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Era un día en la ciudad, en el que un soldado estaba caminando por las calles, inspeccionando que todo estuviera en orden.
Cuando cruzaba cerca de un callejón, una mano lo arrastraba hasta dentro y caía inconsciente.
Lo mismo pasaba con otro y otro más, sucediendo lo mismo con la mitad de los que estaban en las calles, por lo que algunos soldados notaban esto al ver que faltaban compañeros.
Un hombre pasaba por la plaza, teniendo un sombrero por el sol, mientras en su hombro llevaba una canasta cerrada.
Sin embargo, cuando vería a otro hombre con sombrero acercarse a donde caminaba, dejaba caer la canasta en el centro, viéndose caer pólvora, cuando alguien prendía una chispa, para causar una gran explosión.
Todos los aldeanos gritaban y corrían aterrados, mientras los soldados intentaban ver entre el humo de la pólvora, cuando escuchaban que también ocurrían otras explosiones, viéndose todas por toda la ciudad como salía humo rojo de los edificios.
Cuando uno de los soldados tosía y espantaba algo del humo, sus ojos se abrían de sorpresa, cuando vería un grupo que era de los hunos, riendo y preparando sus armas, antes de lanzarse a atacar.
(...)
El equipo de los cinco Hunos junto a su líder, miraban en un gran techo como estaba la ciudad llenándose de un humo rojo que indicaba que era causado por las explosiones.
En realidad no iban a matar a los aldeanos, solo era una forma de distracción ante los soldados que estarían marchando a la ciudad, dándoles el pase libre a que haya menos gente en el palacio.
Cuando todos comenzaban a correr por los techos hacia el templo, TN se quedaba última, mirando a la ciudad mientras por un momento pensaba en cómo había llegado a esa situación, hasta que recordaba una carta que había llegado de su hermano.
"Querida hermana
Espero estés bien, donde sea que estés ahora, mamá está muy preocupada.. Y yo también.
Unas personas nos buscaron en casa y dijeron que debían llevarnos a un lugar seguro. Al principio no les creímos, pero luego nos enteramos que el ejército imperial quería venir a buscar mi cabeza y mamá no quería que alguno de nosotros nuera. Debiste ver su rostro cuando supo que estabas viva jaja...
Sé lo qué pasó... Y lo siento mucho..
Realmente quisiera poder abrazarte ahora junto con mamá, pero temo que estamos algo alejados del terreno de China ahora.
Solo quiero que sepas que no importa si lo que haces es correcto o no, eres mi hermanita, y yo siempre te voy a apoyar y nuestra familia también, hasta el fin de nuestras vidas e incluso después de ella.
Papá decía "Deja a la niña tomar su camino", asi que ahora elige por ti misma, porque nuestro honor y orgullo no son nada con el amor hacia ti, Wen TN.
Saludos pequeña dragona
Wen Hui"
(...)
Varios soldados estaban caminando por los pasillos que daban en el salón real, mientras harían la vigilancia ahora que sabían que estaban siendo atacados.
Cuando ambos guardias que caminaban de un lado a otro se cruzaban entre sí, una persona del techo golpeaba sus nulas, dejándolos inconscientes.
Lo mismo pasaría con otros más, mientras el grupo de los Hunos, una vez frente a la puerta, Shan Yu usaba su espada para cortar en medio de la puerta la débil madera que evitaba que se abra, dejándose abrir las enormes puertas de una patada.
Pequeña sorpresa sería saber que no estaba el emperador ahí, sino al menos diez soldados que habrían esperado a los Hunos para atacar.
Ante eso, Shan Yu reía, viendo quien era su capitán ahora, antes de gritar a sus compañeros y atacar.
Habría al menos dos soldados imperiales contra uno de los Hunos, a excepción de que Shan Yu tendría tres luchando contra él, esquivando los ataques, antes de mirar al capitán con una sonrisa escalofriante.
-Te equivocas de adversario-
Antes de que Milan pueda preguntar, el sonido de un halcón se oía, cuando al momento de girarse, una silueta entraba por la ventana y pateaba su rostro, mandandolo unos metros lejos, mientras la persona se paraba para poder acercarse.
Cuando Milan miraba hacia arriba, vería la silueta de una mujer, hasta encontrarse con el rostro cubierto hasta la nariz con un pañuelo negro, pero logrando identificar aquellos ojos que lo miraban con furia y desprecio.
-TN..-Murmuraba el joven con el ceño fruncido, mientras la mencionada lo miraba en silencio
-Hm... Si te acuerdas de mí-Mencionaba la joven cuando vería al chico levantarse
Al tomar su espada, intentaba atacar a la chica, aunque al ser un débil intento, TN solo esquivaba y sacaba una espada de su espalda, quedando ambos enfrentados, mientras la chica se bajaba el pañuelo que cubría su boca.
-Hola... "cariño"-
Ambos comenzaban a pelear con las espadas, enviando ataques que el otro correspondía o esquivaba, pareciendo como si el resto fuera olvidado ante aquella batalla de ambos.
-No debiste aceptar estar con los Hunos, ahora China quiere tu cabeza-Hablaba Milan mientras intentaba atacarla por un lado, siendo detenido por la espada de TN
-Ay, ahora te preocupas por mí-Diría de forma sarcástica la joven, para verlo molesta
-Debiste pensar eso antes de dejarme en la nieve-
Atacaba con un movimiento hábil al girar la espada, mientras haría retroceder a Milan.
-Sola, desangrada-Nuevamente quedaban enfrentados, mientras la joven terminaba de hablar
-Y humillada por esos hombres, incluyendo al que alguna vez juro amarme y defenderme...-
Milan haría un movimiento rápido, pateando a la joven antes de generar un corte en su brazo, sacándole un quejido, mientras era nuevamente empujada hasta afuera, rodando en el suelo hasta que quedaba en el barandal.
Mientras TN lentamente se levantaba, cubriendo su brazo, vería al chico acercarse de a poco.
-Realmente lo siento... Lamento haber hecho eso-Se disculpaba sinceramente el joven, antes de endurecer su mirada
-Pero debo hacer lo correcto-
Al oír esas palabras, TN dejaba escapar una risa amarga, mientras se apoyaba en el barandal del balcón real.
-Lo correcto, dices... Yo también lo hago-
Cuando Milan se lanzaba a atacarla, la joven soltaba su espada lentamente, hasta que detrás suyo sacaba dos abanicos de metal con cada parte puntiaguda, para lograr tomar la espada entra estás, cerrar los abanicos y tirarle la espada por el balcón.
Al darse la vuelta, generaba dos cortes en la mejilla y pecho de Milan, nada graves pero si dolorosos.
TN soltaba los abanicos, antes de esquivar un golpe del joven y hacerle una llave, dejando al joven atrapado de espaldas a ella.
Con una patada en sus pies, lanzaba al chico al suelo, antes de quedar ella encima de él, sosteniendo sus muñecas con fuerza.
-Lo único que nos diferencia... Es que yo lo hice por mi familia..-
-Yo también lo hago-Hablaba con dolor por aquel agarre a la que TN sostendrá con más fuerza al decir eso
-¿Por tu familia?.. ¿O por el honor de tu familia?-
Ante aquellas palabras, Milan abría sus ojos sorprendido, mientras se quedaba en silencio. No estaba seguro de la respuesta, pero el hecho de que dudara, para TN era una indicación clara.
-Eso responde todo..-
Cuando la chica lo empujaba con fuerza contra el suelo, Milan ahogaba un quejido al haberse golpeado su cabeza desorientandolo un poco, antes de levantarse y girarse, para verla tomar sus armas y subirse al barandal.
-Como sea, es mejor terminar de jugar...-Diría la chica antes de que el Halcón llegara y se posara en su brazo
-Vamos por la cabeza del emperador-
Cuando saltaba hacia atrás, el chico jadeaba y se asomaba por el balcón con rapidez, viendo a TN sostenerse de una soga, para caer en el suelo de pie al agacharse con todo su peso, mientras se levantaba lentamente para ver a sus compañeros salir y caminar todos a otra parte escondida del templo.
Al ver que estaban todos los Hunos con ella, recién se daba cuenta que ya habrían sido derrotados sus compañeros en cuestión de minutos mientras él se habría quedado luchando con TN.
Luego de ver que el resto de soldados estaban muertos, menos sus tres amigos ya que se encontraban inconscientes, Milan tomaba una espada y correría a la salida, en busca de ir al escondite donde estaba el emperador.
De alguna forma u otra, todo terminaría ese día.
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