O42

" Mucha gente de tu pasado conoce una versión tuya que ya no existe. "

— ¡HongJoong! ¿Tomaste fotitos de los tigres cachorros?

— Si Hyung, saqué muchas… — Respondió en voz baja. — ¿Podemos ir ya a casita? He quedado con un amigo.

— Primero iremos a almorzar a algún restorán. — Se acercó al más pequeño y notó que sus ojitos estaban levemente irritados, cosa que lo descolocó un poco, al mismo tiempo se preocupó. — ¿Pasa algo? — Preguntó, llevando sus manos tibias a las mejillas más gorditas de HongJoong para acariciarlas.

— Nada Hyung. — Murmuró con una pequeña sonrisa, acercándose a dar un beso en la mejilla contraria. — Creo que estoy algo triste… — Susurró sobre el pecho de YeoSang quién lo había tomado en un dulce abrazo que no se tardó en corresponder, era lo que más necesitaba en esos momentos.

— No lo estarás más, iremos a comer a un lindo sitio y te divertirás con tu amigo hoy. — Sonrió con suavidad. — Vamos ya a comer, y no quiero ver tu carita triste, ¿Si? Sonríe bebé.

HongJoong estaba plenamente agradecido por todo lo que recibía de parte de sus Hyungs, de la nada su vida había dado un gran giro y cuando creyó que sus mañanas serían las de siempre, se vio huyendo de casa para no ser infeliz rodeado de sentimientos negativos que su familia le brindaba. Abrazaría con mucha fuerza a YeoSang como si ahora el fuera su padre, aunque con sinceridad lo consideraba más que solo uno, para el, era un ángel que lo cuidó en su momento de tristeza a pesar de que ninguno tenía una buena estabilidad mental en ese entonces.

Se despidieron de MinGi, mismo que en lo que restaba del camino tenía un semblante serio y por alguna razón, herido, estaba consciente de que había cometido un gran error a la hora de decir tantos disparates solo por celos, pero en ese momento no se dió cuenta de la rivalidad que el mismo estaba creando con HongJoong, ya no sabía ni lo que quería, se sentía abrumado, cansado mentalmente de estar sobre pensando de esto y aquello, cada noche antes de dormir pensaba una y otra vez en ese día en el que el pelinegro le dejaba en claro que no era como sus otros Omegas.

En un principio no le había tomado nada de importancia, pero llegó a un punto en el que se dió el tiempo de analizarlo y pensar que tal vez tenía razón, debía de parar con ese sube y baja de emociones, ponerse un alto, dejar de usar a los Omegas como objeto que podía cambiar cada semana para liberar sus deseos sexuales, estaba mal hacerlo de la manera tan morbosa y tóxica como el mismo lo hacía.

Cuando comenzó a pasar junto a HongJoong el celo la culpa inundó su corazón por estar traicionando a la que fue su primera y "última" Omega, desde ahí salió con más personas ya no por complacer sus fetiches, si no para sentirse por alguna razón; limpio, quería pensar que HongJoong era un polvo más como cualquier otro pero todo empezó a cobrar sentido cuando se dió cuenta de que no era solo eso ya que ellos dos no habían tenido sexo, habían pasado el celo de manera romántica, entre besos, caricias y felaciones, ya no se sentiría mal por eso, si seguiría pensando sobre el que diría una persona que ya estaba muerta no sería feliz por el resto de su vida.

Se daría una oportunidad el mismo, no quería perder del todo al pelinegro así que daría de su parte para ganarse la confianza una vez más, pero primero debería trabajar en su amor propio, terminaría la relación actual que tenía con Lia, una linda chica, pequeña y delicada que lamentablemente ya había perdido su primera vez con el patán de Song, pero justamente por eso no seguiría mintiendo sobre sus sentimientos y no seguiría engañando a su propio yo, sería triste pues esa chica se veía realmente ilusionada, era por el bien de ambos.

— ¡JongHonnie! — Corrió con felicidad hacia la figura más alta cuando lo reconoció a lo lejos, se lanzó de un saltito al cuerpo contrario para abrazar la espalda del mayor y chilló con emoción, estaba más animado, había comido mucho en el almuerzo y eso fue una subida de ánimo impresionante, como dicen, donde hay comida hay amor.

— ¿Qué haces aquí? Yo no te estaba esperando. — Dijo con frialdad, mirando al menor sin ninguna expresión.

— Quedamos en vernos… ¿Quieres que me vaya? — De pronto su sonrisa se fue borrando y ahora solo estaba cabizbajo, a veces los cambios de humor de su amigo lo ponían mal, sabía que para JongHo era difícil expresar sus emociones, pero tampoco era necesario ser grosero.

— Te mentí. — Pronto risas empezaron a escapar de los labios del mayor y con sus brazos rodeó la cintura de HongJoong, pegando el cuerpo al suyo en un abrazo. — Te estaba esperando hace algunos minutos, quería jugar un poco, te tengo una sorpre- ¿HongJoong? ¿Estás llorando?

— Eres un tonto JongHo, eso eres... — Cubrió su rostro con ambas manos, ocultando sus ojitos que lagrimeaban por el sentimiento de tristeza que se había instalado en su pecho de repente, es que se encontraba bastante sensible ante palabras toscas el día de hoy, solo deseaba algunos besitos en las mejillas, no bromas feas y de mal gusto.

— Ah… — Gimió con una sonrisa divertida y tomó las muñecas del más pequeño para quitar las manitos del rostro con delicadeza, suspiró. — Pues ya sabes cómo es mi humor, es tu culpa. — Se burló, limpiando las gotitas saladas que resbalaban por los esponjosos pómulos sonrojados.

— ¿Mi culpa? ¡Por qué! Eres un tonto. — Frunció el ceño con un puchero instalado en sus labios, sin dudarlo, dio un salto  y alcanzó el cabello largo de JongHo para comenzar a jalarlo, y así, empezaron una pelea de manos que siempre tenían en la escuela cuando se recostaban juntos en el césped para mirar el cielo, primero comenzaban con jalones, después llegaban las cosquillas y terminaban en un abrazo silencioso, se había vuelto ya algo divertido entre ellos, más que eso una muestra de afecto y cariño que se tenían.

Las fuertes manos de JongHo fueron al pecho de HongJoong para empujarlo suavemente entre fuertes risas, era divertido ver cómo intentaba hacerse el Omega fuerte y rudo con golpes que no causaban nada de dolor en el Alfa, parecía un precioso cachorro peleando con uno mucho más grande que el. — Déjame o no te daré la sorpresa que te traje. — Advirtió mientras bajaba sus manos a la cintura gordita y curvilínea, acariciando suavemente por lo esponjosa que se sentía.

— Pídeme disculpas o jamás te soltaré, y no me acaricies porque ya sabes que no voy a ceder. — Amenazó sonriendo al sentir esas manos tocar la grasita de más que tenía, por alguna razón le gustaba esa sensación, siempre creyó que todos los cuerpos eran hermosos pero algo le hacía cambiar de pensamiento cuando se veía en el espejo con su pancita descubierta, había conocido a muchas personas en sus colegios anteriores que despreciaban a los gordos por no cumplir estándares, el era gordo y al principio no se sintió amado, pero con JongHo haciéndole esas muestras de cariño podía cambiar de opinión a pesar que desde un principio la razón por la que se llevaban mal era por su físico y sus kilos de más, tener grasita ahí lo hacía más único, ¿A quién no le gustaría tener una pancita para acariciar todas las noches?

— Sigues siendo adorable hasta cuándo te portas como un malcriado. — Sonrió, acomodando su cabello y lanzándolo hacia atrás cuando sintió las manos más pequeñas liberarlo. — Vamos a comprar comida.

— ¡No! He comido mucho hoy JongHonnie, siento que voy a explotar y subir diez kilos.

— ¿Quién dice que tú vas a comer? Yo me tragaré todo. — Bromeó, tomando la mano contraria para empezar a caminar a alguna tienda donde vendieran tazones de arroz y fideos preparados, compraron un par para comer juntos, también refrescos y uno que otro dulce a petición del menor.

En el camino al parque que quedaba a unas cuadras del centro, sus manitos se balanceaban de adelante hacia atrás mientras solo se escuchaban los motores de los autos pasar por la pista, la mano de JongHo sujetaba la de HongJoong con firmeza y cariño, sintiendo algo de alivio en su pecho pues la sensación de estar protegiendo a su tesorito lo ponía realmente feliz.

Una vez llegaron al parque caminaron hasta el corto y limpio césped que había, buen lugar para hacer un lindo picnic con una persona especial, el ambiente era bueno también, más aún por ser HongJoong el que formaba parte de el, cada segundo que el mayor observaba el rostro angelical, sentía que se enamoraba más y más, si bien sus intenciones no eran empezar alguna relación, solo deseaba que momentos como estos se volvieran infinitos. A pasado un tiempo desde que JongHo tenía ese tipo de sentimientos hacia alguien, las personas que lo rodeaban se habían vuelto pasajeras pero no podía decir lo mismo de Kim, deseaba quedarse por un largo tiempo a su lado siendo al menos solo como un amigo más, para poder verlo reír, hacer sus berrinches y su preciosa voz llamando su nombre a lo lejos cada vez que decía; "¡JongHonnie!". Era lo único que deseaba.

— JongHonnie, ¿Alguna vez pensaste en tener un noviazgo o algo así? — Cuestionó el pelinegro con curiosidad, tomando los palillos desechables de madera para empezar a comer el tazón de arroz con verduras que había.

— ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso quieres ser mi novio? — Un sonrisa divertida se pintó en sus labios al notar la reacción graciosa que había tenido.

— ¡Tonto! — Rieron juntos. — Me refiero a que si alguna vez te gustaría tener una pareja que sea la primera y para toda tu vida.

— Uhm… Tal vez una segunda, pero la verdad no estoy interesado en eso ahora.

— ¿Segunda? ¿Tuviste pareja antes? — Sus ojitos se abrieron con asombro y sin dudarlo empezó a hacer preguntas que salían por si solas de su boquita. — ¡Cuéntame cómo sucedió!

— Que exagerado eres HongJoong, fue cuando yo tenía 16 y ese chico tenía 14, fue un noviazgo de chiquillos, nada interesante. — Rió bajito, comenzando a comer los fideos con salsa picante que amaba cenar cada vez que le daba flojera preparar algo, sentir sus labios hincharse era un sensación dolorosa pero al mismo tiempo le gustaba eso, era la adrenalina de comer.

— ¿Pero por qué no intentas enamorarte de nuevo? ¿No crees que sería algo lindo?

— Mh… No sé. — Desvió la mirada, bien sabiendo que el ya estaba enamorado de un pequeño pelinegro al frente suyo. — Creo que soy muy poco para estar con alguien, tal vez no merezco a nadie. — Soltó una pequeña risa, volviendo su vista a sus fideos con trozos de pollo y lo comió con deseo, era delicioso.

— No se trata de merecerse o no, se trata de hacerse feliz de manera mutua con esa persona, ¿No? — Suspiró un poco, acercándose al cuerpo contrario para dar un pequeño beso en la mejilla mientras sonreía. — Yo creo que eres una gran persona JongHo, ¿Quién no quisiera estar contigo?

— ¿Siempre eres así de cursi? — Rió suavemente, dejando su tazón de fideos sobre el césped para tomar con sus manos la cintura de HongJoong. — Lo dices porque eres mi amigo, pero bueno, gracias, lo tomaré en cuenta. — Dejó un beso en el rostro contrario también, pero esta vez en la punta de la nariz pequeña y delicada.

— Uhm… Yo se que tú también eres cursi pero no me quieres mostrar.

— Claro que no. — Soltó el cuerpo para volver a tomar su preciado tazón y continuar comiendo.

— Yo se que detrás de ese fuerte y rudo JongHo hay un llorón y cariñoso JongHonnie.

— Osh, que pesado te pones con eso. — Negó divertido, agarrando una botella de refresco para comenzar a beber de ella con necesidad por el picor que sentía en sus labios. — Come, se te va a enfriar. — Dijo con burla, esa era una frase que se usaba para callar a alguien cuando estaba siendo muy ruidoso, pero obviamente sin malas intenciones.

— Eres malo. — Puchereó siguiendo con su tazón de arroz y verduras sazonadas, era rico, aunque nada se comparaba con las delicias que YeoSang preparaba. — ¿Algún día me dirás un "te amo"? — Comenzó a hablar una vez más, por parte le gustaba ver a su Hyung molesto, era algo divertido en vez de dar miedo.

— Te amo, ¿Feliz?

— ¡JongHonnie! ¡Lo dijiste! — La sorpresa de sus ojitos y la alegría era inmensa, sin dudarlo ni un poco más dejó su tazón y se lanzó sobre el mayor para asfixiarse en un fuerte abrazo. — ¡Gracias! — Sin pensarlo dos veces plantó sus labios sobre la mejilla y rió con felicidad.

Bueno, JongHo no iba a negarlo, decir eso fue por alguna razón un peso menos para su pecho que no sabía que habitaba ahí, sin decir nada más abrazó el cuerpo que descansaba sobre el suyo con el cariño que le tenía y sonrió con sinceridad, ocultar lo que sentía al principio sería algo sencillo, pero mientras los días pasarían sabía que no iba a ser fácil, también era consciente de que HongJoong no se quedaría solo toda la vida, el era un Omega bastante hermoso y bello que tal vez muy pronto tendría un Alfa que lo cuidara y amara, pensar en eso era doloroso, no podía hacer nada, se lo merecía.

Después de varios minutos guardaron los tazones y los palillos desechables en la bolsa, se recostaron juntos y miraron el cielo, durmiendo en sus pensamientos, HongJoong en lo que había sucedido esa mañana con MinGi, se sentía mejor pero aún estaba triste, de verdad que ese Alfa le gustaba y eso le enojaba, deseaba poder controlar sus sentimientos y elegir de quién enamorarse, porque si le dejaba el trabajo a su corazón sabía que se enamoraría de alguna persona que no lo valorara, por ejemplo, Song.

Giró su cabecita para visualizar el perfil de JongHo con una suave sonrisa, era muy lindo, su mandíbula marcada, sus brazos levemente musculosos, JongHo era guapo, muy lindo, la personalidad que tenía, de verdad que le gustaba. ¿Por qué no podía enamorarse de alguien cómo el? Habían empezado su amistad de una manera algo fea, pero como se llevaban ahora era magnífico, jamás había pensado tener un amigo con tal grado de confianza, era como un sueño.

Pero sabía que si intentaba algo con el, la amistad se arruinaría y estaría mintiendo, se daban besos, abrazos y mimos, pero no lograría sentir algo por el otro de manera sentimental, ¿La razón? Tampoco la sabía, era algo inexplicable, lo único que le quedaba era disfrutar la devoción que habían creado.

— Compré un peluche para ti.

— ¿Para mi?

— Pues si, eres mi único amigo, ¿Para quién más? — Rió y de su mochila sacó un pequeño tigre, suave y esponjoso, lo tomó en manos y después lo tendió a HongJoong. — Te dije que te compraría regalos como agradecimiento.

— ¡Es un tigre! — Exclamó, tomando el peluche en sus brazos para apretarlo a su pecho. — Gracias JongHonnie, muchas gracias, yo amo los tigres. — Aplaudió feliz mirando con detalle las orejitas, ojitos, bigotes y rayas que el peluche tenía, era demasiado lindo.

El Alfa sonrió con ternura al ver esa preciosa sonrisa cuadrada que dejaba ver los dientes de color crema de HongJoong, ver esa sonrisa le alegraba el alma, más aún al saber que el había sido el causante. — Me alegra que te haya gustado…

— Te quiero mucho, gracias, gracias.

YeoSang rodaba en la cama de su novio con una gran sonrisa, chillando con felicidad por la reciente travesura que había hecho como acto de rebeldía, tan solo llevaba su ropa interior y unos calcetines de color blanco que llegaban a la mitad de sus pantorrillas, haciendo que se vea más chiquito de lo que ya era.

Después de dejar a HongJoong en el centro decidieron tomar un baño en el departamento de SeongHwa, pues en el paseo el sol había caído en sus pieles y tenían calor, planeaban tener algo así como una cita en la tina, donde se relajarían en el agua fría, la cabeza de YeoSang recostada en el hombro de su hombre que lo abrazaría de esa manera tan única, sería algo super romántico, pero al pequeño castaño le dió por empujar al moreno a la tina para mojarlo antes, sabía que se ganaría muchos besos y tal vez azotes pero no le importó, quería ser travieso.

— ¡Kang YeoSang!

La figura del cuerpo desnudo y mojado de SeongHwa apareció en el umbral de la puerta del baño con los brazos cruzados y una expresión seria, intentó mantenerla pero al mirar cómo su novio mantenía esa expresión de felicidad contagiosa, sonrió.

— Hwa~ Es que tuve que aprovechar el momento, ¿Me perdonas? — Se levantó y abrazó el torso contrario mientras apoyaba su barbilla en el pecho y miraba con emoción el rostro del más alto.

— Ah, no puedo negarme a ti. — Soltó una risa. — Vamos antes de que nos haga frío, bebé malo. — Su mano se estrelló con fuerza en el glúteo derecho que rebotó ante el impacto y la piel de esa zona comenzó a tornarse rosada, cosa que le encantaba hacer a SeongHwa, no importaba el momento o la hora, si ellos estaban solos nalguear a su pequeño por diversión se haría presente y también porque amaba escuchar los berrinches que le hacía a continuación.

— ¡Ay! Alfa tonto.

Caminó a la tina para retirar su últimas prendas e ingresó de a poco, sintiendo sus vellos pararse por la temperatura fría y fresca del agua, suspiró, llamando con una seña a SeongHwa para que hiciera lo mismo.

La verdad era de que estaban de buen humor pues hace unos minutos el teléfono de YeoSanggie sonó, avisando que una llamada entrante estaba esperando su respuesta, cuando contestó escuchó la voz de su doctor de cabecera que con felicidad en la voz le dijo que pronto podría dejar de tomar las tres cápsulas de vitaminas que solía al día, ahora solo sería una. Según los exámenes que se había hecho hace algunas semanas el había mejorado de manera increíble, sus desórdenes alimenticios comenzaban a esfumarse de a poco, el proceso fue largo, pero vaya que valió la pena.

La sonrisa nadie se la borraba, había luchado tanto para lograr estar sano, su asco por la comida ya no estaba, ahora podía comer lo que quería sin problemas a pesar de que en ciertos momentos que se sentía triste lo último que quería mirar era un plato de alimento.

— No hubiera sido posible sin tu ayuda, SeongHwa. — Suspiró, deslizando sus manos por los brazos de su Alfa que rodeaban su cintura. — Todo es gracias a ti también.

— No, el logro es únicamente tuyo, tú fuiste valiente y te esforzaste hasta conseguirlo. — Dijo en un murmullo. — Y todos estamos orgullosos de ti YeoSanggie, tus defensas comenzarán a volverse fuertes al igual que muchas partes de tu cuerpo, estoy seguro que todo esto mejorará pronto para ti.

— Eso espero amor, de verdad quiero ser una buena figura para HongJoong y para ti, sobre todo quiero sentirme bien conmigo mismo. — Cerró los ojos, ya lo había logrado en parte, pero su defecto seguía ahí para atormentarlo.

— Pasado mañana es la Luna roja así que mañana saldremos a comprar algunas cosas para, ¿Si? Quiero consentirte. — Posó sus labios en el hombro desnudo de YeoSang. — Mañana será tu día.

— ¿Qué compraremos amorcito? — Giró su cabeza para poder mirar el rostro contrario.

— Tal vez algo de lencería…

— ¿Qué? No, yo me veo feo, mi cuerpo no es para eso Hwa, me veré feo.

— No digas eso YeoSanggie, aún no lo has probado, no lo hagas por mí, hazlo por ti. — Dio ahora un beso en el cuello contrario. — Se que hace tiempo quieres usar algo así pero tus inseguridades no te lo permiten, ¿No crees que deberías de intentar vencerlas? Disfruta de tu sensualidad, tienes mucho por descubrir aún.

YeoSang tenía un serio problema con su cuerpo, era bastante delgado, sus piernas, su estómago, sus brazos, su espalda, era algo sin chiste, algo así como "huesos sin pulpa" o al menos eso creía el, sentía que no tenía las suficientes curvas para lucirse, sus inseguridades iban más allá y a pesar de que creía no importarle, en el momento menos esperado estarían presentes. Tenía ganas de probar cosas nuevas con su pareja pero si seguía pensando todo el tiempo si algo le quedaba bien o no jamás lograría poner en práctica esas cosas. Tomó la valentía para vencer sus miedos, una vez más, mordió su labio y asintió.

— Lo haré.

"De la atracción mental no se sale ni queriendo."

¡Holi, espero les haya gustado!, por favor disfruten. ♡

¡ Si hay algún error pueden decírmelo y lo arreglaré cuanto pueda !🍥

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