×0ᄅ olnʇídɐƆ×

×_×_×_×_×_×_×_×_×_×_×

Ambos jóvenes se miraban en silencio, como si el ambiente tenso y lleno de ansiedad, fuera fácil de cortar con una tijera.

El primero en atacar era Milan, corriendo a ella con la espada en mano, viendo a TN sacar los abanicos que tenía en sus costados, abriendo estos para frenar el ataque, quedando ambos enfrentados, mirándose a los ojos, teniendo TN el ceño fruncido y Milan apretando sus dientes.

El chico pateaba a la joven, la cual tendría sus brazos cruzados al evitar recibir daños, retrocediendo un poco antes de lanzarse a atacar, mientras ambos esquivaban o movían el filo de sus armas, bajo la atenta mirada de ambos bandos.

Cuando Milan se alejaba para mantener espacio, de repente jadeaba de sorpresa y dolor cuando un filo del abanico era lanzado hacia su pierna, generando un corte, viendo a TN sonreír de lado con leve burla.

La joven atacaba ahora, mientras esquivaba el ataque de espada, pateando al chico en su pecho, hasta que Milan soltaba su arma para tomar su tobillo, desconcertado a TN hasta que era lanzada al suelo por el joven, mientras este se apresuraba y clavaba su espada en el hombro de ella, escuchando un grito ahogado de la chica al sentir un gran dolor.

-Yo sí quise volver-

Sin darle tiempo a seguir hablando, la joven alzaba sus piernas para patear su cuello y apartarlo, mientras esta quitaba la espada de su hombro y se levantaba, sintiendo un fuerte dolor que ignoraba, mientras respiraba agitada, mirando con odio al contrario.

Cuando se lanzaba a atacarlo con su espada, el chico se movería de manera ágil, hasta que por un descuido, cuando la joven saltaba sobre él, terminaba apuñalando la espada en su pierna izquierda, provocando que caiga de rodillas al suelo.
Su cabello era tomado por TN con fuerza, mientras esta tiraba la espada lejos.

-Dices eso... Cuando sabías perfectamente que iba a morir en la nieve-

-No sabía que estabas herida-

-¡Hubiera muerto de igual forma cuando intentara cruzar la nieve a pie!-

El chico tomaba el brazo de TN, lanzandola al suelo, mientras se colocaba encima suyo, golpeando repetidas veces su rostro para detener los golpes de ella. Sin embargo, al ver enfrente suyo una mirada de un gran dragón, jadeaba de susto mientras detenía los golpes.

-Mushu, no te metas-

Aquello dejaba desconcertado al chico, quien no se habría dado cuenta en todo ese tiempo que el dragón se habría quedado con ella. Cuando reaccionaba, sentía un golpe en su mandíbula, cayendo al suelo para que ahora la joven esté sobre él, apretando su cuello mientras tendría su labio y nariz sangrando.

-¿Ibas a buscarme cuando estuviera congelada? ¿Ibas a volver después de jurar lealtad al ejército dejándome? ¿Ibas a buscar a mi familia para protegerla si yo no estaba?-Hablaba cada vez más alto mientras la chica lo miraba con furia y tristeza en sus ojos, llegando a reflejarse un brillo que amenazaba con salir una lágrima
-¡Dime, ¿ibas a hacerlo?!...-

El joven sentía que el aire le faltaba, pero eso no era lo que pensaba, ya que al ver los ojos de la joven, podía sentir el dolor que habría atravesado la joven ante la humillación y traición.
No era por China que estaba así, ella ya sabía qué pasaría si era descubierta por los hombres del ejercito, después se todo, conocía las reglas de la sociedad en la qué vivía por muy injusto que fuera. Era por él en realidad, que estaba sintiendo aquel amargo sentimiento de venganza e ira, que la llevó a elegir el proteger al único amor que le quedaba, la cual era su familia que incluso sabiendo que traicionó a China, la seguían amando, sin portar a quien debía matar, amenazar, o incluso sacrificarse a ella misma para cumplir su promesa de cuidar a su familia.

Cuando la joven lo soltaba, Milan comenzaba a toser y recuperar el aliento, tocando su cuello mientras TN se levantaba del suelo, para caminar hasta las espadas, tomando la de Shan Yu y luego la de Milan, lanzándole esta última en la nieve, mientras el joven miraba la espada.

-Terminemos con esto...-

Al oir sus palabras, el chico entendía que ya no había vuelta atrás, ambos habían escogido su camino, y no importa cuantas palabras se dijera, no había manera de reparar lo que ya estaba roto.

Cuando ambos se volvían a colocar de pie, enfrentados uno del otro, ambos alzaban sus espadas. Sus miradas no mostraban a aquellos amantes que alguna vez fueron, solo se veían a dos guerreros que defenderían a muerte aquello que para ellos era importante.

Lanzándose ambos al mismo tiempo, empuñaban sus espadas contra el otro, hasta que todo quedaba en silencio y el tiempo se detenía.

'-¿Juramento de sangre?-Un joven Milan miraba a TN con una sonrisa curioso

-Si, escuché que cuando prometes algo en serio, hacer un pacto de sangre es la mayor prueba-Mencionaba la chica sentada en un banco frente a una fuente con el joven

-¿Y por qué no hacerlo nosotros?-

-¿En serio?-Al ver al chico asentir, la contraria sonreía
-Me gustaría, déjame ver...-

Al mirar a los lados, encontraba una planta con espinas, antes de tomar esta cin cuidado, para ponerse frente a Milan, y tener la flor en alto.

-Yo, Wen TN, prometo que estaré contigo hasta el final..-Prometía la chica antes de pinchar su dedo con una espina, goteando un poco de angre

-Y yo, Fa Milan, prometo siempre protegerte, hasta que yo mismo deba sacrificarme..-prometía igualmente, tomando la flor entre las manos de TN, antes de pinchar igualmente sus dedos

Al quedar sus manos juntas, la joven lo miraba con un sonrojo y un brillo de emoción en sus ojos, dando una sonrisa correspondida por el chico, mientras ambos juntaban sus frentes con amor.'

Cuando Milan escupía algo de sangre, TN lo miraba en silencio, sintiendo como si su corazón se hubiera detenido y quebrado en mil pedazos.
Mientras que la espada del joven quedaba a un lado del cuerpo de la chica, el caso de ella era muy distinto, su espada habría terminado incrustada en el estómago del joven.

Milan soltaba la espada, viendo los ojos de TN, los cuales juraba haber visto aquel brillo que alguna vez portaba, viéndolo solo a él, como si nadie más importara, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos.
El joven alzaba su mano hasta pasarla en la mejilla de TN, la cual ya podía sentir una piel fría, debido a que Milan perdía demasiado rápido la sangre.

-El cielo sonríe... solo para una persona ahora-

Ante aquellas palabras, la joven abría sus ojos sorprendida, mientras vería al chico perder el equilibrio, por lo que lo sujetaba en sus brazos y se arrodillaría en el suelo, con el cuerpo de Milan en brazos.
El joven aún trataba de mantenerse vivo, acariciando el rostro de la chica, que se quedaba mirándolo en silencio, oyendo lo que quería decir.

-Sonríe una vez más... Por favor-

TN cerraba sus ojos, queriendo evitar sentir el dolor en su cuerpo. No improtara que ambos hayan sido enemigos, ninguno de los dos realmente quería que el otro muriera, pero aún así ambos estaban dispuestos a matar al otro.
Aunque algo le decía, que Milan quiso redimirse con esto, ya que el filo de la espada pudo haberla matado por igual, y ambos acabar con eso juntos, pero eso sería algo que nunca podría saber si lo hizo a propósito o no.

Cuando la joven tomaba la mano que estaba en su mejilla, abría sus ojos para verlo con una sonrisa, una que solo sabía darle a él, que alguna vez era involuntaria cada que él aparecía a su vista o si quiera le hablaba.
Para Milan, aquella última sonrisa era la más hermosa que habría visto en todos esos años que admiraba a la joven, por lo que no podría evitar sonreír ante aquel hermoso rostro.

-Te amo...-

Cuando finalmente Milan cerraba sus ojos, TN apretaba sus labios con fuerza, sintiendo sus ojos picar y como una lágrima traicionera se escapaba de su ojo y bajaba por su mejilla.
La mano de Milan se sentía pesada, y su cuerpo ya no estaba con vida al perder aquel calor.

Aquella batalla habría terminado, y la que habría sobrevivido era TN, más nadie celebraba nada, porque como todos sabían, no había nada que celebrar. Así era la guerra, una victoria por una pérdida.

Cuando la joven sentía una mano en su hombro, se giraba para ver al capitán Shan Yu verla con una mirada fría, pero que era un claro gesto de dar sus condolencias, conociendo la historia de su amado.

TN no diría nada, solo dejaba con cuidado el cuerpo de Milan en el suelo, besando su frente, antes de levantarse y tomar la espada del chico difunto.
Cuando se giraba hacia el emperador, que era sujetado por los Hunos, la chica indicaba con su mano que lo suelten, viendo los hombres hacerle caso, mientras el emperador se quedaba en su lugar, mirando a la chica pararse enfrente suyo.

-He oído hablar mucho de ti, Wen TN..-

La joven sólo asentía, mientras alzaba lentamente la espada, hasta que el filo quedaba apuntando en la garganta del emperador.

-¿Usted hubíera permitido que esto ocurra?..-Cuestionaba la joven en un tono débil, haciendo aquella pregunta que desde hace días quería hacerle a aquel gobernador que regía las normas

-El viento sopla las hojas para llevárselas. Nadie sabe a donde, pero es el destino de ellos si lo siguen...-

Con esa respuesta, la joven sólo asentía, mientras respiraba hondo, viendo al emperador cerrar sus ojos, justo antes de cortar su cabeza, manchando el lugar de sangre, mientras el cuerpo caería muerto al instante.

Cuando TN miraba al suelo hacia donde Milan yacía muerto, notaba una flor caer en su pecho, siendo igual a la que habría en su casa y que solía disfrutar ahí con su hermano o él.

Sin poder evitarlo, las lágrimas caían en su rostro y los sollozos se escuchaban en aquel tenso silencio, mientras el resto del ejército, solo preparaban todo para un entierro apropiado.

(...)

Luego de la noticia que China estaba ahora bajo el ejército Huno, las cosas cambiarían de a poco.

Los guardias que sobrevivieron serían encarcelados por seguridad, evitando TN mirar a los ojos al trío que aunque estaban incrédulos por ver lo que la joven habría hecho, sabían que si estaban vivos, era por pedido de ella, ya que pocos eran los que quedaron vivos y eran solo los que merodeaban la ciudad.

La chica estaba sentada en el balcón del templo, mirando en sus manos la flor que habría recogido de aquel campo, pensando en buenos momentos que habría pasado en su infancia, antes de llegar a lo que era hoy en día.
Mushu también se encontraba con ella, al igual que aquel grillo pequeño que en todo momento se habría mantenido escondido y a salvo en el campamento Huno, viendo al dragón mantenerse en el hombro de la joven para darle ánimos.

Al oír que llegaba Shan Yu con ella, la joven se giraba a verlo, mientras el pequeño dragon se escondía. Cuando el hombre le extendía su espada, TN sólo se le quedaba mirando, entendiendo que eso era la bienvenida directa a su equipo.

-La última vez, dijiste que me dirías soldado para referirte a mí...-Mencionaba la chica, viendo al contrario asentir

En lo que TN se levantaba, tomaba la espada antes de mirar el filo en silencio, mientras su reflejo se vería en el arma.

-Prefiero que me digas guerrera...-Pedía antes de poder ver al hombre que alzaba su ceja curioso por saber la razón
-Quiero que todos sepan, que la persona que le cortó la cabeza a su querido emperador, no era ningún hombre, sino una mujer... Para que de esa forma, quede marcado como una mancha en la historia, cuando el eslabón débil demostró mejor poder con lo que ellos no hicieron.. El solo imaginarlos retorcerse de la vergüenza, será suficiente para mí-

Al terminar su explicación, Shan Yu dejaba escapar una leve risa, antes de ver a la joven colocar la espada en su espalda, mientras caminaba hacia el interior del lugar.

-¿Se va tan pronto?-

-Prometí verlos una vez acabe la guerra, y por ahora acabó...-Indicaba la chica antes de girarse a ver al hombre
-¿Las cosas serán distintas ahora?-

-Así es, era parte de nuestro acuerdo...-

Aunque la joven quisiera creerle, algo le decía que sería muy difícil lograrlo, pero prefería creer en su palabra, o más bien en su acuerdo.

-Entiendo..-Mencionaba la joven antes de dar una leve sonrisa de lado
-Hasta entonces, Capitan-

-Hasta entonces, guerrera-

Mientras la joven se retiraba del lugar en un caballo café, aunque muchos creían que serían imaginaciones de la gente, se decía que aquella mujer que cabalgaba en dirección al campo, juraban haber visto la silueta de un enorme dragón seguirla, acompañándola en su camino y en lo que su destino deparaba.

En China, la historia jamás olvidaría que hubo una mujer capaz de acabar con el imperio, y se llamaba Wen TN.

×_×_×_×_×_×_×_×_×_×_×

Gracias por haber leído hasta aquí, porque me gustó mucho haber mostrado un lado distinto de "¿Qué pasaría si..?" En una historia jsjs.

Sin más que decir, me despido, espero hayan disfrutado la historia y yo me retiro para ver cuál historia nos espera ahora.

Hasta la próxima parada♡








Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top