꧁༒☬Ú𝖓𝖎𝖈𝖔 𝖈𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔☬༒꧂

Will contaba las horas para que el avión aterrizara, quería volver a verlo. Estaba sentado en la sala de espera del aeropuerto. Inquieto movía su pie, en sus manos sostenía un gran dibujo enrollado, para regalárselo a él.

Hace mucho que no lo veía, solo sabía que seguía con Ce y que le mandaba cartas casi todos los meses diciendo cosas bonitas. Mierda, que suerte tenia ella.

A su lado, se encontraba Jonathan, esperaba a su novia Nancy, miraba la gran ventana del lugar esperando el avión que traía a los hermanos Wheeler a pasar esa navidad junto a ellos.

-¿Me veo bien, Will?- preguntó Jane mientras arreglaba su vestido y su cabello.

-Si, no sé de qué te preocupas, le gustas a Mike de todos modos, te veas como un ogro o como una princesa- se mordió el labio, le dolía pensar en la hermosa relación que su hermanastra tenía con Mike... su eterno crush de la vida.

Desde que tenía 8, le gustaba ese chico de cabello negro, lindas pestañas y pecas, tenía miedo de decirle, no quería arruinar su amistad por un estúpido amor de mierda.

-Oh, cierto. A ti también te gusta Mike, lo siento.

-No, está bien, tú eres feliz con él. Y eso es lo que importa- suspiró afligido, no quería que su hermanastra terminara su relación con él, aunque cada vez que se abrazaran o se besaran sintiese su corazón ser apuñalado fríamente, sin arrepentimientos ni piedad.

Entonces, el avión llegó. Estuvieron 15 minutos esperando que los chicos bajaran, Will miraba nervioso a los pasajeros, buscando a su chico. Entonces lo vio.

Vestía una camisa azul, unos shorts beige, unas calcetas largas blancas y unas Vans negras, en su mano llevaba unas flores y su maleta de mano, a su lado iba Nancy, quien encontró a Jonathan y le empezó a hacer señas. Ahora mismo Will se encontraba ansioso, como un perro que vuelve a ver a su dueño después de una larga jornada de trabajo.

-¡Ce!- gritó Mike abrazando a su novia y entregándole las flores, Will los veía afligido, un suspiró se le escapó, pero aún así mantenía su sonrisa. El pecoso se separó de ese cálido abrazo para saludar a Will, en un frío intento de abrazo, solo diciendo un mísero "hola", fue suficiente para borrar la dulce sonrisa del muchacho. Jonathan lo había notado mientras abrazaba a su novia.

-Mamá nos espera en el auto- dijo el mayor de los Byers- ¿vamos?

-¡Claro!- dijo Mike animado mientras abrazaba por la espalda a su novia. Mientras que Nancy iba tomada de la mano con su novio ¿y Will? Bueno, él iba atrás, viendo al resto con sus parejas, miró al suelo con un rostro afligido. Se sentía como un idiota. Suspiró de nuevo, mierda, ya lo había hecho varias veces en muy poco tiempo.

Subieron al auto, Jonathan se sentó de copiloto al lado de Joyce, Nancy iba en segunda corrida con Will y la parejitas iba en el maletero.

-Hola Mike- saludó la mujer- Hola Nancy.

-Hola señora Byers- saludó el chico mientras se acomodaba- ¿cómo está?

-Muy bien ¿su vuelo fue muy incómodo?

-No- respondió Nancy- fue relativamente rápido.- mientras la chica hablaba con su madre, Will miraba la ventana, escuchaba como Mike le hablaba a Jane y ella se reía. Apretó los labios en señal de molestia. Jonathan lo había notado.

Finalmente llegaron a la casa, era hora de almorzar. Joyce empezó a preparar la comida mientras los chicos se bajaban del auto y llevaban sus cosas.

-Nancy ¿vas a dormir con Jonathan?

-Si

-¿Y tú Mike, dormirás con Will o con Jane?

-Prefiero dormir con Will- dijo el chico- como cuando éramos pequeños.

Will miró a Mike con una sonrisa, una sincera. Hace mucho que no sonreía de esa manera, y Joyce lo sabia.

-Bien me parece, después te voy a pasar una colchoneta y un saco ¿si?

-Está bien, gracias señora Byers.

-No te preocupes- la mujer sonrió amablemente, ella y Jonathan sabían perfectamente sobre los sentimientos de Will hacia su amigo, lo apoyaban y trataban de ayudarle (aunque Jonathan trataba de insistirle que existiría otro chico para él).

Durante la tarde estuvieron Jane y Mike totalmente juntos, veían una película mientras que Will los estuvo acompañando un rato. No lo soportaba, ver como Mike le dedicaba sus caricias a alguien más lo volvía loco. Solo quería ser él quien estuviera a su lado, no Jane. Después de un rato se hartó y se encerró en su cuarto. Los dos chicos no le tomaron importancia, pero Nancy que estaba con Jonathan ayudando a su madre para preparar la cena de Nochebuena de mañana empezó a notar cosas raras.

-Oye- habló la chica a su novio- ¿qué le pasó a tu hermano?

-Uhm... es un tema extraño de explicar, si quieres puedes ir a hablar con él.

-Bueno... ¿me acompañas?

-Claro- ambos se van de la cocina para ir al cuarto de Will.

Desde afuera se podían escuchar unos sollozos, Nancy trataba de encajar pistas como siempre hacía. Jonathan tocó la puerta.

-Quién es?- habló Will con la voz quebrada, aclaró su garganta un poco, no quería que los demás lo vieran así, patético y miserable, llorando por amor. Que estupidez.

-Somos Jonathan y Nancy ¿podemos pasar?- habló su hermano.

Se escuchó un poco de silencio, Will abrió la puerta después de unos minutos de silencio. Sus ojos estaban hinchados, sus mejillas tenían lágrimas secas pegadas. Trató de sonreír, como si eso fuera a cubrir el hecho de que había estado llorando desconsolado.

-Hola ¿qué necesitan?- dijo mientras ambos entraban al cuarto, y Will cerraba la puerta con llave, no quería que nadie más entrara. Nancy miraba los dibujos del chico.

-Wow- dijo la chica- ¿todo esto lo hiciste tú?

-Si, supongo que es por el hecho de que no hablo con muchas personas acá y tengo mucho tiempo libre.

-Vaya, dibujas muy bien.

-Gracias- dijo sonriente Will, cada vez que alguien que no fuera de su familia elogiaba sus dibujos se sentía en las nubes. Todo el ego que no sabia que existía, aparecía y lo elevaba.

-¿Te puedo preguntar algo?- Nancy se sentó en la cama de Will y miró al chico.

-Bueno...

-¿Te gusta mi hermano?- Will casi se ahoga con su propia saliva al escuchar eso.

-Nance...- Jonathan le susurró por lo bajo a su novia- eso fue muy directo.

-Lo siento, no sabía cómo decirle.- ambos miraron a Will y mientras tosía, sus mejillas se tornaron rosadas, no porque se estuviera ahogando, si no porque le avergonzaba admitir que era un maldito homosexual. Asintió algo nervioso.

-Lo sabía ¿y desde cuándo?

-Lo admití hace ya ocho años conmigo mismo, pero supongo que me viene gustando desde hace mucho tiempo más. Nunca se lo he dicho, porque tenía miedo de ver cómo reaccionaría, tal vez dejaría de hablarme o me trataría distinto. Además ¿por qué le gustaría? Tiene a Jane- arrugó su nariz, no le caía mal su hermana, era imposible, pero su estómago se revolvía y su sangre hervía al verlos juntos. No la odiaba a ella, odiaba el hecho de que ella estuviera con Mike en vez de él.- ella es mucho más bonita que yo, mucho más agradable. Ella es mucho mejor que yo.- las lágrimas amenazaban con salir.

-Will- Nancy abrazó al chico- Mike no te merece. Debes conocer a alguien más, alguien que si te reconozca y no debas estar sufriendo tanto.

El chico suspiró.

-Eso trataré- el muchacho sonrió con dulzura, aunque se le veía algo afligido.- voy a salir a acompañar a los otros dos "quizás ni notaron que me fui"- pensó eso último algo decepcionado, Nancy tenía razón, debía buscar a alguien más que ocupara su corazón. Costase lo que costase.

Salió de su cuarto y vio como Jane y Mike seguían dándose mimos. Rodó sus ojos en señal de disgusto.

-¿Dónde andabas?- le preguntó Mike, para su sorpresa, no lo ignoró.

-Nada, fui a hacer algo a mi pieza- el chico notó los ojos de Will, levemente hinchados, como si hubiera llorado desconsolado hace poco.

No quería admitirlo, pero ya no sentía lo mismo por Once, los mimos y caricias eran solo mentiras, y ambos sabían que pretendían vivir un romance perfecto al ojo de los demás, cuando este se estaba desmoronando y era irremediable el daño que se iba causando. Ahora era Will quien estaba en su radar, Cupido lo había herido, sangraba sin cesar, su corazón había sido apuñalado por una maldita flecha, y era gigante.

Todo lo que alguna vez sintió por Ce, ahora lo sentía por Will.

No le demostró cuánto lo extrañaba al llegar a California, no fue capaz, tal vez porque tenia miedo de mostrar la verdad, o quizás no quería reemplazar a Jane así de fácil. Cuando se saludaron, notó la mirada de decepción que el chico tenía, su hermosa sonrisa se había borrado, lo había desilusionado, y sabía bien lo mal que se sentía esperar tanto algo y que cuando lo consigues, no era lo que querías. Ese asqueroso sentimiento que te hacia querer llorar sin ninguna razón, pareciendo un idiota que no aprecia lo que se le da.

No sabía cuanto rato estuvo en sus pensamientos, pero la película que estaban viendo se había acabado. Era hora de cenar.

Pasaron las horas, los falsos mimos que partían los pedazos ya rotos de un enamorado corazón como el que tenía Will Byers seguían imponiendo presencia. No era el animo que alguien debería tener antes de navidad.

Finalmente, para Will, la hora de dormir había llegado, mientras Mike se cambiaba en el baño, él se vestía en su pieza, luego esperando al chico que llegara se puso a mirar unas pinturas que había hecho hace tiempo, regalos que le iba a entregar a Mike, regalos que serian su pase a una declaración. Esta nunca llegó y sería mejor que no saliera a la luz.

Jamás, si era posible.

-Ya llegué- el pecoso interrumpió a su amigo de sus pensamientos- ¿qué haces?

-Nada- dijo mientras enrollaba uno de sus dibujos donde explícitamente expresaba su amor a un tal Michael Wheeler, un idiota que lo hería con sus asquerosos mimos y besos que le daba a Jane, quería él ser como ella, deseaba con su alma ser a quien Mike le sacara el aliento, a quien besara y amara. Quería ser su esposo, morir unido a él. Lo había amado durante ocho años ¿por qué no lo haría hasta el día de su muerte?

-¿Me dejas ver?- preguntó acercándose al chico.

-No- dijo algo serio- son cosas privadas ¿sabes? No tienes que entrometerte en todo- ok, definitivamente había algo mal con Will, nunca había adquirido ese carácter con él. Era demasiado extraño.

-¿Qué te sucede?

-Vaya, al fin te preocupas por tu amigo.- suspiró- siento que ya no me tomas en cuenta "y me muero por besarte"- pensó eso último desviando su vista a los labios del chico, pero luego volvió a mirar los ojos de Mike, divinos ojos, reflejaban las estrellas del universo, tan oscuros, misteriosos y profundos. Los ojos más bellos que pudo haber visto y los que verá en su vida, eso era seguro.- desde que sales con Ce todo es distinto. Me siento ignorado.

Mike apretó sus labios, quería decirle todo, sin embargo, solo empezó a decirle a Will más mierda hiriente.

-Es porque ella y yo somos novios.- dijo mientras se acostaba en su saco.

-¿Y tú y yo que somos entonces?- dijo elevando la voz.

-¡Somos amigos!- lo gritó, vio cómo el rostro del chico adquiría una tonalidad de tristeza- somos amigos...- lo repitió de nuevo, tratando de convencerse de ello a sí mismo- solo somos amigos ¿sí?- no hubo respuesta, Will se levantó para apagar las luces del cuarto, luego regresó para acostarse en su cama.

-Descansa- fue lo único que dijo antes de apoyar su cabeza en su almohada y ahogar sus sollozos hasta que no hubiera rastros de estos, logrando a medias su objetivo. Lloraba desconsolado de nuevo, era lo único para que era bueno, hacer berrinches inútiles.

Ojalá nunca se hubiera enamorado de Michael Wheeler.

A la mañana siguiente, el pecoso se despertó primero, vio a Will, su cabeza hundida en la almohada, algo húmeda. Había escuchado los desesperadlas intentos de ahogar sus sollozos, y aún así no hizo nada. Era un idiota.

Unos minutos más tarde Will se levantó.

-Buenos días dormilón- dijo tratando de animarlo, pero el chico simplemente salió de su pieza para encerrarse en el baño. Lo iba a estar ignorando, como él se lo hizo antes al estar con Once todo el día, dándose mimos, abrazos, besos, dedicándose palabras cariñosas. Mike se sentía como un asesino, que sabía lo que hacía, y aún así lo seguía haciendo, aunque no le gustara a él ni tampoco a su víctima, el corazón de Will.

Mike suspiró decepcionado, se comportaba como un tremendo idiota ¿cómo era capaz de hacerle eso a su mejor amigo de la infancia? El que estuvo ahí cuando lo necesitó, el que lo animó cuando estaba bajoneado ¿Cuándo Mike ayudó a Will? Nunca estuvo ahí, y él... siempre estuvo para él.

Debería decirle lo que sentía, dejarse de rodeos, tal vez, al menos podía arreglar la amistad que se desmoronaba como su relación con Jane. Se levantó, no eran pensamientos para un 24 de diciembre. Un día antes de navidad.

Al salir del cuarto vio a Jonathan y Joyce decorar la sala como locos, poniendo los adornos, las velas. Mientras Nancy preparaba el desayuno. Por la radio sonaba música, la favorita de Will...

"I tried to laugh about it

Cover it all up with lies

I tried to laugh about it

Hiding the tears in my eyes

'Cause boys don't cry

Boys don't cry"

Suspiró afligido, entonces vio a Jane, tal vez hablar con ella un rato despejaría sus pensamientos. Minutos después Will salió del baño, ya cambiado de ropa, llevaba una camiseta amarilla, unos pantalones beige algo ajustados, resaltaban su figura, se veía bonito... ¿hasta sexy? Que idiota Mike, primero le dice que solo son amigos y luego quiere follarselo...

Normal ¿no?

-Hola chicos- saludó sonriendo, como si no hubiera dormido entre llantos y su almohada anoche. Actuaba tan bien.

-Hola Will- saludó su madre- siéntate, el desayuno va a estar listo pronto.

-Ok- dijo alegre. Miró a Mike mientras este mimaba a Once, arrugó su nariz en señal de asco, lo odiaba. Cada vez que los veía juntos quería gritar, llorar, decirle a Mike todo lo que sentía, llorar en sus brazos, que él lo abrazara, que él lo besara, podía follárselo si quisiera. Lo amaba demasiado, con él podía hacer cualquier cosa, y odiaba tener que ser tan dependiente, odiaba ser una perra.

La perra de Mike.

Nancy sirvió los huevos con tocino y el jugo de naranja. Will comía callado, lanzaba alguna mirada fulminadora a la parejita reina de los mimos. El día siguió el mismo curso que ayer, Will siendo ignorado, Jonathan y Nancy contándose novedades, Joyce haciendo llamadas, Mike y Jane besándose. Will ya harto encerrándose en su cuarto a escuchar The Cure, The Smiths y The Clash mientras dibujaba, todo normal.

Ya para la noche, todos vestían trajes adecuados para la ocasión, los mismos villancicos sonaban en la radio y en la televisión. Los regalos reposaban bajo los pies del árbol, tal y como debe ser, las luces tintineaban, los niños afuera iban de casa en casa cantando dulces villancicos llenos de alegría.

Alegría que Will no tenía.

Tenía que seguir soportando los dulces mimos de la pareja, al lado del fuego, bajo el muérdago, viendo una película, contemplando el árbol, esperando para las doce y abrir los regalos. Carajo, debían tomarse un descanso, todos estaban cansados de sus estúpidos besos.

Fue entonces que una gota, una mísera gota; rebalsó el vaso.

-Ce- susurró Mike, ella lo miró.- te amo, eres la persona más especial para mí. Fue por ti que hice este viaje, todo por ti- ella sonrió, se volvieron a besar. Will ya no aguantó más, se levantó bruscamente y se fue a su cuarto, cerrando la puerta de un portazo. El silencio se hizo presente, mucho más largo, mucho más incomodo.

-Qué le pasa?- preguntó Mike, aunque sabía perfectamente el problema.

-Tal vez deberías hablar con él- dijo Joyce- ayer igual andaba un poco raro por lo que vi.

-Está bien- llegó al cuarto de Will y tocó la puerta. El chico la abrió, como si estuviera esperando su llegada. Aunque parecía que se abrió por arte de magia, Will estaba en un rincón, llorando desconsolado, sus sollozos eran fuertes y claros, desgarradores, tan solo escucharlos 5 segundos revolvía tu estómago, encogía tu alma y ablandaba tu corazón. Era devastador.

Mike se agachó y se sentó frente al chico.

-Will...

-¿¡Ahora qué mierda quieres!?- dijo gritando entre lágrimas- todo lo que has hecho es ignorarme, tratarme mal, dejarme como un idiota. Dependo de ti demasiado, mi estado de animo cambia dependiendo de como eres conmigo y lo odio. No quiero andar a la siga tuya como si fuera una perra.

-Will, trata de clamarte

-¡No! He tenido que soportar mierda tras mierda, mientras Ce recibe miles de cartas, yo no he tenido ninguna ¡ni siquiera para mi cumpleaños! Y TODAVÍA SIGO ESPERANDO QUE CAMBIES TU ACTITUD PORQUE TE AMO YNO QUIERO CREER QUE NO QUIERAS ESTAR CONMIGO- había estallado, como una bomba. Mike se quedó helado, no sabía que decir- ¿No vas a decir nada? Bien.

-Tú también me gustas

-Si claro, llevo ocho jodidos años tonteando con esta mierda y nunca mostraste señales de sentir algo por mí.

-Lo sé, es algo tonto, me di cuenta de esto hace poco, y lo siento. Estaba siendo consciente del daño que te hacía y aún así no hice nada para detenerme. Pero bueno, uno siempre tiende a hacer daño a las personas que uno más ama. Y yo, te amo demasiado.

-Y qué hay de Ce?

-Ninguno de los dos siente lo mismo por el otro, ahora solo fingimos que todo está bien, que somos perfectos ante los ojos del mundo. Estamos pensando en terminar con la mentira, Además, todo lo que sentía por Ce lo siento por ti.

Will no aguantó más, abrazó a Mike mientras más lágrimas caían por sus ojos y manchaban la camisa del pecoso.

Pasado un rato, ya cuando Will se calmó, Mike levantó el rostro del chico, y acarició sus mejillas. Miró sus labios, tan rosados, carnosos y tan suaves, que ganas de besarlo.

-Oye- dijo el pecoso- déjame decirte que con esos pantalones beige, te veías muy sexy- Will estalló en risas, sus mejillas estaban rojas. Ese comentario le había puesto nervioso- y todavía te ves muy guapo.

Ambos se miraron, no les importaba el resto, para ellos, nadie más existía, este momento lo compartían ellos dos solamente. Will vio como Mike se acercaba tímidamente a él, como pidiendo permiso para besarlo. El castaño cerró sus ojos y esperó a que Mike lo besara.

Fue entonces que sus labios tocaron los de Will, una sensación de electricidad recorrió las espaldas de ambos, era demasiado estimulante todo esto. Mike puso sus manos en las caderas de Will, casi rozando su trasero mientras que el otro posó sus manos en el cuello del pecoso, era lo que siempre quizo.

Era perfecto.

Subieron el tono rápidamente, hasta que las lenguas empezaron a participar del juego, Will abrió levemente la boca, esperando que Mike metiera su lengua adentro y empezara a jugar. Ninguno de los dos se detendría, era estimulante, era divertido, era maravilloso, era lo que habían esperado y era incluso mejor.

-Mike- dijo Will en un pequeño gemido- creo que tenemos que volver, ya va a ser hora de abrir los regalos.

-Cierto- suspiró- pero no quiero dejar esto.

-Yo tampoco, pero no te preocupes, cuando nos vayamos a acostar seguimos ¿si?

-Suena bien- dijo sonriendo Mike- te amo

-Yo más

-Y...¿seríamos algo?

-Mike, he estado llorando día y noche por ser tu novio, por recibir esas palabras cursis, esos mimos, esos abrazos y besos que le das a Jane ¿cuál creer que va a ser mi respuesta? Eres muy tonto.

-Lo sé- ese chico de cabello castaño lo traía loco, lo amaba demasiado, ni siquiera sabía como pasó, pero sabía que estar a su lado era lo mejor.

Mike amaba a Will.

Y Will amaba a Mike.

Salieron del cuarto, disimulando muy bien. Mike abrazaba a Will como si lo estuviera consolando.

-¿Qué pasó?

-Will se sentía un poco mal, que bueno que fui a verlo.- no era necesario mentir, todos sabían que había pasado en realidad, solo que nadie admitiría decirlo.

Y así siguió una muy bonita noche de Navidad, abriendo regalos, riéndose, disfrutando en familia y por sobretodo estando con sus seres queridos.

Ya después de abrir los regalos y charlas alegremente se fueron a dormir, y tan solo Mike y Will cerraron la puerta empezaron a besarse como si no hubiera un mañana.

Y Dios sabe qué más pasó.


























































































































Hola de nuevo,

Tenía ganas de escribir algo de Byler, y aprovechando la época de Navidad, escribí esto. Que no tiene mucho de Navidad, pero si de Byler.

Ahora me despido y nos vemos en otra actualización :)

(Palabras 3422)

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