第十四章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔣𝔬𝔲𝔯𝔱𝔢𝔢𝔫🥀❠
𝐟𝐮𝐭𝐮𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐬𝐭𝐚𝐥𝐠𝐢𝐚
; Donde los amantes se hallan atrapados en la nostalgia del futuro...
Emily se tomó bruscamente del rostro por el insoportable dolor de cabeza, que repentinamente comenzó a molestarla de la nada.
Ya no se encontraba en los caminos y tampoco sentada en la silla, para su sorpresa, estaba recostada en la cama de Peter y no recordaba absolutamente nada de lo que pasó antes de conectarse con la coordenada, ni siquiera entendía cómo llegó hasta ahí.
—¿Estás bien?...— la monótona y soporífera voz de Eren, sacó a Emily de sus recónditos pensamientos redundantes.
Sus ojos se abrieron y un leve estremecimiento se hizo presente en su cuerpo, le dolía verlo, no sabía que decirle, ni cómo actuar en su presencia. Se sentía como en el inicio de todo, superflua ante él.
Emily deseaba huir de ahí y alejarse de Eren. Pero tanto su parte racional como emocional, la censuraron recordándole que no podía actuar de tal manera delatando, que por azares efímeros del universo, descubrió todo lo que nunca debió ser descubierto.
Sino, ella acabaría siendo asesinada por él al ser un obstáculo más que obstruiría su destino.
Emily no dudaba que aquel hombre ante ella, sería capaz de tal cosa, tal vez estaba siendo demasiado severa con él. Pero después de todo lo que vio, ni sus sentimientos por él ni la confianza, cambiarían la triste realidad.
Pero Eren era demasiado astuto, más que ella. Y se había percatado del pequeño cambio repentino que presentó, era algo tan mínimo, pero él silencio dudoso de la chica le dijo muchas cosas. Aunque sea, ella vio algo.
—Sí, Eren, me encuentro bien... solo me duele un poco la cabeza, es todo...— le respondió consternada, pero aún así, regalándole una pequeña sonrisa clásica de ella.
—¿No quisieras que te ayudara con ese problema?— preguntó mirándola con detenimiento.
Emily sonrió con dulzura, levantándose con delicadeza de la cama. Y conectó su flébil mirada con los funestos ojos esmeralda de Eren. Ella no lo odiaba, y mucho menos creía que era alguien malo o un demonio, hablando coloquialmente.
Emily aprendió que en el mundo no existían personas buenas, ni personas malas, pero lo que hizo y haría Eren, la llenaban de decepción.
—Te recuerdo que la médico soy yo, pero muchas gracias Eren...— ella suponía la verdadera intención suya, incluso, sospechaba que en algún momento, él usaría sus poderes para modificar sus memorias y hacer que le olvidara para siempre.
Eren se quedo en silencio con una enigmática sonrisa, dispuesto a responderle.
—En ese caso...
—Ya es muy tarde Eren...— le interrumpió con cierta descortesía, abandonando sus amados modales.—lo mejor será que nos vayamos a dormir ahora, mañana vendrá Falco... tal vez... podrías pedirle que mande cartas a tus amigos en Paradis para avisarles que estás a salvo, llevas mucho tiempo sin comunicarte con ellos... iría yo, pero se vería bastante sospechoso...— Emily sonrió tomando unas prendas de su baúl para salir de aquel lugar, ignorando al castaño completamente.
Eren sintió como leves escalofríos viajaban por su cuerpo. ¿A qué vino eso?. Tal vez, era nada más la mera casualidad de la situación y listo, pero, le resultaba preocupante que Emily realmente supiera algo, sino es que era todo y por eso su actitud tan cambiada.
Porque aquello, podría terminar de cambiar el transcurso de la historia por otra arista, que acabaría con su destino y el camino que él decidió recorrer.
Emily al serrar la puesta tras suyo, dejó salir las lágrimas que sus ojos acumularon sin razón aparente. Estaba asustada, su cuerpo temblaba, no sabía en qué pensar, estaba desesperada. Tener la gran responsabilidad de salvar al mundo, no saber ni cómo iniciar un plan para llevar a acabo eso y ser la única persona que lo sabía. No era sencillo.
Se sentía igual de impotente y cobarde que hace ocho años atrás. ¿Cuál había sido el pecado que ella cometió aparte de ser la culpable de la muerte de un inocente, para tener que cargar con algo así?. ¿Acaso enamorarse de aquel joven fue lo que la condenó?.
Cada vez más le sorprendía, como Eren, durante tantos años había sido capaz de cargar con todo eso él solo, sin verse afectado por el remordimiento, y haber acabado suicidándose o volviéndose loco. Sentía pena por él y se lamentaba profundamente por pertenecer al país que lo llevó a eso.
Él necesitaba a alguien que lo ayudara y lo salvara de terminar de caer en la oscuridad. Y ella era la única que por ahora podía salvarle de eso.
—Tienes que ser fuerte Emily...— se dijo así misma con su voz entrecortada.—por Peter, por Percy, por todos... y por Eren...
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Pequeños y claros rayos de luz solar, se asomaron con lentitud a través de las transparentes cortinas de la habitación, llenándola de calidez y haciendo desaparecer la oscuridad que la arropaba.
Un pequeño, pero brillante rayito de luz, iluminó con sutileza el adormilado rostro de una joven que yacía dormida sobre su escritorio; su rostro se apoyaba contra su mejilla, y esta a su vez, sobre un diario abierto de par en par con páginas en blanco, mientras una plumilla reposaba en su mano derecha acompañada de un pequeño charco de tinta que accidentalmente se escurrió por su punta.
Emily soltaba leves ronquidos mientras murmuraba nombres, dejando que un pequeño hilo de saliva se escurriera por su labio inferior. Una escena algo vergonzosa, que era vista con atención por su invitado.
Eren la observaba, como hacía desde que la conoció. La miraba por horas, deseando que el día, en que él acabara con todo, ella no se encontrara del lado que sería aniquilado, situación que se presentaba en más de una posibilidad futura.
Ahora, miles de dilemas ajustarían cuentas con su pobre e infeliz corazón, que no dejaba de sufrir.
Lo único que conseguía él, sufrir. Sufrir, por todo lo que debería hacerle al mundo, a sus amigos a quienes apreciaba profundamente y a la chica a quién amaba. Sufrir por tan solo ser él y existir en ese mundo. Sufrir por ser un monstruo aunque él no lo deseara así, realmente.
Él debía ser odiado por todos, y por ella. Para que cuando llegase el día de su juicio y muriera a manos de Mikasa, nadie sufriera ni lo extrañara. Él no se lo merecía, él no merecía las lágrimas ni la piedad de nadie.
Pero justo ahora, las nuevas memorias que obtuvo a través de aquel encantador beso que compartió con su amor secreto, el cual se vio obligado a borrar de los recuerdos de ella.
Lo hacían poner en duda todo lo que por tantos años luchó y que tanto tiempo le tomó hacer, todo lo que él había creído, y de lo que se había convencido así mismo, toda su ideología, era puesta en duda por simples sentimientos hacia lo que debería considerarse como su "enemigo".
Sentimientos, hacia la chica que realmente le mostró que en el mundo exterior, no solo había odio y miseria. Sino amor. Amor y bondad reales y tan tangibles como su lado opuesto.
Eren se cuestionaba seriamente, sobre todas las posibilidades que existían. Su vida era lo que menos le importaba. Pero las vidas de Mikasa, Armin, Levi, Hange, Jean, Connie, Sasha, Historia, la vida de todos, incluso las de las personas que conocía esporádicamente le importaban.
La vida de Emily le importaba demasiado e injustamente, era la única persona, de todo el mundo, que nunca se salvaba y no tenía la oportunidad de vivir en un mundo libre. Incluso él vivía, algo que antes jamás fue posible. Pero ella, ella nunca se salvaría, por más cosas que él y los demás intentaran, Emily siempre acabaría sacrificándose por él y por la humanidad.
—No puedo permitir que mueras Emily... no lo soportaría... si alguien debe morir... ese soy yo...— susurró Eren viéndola con dolor, aquellas imágenes de su muerte no dejaban de repetirse una y otra vez.
Lo que Eren tanto temía que ocurriera, acabó sucediendo de la forma más dolorosa, donde la intervención de la muchacha terminaría con la era de los titanes y su vida.
Lo que él se esforzó por evitar, pero sus sentimientos lo detuvieron y fue demasiado débil ante ella como para alejarla de él. Ahora no había escapatoria y se vería obligado a actuar antes de la peor forma, o eso intentaría porque ya no sabía que hacer.
—E...~ — Emily comenzó a murmurar nuevamente cosas extrañas, captando la atención del hombre a su costado.—E...Eren~...— el nombrado abrió sus ojos abatido por las sensaciones que surgían incontrolables en su pecho.—Eren... no mueras... por favor~...— suplicó la joven chica en medio de aquella pesadilla que estaba teniendo.—Eren no... no... no... me abandones... ya veras... que todo saldrá bien... te lo... prometo...~
Eren se acercó a su contraria abrumado por todo y posó con dulzura su mano sobre la mejilla de Emily. ¿Qué ocurriría, si ambos huían juntos de aquel infierno hacía un lugar alejado de todo el mundo, donde ambos no seguirían sufriendo los estragos de los pecados del pasado y el presente?. ¿Sería tan malo huir con ella, en busca de una nueva vida como alguna vez imaginó con Mikasa?.
¿Estaría siendo demasiado egoísta si decidía poner su felicidad sobre su destino?.
¿Qué les depararía el futuro a ambos si dejaban que sus corazones guiarán sus rumbos hacia un nuevo amanecer?
𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑟𝑎́...
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