Finalmente terminaron las clases del viernes.
   Después de mucho tiempo de espera, había llegado el fin de semana.
   Caminé hacia mi hogar con serenidad.
    Pero luego recordé algo en lo que estuve pensando toda la mañana.
    Debía hablarle a Kyon sobre Pierre y las cosas que hizo, que hace.

    ¿Y si ese tonto intentaba violar a alguien a la fuerza?
    ¿A Mei Ling o a Kyon?
    Bueno, sabía que con Kyon no se metería.
    Pero de un degenerado y mujeriego se espera cualquier cosa.
    Sí, cualquier cosa.
    Al llegar a mi casa, noté que mis padres no estaban allí.
    Eso era extraño, ya que casi nunca salían.
    Decidí verificar si mi hermana se hallaba en su habitación.
    Toqué la puerta unas tres veces.

— ¡Adelante! — Respondió ella y yo entré.

   Al entrar, me encontré con Kyon utilizando una mascarilla de tela, de un inusual color verdoso, sin contar los ruleros en su cabello.
   Ni siquiera sabía cómo le gustaban ese tipo de productos.
   Una canción que parecía una típica cortina musical en películas de romances juveniles se escuchaba en la recámara.
    Al verme, detuvo la música.

— Oh, hola Aye — Me saludó — ¿Qué tal la escuela? —

— Hola — Saludé — Normal, como siempre —

— ¿Necesitas algo? — Preguntó — Digo, casi nunca vienes a mi habitación —

— De hecho, sí — Dije — ¿Puedo? Ya sabes —

— Por supuesto — Dijo ella.

   Me senté a su lado.
   Observé las decoraciones.
   Todo en tonos lilas y blancos.
   El olor a peonías era hipnotizante.
   Había una ventana mediana cercana a su cama, donde ambas nos encontrábamos.
   Las cortinas de tul blanco la cubrían con delicadeza.
   Nunca le había prestado atención a nada de eso antes.

— Cuéntame ¿Pasa algo? — Preguntó mientras esperaba a que su té enfriara.

— Sí — Asentí — No sé cómo decirlo —

— ¿Se relaciona con alguien? — Preguntó nuevamente.

— Sí, bueno, es sobre Pierre — Dije.

— ¿Por fin vas a admitir que te gusta? — Preguntó llena de ilusión.

— ¿Qué? ¡No! — Dije seria.

— ¿Van a tener una cita? ¿Se pusieron de novios? — Preguntó con mucha más ilusión.

— Claro que no Kyon, esto es importante — Dije con seriedad, a lo que ella también frunció el ceño.

— ¿Qué es entonces? — Volvió a preguntar.

— Pierre me propuso... Una propuesta indecente — Dije con nerviosismo y seriedad.

   Kyon me miró asombrada.
   Dejó su taza de té en una pequeña mesita para poner sus manos en su boca, muy sorprendida.

— ¡Hermana! ¡Estoy tan feliz por ti! — Dijo emocionada — ¿Qué le dijiste? —

— Le dije que no me gustaba y que no quería nada con nadie — Le dije seria.

— Vamos, Aye — Dijo de manera picarona — Yo sé que te gusta —

— ¡No seas idiota, Kyon! ¡Ya te dije que no me gusta ese tipo! — Grité muy molesta y miré su cara sorprendida, al menos entendió mi señal.

— Está bien, está bien — Dijo moviendo sus manos, en señal de que debía calmarme — ¿Qué dijo él? —

— Siguió insistiendo, lo rechacé nuevamente y... — Dijo de manera dificultosa — Intentó sobrepasarse sin mi consentimiento —

— ¿Eso fue en el cumpleaños de Mei Ling? — Preguntó horrorizada.

— Así es — Dije — Después de que intentara sobrepasarse, le pegué un puñetazo —

— ¿Dónde estaban los demás? ¿Por qué no me avisaste? — Preguntó molesta, volviendo a su puesto de hermana mayor.

— Todos estaban bailando en la pista de baile — Le dije — Intenté buscarte, pero tú estabas bastante ocupada besando a Tobías —

— ¿Yo? ¿A Tobías? — Preguntó asqueada — Dime ¿A qué hora ocurrió lo que me cuentas? —

— Calculo que a la medianoche — Dije recordando.

— Oh cariño, yo a esa hora estaba, ahm, seguro ya te lo imaginas — Dijo, indicándome que a esa hora estaba devolviendo todo el alcohol que consumió — Jamás saldría con Tobías, además amo esta vida de soltería —

— En fin, huí de allí — Dije.

— ¿Viniste hasta aquí? ¿O a dónde fuiste? — Preguntó algo preocupada.

— Fui al terreno baldío — Dije seria.

— No sé por qué amas tanto ese terreno baldío, solamente es eso, un terreno baldío — Dijo de manera repulsiva.

— No insultes al terreno baldío, ese lugar es fabuloso — Le dije algo molesta.

    En verdad le había tomado cariño al terreno baldío.
    Era el único lugar donde podía llorar, pensar, reflexionar, sin que nadie me viera.
    Sin que nadie me juzgara o me lastimara.
    Por eso la gran y exagerada cantidad de afecto hacia él.

— Como sea, lo que importa es que debes avisarme siempre — Dijo con seriedad.

— Está bien — Dije algo arrepentida.

— Tendré que advertirle a Mei Ling sobre eso, ella a veces es tan inocente que parece una niña, una... — Dijo antes de que yo la interrumpa.

— Una quinceañera ¿No es así? — Dije.

— Eso mismo, le avisaré que meterse con ese tipo no es nada bueno — Dijo con seriedad — Gracias por avisarme —

— No hay de qué, aunque siento que tuve que decirlo antes — Dije algo apenada.

— Es cierto, pero lo importante es que lo dijiste antes de que sea demasiado tarde — Dijo — Te amo hermana, y si te pasa algo, si Pierre o alguien más te lastima, me echaré la culpa toda la vida —

— Yo también te amo — Dije — Y no te preocupes, sé cuidarme —

    Repentinamente, Kyon me abrazó.
    La miré sorprendida, antes de devolverle el abrazo.
    En ese momento me sentí extremadamente cursi.
    Nunca habíamos tenido un momento como ese.
Pero se sentía bien.

— Ahora dime — Dijo cuando nos separamos del abrazo — ¿Sales con el vecino? —

— ¿Cuál vecino? — Pregunté sin entender.

— El vecino, al que tú le diste un abrazo hoy — Dijo.

   Rayos.
   No recordaba aquel momento con Nicolás.
   Me tranquilizó saber que fue creíble.
   Ahora debía aclarar todo.

— Él no es mi novio, ni salimos juntos — Dije seria.

— ¿Cómo que no? — Preguntó Kyon indignada.

— Solo somos compañeros de curso y él pertenece al apoyo escolar, nada más — Le dije sin mucho entusiasmo.

— Que lástima — Dijo desilusionada — Se veían tan bien juntos —

— ¿Tú no querías que salga con Pierre? — Le pregunté extrañada.

— Sí — Asintió — Pero te ves mucho mejor con, ahm... —

— Nicolás — Contesté seria.

— Te ves mucho mejor con él — Dijo con una sonrisa — Pero ¿No te gusta ni un poco? —

— Ni un poco — Dije fríamente.

— A veces me molesta que seas tan fría, Aye — Dijo algo ofendida.

— Lo siento Kyon, pero soy así — Dije victoriosa — Además, hay muchas cosas que me molestan de ti y no digo nada —

   Kyon solo negó con la cabeza, frunciendo el ceño.

— Aye — Dijo — ¿Podrías ayudarme con lo de la mascarilla? —

— De acuerdo — Dije.

    Las dos sacamos la mascarilla del rostro de Kyon.
    Al ser de tela, no fue tan difícil.
    Su cara estaba llena de brillantina.
    Parecía que estaba hablando con una bola de disco, y no con mi hermana.

— Estoy hambrienta — Confesó.

— Yo también — Dije mientras sentía mi estómago rugir — ¿Sándwiches? —

— ¡Sándwiches! — Dijo de manera afirmativa, y ambas fuimos rumbo a la cocina, en busca de ingredientes.

   Hice mi especialidad; sándwiches de jamón, queso y snacks picantes, levemente tostados en una sartén.
   Kyon siempre hace dieta, pero nunca podrá resistirse a esa hermosura gastronómica.
   Era la combinación perfecta.

   La tarde fue tranquila.
   Hice unos cuantos deberes pendientes, tanto domésticos como escolares.
   Leí varios libros.
   Le di un baño a Blackie, mi perrito, poseedor de un suave pelaje negro.
   Regué algunas plantas de mi madre.
   Barrí el suelo.
   No ocurrió nada emocionante para resaltar esa tarde, ni en el fin de semana.

    Al llegar la noche del domingo, me asomé por la ventana de mi cuarto.
    Miré al cielo lleno de estrellas.
    Comencé a imaginar una buena vida.
     Sin problemas, sin maldad.
     Lleno de amor y de buenos pensamientos.
     ¿Por qué no puede existir un mundo mejor?
     Por culpa de nosotros los humanos, que solo contaminamos y arruinamos este hermoso planeta.
     Me recosté en mi cama pensando en aquello, hasta perderme en un sueño profundo.

(...)

    Lunes.
    Seis y media de la mañana.
    Otra vez, la tortura llamada "semana" comenzaba.
    Me levanté de mi cama como pude, debido a la fatiga.
    Lavé mi cara.
    Me miré al espejo.
    "Eres un desastre", pensé.
    Abrí la ducha.
    Me congelé al sentir el agua fría caer rápidamente.
    Me puse una sudadera color púrpura, jeans azules y zapatillas blancas con pequeños detalles púrpuras.
    Bajé las escaleras.
    Desayuné trozos de frutas con yogurt.
    Agarré mi mochila.
    Me despedí de mis padres y de Kyon, para luego irme.

    Caminé tranquilamente, mientras escuchaba música con los audífonos.
    Llegué a la escuela.
    Cuando entré, caminé directamente hacia mi casillero.
    Dejé mi mochila allí y saqué algunos libros.
    Al cerrarlo con llave, me percaté de algo que no había visto antes.
    En la puerta del casillero, había una nota pegada, la cual decía:

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Sigo cada uno de tus pasos.

- Anónimo.

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Fecha original de estreno: 12/09/22.

Fecha de edición: 17/10/22.

    Bueno valentásticos, hasta acá el capítulo de hoy.
    Me sorprendió lo rápido que escribí este capítulo.
    Supongo que ya lo tenía bastante planeado.
    Espero de corazón que les haya gustado.
    Hace mucho pasó el día que celebra la hermandad, pero quiero dedicarle este capítulo (y la canción en la descripción) a mi hermana Mili y a nuestra gran relación como hermanas, |Te amo Mi, no lo olvides|.

Bueno, eso sería todo por hoy.

Dios los bendiga. 🙏🏻❤️

¡Los amo! ❤️

¡Saludos y abrazos virtuales!
(⁠｡⁠･⁠ω⁠･⁠｡⁠)⁠ﾉ⁠♡(⁠◕⁠ᴗ⁠◕⁠✿⁠)

- Atentamente, de corazón, Valen. ☆ﾟ.*･｡ﾟ

💗💗💗