-O15
En cuanto la puerta fue cerrada de un portazo, Jimin soltó un resoplido, no podía creer lo que había pasado, esto ya era suficiente, parecía que Taehyung no sabía medir sus palabras a la hora de estar frente a un fanático, y por lo que ve ni siquiera podía ser capaz de guardarse sus comentarios para otros momentos, este hubiera sido su boleto de salida para hacer que esas orejas y cola se fueran para siempre, y lo había echado a perder en cuestión de segundos, Jimin espero unos momentos antes de voltear hacia donde estaba Taehyung quien tenía su mano sobre la mejilla afectada mientras la acariciaba lentamente, ese chico sí que tenía fuerza.
—¡Acaso eres idiota! —exclamo Jimin, y esta vez Jungkook no pudo contener su risa, y es que la situación le había parecido sumamente increíble, nunca pensó que ese tal Min Yoongi fuera a querer darle una buena lección a Taehyung, ¡definitivamente admiraba mucho a ese chico!
—¡Cállate! —exclamo Taehyung, frunció el ceño, su mejilla seguía palpitando debido al golpe, sólo esperaba que no le saliera un moretón después de todo lo que paso—. No tienes por qué insultarme, fue él quien me golpeo —señalo Taehyung hacia la puerta por donde Yoongi había salido.
—No me interesa si él o el rey de Inglaterra te golpeo —dijo Jimin, estaba furioso—. Yoongi accedió a venir para ayudarte, y tú, como el idiota que eres te pareció una excelente idea insultarlo y hablar mal de nuevo de Lovely como si no te importase ni un comino tu situación.
Taehyung rodo los ojos ante esas palabras.
—¿Crees que me importa?
—Debería importarte —Jimin estaba harto del comportamiento de Taehyung—, no todo se trata de ti, Kim, me importa poco lo que te pase, no tienes porque insultar a la persona que te quiere y que viene a brindarte de su ayuda, no puedo creer que ni siquiera puedas cerrar la maldita boca por un momento.
—Puedo buscar a alguien más.
—¡No puedes! —exclamo Jimin—. ¿Y sabes por qué? —sonrió ladino—. Porque aquella dichosa deidad te menciono que sólo él podía ayudarte —soltó un bufido—, iré a buscarlo, pero si no quiere regresar no me haré responsable, tendrás que salir a buscarlo por tu cuenta, ni creas que volveré a ayudar a alguien que se la vive insultando a las personas más importantes en nuestras vidas.
—¿Personas importantes? —Taehyung rodo los ojos—. No hay personas importantes, triunfamos por cuenta nuestra, no gracias a alguien.
—Te equivocas —comento Jimin—, Lovely te hizo lo que eres ahora, y acabas de insultar a Lovely, no te permitiré que lo hagas de nuevo.
Jimin no espero a que Taehyung le contestará algo, sin más se dio media vuelta y se dirigió a la puerta para poder salir de esa habitación y darle alcance a Yoongi antes de que se marchase del hotel. Mientras tanto Jungkook se quedaba quieto, era normal escuchar aquellas discusiones todo el tiempo, inclusive había momentos en los que él se metía para defender a los fanáticos, pero Taehyung a pesar de ahora tener problemas no podía siquiera tener un mínimo respeto por su fandom, ciertamente era decepcionante escucharlo hablar.
—Iré por algo de comer —comento Jungkook—, y deberías hacerle caso a Jimin.
—¿Para qué? Siempre es lo mismo, viene con las mismas palabras, pareciera que es lo único que sabe decir, defender a un fandom patético es una tontería.
—Ese fandom patético del que hablas, es el mismo que te dio una oportunidad —comento Jungkook mientras se dirigía a la puerta, sin mirar a Taehyung—, un artista no puede ser un artista sin fanáticos, podrás ser un increíble cantante, un grandioso pintor, o un buen bailarín, pero si no hay alguien quien aprecie lo que haces y te admire por ello, no eres más que uno más del montón, no eres nada sin tus fanáticos.
Taehyung no respondió nada, y Jungkook no quiso decir algo más, en cuanto la puerta se escucho abrirse y cerrarse de nuevo, Taehyung pudo sentirse más tranquilo, no entendía esa insistencia de sus compañeros de tener ese gran amor por aquellas personas, los fanáticos podían dar miedo muchas veces, algunos eran excesivos y llenos de un deseo incontrolable por estar cerca de sus ídolos que inclusive daba escalofríos pensar en ello, Taehyung consideraba que en Lovely, todos eran personas despreciables que en lo único que fantaseaban era en estar con sus ídolos, en darles regalos tontos como si creyeran que se trataban de unos pequeños bebés, para él los fanáticos eran un asco, y nunca dejaría de pensar en eso, los odiaba con todo su corazón, no le importaba si acaso lo apoyaban con todas sus fuerzas, él sabía que triunfaban por su cuenta, no por fanáticos tontos.
—¿Eso crees? —la voz de aquella mujer que lo había hechizado se hizo presente, Taehyung busco con la mirada, pero no la veía en ningún lado—. Para ser una estrella, tienes una mente demasiado corta.
Taehyung se giro sobre su eje, y allí la vio, la deidad con aquellas prendas de vestir negras con detalles en rojo y dorado se encontraba sentada en el sofá, mientras escondía parte de su rostro con un abanico de color blanco.
—¿A qué viniste? —pregunto de mala gana Taheyung.
La mujer soltó una suave risa al escuchar ese tono seco y tosco en la voz de Taehyung.
—Me he permitido observarte un buen rato para saber como vas en tu avance de recuperar el corazón de tu amado —Taehyung rodo los ojos.
—Agh... —bramo enojado—, ese tonto no es nada mío.
—Lo sé —comento aquella mujer—, pero deberías estar más preocupado, ¿sabes?
Taehyung frunció levemente el ceño.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Dejar que él se fuera así después del golpe no estaba en el plan, y mucho menos que tu compañero saliera a buscarlo —ella soltó una pequeña risa, divertida por la situación, mientras que Taehyung no podía comprender lo que pasaba.
—¿Qué?
—Pobre, pobre, Kim Taehyung —sus ojos dorados enfocaron al ídolo—, ¿acaso no lo ves? —la mujer se incorporó, camino un par de pasos y volvió a mirar a Taehyung—. Cuando un corazón esta roto, puede ser reparado, la persona que rompe el corazón, casi nunca se percata a tiempo cuando hay alguien más tratando de pegar los pedazos rotos.
—No te entiendo —la mujer soltó un pequeño suspiro.
—Park Jimin... parece ser un buen chico para Yoongi —Taehyung dejo de fruncir el ceño al escuchar eso—, él tiene su percepción muy diferente a la tuya, aunque su futuro es estar solitario, puede que ahora lo pueda unir a alguien.
—No lo harías —ella soltó una pequeña risa al escuchar eso—, no puedes hacerlo, Yoongi está atado a mi destino.
—Pero tu no lo quieres, ¿o sí? —Taehyung no dijo nada ante esas palabras—. Si no consigues ese beso de amor, no podrás regresar a la normalidad, y sí Yoongi logra enamorarse de alguien más, entonces date por perdido, encanto.
—Maldita —dijo Taehyung entre dientes—, no puedes hacer esto, no tienes el poder.
—Soy la deidad del destino, encanto —dejo de cubrir su rostro con el abanico, cerrándolo—, puedo hacer lo que me plazca, quien no tiene poder para detenerme, eres tú —sonrió en grande—, parece ser que alguien esta uniendo los pedazos rotos del corazón de Yoongi en este preciso momento.
—No... —dijo Taehyung en un susurro, no podía dejar que algo pasará, necesitaba apresurarse, no debía dejar que Yoongi se enamorase de otro, pero tampoco quería que se enamorará de él, no le gusta Min Yoongi, pero tampoco quería quedarse con esas orejas y cola para siempre.
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