Capítulo 4
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
La cosas entre ambos no podía ir mejor, todos en el pueblo estaban felices, el amor que les rodeaba era tan intenso y puro que solía contagiar a todos a su alrededor. Sus padres no eran la excepción, Hizashi estaba orgulloso de su hijo, pues a pesar de todo por lo que había pasado, encontró la forma de ser feliz y complementar su vida uniéndose a aquella chica, que sin saberlo, se había vuelto de vital importancia para todos ellos.
Sí, Neji después de un año de relación había pedido la mano de la chica peliazul. Él era el próximo en tomar el mando de aquella tierra, la cual se había convertido en la más próspera de todas. Por tanto debía inspirar confianza y estabilidad, lo que un matrimonio le otorgaba. Pero el joven tenía otras miles de razones por las cuales quería pasar el resto de sus días junto a aquella peliazul, la amaba con todas sus fuerzas, se había convertido en su razón de ser.
Hinata por su parte había aprendido bastante sobre sentimientos a su lado, y podía decir sin lugar a dudas que estaba perdidamente enamorada del castaño. Junto a esa familia se sentía en casa, se sentía plena, y el sólo pensar que podría formar una propia le hacía mucha ilusión. Los preparativos para la unión estaban casi listos, todos estaban muy emocionados, en especial Hanabi, quien no dejaba de molestarlos a ambos a cada momento.
En ese instante se encontraban juntos, como tantos días, admirando la belleza que les rodeaba.
— ¿Estás nerviosa? — la joven volteó a verlo confusa — Por la ceremonia y todo lo demás — Hinata se ruborizó, sabía bien a qué se refería su prometido con todo lo demás.
— No, estoy ansiosa por unir mi vida a la tuya — dijo al tiempo que tomaba su mano, sacando una linda sonrisa por parte del castaño. Neji amaba verla sonrojada, era uno de sus pasatiempos favoritos provocar esas tiernas reacciones en su hermoso rostro.
— ¿Sabes? — le preguntó luego de darle un casto beso, tomando asiento a su lado — Nuestro abuelo solía decirnos que no debíamos exteriorizar nuestros sentimientos, según él, las personas que se permitían ser sensibles a los estímulos del exterior tendían a perder el control de sí mismos, afectando todo lo que les rodea. Tenía miedo de que malas emociones, como ambición y venganza, se apoderaran de los habitantes, y que éstas causaran que la tierra se volviera infértil y marchita, eso según las leyendas que solían contarle sus padres. Por eso la mayoría de nosotros solíamos permanecer impasibles ante todo — despegó la vista de su apreciado campo de girasoles para posarla en la dama a su lado — Eso hasta que llegaste a nuestras vidas, Hinata —
— ¿Y-Yo? — la joven estaba sorprendida.
— Sí, tú — le afirmó luego de soltar una leve risa — Nos demostraste que aún expresando nuestras emociones, podíamos controlarnos lo suficiente como para que los malos estímulos no entraran en nosotros. Gracias a ti, enriquecimos nuestra tierra con la felicidad que nos ayudaste a explorar —
— Soy la que te debería dar gracias Neji — le dijo — Me has enseñado a amar y me diste un hogar —
Estuvieron así por un tiempo más, recreándose en la compañía del otro, guardando el magnífico momento en sus jóvenes corazones.
●●●●
Los dioses se encontraban inquietos, el gran dios de la noche había alcanzado la iluminación antes de lo planeado, ocasionando que su hijo tuviera que tomar sus responsabilidades y delegaciones. Todos tenían dudas sobre la capacidad de la deidad, era muy joven en comparación con los dioses que pertenecían al alto consejo. Kakashi se iba a convertir en el segundo dios más importante de todos, iba a tener acceso a las divinidades pasadas y eso preocupaba a todos.
La gran diosa al ver el alboroto decidió convocar a una junta de todo el parlamento, para dejar en claro su posición al respecto y poder calmar al consejo, no quería que el joven tuviera trabas en su ascenso, ella de primera mano sabía lo capaz que era, además de que la vida y el futuro de su querida Hoho estaba en sus manos.
— Kakashi — llamó su atención, el joven se encontraba donde siempre estaba desde la partida de Hoho — Deberías estar con tu padre mientras su cuerpo se debilita, debes cuidar su transición de los malos espíritus —
— Sólo vine un momento — le dijo sin siquiera voltear a verla. "Mocoso mal educado y creído" pensó Kaguya, pues como toda deidad el joven le debía respeto — Sé que a partir de ahora y hasta que las cosas se calmen estaré bajo prueba y no podré venir a verla en un buen tiempo —
— Entiendo — fue lo único que pudo decirle. Y es que tenía razón, no podría escapar de sus nuevas responsabilidades para vigilar a su hija.
Observaron juntos a la cría de diosa, se le veía feliz, cosa que alegraba a su madre. Aunque ésta se preguntaba qué pasaba por el pensamiento del futuro dios de la noche cada vez que veía a su hija con aquel humano, que según había confirmado era de buen corazón.
— Sé lo que está pensando — habló el crío al sentir la inspección de la diosa a su lado, causando que esta se sobresaltara — Sólo me importa que ella sea feliz —
— ¿Aún si no es contigo? — indagó, más por curiosidad que por otra cosa.
— Si ella se siente plena a su lado, bien por mí — comentó luego de encogerse de hombros — Tengo una eternidad para esperarla, cosa que él no. No me molesta dejarlos vivir un amor efímero —
Y ahí estaba la razón de su tranquilidad. Kaguya sonrió inevitablemente. La deidad junto a ella de tonto no tenía un pelo, sabía bien cómo manejar las situaciones y analizarlas a fondo. "Y los dioses se preocupan por sus capacidades, que irónico" pensó con burla, los demás deberían estar preocupados por el exceso de astucia que poseía Kakashi en lugar de subestimarlo.
— Creo que es hora de que te vayas — ese comentario logró que por fin se dignara a mirarla — Podrás venir a ver a Hoho en dos noches —
— ¿Dos noches? — preguntó confundido.
— Sí — respondió su señora dando vuelta para retirarse — En dos noches será la hora de consumar el matrimonio que se avecina para ella, supongo que querrás asegurarte que todo salga bien — y sin más se retiró, dejando a Kakashi sumido en sus pensamientos.
La diosa no era estúpida, sabía a ciencia cierta que él estaría ahí para ver que aquel castaño tratara a su mujer como merecía en su primera vez. Si se comportaba como debía, quería estar ahí para bendecir su unión personalmente.
Luego de un rato de cavilar la situación, se retiró a los aposentos donde le esperaba su padre con la promesa de volver al observador en dos días.
Sin saber que después de esa noche, mientras él estuviera ocupado, surgiría un problema que cambiaría la vida de todos, tanto en el mundo de los humanos como en la tierra de los dioses.
●●●●
Hinata estaba esperando la llegada de Neji a la tierra de los arrozales. Miraba desesperada en dirección al paso de la montaña. El joven había partido junto a su padre, Hanna y Hiashi hacia la tierra del fuego. Según le había informado antes de irse, gracias a la fertilidad de sus tierras habían podido plantar nuevas especies, que curiosamente les dieron la oportunidad de producir sus propias telas. Lino, algodón y seda era en lo que estaban trabajando últimamente, y por tanto habían recibido un llamado del gobernante de esa nación. Itachi quería ser el primero en obtener tan fino producto para sus familiares.
Era una gran oportunidad y lo sabía, esto traería más prosperidad para todos, otorgándole a las próximas generaciones la facilidad de tener vidas en mejores condiciones. Pero el hecho de que aún no llegara, cuando en pocas horas serían marido y mujer la ponía muy nerviosa. Él le había dicho que se encargaría de conseguir algo especial para todos, quería celebrar su unión luciendo lo mejor posible y eso le conmovía, pues era un lindo detalle de su parte.
Su amado llegó tiempo después sano, salvo y en una pieza acompañado de los demás adultos. Las mujeres encargadas de arreglarla le obligaron a entrar en su hogar, diciendo que era de mala suerte si se veían antes de la ceremonia. Pero Hinata no quería, tenía tres días sin ver a su futuro esposo, sin embargo obedeció. Todo con tal de que todo pasara rápidamente y pudiera reunirse con él.
Todos los preparativos empezaron, Hanabi y Hanna se encargaron de ayudar a la novia a vestirse con las finas ropas conseguidas por Neji. Mientras los demás preparaban todo frente al campo especial para la pareja. No sólo celebraban una nueva unión, si no que sería nombrado un nuevo líder a sus tierras y crearían un nuevo sistema. Pues a Neji se le había ocurrido formar un consejo como en las demás tierras, a ese paso pronto serían considerados como una gran nación.
Cuando estaba todo terminado, los padres involucrados expresaron sus buenos deseos a los novios, cada uno por separado. Hiashi seguido de Hanna, se encargaron de llevar a Hinata hacia la pequeña colina donde Neji y Hizashi les esperaban. Al llegar a su altura les desearon felicidad y amor, Hiashi le reiteró a Neji que cuidara de su pequeña hija, pues así era considerada por la pareja. Después de eso, se unieron a los demás, quienes veían todo maravillados.
Neji portaba una elegante yukata negra, mientras Hinata lucía un bonito kimono blanco el cual representaba su pureza, no sólo física si no también espiritual.
— ¿Estas lista? — preguntó, recibiendo un asentimiento por su parte, la joven tenía los sentimientos a flor de piel — Entonces vamos — le sonrió de manera sincera, para acercarse a ella y susurrarle — Eres la novia más bonita del mundo —
La ceremonia pasó en cámara lenta para ambos, luego de decir sus votos y prometer que se amarían por siempre, se retiraron después del espectacular y ardiente beso, que prometía caricias apasionantes para más tarde, y caminaron por el pasillo formado por los presentes. Enseguida, como dictaba la tradición, empezaron a tirar arroz sobre ellos, era símbolo de fertilidad, prosperidad y abundancia.
Compartieron juntos el pan y una que otra copa, sin llegar a la embriaguez. Pero al caer la noche todos se retiraron permitiéndole a la pareja de recién casados partir hasta la pequeña cabaña que Neji había preparado para ellos.
Su nuevo hogar quedaba en un punto alto, cerca del arroyo donde le había pedido que se convirtiera en su pareja por primera vez. Estaba rodeada de hermosa vegetación, con variadas flores y algunos árboles. Más de una vez, mientras ambos trabajaban en ella, se habían imaginado cómo sería su vida junto a un bebé que representara el fruto del amor que ambos se profesaban.
La luna brillaba tenuemente sobre sus cabezas, mientras caminaban tomados de la mano en dirección a la puerta, era algo sencilla pero lo suficientemente acogedora para ambos. Estaban muy nerviosos por su primera noche, en especial Hinata quien luego de aquel beso creía desmayar cada vez que se topaba con la intensa mirada de su ahora esposo.
Entraron en completo silencio, luego de admirar su nuevo hogar y los detalles que este tenía, ambos se dirigieron a la que sería su nueva alcoba. Todas sus pertenencias estaban donde debían, encontrando una bonita recamara llena de pétalos y girasoles. Hinata volteó a ver a su esposo, quien cerraba la puerta a sus espaldas. Cuando la encaró sintió las piernas débiles y el mundo temblar a su alrededor, la pasión que veía en sus ojos era abrumadora.
Sin decir nada se acercaron, Neji procedió a besarla tiernamente mientras estrechaba su cintura y la pegaba a su cuerpo. Mientras más pasaba el tiempo, más intenso y exigente se volvía aquel beso. Empezó a desnudarla con delicadeza, quitando pieza por pieza con suma tranquilidad, tanto para cuidar las prendas como para no asustarla. Cuando Hinata quedó en camisón, la recostó en el colchón, la besó una y otra vez hasta que sintió la urgencia de despojarse de sus propias ropas. Ella sólo podía ver todo, sintiendo su corazón latir desenfrenado y su cuerpo envuelto en una agradable y cálida sensación.
Cuando se hubo quitado todo lo que le estorbaba volvió junto a ella. Se posicionó sobre su cuerpo, sin llegar a aplastarla y volvió a besarla. Sus labios se encontraron con el amor que bullía en sus corazones, luego de emitir un gemido Neji rozó su lengua con los labios de su amada pidiendo silenciosamente permiso para invadir su boca y embriagarse con su sabor, y luego de otorgado, así lo hizo. Sus lenguas bailaban al son de su deseo mientras las inquietas manos del hombre sobre ella recorrían su silueta, adorando cada curva con cada roce.
Abandonó su boca para prodigarle lentos besos a su cuello, al tiempo que una mano traviesa se colaba por el borde de su nuevo camisón. Subió por su muslo hasta su cadera, apretando lo justo para sacarle suspiros. Siguió avanzando hasta rozar debajo de su seno, en ese momento Neji se acercó a su oído, con una petición.
— ¿Puedo? — preguntó con voz ronca, a lo que ella contestó con un entrecortado jadeo.
Aun con el deseo quemando por sus venas no dejaba de ser un caballero. Luego de soltar una seductora risa se dispuso a darle atención a cada pezón, primero con sus dedos y luego con su boca. Mordiendo, lamiendo y chupando despacio. El cuerpo de la mujer bajo él respondía a cada estímulo de manera satisfactoria. Sus pezones se endurecían hasta el punto de doler y sentía crecer una necesidad apremiante en su centro.
Neji no perdió tiempo y dirigió una mano al sur de su ser donde, escondido entre su jardín, se encontraba en núcleo el su deseo. Le invitó a abrir las piernas para él mientras se apoderaba de su boca con pasión. La estimuló, entretanto sus dedos se impregnaban de su humedad, la tocó de forma frenética, al menos quería hacerla explotar antes de adentrarse en ella. Hinata estaba perdida entre las sensaciones, a cada caricia arqueaba la espalda, pidiendo por más sin expresarlo con palabras. Hasta que sintió algo húmedo entre sus labios que la hizo levantar la cabeza para asegurarse de lo que pasaba.
— N-Neji... ¿Qué haces ahí? — preguntó a punto de colapsar, su esposo tenía la cabeza metida entre sus piernas, y se le veía muy entretenido.
Quiso seguir replicando, pero nuevamente Neji mimó su centro, esforzándose en otorgarle el mayor placer. Hasta que no pudo más y murmurando el nombre de su amado se dejó ir. El joven se incorporó hasta estampar sus labios con los de ella, haciéndole probar su sabor. Tomó su miembro entre las manos y empezó a rozar la punta contra su entrada.
Hinata, que aún no se había recuperado del estado post-orgasmo en el que se encontraba, se sintió derretir con cada roce de sus sexos. Pegaron sus frentes, respirando el mismo aire, mientras Neji invadía su cavidad con gentileza, hasta que llegó a un punto donde debió empujar con fuerza hasta estar completamente rodeado por su feminidad. Temblaba ante la sensación que le daban sus paredes alrededor de su ser, se sentía uno con ella y con el mundo que le rodeaba.
— Lo lamento — le dijo al tiempo que secaba sus lágrimas, el grito que había soltado era indicativo de que le había dolido tal invasión. Pero ambos sabían que era inevitable. Llenó su rostro de cálidos y húmedos besos, hasta que el dolor menguó y Hinata sintió la necesidad de moverse.
— P-Por favor — rogó llorosa, la necesidad crecía en ella a velocidad vertiginosa — L-Lo necesito... —
Y Neji, como hombre complaciente, le dio todo lo que necesitaba y más. Aumentó la velocidad, dejando de lado la ternura para concentrarse en la oleada de lujuria que recorría a ambos desde la punta del pelo hasta los dedos de los pies.
— Te amo Hinata — no duraría demasiado, el deseo hacía mella en él, invitándolo a llenarla con su esencia — Te amo más que a mi propia vida —
— Y-Yo t-también te amo Ne-Neji —
Viéndose a los ojos, bañados por la luz de la luna que se colaba por la ventana y rodeados del melodioso canto de aquellas extrañas aves que fueron testigo de su declaración de amor, se fundieron en uno sólo... en alma, mente, cuerpo y corazón.
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Parte ilustrativa:
Nuestros protagonistas en el cap. de hoy
Las imágenes fueron tomadas del Book Nejihina de ItzelsBadban les invito a pasarse por su perfil y ver las lindas imágenes de la pareja, además de su última historia que está divina 🤗
Los amo a todos UwU (✿◡‿◡)
PD: la cabaña donde viven y la familia que imaginaron se refleja en la imagen del cap :3.
Imagen plus: Nejihina de Naruto SD.
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