O17

" El vaso lleno de nuestros recuerdos es cada vez más amargo mientras lo bebo, solo tú sabes las razones por las cuáles sigo bebiendo. "

Días después;


Los días habían pasado, eso era genial para muchos, incluyendo al dúo que cada día se enamoraba más, SeongHwa investigó un poco sobre el tema de los destinados, para el fue muy difícil no dejar de sonreír, su mejillas incluso llegaron a dormirse un poco por todo el tiempo que llevaba sonriendo por el buen humor que traía, no tenía dudas de que ese precioso Omega era su destinado, quería dar un segundo paso, quería hacer algo especial para el chico que lo había enamorado en tan poco tiempo, así que en todo el día planeó con su mejor amigo lo que quería haría para que YeoSang disfrutara junto a él, y así poder hacerle la pregunta que tanto quería formular.

¿Quieres ser mi novio?

Así de cliché y romántico era nuestro querido Alfa, tampoco olvidaba aquella noche, en la cuál su castaño lloró por hablar con su madre, aún sentía el coraje correr por su sangre y ese también fue el motivo suficiente para hacer feliz a Sang.

— Bien, dices que le darás a YeoSang unos días de vacaciones, ¿No? — Habló su amigo Alfa de nariz respingada, confidente fiel de SeongHwa y también el que ayudaba en el plan de amor para que todo salga perfecto.

— Exacto, necesito que vayas con nosotros, dormirás en otra habitación así que no te preocupes, pero debes acompañarme, sabes que a veces soy torpe y puedo arruinar la cena.

— No aprendiste nada en las clases que te daba tu pequeño? — Preguntó con burla.

— Si aprendí, pero aún es un poco difícil hacer los sushis de corazones. — Se excusó SeongHwa, formando un pequeño puchero en sus labios. Recordaba la vez en la que su pequeño YeoSang le enseñó a preparar deliciosos sushis en forma de corazón ya que los tradicionales parecían pezones, según su maestro de cocina, esos sushis se los prepararía a su próximo Omega, vaya casualidades de la vida.

— Para empezar ¿Donde será el lugar?

— La playa. — Respondió con una sonrisa.

— ¿Playa? Pero estamos en recién en primavera.

— Eso es perfecto, los días serán claros y la arena no estará tan caliente, solo tibia, así los pies de Sanggie no se lastimarán, podemos hacer una fogata en la noche y mirar el atardecer los tres, después yo iré a preparar la cena y tú te llevarás a Sang con la excusa de que te da miedo ir solo a comprar bebidas, dormiremos abrazados y calientitos hasta que amanezca y volvamos a casa.

— SeongHwa eres tan dulce, creo que me dará diabetes. — Bromeó MinGi conmovido, haciendo reír a su amigo. — Me parece genial tu idea, pero tal vez yo duerma con frío...

— No vas a llevar a ningún polvo.

— ¿Por qué?

— Porque no quiero escuchar los gemidos de un Omega mientras mi cachorrito y yo dormimos, tal vez más adelante, no lo sé.

— Jódete... No me parece justo. — Trataba de hacer una rabieta para convencer a SeongHwa, pero sabía que no funcionaría, cuando el decía no, era no y punto.

— Bueno, ya que hoy es miércoles, le daré a Sanggie vacaciones desde mañana, así tiene más tiempo para hacer su bolso.

— Estás loquito por el, ¿No?

— Créeme que nunca me sentí así, ni si quiera con Wooyoung, siento que YeoSang es el correcto. — Suspiró con ilusión, llevando una mano a su cabello para hacerlo hacia atrás y así poder dejar al descubierto su limpia frente.

— El amor~... ¿Harán cachorros?

— Ah, ¿Por qué haces preguntas tan fuera de lugar?

— Es un don~ — Canturreó con burla, mirando como SeongHwa reía con suavidad, podía notarse en su rostro lo feliz y emocionado que se encontraba su amigo, incluso MinGi empezó a creer que en realidad si, YeoSang era el correcto para su mejor amigo.

— Bueno, iré ahora a recoger a mi cachorro, lo llevaré al centro comercial. — Sonrió. — Nos vemos, te dejo a cargo de la empresa.

— Anda, de todos modos ya me acostumbré a estar solito y triste en este lugar. — Dijo MinGi en tonos bajos, claramente haciendo una escena muy buena y dramática, fingiendo tristeza.

— No te hagas la víctima, tu pasas la mayor parte de mi día conmigo. — Se defendió entre risas, guardando sus cosas y poniéndose el saco, miró a su amigo y se despidió con un movimiento de mano. — Nos vemos mañana, me acompañarás a comprar todo lo necesario para la cena y algunos regalos para Sanggie.

— Ah, está bien, pero espero que quede en tu conciencia que tendré que cancelar una cita con un hermoso Omega.

— Si, como sea. — Ambos rieron una vez más, SeongHwa salió de la oficina con una sonrisa en su rostro, estaba ansioso, quería que todo saliera perfecto y así lo sería, el confiaba en sí mismo.

Al llegar al estacionamiento subió a su querido auto y empezó a conducir hacia su destino, llegó rápido, aprendió a tomar algunos atajos donde las calles tenían menos tráfico y todo era más tranquilo a diferencia de las calles principales, así que ya no tenía que estar en apuros.

Vio como su pequeño corría a la puerta y la abría, de inmediato pudo respirar el delicioso aroma de frutos tropicales y vainilla que desprendía YeoSang, tenía olor a emoción, le encantaba, saludó con un dulce y suave beso en los gruesitos labios al castaño, cuál correspondió de inmediato.

— ¿Cómo te fue? — Murmuró SeongHwa sobre los labios contrarios, uniendo ambas frentes para poder tener de cerca el rostro de su querido.

— Me fue genial, la clientela cada día es más Seonggie. — Habló con emoción, le encantaba su trabajo, aunque a veces llegaba a cansarse ya que en horas puntas había clientela masiva, y tenía que apurarse en preparar los postres extras y atender, pero al final siempre terminaba siendo una buena jornada.

YeoSang estaba feliz, había ahorrado lo suficiente para comprar un televisor lo suficientemente bueno para su sala y también para unos zapatos nuevos, el estaba feliz con su poquita ropa y con sus cuatro pares de zapatos, pero no quería ser conformista, quería crecer más y darse gustos con su propio esfuerzo, así le demostraría a su madre que si era útil, y a SeongHwa que le demostraría que era un buen Omega.

En el camino, YeoSang se dio cuenta de que no estaban yendo a ninguna casa, ni a la suya, ni a la de SeongHwa, así que empezó a confundirse, miró al Alfa, haciendo una mueca tierna de confusión.

— ¿A dónde vamos Seonggie? — Preguntó.

— Vamos al centro comercial, hoy quiero comprarte muchas cosas ya que el viernes nos iremos de paseo a la playa.

— ¿¡Playa!? ¡Kya! ¡Hace mucho que no voy! — YeoSang chilló de emoción como un lindo cachorrito, pataleando en su sitio y alzando sus bracitos en forma de celebración, aún estaba procesando lo que su Alfa le había dicho, tenía tantas preguntas que hacer al respecto, pero no sabía cómo empezar así que solo pudo soltar otro chillido, mirando al moreno con ilusión.

— ¿Por qué?

— Porque te haz esforzado mucho en el trabajo y creo que te mereces unas vacaciones. — Dijo simple, soltando risas suaves por las tiernas reacciones de su pequeño que tanto le gustaba.

— Pero Seonggie, el trabajo, no puedo faltar. — Murmuró con preocupación, llevando sus manitos a su cintura, formando así una tacita con su cuerpo para intentar verse decidido.

— ¿Olvidaste que soy tu jefe? Yo te estoy dando las vacaciones, la pasaremos juntos, ¿Si?

— ¡Si! Pero el hospedaje debe ser muy caro, ¿Por qué mejor no armamos una tienda?

— Para nada, no dejaré que pases frío, además ya pagué la cabaña para una noche, ya tenemos hospedaje.

— Seonggie eso debió de ser muy costoso, déjame a mi pagar la mitad. — Pidió, formando un pequeño puchero con sus labios trompita.

— No, yo soy el que quiere consentirte y darte muchas sorpresas. — Condujo a la estación del centro comercial, sonriendo divertido al escuchar más quejas por parte de el pequeño.

— ¡Seonggie! No seas así, no quiero abusar de lo que me das, es suficiente con llevarme a la playa.

— No estás abusando, yo te quiero consentir y dar sorpresas, así que no reclames más.

— Voy a llorar.

— Eso no funciona conmigo bebé, ahora baja, tenemos mucho por recorrer. — Y antes de escuchar más chillidos bajó rápido, viendo cómo el lindo Omega también lo hacía y corría a él para poder abrazarlo.

— Gracias por todo Seonggie. — Murmuró YeoSang, sintiendo como los labios de su lindo Alfa besaban su frente.

— No debes agradecerme, me encanta verte sonreír y haría cualquier cosa para que siempre sea así.

Después de unos cuántos besos húmedos y algunos toqueteos entre ambos en el estacionamiento, decidieron que era hora de ir a explorar las tiendas de ropa, el castaño estaba muy emocionado al igual que su acompañante, tenía muchas ganas de probarse trajes de baño que veía en los colgadores y en maniquíes, habían algunos muy bonitos para los cuerpos de Omega, se veían demasiado cómodos y con la tela muy suave. La piel de los Omegas era delicada, así que las empresas de ropa tenían como obligación hacer ropa de buena calidad, tela suave y libre de muchos estampados o adornos que den comezón o alergias para no dañar la piel de los respetados Omegas, si, esa era una regla en el País.

— ¿Cuál te gusta? — Preguntó SeongHwa con interés, habían trajes de baño de variedad, aunque era muy probable que no nadarían en el mar, quería ver a su lindo castaño con uno de esos trajes tan lindos.

— Mira ese Seonggie. — El pequeño señaló uno que se encontraba colgado, este era de color celeste intenso, el short era pequeño y algo pegado pero no tanto, mientras que la playera era ceñida a la cintura, tenía dibujos de peces y cosas relacionadas al mar, hermoso ante los ojos de YeoSang, mientras que para los ojos de SeongHwa era lo que un bebé lindo y precioso como su Omega usaría, le encantaba, quería verlo con ese traje puesto, sabía que le quedaría genial, pues, aunque YeoSang no era de mostrar mucho su cuerpo SeongHwa sabía que debajo de esas prendas holgadas había una preciosa escultura, YeoSang era perfecto, todo de el lo era.

— ¿Quieres probarlo en el vestidor? — Dijo acercándose un poco más a su pequeño para poder abrazarlo por detrás con calma y cariño.

La cabecita del más bajito se movió con asentimiento repetidas veces, tirándola hacia atrás para así dejarla recostada en el hombro del moreno, el cuál lo miraba desde arriba. — Me gusta mucho ese, su color es muy bonito. — Esbozó una dulce sonrisa.

— Entonces te lo probarás, pero vamos a ver mas ropa para ti y así iremos solo una vez al vestidor, tu solo dime qué te gusta y yo lo cargaré por ti.

-— Está bien mi lindo Seonggie. —La trompita rosada de YeoSang se estiró un poquito, pidiendo un beso el cual le fue concedido de inmediato. — Gracias por darme besitos, me gustan tus labios.

— No debes agradecerme por todo, si te doy besos es porque me gustas, me encantas, me gusta todo de ti.

— ¡Ay! No digas más, mira como me pones de rojo. — Reclamó con ternura, dándose la vuelta para quedar frente a su mayor. — A mi también me gusta todo de ti, mira, tus ojos son tan bonitos Seonggie, tu piel morenita, tus mejillas, tu nariz, mh~ Tus papás deben ser muy afortunados de tenerte como hijo. — Sonrió con tristeza.

— Tal vez, pero creo que estarían más felices si tú fueras su hijo, eres perfecto, tienes ganas de superarte y salir adelante, eso es tan genial como todo lo que hay en ti. — Halagó en un susurro, rozando sus labios contra los más gorditos, se dieron un pequeño y romántico besito, cerrando ese tema en el demás camino por los pasillos mientras elegían ropa, pues ambos estaban sonrojados y no era necesario hablar para expresar lo que estaban sintiendo en esos momentos.

Pasaron varios minutos, SeongHwa ya estaba cargando unos tres conjuntos de ropa sin contar el traje de baño, el cual ya quería ver en el cuerpo de su Omega, YeoSang insistía en que ya era suficiente ropa para el, así que ahora solo se dirigían al vestidor con tranquilidad, el castaño tarareando una canción con una suaves sonrisa tierna en sus labios, mientras que el Alfa ya estaba ansioso.

— Primero pruébate el traje de baño, ¿Si?

— Está bien Seonggie, pero si quieres verlo entrarás al vestidor, no quiero que me vean las otras personas que pasan por aquí... — Susurró como si se tratara de un secreto, dando un rápido besito en la mejilla de su Alfa.

— Como tú digas bebé hermoso. — Murmuró con un sonrisa ladina.

YeoSang ingresó al vestidor, dejando la ropa en la mini mesita que había ahí, observó unos segundos el traje de baño y por un momento pensó que era muy pequeñito para el, pero recordó que de por sí su cuerpo ya era delgado. Empezó por quitarse todas sus prendas y solo dejarse su ropa interior y sus calcetas blancas, se miró un poco en el espejo y pudo notar sus muslos un poquito más gorditos, al igual que su traserito, una sonrisa feliz se formó en sus labios y aplaudió despacio.

Fue ahí cuando comprendió que el amor engorda un poquito, hace meses que su cuerpo había perdido masa y se había vuelto más delgado, eso no le gustaba en lo absoluto, ver sus costillas sobresalir cuando hacía ciertos movimientos lo hacía sentir incómodo con su cuerpo, quería volver a ser el Omega con pancita y rollitos, y aunque ya había logrado un poco más de peso, no era del todo fácil.

Deslizó el short celeste por sus piernas, acomodando y sintiendo como encajaba perfectamente con su zona baja, el short no era apretado pero tampoco holgado, era muy cómodo y la tela era tan suave que podía hacer cualquier tipo de movimiento y no llegaría a lastimarse.

Se puso la playera, la cuál si era un poco más cortita y ceñida al cuerpo, haciendo resaltar su cintura y sus anchos pero delicados hombros, se miró al espejo con un suave sonrojo.

— Creo que esto es muy provocativo... — Susurró para el mismo, pensando si de modelaría un poco para su Alfa o no, al escuchar la voz ronca de este se sobresaltó un poquito y se dió media vuelta.

— ¿Ya puedo entrar? — Dijo en voz baja el moreno, sonriendo por sus interiores.

— Si Seonggie, entra. — Se hizo a un lado y apenas su Alfa entró, saltó a él para poder colgarse de su cuello.

— ¡Es muy cómodo! Puedo hacer muchas cosas y no me dolerá ni tendré marquitas. — La emoción de el pequeño podía sentirse incluso mediante su voz, SeongHwa abrazó la cintura con delicadeza y miró a través del espejo el cuerpo de su castaño, mordiendo suavemente su labios al darse cuenta de que YeoSang tenía piernas preciosas, su trasero firme y la cintura tan fina y delicada, no lo veía con ojos pervertidos, al contrario, admiraba lo hermoso que era ese Omega que lo tenía loco.

— Oh, ven acá mi pequeño cachorro. — Sonrió y se sentó en la pequeña banca del vestidor, abrió sus brazos hacia el castañito en señal de un abrazo. — Te vez tan tierno y precioso.

— Alfa, exageras. — Soltó una suave risita y fue a sentarse en las piernas de SeongHwa, mientras este le abrazaba la cintura por detrás, disfrutando la cercanía que tenían.

— De verdad te vez precioso, soy tan afortunado de tenerte. — Susurró y beso la sien derecha del de piel nivea.

— Basta, no seas un tonto hyung. — Susurró con las mejillitas totalmente carmesí, subiendo nuevamente al Alfa al sentirse resbalar. Hubo un suave roce entre el moreno y él, haciendo casi de inmediato que el alfa se calentara por la fricción repentina que sintió entre las nalgas de su Omega y su entrepierna.

— Sanggie... ¿Por qué te mueves así? — Preguntó tratando de controlar a su lobo, el cual le pedía... No, le exigía lanzarse al de cuerpo pequeño y quitar las estorbozas prendas.

— Lo siento Seonggie, es que me resbalé. — Dijo con una dulce e inocente sonrisa, acurrucandose más contra el alto, esperando nuevos mimos y caricias dulces, pero no consiguió eso, si no una pregunta.

— ¿Podrías hacerlo de nuevo? Por favor. — Preguntó, tratando de no hacer su voz grave, pues no quería asustar a su pequeño Omega.

— ¿Para qué? — Respondió con otra pregunta, soltando una pequeña risita.

— Es que me gustó, me acaricias indirectamente. — Susurró llevando unos cuantos húmedos besos al limpio y suave cuello, mientras los ojitos del castaño brillaban al imaginar que haría sentir bien a su querido hyung, así como el mismo lo hacía sentir a él.

— Si, lo haré Seonggie. — Murmuró feliz, y empezó a mover con suavidad y lentitud su cadera, de adelante hacia atrás, creando un vaivén placentero para ambos por la suave presión que se creaba entre sus zonas íntimas.

En cuestión de algunos o varios minutos ya se encontraban en una escena bastante excitante para ambos, SeongHwa con las manos dentro de la camisa de YeoSang sujetando con firmeza su cintura, mientras el último mencionado disfrutaba de los húmedos besos en su cuello y de la nueva sensación que su cuerpo recibía, de su boquita se escapaban jadeos casi inaudibles, pues aunque estuvieran solos, cualquier persona podría caminar por ahí y escucharlos, se estaba conteniendo. SeongHwa apretaba y acariciaba con posesividad la cintura del blanquecino, soltando suaves gruñidos.

— Ah...~ — Gimió YeoSang, sonrojándose de inmediato por ese sonido que escapó de sus labios y se escuchó algo fuerte, sintió un pequeño apretón en su cintura, cosa que lo hizo gemir de nuevo.

Hasta que desafortunadamente, ambos se vieron interrumpidos abruptamente en aquel punto dónde YeoSang se encontraba gimiendo y moviendo sus caderas más rápido. Los golpes en la puerta del probador los hizo parar.

— Buenas tardes.... Les pediré que guarden silencio, es un lugar público... Por favor solo una persona en el probador o me veré obligada a sacarlos. — Hablo una suave voz femenina y por el suave olor el Alfa supo que era una Beta, al escuchar los pasos alejarse rió suave y tomo la barbilla del Omega haciendo que su cabeza fuera para su lado derecho y lo beso, para después soltarlo con cuidado.

— Bien, creo que terminaremos después. — Su voz salió tan gruesa que hizo temblar al bajito. — Compraremos ese si a ti te gusta, ahora, saldré para que tú te vuelvas a vestir y paguemos el traje de baño. — Carraspeó para luego sentarlo y sonreírle antes de salir del probador.

YeoSang estaba sorprendido, no sabía que era lo que estaba pasando, su entrepierna se sentía calientita y algo durita, se sintió tímido así que de inmediato empezó a ponerse su ropa, doblando el traje de baño con cuidado para no dañarlo, una vez estuvo listo tomó las prendas y salió de el vestidor con la mirada gacha, intentando no mirar a su mayor.

— Y-ya podemos irnos Hyung. — Murmuró mordiendo su boquita con suavidad por los nervios.

— Déjame ayudarte bebé. — SeongHwa tomó ciertas prendas y las llevó en un brazo, mientras que el más chiquito intentaba caminar rápido a caja, sintiendo la mirada del Alfa sobre el.

Pagaron y salieron de aquella tienda con un silencio no muy incómodo, pero simplemente ninguno quería hablar aún, subieron al auto y se miraron.

— Y-yo...

— Cachorro, si te incomodó lo que hicimos hace un rato debes decírmelo, yo entenderé si aún no estás listo. — Habló el moreno, esbozando una pequeña sonrisa para YeoSang, transmitiéndole confianza.

— Seonggie... Si me gustó, me gustó mucho pero es algo que por primera vez siento, mi cuerpo se siente muy calientito, no se porqué. — Murmuró tímido, volviendo su vista abajo para juguetear con sus deditos.

— Pronto descubriremos eso juntos, ¿Si? Me alegra el hecho de que no te haya incomodado corazón, ahora te llevaré a tu casa.

— Muchas gracias Seonggie, me divertí mucho hoy y me gustó todo lo que compraste para mí. — Dijo con voz dulce, acercándose al Alfa para dar un suave y pequeño beso en la mejilla del contrario.

— Fue un total placer Sanggie, te mereces todo.

— ¡Ay! — Chilló YeoSang con emoción, pataleando un poco.

El carro empezó a avanzar, rumbo a la casita de el Omega, el que iba cantando con alegría en todo el camino, ¿Que más podía pedir? SeongHwa se había vuelto su todo y su vida empezó a depender de el.

Pronto llegaron al destino, antes de que se despidieran, conversaron un poco más para planear el día de paseo que tendrían.

— Mañana no nos podremos ver bebé, iré a hacer algunas compras para el Viernes, así que tendrás tiempo para hacer tu bolso y descansar.

— Te extrañaré mucho Hwa. — Habló algo dramático.

— Te llamaré en la mañana, tarde y noche, yo también extrañaré tu preciosa voz bebé.

— ¿El Viernes pasarás por mi?

— Así será, vendré en al medio día por mi lindo cachorro.

— Te quiero mucho Seonggie, esperaré por ti, duerme muy bien hoy y come bien. — Dijo el castaño, sonriendo con emoción.

— Haz lo mismo ¿Si? Manitos de ángel. — Ambos se besaron como despedida, una vez se separaron se miraron unos segundos más con una sonrisa. — Anda. — El Alfa ver como YeoSang salía del auto y corría a la puerta de su casa para después ingresar.

Esa noche YeoSang durmió como un bebé, recordando todo lo que experimentó el día de hoy y lo bien que la pasó de nuevo con SeongHwa, no podía sentirse más feliz, era feliz.

SeongHwa no pudo evitar mirar el fondo de pantalla de su teléfono repetidas veces, donde estaba una foto que había tomado a YeoSang cuando este estaba distraído.

Ambos enamorados.

" En una habitación oscura sin una sola luz, aunque no debería acostumbrarme a eso se siente familiar para mí nuevamente. "

4/6

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