♯₀₀₃┊BACHIRA MEGURU‧ 蜂楽 廻
.˚₊*̥✧⊹˚✩-BACHIRA MEGURU-‧✩˚₊*̥✧⊹˚
蜂楽 廻
┊☆ [pedido]┊ː͡➘₊̣̇ MatsuokaAkir
┊☆ [ tw: ninguna]┊☆ [ única parte ]
—BACHIRA MEGURU MÁS TE VALE QUE REGRESES AQUÍ O VOY A — gritabas mientras veías cómo Bachira se saltaba la barda de la escuela.
Se acomodó en el borde volteandote a ver
—O vas a qué — sonrió mostrándote la lengua.
Sentías una vena de tu frente salir por el coraje.
—Bye bye—dijo saltando.
Desde que entraron a la preparatoria siempre lo has visto él no es del tipo listo ni del matado, siempre está "fútbol" "fútbol" piensas si en verdad hay algo dentro de su cabeza.
—¿De nuevo se escapó? — el maestro corría detrás suyo cuando empezaste a perseguir a Bachira. Y apenas los alcanzo.
—Si sensei, no puede detenerlo — dijiste sería.
—Bueno, suerte con eso — te colocó su mano en tu hombro a manera de mis más sentidos pésame.
Forzaste una sonrisa —Sensei, verá que lograré que Bachira Meguru llene su solicitud a una universidad.
El maestro sólo te miro con lástima.
Hace una semana, te llamaron a orientación, por dos cosas, la primera, felicitarte por tu arduo trabajo y excelentes calificaciones, la segunda para regañarte por tu pésima habilidad para comunicarte con tus compañeros de clases.
—Ya sabes que memorizar los nombres de tus compañeros y calificaciones no significa que los conozcas, necesitas hablar con ellos, platicar cosas de jóvenes —el maestro te reprimía.
—entonces memorizare sus domicilios y sus amigos y.. —el maestro te interrumpió.
—¡NO! es a lo que me refiero que tengas un amigo, por ese tipo de comentarios —se sujeto la cabeza. Y después sonrió.
—Ya sé, hagamos esto, la primera persona que entre por ahí —señalo la puerta — tendrás que hacerlo tu amigo.
Por obra del todo poderoso se extendió la puerta, te paraste derecha esperando que fuera algún maestro o incluso cualquiera de tu clase menos Bachira Meguru
—Hi, sensei soy Bachira, vengo a decirle que no necesito esto... —azoto en el escritorio la solicitud para la universidad.
El maestro se rió y volteo a verte —muy bien, entonces olvida lo que dije antes, si logras que Bachira llene esto seriamente, dejaré de molestarte.
Asentiste, miraste a Bachira, sus ojos grandes llenos de curiosidad te miraron, antes de hablar suspiraste. No querías ponerte nerviosa.
—Bachira, soy— le dijiste pero el se dio la vuelta desinteresado.
—Bye sensei.
Apretaste tus puños y gritaste internamente.
Desde entonces, Bachira se escapa de ti cuando intentas hablarle, pero tal parece que se burla de la situación pues siempre habías visto que almorzaba en el patio, pero ahora lo hace en la cafetería y se pone en la misma mesa pero ambos en cada esquina.
Incluso en las clases, intentas participar y él te gana la participación (HASTA SE LLEVO UNOS ANTEOJOS) y hace poses raras cómo si fuera inteligente.
Cuando quieres hablarle solo empieza a correr y empieza una persecución por toda la escuela.
—HOY ES EL DÍA — te levantaste de tu asiento y esperaste que Bachira entrará por la puerta, te amarraste el cabello en una coleta.
"¿De nuevo?" tus compañeros de atrás decían
"Apuesto que se vuelve a escapar" "viste la carrera del martes, ella casi lo atrapa es rápida" "que emoción"
—Si saben que los puedo escuchar verdad —volteaste a verlos sentías una penumbra salir de ti.
—Buena suerte— ellos dijeron alzando los pulgares para darte ánimos.
Y entonces abriste los ojos, jamás habías hablado tan informal a tus compañeros de clase. Bueno nunca les hablaste.
—Hiiiiii— Bachira entro al salón.
Hoy es el día porque toca uniforme de deporte, entonces te facilita correr más rápido.
Bachira de inmediato volteo a verte y sonrió.
—Si logras tocarme, llenaré la solicitud con mi nombre—se quitó la mochila aventandola a uno de sus compañeros.
—Y las primeras dos partes — estiraste tus brazos, calentando.
—Estas soñando en grande, pero hecho —Bachira se posicionó para correr.
Volteo a verte de reojo y leíste sus labios "Bum"
Empezaste a perseguirlo, corrieron por el pasillo hasta el patio, Bachira siempre usa sus manos para ayudarse a darse Impulso. Por lo que imitaste sus movimientos, al bajar las escaleras ambos corrieron pasando a empujar a alguien.
—Mierdaaa, corre —Bachira te tomó la mano, y ambos corrieron, escapándose del capitán del club de taekwondo.
Mientras escapaban, reían, jamás habías estado tan feliz, sentías que podías hacerlo todo, tan llena de libertad, tan tú, Bachira te sonreía, aún sostenía tu mano, es cálido este sentimiento.
Ambos se escondieron en un almacén, tosian por lo mucho que corrieron.
Se habían sentado en el suelo y ambos voltearon a verse, Bachira sonreía, tenía sus mejillas rojas y algunos cabellos de su fleco despeinados, sus ojos iluminados, muy lindo.
—¿Divertido? — Bachira te dio la sonrisa más sincera y cálida que alguien te a dado, con sus ojitos achicandose y sus mejillas sonrojadas.
Sentiste cómo tú corazón se agitaba, al no ver respuesta Bachira abrió los ojos, no sabías que expresión estás haciendo, pero te sientes diferente, Bachira te tomó de las mejillas, sus ojos recorrían los tuyos de una manera tierna, cómo si fueras lo más precioso que jamás haya visto, sentías el ambiente más abrasador, se acercó poco a poco, esperando tu permiso, miraste sus labios y cerraste los ojos.
Hasta que abrieron la puerta del almacén.
—Ustedes, vengan —La directora y detrás de ella, el presidente del club de taekwondo.
Tú corazón latía pero no por el sentido cálido de hace rato, late por miedo. Cuando llegaron a orientación sus padres estaban ahí, sentiste tu estómago revolverse.
Tú papá te miraba de una manera tan fría que decir algo era tú sentencia.
En la habitación estaba la directora y el sensei, este estaba cabizbajo.
Ni querías voltear a ver a Bachira, aunque el ambiente de su lado era tan tranquilo, la mujer que lo acompañaba tenía un mandil lleno de pintura.
Tú papá fue el que hablo primero —Directora que falta de ética profesional, ¿Poner a mi hija de niñera? Por dios.
—Señor es para su bien social —el sensei habló.
—¿Correr cómo estúpidos en los pasillos? — le dio una mirada a Bachira.
Y sentías la peor vergüenza, más horrible qué si anduviera desnuda por la escuela, lo peor, querías que te tragara la tierra y jamás regresar.
—Son jóvenes, no tiene nada de malo divertirse —La mujer, mamá de Bachira le dijo en un tono tan calmado.
—¡TONTERÍAS¡ lo importante son las calificaciones, la mala influencia de su hijo a mi hija está afectando su razón, hoy fue un golpe a ese joven —señalo al presidente de taekwondo —mañana es un asesinato.
Tus lágrimas empezaron a salir, tú padre es la persona más estricta y exagerada, sin empatía de que alguna vez él también paso por tu edad.
—Señor... Fue mi culpa, yo le pedí a su hija que le ayudará al joven Bachira — el sensei habló serio.
—Que asco hacer que los alumnos hagan su trabajo —lo mal miro.
Él maestro sólo quería que tuviera un amigo, que pudiera disfrutar con mis compañeros los últimos meses del año escolar, el último de preparatoria.
Tenías la cabeza agachada, no querías ver a Bachira.
—Señor... —la directora habló, pero tú papá la interrumpo — porfavor deje que mi hija se disculpe apropiadamente.
"PAPÁ NO" querías gritar y sólo te mordiste los labios.
Te arrodillaste enfrente de todos. Tu papá de esa manera te reprimía, cómo cuando sacabas una calificación mínima del 9.
—Por favor señor ya no estamos en esos tiempos, deja que se levante no haga eso —la mamá de Bachira te ayudo a levantarte.
—vamonos —tu padre te habló.
Quitaste su agarré de la mamá de Bachira, y solo inclinas tu cabeza, tus lágrimas no dejan de salir.
Caminaron a la salida, tú papá fue por el coche, nisiquiera querías ir al salón por tus cosas, conociendo al presidente de taekwondo, ya le dijo a todos lo que pasó. Bachira te tomó de la mano, te había alcanzado y sólo lo miraste enojada.
—Nada de esto hubiera pasado si jamás te hubiera conocido— quitaste su mano.
Bachira agacho su cara y cerro los puños.
La ceremonia de graduación se acercaba, el ambiente volvió a cómo era antes, por parte de tus compañeros del salón sólo se detenían a hablarte, y te miraban con lástima. Bachira se comportó y cuando intentaba hablarte lo ignorabas, jamás volverías a hablarle.
Pero muy en el fondo querías volver a sentirte feliz.
El viaje para la despedida de los últimos años sería mañana, era la última oportunidad para cerrar todo o recuperar lo perdido. Tú papá siempre se oponía a los viajes escolares, pero este en particular era parte de una asignatura dónde al final del viaje realizan un ensayo. Así que por eso asistes. Jamás pensaste que sería así, si tán solo no hubieras tenido mucha alegría, hubieras cumplido con lo que te había pedido sensei, no lo hubieran despedido. O incluso... Sólo no merecías reír demasiado.
A la mañana siguiente te sentaste hasta delante, pudiste llevarte unos audífonos, papá te reviso la maleta la niche anterior y en la mañana. Suspiraste.
El camino fue tranquilo, dormiste. Les dieron las llaves de sus cuartos y por mala suerte tenías que compartir habitación con tus compañeras del salón.
Se mostraron tímidas al hablarte pero las ignoraste, sólo les dijiste que te quedarías en silencio en la cama que te tocaba.
Durante la tarde salieron a dar la vuelta, otros se tomaban fotos, te quedaste en la habitación, escuchabas las risas y en verdad querías salir pero no podías, estabas mejor así.
Hasta que llegaron a la habitación como seis personas, las dos niñas de tu habitación y tres hombres, entre ellos Bachira.
Se vieron al instante que entró y desviaste la mirada, iba con ropa casual, se veía demasiado diferente sin el uniforme, su cabello estaba desordenado pero siempre con su mismo peinado.
Nisiquiera tenías ganas de reclamar porque metieron hombres a la habitación, sólo te pusiste tus audífonos y te recostaste.
—Oye, ven a jugar — una de tus compañeras te dijo, quitándote un audífono.
—No gracias —dijiste y antes de ponerte el audífono, ella habló.
—Muy bien entonces dormirás afuera
—Los acusaré — respondiste.
—Llamaran a nuestros padres incluso si no estabas haciendo nada —Dijo Bachira.
Abriste los ojos y frunciste el ceño.
Te levantaste de la cama, para sentarte en el suelo con ellos.
—Vamos a jugar siete minutos en el paraíso, la botella gira y la pareja que señale tiene que quedarse a solas por siete minutos. —dijo uno de los compañeros, al ver sus rostros te diste cuenta que todos son de la misma clase.
Bachira se sentó delante tuyo, no te había hablado pero su mirada en ti lo decía todo.
Primero pasaron dos de sus compañeros, reían y los dejaban sólos en el clóset vacío de su habitación, empezabas a relajarte, hacían bromas y el tiempo era el acordado, por lo que si te tocaba con alguien sólo tenías que dejar que pasaran los siete minutos y listo.
Pasaron otra parejita, y cuando acabo el tiempo, ambos salieron sonrojados, trayendote el recuerdo del almacén, fue ahí cuando miraste de reojo a Bachira pero él ya te estaba viendo, tenía las mejillas rojas.
Volvieron a girar la botella, está lentamente se detuvo delante de Bachira, ambos se vieron y los demás, se levantaron.
—Ya puse el reloj —tu compañera te mostró el temporizador.
Asentiste y con nervios entraron al oscuro clóset.
Era bastante reducido, más chico que el almacén, podías respirar el aroma de Bachira, y sentir su respiración, cerraste los ojos, sólo tenían que pasar así siete minutos.
—Perdón —dijo susurrando.
—Callate, no quiero oírte —le respondiste.
—Escucha lo que tengo que decirte al menos.
—Me tapare los oídos —llevaste tus manos a las orejas cuando Bachira te tomó de las muñecas.
—Si me vas a odiar, mínimo que sea por esto —Bachira llevo sus labios a los tuyos, cerraste la boca evitando responderle.
Pero poco a poco fuiste respondiéndole a sus besos, torpemente movías tus labios, era la primera vez que hacía este tipo de cosas.
Al irse acoplando tus labios sobre los de Bachira, rodeaste con tus brazos su cara metiendo tus dedos por su cabello, Bachira comenzó a introducir su lengua y juntarla con la tuya.
Ya no pensabas en que pasaría, querías disfrutar lo último incluso si eso te costaría el peor castigo, aprovechar la oportunidad y quedarte con la experiencia y no con la duda.
Bachira bajo con calma sus manos a tus muslos, para cargarte, con más desesperación, ambos sabían las consecuencias y por eso el deseo era mayor.
La saliva de ambos facilitaba el movimiento de sus lenguas, se separaron un poco para tomar aire, Bachira lamía tu mentón hasta tu cuello, lo abrazabas con desesperación, y el te sujetaba con la misma intensidad, sus manos fueron a tus nalgas, te subió más y rodeaste su cintura con tus piernas, te humedecías, sentías algo duro frotándose en tu entrepierna, provocando quejidos, tú mente se volvió en blanco sólo querías sentir más a Bachira.
Sus besos ahora eran más pasionales, intensos, tanto que al final Bachira mordisqueaba tu labio inferior, poco a poco necesitabas más.
Bachira te solto, y guío una de tus manos a su miembro — Tan duro por ti — dijo susurrandote al oído, colocando su cabeza en tu hombro.
Te ayudo a bajar su pans, y colocó tu mano en el, una mano y aún sobraba espacio, tu cara estaba tan caliente, no sabías cómo moverlo, o sea si hacías tus autoexploraciones pero en otra persona no tenías idea.
—asi —Bachira colocó una mano aun lado de tu cabeza y la otra arriba de tu mano, la colocó en el inicio de su miembro.
Duro y un poco pegajoso se volvía, cada que Bachira movía tu mano bajandola y subiendola, su cara esta recargada en tu frente, deja que lo hagas por ti misma y apesar que lo hicieron lento, por iniciativa comenzaste a mover tu muñeca con más rapidez, tanto que Bachira recargo sus dos manos en medio de tu cara, su boca enfrente de la tuya te soltaba quejidos, y poco a poco se volvían gemidos.
La mejor composición que jamás habías escuchado, a apesar de la oscuridad, podías ver con claridad su cara, el flequillo pegándose a su piel por el sudor, y su mirada intensa, sonríe besándote.
Dejas de masturbarlo y ahora él, te baja los pantalones y panties, se inclina y pone una de tus piernas sobre su hombro, ves cómo su preciosa cara besa con delicadeza tus muslos, recorre su lengua por tu pierna hasta donde está tu entrada.
Te llevas una mano a tu boca, arqueas la espalda cuando sientes su lengua tocar tu punto sensible, abre con la misma tus labios, y la mueve con una suavidad intensa, que te hace quejarte un poco más alto.
Cada que sueltas un gemido más agudo Bachira te sostiene con más fuerza las piernas, su lengua recorre en círculos tu punto sensible, te bajas el cierre de la sudadera y te quitas el sostén, tocas tus pechos.
Bachira sonríe y algo más perverso se enciende, abre más tú pierna para introducir sus dedos en tu cavidad, mete dos y forma una curva en estos, mueve su lengua a la misma vez que saca y mete sus dedos, sientes su palma chocar con tus labios por la fuerza que hace.
Bajas una de tus manos a su cabello y lo sujetas para mover tu cadera para hacerte sentir más, el placer es inexplicable que quieres sentir más y más, Bachira tiene una vista tan explícita de ti, que siente que sólo con verte se puede venir.
Ambos están tan desesperados por sentir más uno del otro que cuando llegas a tu orgasmo, temblando y mirando al techo del clóset, Bachira no pierde el tiempo para levantarse, y cargarte, sientes una desesperación que con rapidez enredadas tus piernas sobre su cadera y tus manos van alrededor de su cuello.
Se besan con lentitud y Bachira busca tu permiso para introducirlo —¿podemos hacerlo?
Asientes —Ya lo estamos haciendo.
Bachira sonríe y te besa mientras se acomoda para introducirtelo, te recarga sobre la pared del clóset y al sentirlo en tu entrada mueve su cadera con lentitud para adentrarse en ti.
Sientes cómo algo se comprime sobre tus labios, hasta que el calor de su miembro al tenerlo por completo en ti, te hace soltar un gemido más alto, Bachira te silencia besándote.
Mueve su cadera fuerte que entierras tus uñas en sus hombros, comienza a moverse más rápido, silencias tus gemidos mordiéndole más abajo del cuello. Le rodeas las piernas al mismo tiempo que te penetra, quieres sentirlo tan adentro, necesitas sentirte llena.
Bachira comienza a quejarse sobre tus labios y entonces surge el momento, ambos se miran a los ojos, su flequillo está mojado por el sudor, y sus ojos lucen con un brillo inusual, ambos se miran cómo si hubieran ingerido alguna droga.
Pero la sustancia más novia para la salud no son las drogas, es el amor y el deseo de ambos.
Se besan con más lentitud, Bachira no deja de moverse dentro de ti, le tomas por el cabello, en especifico de su mechón decolorado, lo tomas cómo si fuera su última vez.
Bachira logra sujetarte del cuello y te da una estocada tan agresiva que hace tus piernas temblar listas para llegar al climax.
Su fuerza en tu cuello te comienza a asfixiar, pero su vientre siente contracciones y sientes algo caliente escurrir por sus piernas.
Bachira sale de ti y deja salir su semen en tu estómago, ambos se miran sonriendo y se besan de una manera más tierna.
Ríen mientras se cambian y entonces tomas en cuenta que ya han pasado más de siete minutos y que probablemente todos allá afuera escucharon todo.
Sales del clóset y Bachira te detiene.
—Tranquila —te abraza por la espalda y miras la nota que les dejaron.
"Nosotros los cuidamos ;)
todos en el salón sabíamos que se gustaban incluso antes de que hicieran su show de perseguirse en la escuela, sensei también sabía! Él fue el que planeaba juntarlos cómo pareja :)
Gracias a él pudimos acercarlos.
Sean felices se lo merecen par de tontos.
Atte:
La clase 2"
—Ese día que te llevo tu papá y despidieron a sensei, todos en la clase se unieron para que podamos tener un tiempo para nosotros —Bachira te volteó dándote un beso en la frente.
—Nada pasa por casualidad —te brindo una sonrisa cerrando los ojos.
Antes de que hablarás volteaste a la ventana cuando unos rayos del amanecer iluminaron la habitación.
— Amo los amanereces —Bachira te tomó de la mano y ambos se acercaron a la ventana abriendola, el viento le movió el cabello, estabas en tu hogar, sin necesidad de estar en tu casa.
—quiero ser el amanecer —sonreiste, en verdad tanta felicidad si era posible.
Agradecidas a todas las personas que hicieron lo posible para brindarte el mejor último año.
—Eres mi amanecer — Bachira te dio un beso, mientras el sol salía iluminandolos a ambos.
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