░▒▓█►─═ L̶a̶ ̶n̶i̶ñ̶a̶ ═─◄█▓▒░




Otra vez aquí,
Llena de marcas,
heridas.


¿Esto es normal?
¿es así como un padre trata a su hija?
¿es así como se demuestra el 'amor' paternal?


¿Qué hay de malo en jugar?
¿qué hay de malo en ser un niño?
¿qué hice mal para ser tratada así?


Dime padre,
¿Por qué me ves con ojos de odio?
En vez de esos ojos de amor que un padre debería darle a su hija..


¿Por que de todos los niños?
Yo soy tratada así...No lo entiendo...


Dime padre,
¿Realmente mereces ser mi padre?




La pequeña niña estaba Hecha bolita en una esquina con una mirada perdida, llena de moretones en sus piernas. Su hermanito pequeño estaba llorando en su cuna por el hambre, no había sido alimentado por un largo rato.



La niña giro la cabeza para mirar la cuna, se levanto del suelo y se acerco a ella torpemente por la heridas. 



El bebé seguía llorando desconsoladamente y la pequeña solo lo miraba con cansancio y frialdad. Suspiro, y le tapo la boquita al niño para que dejara de llorar.



—Sigues llorando así y vendrán a pegarme... Otra vez... —La niña cargo al niño en brazos y lo meció torpemente, el llanto del bebé no parecía disminuir y la pequeña empezó a perder la paciencia con su pequeño hermano.



La niña coloco a su hermanito en la pequeña cuna y salio del cuarto, eran las 2 de la madrugada así que camino hacia la cocina sigilosamente, temiendo en despertar a uno de sus padres.



El silencio de la casa era sofocante, roto solo por el llanto débil del bebé que aún resonaba en su mente. La pequeña niña, con pasos temblorosos, se dirigió hacia la cocina con la misma torpeza que su cuerpo herido le permitía. Sus piernas, marcadas por los moretones, dolían con cada movimiento, pero ese dolor ya no le importaba. Había aprendido a ignorarlo, a vivir con él como si fuera parte de su piel.



Al llegar a la cocina, la oscuridad la envolvió. Buscó a tientas algo que pudiera darle al bebé para calmar su hambre, algo que evitara que siguiera llorando y, con ello, el castigo que siempre venía después. Sus manos, temblorosas y frías, encontraron una botella vacía sobre la mesa.



Sus ojos, cansados y sin esperanza, se llenaron de frustración. Sabía que no había leche, no desde hacía días. El hambre apretaba también su estómago, pero no podía pensar en sí misma. 



—"Si él sigue llorando..." —Pensó, el eco de las palabras aún resonando en su cabeza— "...me golpearán de nuevo"



Tomó aire, intentando silenciar el pánico que se apoderaba de ella. Su mente buscaba soluciones en la oscuridad, pero todo parecía fallido. El mundo de la pequeña niña estaba roto, lleno de silencios que nadie escuchaba y gritos que nadie respondía.



Regresó al cuarto, sus ojos fijos en su hermanito, cuyo llanto aún rompía la tranquilidad falsa de la madrugada. Mientras lo observaba, con el mismo cansancio en su mirada, la niña sintió cómo una lágrima solitaria resbalaba por su mejilla.



Cargo en brazos al pequeño bebé, sosteniendo su cabecita cuidadosamente para luego inclinar la botella. El niño levanto sus manitas y agarro la botella haciendo pequeños sonidos de succión deteniendo su llanto por el momento.



El alivio fue breve. La pequeña niña observaba al bebé con una mezcla de cansancio y calma mientras él succionaba la botella. Los ojos del niño, grandes y brillantes, reflejaban una inocencia que la niña sentía que ya no tenía. A sus nueve años, el peso del mundo le caía encima como una carga que no debía, pero que había aprendido a soportar.



Se sentó en el borde de la cuna, la botella aún en manos del bebé, quien pronto comenzaría a llorar de nuevo al darse cuenta de que su hambre seguía. Ella lo sabía. Sabía que sus intentos de calmarlo no durarían mucho, que los sollozos volverían a llenar el cuarto, y con ellos, el miedo.



—No llores, por favor... —Susurró, como si el pequeño pudiera entender la desesperación detrás de sus palabras.



Las horas pasaban lentas, como si el tiempo mismo hubiera olvidado a los dos en esa casa llena de sombras. La niña sabía que debía hacer algo más, pero ¿qué? No había comida. No había consuelo. Todo estaba roto. Sabía lo que vendría si el bebé seguía llorando. Los pasos pesados en el pasillo, la puerta abriéndose con violencia, los gritos...



La niña miró hacia la puerta con pavor. Quería que todo desapareciera, que el hambre y el miedo fueran solo un mal sueño. Pero no había escapatoria. Solo quedaba la responsabilidad de proteger a su hermanito, incluso si eso significaba que ella recibiría el castigo.



—¿Algún día podre liberarme de esto...? —Susurro para si misma mientras trataba de calmar el llanto de su hermanito.



El sonido de un portazo resonó en el silencio de la noche como un trueno, rompiendo la frágil paz que había logrado instaurar por unos momentos. El corazón de la niña empezó a latir más rápido, golpeando su pecho con fuerza. Sabía lo que venía después. Ese ruido siempre significaba lo mismo: problemas, dolor... Sangre, moretones, etc...



Los pasos pesados comenzaron a acercarse desde el pasillo, y con cada uno de ellos, el miedo crecía en el pecho de la pequeña. Intentó moverse, pensar rápido, hacer algo para protegerse a sí misma y al bebé. Pero su cuerpo no respondía; el terror la mantenía anclada al suelo.



El llanto del bebé empezó de nuevo, esta vez más fuerte. Desesperada, la niña lo sostuvo con torpeza, intentando hacer que se callara, pero el pequeño no dejaba de llorar. Las lágrimas empezaron a correr por las mejillas de la niña, susurrando entre sollozos.



—Por favor, cállate... por favor...



Los pasos se detuvieron frente a la puerta. El sonido del picaporte girando hizo que todo su cuerpo se tensara. Sabía que en cuanto la puerta se abriera, el infierno volvería a desatarse.



La puerta se abrió con un chirrido, y la figura oscura de su padre apareció en el marco, iluminada por la tenue luz del pasillo. En sus ojos brillaba el enojo, el cansancio... y el desprecio. Sin decir una palabra, caminó hacia la niña, sus manos ya levantadas, listas para castigarla por el simple hecho de existir.



—¿No te dije que lo hicieras callar? —La voz de su padre sonó como un rugido.



La pequeña apretó al bebé contra su pecho, temblando. Quería protegerlo, quería protegerse, pero era demasiado pequeña, demasiado frágil. El primer golpe la alcanzó en el brazo, haciéndola caer de rodillas, pero no soltó al bebé.



—¡Cállalo! —Gritó su padre, y su pie la pateó en el costado.



El dolor fue insoportable, pero lo más doloroso de todo era la sensación de impotencia, de estar atrapada en un ciclo de sufrimiento del que no había escapatoria. Su vida, sus sueños, todo estaba consumido por ese miedo.



La niña apretó los ojos con fuerza, tratando de bloquear el dolor, tratando de desaparecer en la oscuridad de su mente. Sabía que nada cambiaría, que no había manera de que su mundo se rompiera para liberarla de las cadenas invisibles que la ataban.



En medio del dolor y el miedo, lo único que pudo hacer fue susurrar, con una voz apenas audible.



—Perdóname... —La pequeña miro al bebé que lloraba como loco en el suelo. Ella sujeto al pequeño en brazos y lo apretó contra su pecho buscando protegerlo de todos los peligros que el mundo les preparaba.




La cuna está vacía, el llanto se apagó,
el frío de la noche al fin lo reclamó.
Sus manos tan pequeñas dejaron de luchar,
su aliento se desvaneció, ya no va a llorar.


Sus ojos, siempre grandes, no miran más allá,
la niña lo abrazaba, pero ya no está.
"Perdóname, hermanito", susurra entre sollozos,
el silencio la envuelve en ecos dolorosos.


La casa sigue quieta, nadie va a escuchar,
las sombras en las paredes no quieren marchar.
Los golpes y los gritos ya no lo despertarán,
porque en sus sueños rotos ya no vivirá el afán.


El hambre, la tristeza, la soledad cruel,
mataron al pequeño sin dejarle ver el sol.
Y la niña, quebrada, con el corazón frío,
sabe que su hermano, por fin, encontró alivio.


Pero en su alma queda, para siempre, el horror,
de una vida perdida, de un amor sin calor.
Y en cada golpe, cada herida, está la verdad:
el maltrato no perdona, ni deja piedad.



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Espero que les allá gustado el cap :3

¡No olvides dejar tu voto!
¡Gracias por leer! <3

Kitsureni234

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