a Emily quién se hallaba distraída hablando con su tía muy animadamente. Ella se veía feliz y no deseaba hacer ahora algo que la lastimara, él ya le había prometido que cenaría con ella y su familia. Pero la presencia de Zeke era el problema de todo. Si Zeke notaba la cercanía que había generado con ella se daría cuenta de muchas cosas que ahora mismo no deseaba recordar.
Así que acudiría a su actitud desinteresada de siempre y trataría de manera neutral a Emily para que su hermano no sospechara nada. Pero algo tranquilizaba la inquieta mente de Eren, y era que seguramente su hermano, como la mayoría de sus conocidos, seguía creyendo que la persona que le interesaba era Mikasa, cosa que no era mentira.
—¡Zeke!...— gritó Emily lanzándose a los brazos de su primo quién la estrechó cálidamente, mientras entraba junto a sus abuelos a la habitación. Eren miraba sorprendido la gran cercanía que había entre Emily y Zeke, se preguntaba si ella sabía algo acerca del plan que tenía, pero en las nuevas visiones que había obtenido no había muestra alguna de que Emily halla sido involucrada de alguna manera en eso, lo que le daba una gran ventaja sobre la situación.—mira, ¡te presentaré a nuestro invitado especial!...— le susurró Emily a su primo con una gran sonrisa, pero siendo muy obvia al mirar al castaño mientras que lo decía. Aquello llenó de inquietud a Eren, pero mantuvo la calma en todo momento, eso de mostrar sus emociones lo había aprendido a manejar muy bien.
Zeke dirigió su mirada hacía el sujeto que le hacía falta una pierna y un ojo, que vestía prendas claras. Él ni siquiera se había dado cuenta de que su hermano estaba ahí ¿Cómo Eren había acabado en la casa de sus tíos, y cómo él terminó conociéndolos?, aquello no estaba planificado, ni de cerca ni de lejos.
El rubio se acercó hacía su hermano a paso lento, evitando hacer algo que los delatara a ambos, pero no debía por qué preocuparse, ellos eran buenos actuando ante las personas.—Señor Kruger, él es mi primo Zeke Jaeger, Zeke, él es el señor Kruger, es mi paciente y será nuestro huésped por un tiempo...— dijo Emily muy emocionada por presentarlos al fin. Eren y Zeke veían a la chica quién se notaba bastante emocionada y alegre, así que sin decirse nada se tomaron de la mano fingiendo todo solo por ella.—¡ay que emoción!— exclamó la chica dirigiéndose a la cocina para ayudar a su madre y a su tía a servir la cena.—Peter, cuida de Zeke y del señor Kruger, iré a ayudar en la cocina...— ordenó la muchacha a su hermano menor.
Peter asintió y muy confiado se acercó a ambos individuos que al verlos juntos, se sintió intimidado por ellos. El de hebras rubias soltó una risita nerviosa mirándolos con una sonrisa algo incomoda y caminó hacía la ventana que miraba hacia la calle sentándose en el sillón que había ahí. Peter fijó su vista al exterior apreciando el brillante cielo nocturno, prefería tener problemas con Emily antes que con aquellos hombres.
—¿Qué haces aquí Eren?...— inquirió curioso Zeke encendiendo un cigarrillo y mirando fijamente las flameantes llamas anaranjadas de la chimenea. Todos en la habitación hablaban demasiado entretenidos y se hallaban lo suficientemente distraídos para no fijarse en la interacción que ambos hermanos estaban teniendo.—o mejor debería decir...— el rubio le dio una calada a su cigarrillo absorbiendo el opaco humo que desprendía.—señor Kruger...— Zeke le miró con una ceja alzada esperando una respuesta de su medio hermano menor.
—Lo mismo debería preguntártelo a ti Zeke... no sabía que tenías más familia...— respondió cínico el castaño sonriendo a medias. Zeke sonrió de igual forma avergonzado por haberse olvidado de contarle aquello, que a la vez lo confundía un poco pues, si Eren lo había visto todo, ¿por qué no sabía de aquel dato tan trivial y sencillo?, era algo desconcertante, pero no le daría mucha importancia.
—Estaba más que seguro de que ya te lo había contado, incluso...— dio una bocada de humo.—creo que te llegué a hablar de Emily...— dijo Zeke mirando fijamente a la castaña que salía a regañadientes de la cocina "discutiendo" con su madre.
—Pero mamá, déjame terminar lo que hacía, ya te dije que quería ayudarlas...— se quejó Emily haciendo un berrinche pequeño.
—No, ve y quítate ese espantoso traje, tenemos visita Emily, ponte algo bonito que vaya con la ocasión.... dejé un vestido sobre tu cama... seguro te verás hermosa— dijo la mujer pícaramente mientras le guiñaba un ojo a su hija. Emily sonrió rendida y sin más opciones salió a darse un pequeño cambio de vestuario.
La castaña le dedico una dulce sonrisa a su primo y a Eren antes de retirarse del lugar con su típico semblante amable. Ambos hermanos la veían atentos.—Es hermosa, ¿no lo crees Eren?...— comentó Zeke dejando su cigarro en el cenicero que se hallaba en uno de los tantos muebles de la habitación que hacía de comedor.
—No tanto, igual, no es el tipo de chicas que me atraen... y lo sabes bien Zeke...— replicó Eren observando los cuadros que adornaban la habitación.
—Lo dices porque está...
—No es eso...— lo interrumpió Eren.—o bueno, quizás también, pero... es una chica muy débil y demasiado afable, Emily no entiende los horrores de este mundo... las chicas así solo estorban y es desagradable tener que cargar con personas de ese tipo...— dijo sinceramente. Zeke lo miró entendiendo lo que él quería decir.
Después de todo él ya amaba a alguien más, y de igual forma era imposible que alguien como Eren se fijara en alguien como Emily y lo mismo con ella. Ambos eran completamente distintos. Zeke se sorprendía, más bien, de que ambos muchachos pudieran llevarse "bien".
—De todas formas, si llegaras a ver con otros ojos a Emily...—Zeke miró con una pequeña sonrisa a su hermanito. Tal vez para los hombres comunes Emily no cumplía con las expectativas que deseaban en una mujer. Pero Zeke no ponía en duda que los encantos de Emily podían terminar haciendo efecto sobre Eren, un hombre para nada común.—quiero que te quede claro que ella nunca se fijará en alguien como tú...—Eren le vio intrigado por sus palabras.—si te ha ayudado es porque siente pena y lástima por ti, es todo, y si no fuese así, ambos no podrían estar nunca juntos porque... ella se casará con Reiner... él piensa pedirle matrimonio— reveló prendiendo un cigarrillo nuevo.
Eren se sintió tenso y una presión incómoda comprimía su respiración, poco a poco su corazón se sentía desfallecer, pero no debía demostrar nada del odio y de la molestia que le generó aquella, para nada amigable, revelación.
Igualmente, lo que decía Zeke era totalmente cierto. Él y Emily jamás podrían estar juntos. Todo lo que hacía por él era para ayudarlo por su aparente condición de discapacitado. No habían segundas intenciones y mucho menos en las acciones de Emily.
—¿Sorprendido?— Eren asintió apoyándose en su brazo, pensativo ante aquellas dudas que formulaba su cerebro.—solo te lo digo porque no desearía que entre tú y ella se generara una situación que después vallan a lamentar...—¿era un chiste?, ya lo estaba lamentando, lo lamentaba desde que la conoció.—solo no quiero verla sufrir Eren, tú morirás en cualquier momento y la terminarás abandonando, ¿eso quieres?...— Zeke lo miró atento. Él tenía toda la razón del mundo, ¿por que le hacía esto a ella?, ¿por qué era tan egoísta?.
—Yo amo a Mikasa...—dijo seguro de sus palabras.
Eren se estaba preguntando como había terminado así por una chica que conoció hace apenas un año. El destino de Emily y él estaban completamente separados por una gran brecha, pero las encaprichadas jugarretas de la vida los hacía reencontrarse.
Todo esto era culpa de ella, por su amabilidad, por su empatía, por esa felicidad tan genuina que siempre transmitía, por ser aquella persona que sin ningún motivo le demostró que el mundo no estaba plagado solo de demonios. Ella era la causante de su confusión. Porque eso era lo que estaba, confundido. Lo que sintió y seguía sintiendo por Emily era algo simplemente pasajero, pero que se sentía tan real y vivaz, que no sabía si era un amor verdadero o una ilusión creada por las circunstancias que ambos han vivido juntos.
—Lo sé... siempre la has amado...— contestó Zeke parándose de su asiento y mirando desde arriba a su hermano.—pero de algo estoy seguro Eren, el corazón cambia, no lo olvides... aparte, si lo olvidas, hay más de mil maneras de amar...— dijo y se retiró del lugar dejando a Eren hecho un mar de confusión y sentimientos mezclados.
Estaba más que claro que Zeke había dicho todo eso con la intención de proteger a Emily y a Eren del futuro que ya tenían predestinados. Él no deseaba que ambos sufrieran por un amor imposible, solo les ahorraba problemas innecesarios.
El agudo sonido de la puerta siendo abierta, sacó de sus agrios y dolorosos pensamientos a Eren, quién dirigió su mirada a la entrada, fijándose que por esta, entraba Emily portando un delicado vestido blanco marfil que se ajustaba de una manera bastante linda a ella, se veía bonita y delicada, como una flor. La chica de inmediato buscó con su mirada a Eren, ansiosa de que le viera con aquel vestido. Al verlo y notar como la miraba, se ruborizó tenuemente y le sonrió con ternura.
—No puedo hacerle esto a ella...— pensó Eren, sintiendo dolor y culpa al haberla involucrado en su vida, porque sí, ya era demasiado tarde para alejarla de él. Se había enamorado de ella y no había sido lo suficientemente capaz de ser fuerte y alejarla antes de que se hiciera demasiado tarde para ambos. Y ahora solo quedaba una última salida para expiar aquel pecado que cometió al enamorarse de un ángel y amarlo en silencio; mostrar su verdadera cara, la cara, de un demonio sanguinario y vengativo.—perdóname Emily, espero que algún día... logres entender lo mucho que me dolerá hacerte daño...
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